2 - Embarazado
Los ojos de Jisung se abrieron con cansancio, enfocando así una mesita de noche, su cuerpo empezó a doler horriblemente, y al querer levantarse, soltó un leve gemido a causa de eso, pero el dolor impidió que se pudiera levantar, sumando a un brazo que lo rodeaba.
Jisung se estremeció en ese momento.
¿Lo de la anterior noche no había sido un sueño?
¡Su jefe estaba allí!
El mundo de Jisung cayó en cuanto vio que ese brazo que rodeaba su cintura y que lo mantenía abrazado por detrás era de nada más y nada menos que su jefe, ¡su jefe!
¡¿Qué haría?! ¡Su jefe no podía descubrir que se acostó con alguien de la baja como él!
Jisung se liberó del agarré del alfa con el más cuidado para no despertarlo, y sin tomar una ducha solo se vistió para irse.
¡No podía tomar un baño allí sabiendo que su jefe podía despertar en ese lapso de tiempo!
Tomaría un baño en su casa, pero no correría riesgo allí.
Al salir, se aseguró que no hubiesen persona que lo reconocerían, así su jefe no sabría con quién pasó la noche, y para ser más precavido, dijo a una de las trabajadoras que cambiará las sábanas en cuanto su jefe despertará, así tampoco podría tomar muestras.
Con todo su dolor y caderas Jisung salió lo más pronto de allí, estaba jadeante por el sufrimiento de su pobre cuerpo, pero no podía quedarse más, ¡no quería ser despedido!
— Joven ha despertado, el desayuno está servido, cambiaré las sábanas. — Una beta entró a la habitación en cuanto Minho requirió su servicio.
— Bien. — Minho se levantó para darse un baño.
Ya en la ducha, empezó a pensar más sobre la noche anterior, se odiaba por ponerse tan borracho, había quedado mal ante sus socios y las personas presentes.
Suspiró y bajó la mirada, para con sorpresa notar como su miembro empezaba a levantarse.
— ¡...! — Minho frunció el ceño, ¡¿qué demonios?!
¿Por qué su miembro se estaba despertando?
Fue allí que sus recuerdos trajeron un dulce gemido que hizo que su erección terminará de levantarse, tan caliente y necesitada...
¡¿Había pasado la noche con alguien?!
A Minho no se le hizo raro verse desnudo porque él así acostumbraba a dormir, ¡pero no pensó que había follado alguien allí!
Minho salió apresurado de la habitación, y vio hacia la cama la cual estaba con sábanas limpias.
¡Carajo!
Su miembro dolía más al recordar esos dulces gemidos que estaba necesitado de volver a escuchar.
Necesitaba, necesitaba a esa persona de nuevo.
— Joven Lee. — Jisung se levantó de golpe de su asiento, aunque pronto cerró los ojos con fuerza al sentir el dolor en su cuerpo al hacerlo.
Lee Minho había llegado, vestía un esmoquin completamente negro y su cabello estaba adecuadamente peinado, ¡ese hombre era demasiado sexy!
Y se miraba muy serio...
Tanto que parecía enfadado.
— A mi oficina. — ordenó pasando de paso sin ver a Jisung quien sintió su mundo venirse abajo.
¿Acaso lo había descubierto?
— Mn... — Jisung asintió y lo siguió sin más opción.
Lee Minho se sentó en su escritorio y suspiró, parecía de muy mal humor...
— Dígame joven Lee. — Jisung asintió e intentó controlar sus nervios.
— Me dijeron que tú te habías quedado conmigo después de que me pusieran en la habitación, ¿es cierto?
— Sí...
— ¿Y después? ¿Qué ocurrió?
— Cuando se quedó dormido nuevamente me fui... — mintió.
— ¿Viste a alguien más entrar en la habitación?
— No.
— Vi las cámaras de seguridad a la salida de la habitación en donde estuve hasta hoy, pero las grabaciones no están.
— ...No sé qué habrá pasado joven Lee, sabe que no hay cámaras en las habitaciones, pero en la salida... no sabría dar una explicación lógica de por qué no grabó.
