1 - Noche de ensueño

— No puede ser... — Jisung se levantó del sillón viendo el teléfono que estaba en su mano.

— No puede ser, no puede ser, ¡no puede ser! ¡ah! — grito de alegría mientras daba pequeños saltitos.

¡Le habían dado el trabajo!

Jisung era un chico sin familia por lo que no podía compartir esa maravillosa noticia con alguien, quería compartir la felicidad que ahora tenía por conseguir el empleo por el que tanto se esforzó, el problema era que no tenía a nadie a quien decirle.

Sus padres lo habían dejado en un orfanato cuando solo era un bebé, por lo que no recordaba nada, solo que había crecido de esa forma, cuando creció lo comprendió, y cuando tuvo la suficiente edad, decidió volar solo hacia un nuevo amanecer, logrando así salir de la universidad e independizarse.

Y ahora, después de algunos días de espera, le habían llamado para darle la noticia que se había quedado con el empleo en una empresa muy importante.

¡Estaba realmente feliz!

Jisung salió del taxi tras pagarlo y miró la inmensa empresa en la que ahora trabajaría, no podía pedir más nada.

Suspiró y caminó hacia ella.

Vestía muy elegante, con un esmoquin celeste, una camisa blanca y una corbata negra, sus cabellos negros como la noche estaba muy bien peinados y su hermoso rostro cual ángel lo hacia ver como una verdadera deidad.

— Han Jisung, ¿verdad?

— Mn. — Jisung asintió.

— Oh... ¿tú serás el nuevo secretario del...

— Sí, haré mi mejor esfuerzo.

— Pues te deseo lo mejor, ojalá y todo vaya bien... — la chica parecía mirarle con lástima y preocupación.

¿Qué ocurría?

Estaba por preguntar cuando un tipo lo llamó para que tomara su puesto, así que sin antes hacer una reverencia se marchó.

Había llegado muy seguro a ese lugar, pero ahora la aparente preocupación de la chica lo había puesto nervioso.

No entendía, ¿porqué le miraba así?

Se suponía que debías ser muy privilegiado para tomar el puesto de secretario del dueño de todo ese lugar, pero en cambió de eso la chica pareció compadecerlo.

¿Por qué sería?

Jisung estaba verdaderamente nervioso, estaba frente a la oficina de su jefe, y debía de entrar, así que tomó fuerzas dándose terapia él solo y dando dos toques antes entró.

— Señor Lee-

— ¡Largo!

Esa voz gruesa lo paralizó, seguido miró dos chicas las cuales salieron de la oficina sin antes hacer una reverencia.

Jisung se estremeció y un nudo se formó en su garganta, estaba muerto ¿verdad?

Ahora entendía porque la mirada de la chica.

Se sintió orgulloso de sí mismo por conseguir ese rango, pero ahora había visto que en verdad ese era al que todos le huían, ¡era el peor de todos!

Jisung sintió una gota de sudor frío caer por su frente cuando el hombre que estaba de espaldas volteó.

— S-señor Lee... — Jisung rápidamente hizo una reverencia.

¡Maldición! por un momento había quedado paralizado viendo su rostro y esmoquin muy bien ajustado a su hermoso cuerpo.

Jamás pensó encontrarse con un joven tan guapo, ¿ese sería el jefe? ¡Pensó que se encontraría con un señor de cincuenta años!

Pero ese hombre parecía muy joven y era realmente hermoso...

Los pasos acercándose a él hicieron que Jisung se sintiera aún más nervioso.

— Levanta la mirada. — ¡Esa voz gruesa era tan sexy!

Pero también lo intimidó.

Jisung aún seguía en la posición de la reverencia, por lo que era de esperar que el hombre le dijese que ya podía levantar la cara.

Jisung con nervios levantó la mirada y vio a los ojos al hombre que lo observaba fijamente con una mirada seria.

— Señor Lee, este es el papeleo de hoy- — Jisung quiso alcanzarlo pero fue interrumpido.

— No me llames así, no soy un viejo, ¿o lo parezco? — preguntó enarcando una ceja.

— ¿Eh? ¡no, no! Por supuesto que no... — bajó la mirada.

Ah... sus primeros segundos allí dentro y ya eran un completo desastre.

— ¿Por qué estás tan nervioso?

— ... — Jisung abrió levemente la boca y levantó la mirada. — ¡Lo siento! Solo es que...

— ¿Qué?

— Lo lamento mucho, no volverá a suceder...

— ¿Tu nombre? — preguntó de pronto manteniendo su postura.

Claramente ya lo sabía, sin embargo quería escuchar al chico hablar más.

— Han Jisung señor- joven Lee... — recordó que no le gustaba ser llamado señor.

— ¿Género?

Esa pregunta lo tensó de inmediato.

— Soy un beta joven Lee. — respondió.

En los papeles también decía que su nuevo secretario era un beta...

— ... — El hombre guardó silencio y tomó los papeles. — Bien, ahora puedes salir. — volteó dirigiéndose a su escritorio.

— Mn... — hizo una reverencia para retirarse.

— Ah... — Jisung soltó un suspiro que había contenido, ¡qué alivio, había salido con vida de allí!

Por alguna razón, la tan sola voz de su jefe había hecho temblar sus piernas de inmediato.

Camino hacia su oficina para arreglar algunas cosas, debía de esforzarse mucho en ese trabajo, no quería perderlo.

Las horas pasaron con rapidez y llegó la hora del almuerzo, tenía tiempo para salir a comer, pero, ciertamente pensaba solo en bajar y comprar un café.

Esos eran sus planes, hasta que cuando regresaba a su oficina después de comprar el café una chica tropezó con él derramando un poco de bebida en su saco.

Por suerte era una bebida helada y no caliente.

— ¡L-lo siento! — la chica rápidamente se disculpó muy avergonzada. — ¡perdón, no fue mi intención!

— No te preocupes, solo fue un accidente... — Jisung dijo rápidamente al ver el nerviosismo de la chica.

— ¡Yo te compraré uno nuevo! Sé que no puedo hacer nada por este, pero te aseguro que me esforzaré para encontrar uno igual.

— N-no, no hay necesidad-

— Aún estamos en el trabajo, y no puedes trabajar con eso, vamos, te compraré uno, estamos en hora de almuerzo así que no hay problema podemos salir, ¿tú ya almorzaste?

— No, yo- — Jisung bajo la mirada a su café cuando la chica lo hizo. — Esto- — trató de explicar.

— Vamos, podemos ir a almorzar, debes de tener fuerzas y un café no te llenará. — sin esperar respuestas la chica lo tomó del brazo y se lo llevó.

Minho dio dos toques en la puerta de su secretario, era hora de almuerzo, y quería hablar con él de algunas cosas como excusa, por lo que planeaba pedirle almorzar juntos.

Pero para su sorpresa no recibió respuestas, a lo que tocó una vez más, pero nuevamente no hubo respuestas, por lo que decidió abrir la puerta.

Pensó que se encontraría con su secretario dormido o algo por el estilo, pero en su lugar, sólo encontró una oficina vacía.

Había llegado tarde, su secretario seguro ya había ido a almorzar solo.

— No era necesario... — Jisung dijo viendo el nuevo saco que ahora tenía.

— ¡Claro que lo era! No podía quedarme de brazos cruzados después de lo que le hice a él tuyo...

— No te sientas mal, en verdad no había problema.

— Solo quería disculparme adecuadamente, ahora, debes de comer para tener energías, a veces el trabajo es estresante y nuestros estómagos deben estar llenos. — esta rio dulcemente.

— Sí... tienes razón.

— Oh, por cierto, no sé tu nombre, ¿cómo te llamas? — preguntó.

— Mi nombre es Han Jisung. ¿Y el tuyo?

— Mi nombre es Kim Chaewon — la chica sonrió.

— Oh... — Jisung asintió.

— De ahora en adelante, ¿saldrás a comer conmigo? No tengo con quien salir a las horas de almuerzo.

— No te preocupes, de ahora en adelante me tendrás, yo tampoco tenía, no hasta ahora. — sonrió.

— ¡Bien! ¿Tú eres omega? — preguntó.

— Oh... no, no lo soy, soy un simple beta. — respondió.