— ...¿Seguro que te fuiste antes? — Minho levantó la mirada que había mantenido en una pluma en su escritorio todo ese tiempo.
— ¿Por qué mentiría?
— ... — Minho suspiró. — puedes salir.
— Ah.... — Jisung suspiró aliviado.
¡Todo había salido bien!
Su jefe no sabía que había pasado la noche con un fracasado como él
Eso era bueno, seguiría trabajando allí sin problemas, esa noche, solo fue un sueño, uno que, solamente él recordaría.
Pasaron dos semanas, y su jefe parecía estar tranquilo, por lo que Jisung desde ya mucho había dejado de sentirse asustado porque en algún momento se enterará.
Seguro su jefe ya estaba acostumbrado a pasar noches pasionales con diferentes personas, por lo que ese caso no le interesó tampoco.
Jisung se sentía mal al pensar en eso, pero a la vez, también sabía que era lo correcto.
Así mantendría su trabajo, aunque ahora, pensaba no perdería su trabajo porque Minho recordará esa noche, sino por su débil cuerpo que ahora le estaba dando problemas.
No podía comer la mayoría de veces sin sentir náuseas, de repente, su cuerpo sufría fuertes mareos que por poco lo hacían caer.
A ese paso conseguiría el despido pero por su cuerpo.
Jisung creía que solo se trataba de estrés, pero los síntomas estaban empeorando, y eso era algo que le empezó a preocupar, ¿cómo podría durar en el trabajo si su cuerpo no estaba saludable?
Así que decidió ir al hospital después del trabajo.
El doctor, hizo preguntas sobre sus síntomas, y Jisung respondió todo, el doctor mantuvo silencio al escucharlo, solamente dijo que haría una prueba para ver si sus sospechas eran ciertas.
Y después cuando Jisung pasó por ellas al siguiente día, el doctor lo recibió con una gran sonrisa.
— ¡Felicidades joven! Usted está embarazado.
— No puede ser... — Jisung llevo sus manos a sus mejillas.
¡Él tenía el hijo de su jefe en su vientre!
¡¿Cómo podía ser eso posible?!
¿Y sí le decía a Minho? Seguramente este le pediría que abortara al sentir su nombre ser manchado por un bebé que yacía en el vientre de alguien de la baja como él.
O peor aún, ¡se lo quitaría al nacer!
No, ¡no podía permitir eso! ¡Jamás rechazaría o renunciaría a su bebé!
Jisung sabía que una de las reglas del trabajo era, ¡no estar en cinta! ¿La razón? Porque un embarazo causaba cansancio, y no querían tener a personas embarazadas dañando su cuerpo por un trabajo como ese en donde tenías que subir y bajar escaleras, estar en reuniones, ir y venir, ¡no podías!
Así que al estar en cinta, no sería aceptado, y no podía ocultar, ni quería ocultar su embarazo, por lo que lo mejor que podía hacer era renunciar e irse lejos de ese tipo el cual era el padre del hijo que ahora esperaba.
Era doloroso, pero debía de hacerlo...
Eso, o perdería a su hijo.
— Joven Lee. — una beta entró a su oficina e hizo una leve reverencia.
— Dime.
— ... — al ver que mantenía la cabeza baja sin intención de verla, la beta solo puso el sobre en su mesa.
— ... — Minho frunció el ceño. — ¿Qué es esto?
— La carta de renuncia del joven Han, por motivos personales renunció, y ahora debe de elegir un nuevo secretario.
Minho se levantó de golpe. — ¿Cuándo renunció?
— Ayer.
— ¡¿Por qué no lo dijeron?!
— Estaba en una reunión importante.
— ¡Carajo! — este salió de su oficina.
Jisung había trabajado unos meses en esa empresa, por lo que tenía el suficiente dinero para irse.
— Tranquilo bebé, papá te protegerá, ahora solo seremos tu y yo... — dijo tocando su vientre aún plano.
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