— Oye no digas eso, es mejor ser beta a omega. — rio. — Yo soy una omega, aunque hace un momento juraba que eras un omega. — entrecerró los ojos con sospecha y una media risa.

— Las apariencias engañan a veces. — rio.

Los meses pasaron, y Jisung siguió con su trabajo, no mantenía conversaciones fuera del trabajo con su jefe que siempre se mostraba serio con los demás, aunque le sorprendía que cambiaba con él, pues se suavizaba con él, no entendía porque decían que nadie duraba en ese trabajo por el jefe que era malhumorado.

Lee Minho, su jefe jamás lo había presionado en algo para que pudiera pensar de esa manera, a los empleados les sorprendió que hubiese durado ya cinco meses cuando los empleados anteriores no duraban ni dos.

— Jisung, ¿irás a la fiesta de hoy? — Chaewon preguntó mientras bebía su café.

— No lo sé, mi jefe no ha dicho nada, pero si no es obligatorio no iré, estoy cansado. — respondió.

— ¡Oye, debes ir porque es el cumpleaños del jefe! Claro que el querrá que vayas.

— No lo sé... — fue interrumpido cuando su teléfono sonó. — Oh... disculpa Chae, mi jefe está llamando.

— Descuida, contesta.

— Mn, hola. — contestó.

— Ven a mi oficina. — la voz gruesa fue clara con lo que quería.

— Sí, en seguida. — Jisung se levantó y la llamada se cortó. — Chae, me tengo que ir.

— Mn. — la chica asintió.

La hora de almuerzo aún no terminaba, ¿qué querría el jefe ahora?

— Joven Lee. — Jisung entró a la oficina.

— ... — Minho lo observó de pies a cabeza. — acércate.

Jisung obedeció.

— Hoy, asistiremos a una fiesta, y quería darte esto para que lo usarás hoy. — le dio una caja negra con un moño gris.

— ¿Esto...? — Jisung se confundió.

— Es un esmoquin, quiero que lo uses.

— Pero señor- digo, perdón joven, n-no puedo aceptarlo, puedo pagarlo-

— No es necesario, póntelo, te lo quiero ver esta noche.

— ... — Jisung sin más remedio aceptó con inmensa vergüenza.

— Puedes retirarte.

"¿Solo para eso me llamó?" — Jisung se preguntó internamente.

Minho volteó para sentarse en su escritorio de nuevo, pero Jisung lo tomó antes del brazo.

— Joven Lee... yo... — Jisung tragó grueso. — yo... — no encontraba las palabras.

— ¿Qué ocurre?

Jisung dirigió una de sus delicadas y pequeñas manos a su saco y sacó una cajita color marrón.

— Por favor acepte mi regalo. — Hizo una reverencia ofreciéndole esta.

— ... — Minho abrió los ojos de sorpresa.

— S-sé que no es nada, y que no tengo el derecho de hacerle regalos, pero... hoy es su cumpleaños y quería hacerle un presente...

Para Jisung ese regalo era extremadamente costoso, pero para su jefe, seguramente era una baratija.

Aunque, esos pensamientos se esfumaron cuando sintió unas manos grandes rodando las suyas y tomando la cajita.

Jisung levantó la cabeza y lo vio, maravillandose en cuanto vi una preciosa sonrisa leve, jamás había visto sonreír a su jefe... y vaya que se miraba tan hermoso haciéndolo.

— Gracias. — Minho levantó la mirada viendo a Jisung quien tenía un leve carmín en sus mejillas.

— N-no tiene que agradecer. — Jisung bajó la mirada.

Era suficiente para él que lo aceptara, había sido un excelente jefe, era lo menos que podía darle.

La noche llegó, la luna alumbraba las calles y las estrellas decoraban el cielo.

Jisung bajó del taxi llegando así a la fiesta, ya que Jisung había pedido volver para prepararse, ya que su jefe le había obsequiado un esmoquin, eso seguramente era para dar una buena impresión de sus trabajadores, por lo que la daría.

En cuanto bajó del taxi, notó que el auto de su jefe también había llegado, por lo que rápidamente se acercó para entrar con su jefe.

Este al verle aclaró la garganta, a lo que Jisung bajo la mirada ¿acaso se miraba feo? ¿O no daba la impresión que Minho quería?

— Entremos.

— Mn. — Jisung asintió.

— Sung, Sung, viniste. — Chaewon sonrió abrazándolo. — te ves muy bonito, ¿dónde está el jefe? ¿No venía contigo?

— Gracias, sí, él entró conmigo pero ahora está en el bar. — respondió.

— Oh... espero y no se pase de copas. — sonrió.

— También lo espero. — Jisung acomodó su corbata.

Las horas avanzaron, hasta que la media noche llegó, Jisung estaba un poco soñoliento, pero tenía que seguir allí por su jefe, quien para peor noticia se había pasado de copas.

— Descuida muchacho, podemos llevarlo a una de las habitaciones de aquí. — un señor dijo al ver a Jisung preocupado.

— Muchas gracias, pero no es necesario puedo hacerlo yo-

— Tranquilo, tu cuerpo se cansaría rápido, después puedes quedarte en su habitación para estar al pendiente de él, mientras, solo dejamos llevarlo.

— ...Bien, se lo agradezco. — Jisung hizo una reverencia.

Al llegar a una de las habitaciones, Minho fue dejado en la gran cama de esta y Jisung se quedó a su lado luego de que los hombres salieran, su jefe no estaría bien al siguiente día.

Jisung bajó la mirada y pensó en que quería acomodar mejor a Minho, por lo que quitó el saco de este para que durmiera más cómodamente, lo que hizo que se detuviera fue ver que este llevaba su regalo...

¡Llevaba el reloj que me había regalado esa tarde!

¡Lo llevaba puesto!

Aunque luego se entristeció y avergonzó al pensar que sus socios se habían dado cuenta de el reloj que llevaba, ¿cómo un empresario tan importante como Minho podía llevar un reloj tan insignificante?

Jisung se sintió mal, y se levantó.

Estaba por irse cuando sintió una mano grande tomar su brazo con fuerza y jalar de él hacia la cama.

— Joven Lee- — Jisung se congeló al ver la dorada mirada de su jefe quien ahora estaba encima de él.

— Shhh... — Minho pasó uno de sus dedos por los perfectos labios de Jisung.

Jisung estaba demasiado nervioso, volvería a hablar, pero sintió los labios de su jefe en los de él haciendo que su cuerpo se estremeciera, y al contrario de apartarlo, correspondió.

El beso pronto se convirtió en uno agresivo, uno que le robaba el aliento pero que sin embargo no quería dejar, no quería dejar de besarle...

Minho bajó su cuello dejando marcas por doquier en él, podía escuchar los leves gemidos que Jisung intentaba reprimir, eran tan hermosos como una melodía, la más preciosa.

Minho empezó a desabotonar la camisa de Jisung, para ir más allá de su límite, para así, besar, chupar y morder sus maravillosos pezones erectos.

En cuanto sintió la lengua de su jefe jugar tan agresivamente con sus pezones, Jisung ya no pudo seguir reprimiendo sus gemidos, y esta vez gimió fuerte al sentir a este morderlos y chuparlos como si su objetivo fuese sacar leche de ellos.

Minho, pronto bajo sus manos a los pantalones de Jisung, y empezó a bajarlos lentamente, Jisung se avergonzó e intentó detenerlo, ¿pero a quien engañaba? él también deseaba demasiado hacer el amor con su jefe desde hace mucho tiempo.

Sonaba mal, pero, ¿qué había de mal pasar una noche con tu jefe? ¿No podía vivir ese sueño por una noche?

— Ah... — Jisung se estremeció cuando Minho bajó por completo sus pantalones y empezó a acariciar sus caderas.

Y pronto, sus manos fueron apartadas de de lugar, para esta vez, bajar descaradamente a la entrada ya lubricada de Jisung.

Jisung de todo corazón esperaba que Minho olvidara ese detalle, no podía darse cuenta que era un omega y no un beta como lo había dicho, pero en verdad quería conservar el trabajo, por lo que mintió, no creía que un jefe alfa querría a un omega como secretario sabiendo los problemas que podía llegar a tener si lo hacía, por lo que mintió para conseguirlo.

— J-joven Lee... — Jisung jadeo al sentir como los dedos de Minho tocaban su entrada tentando a esta al no meter ni uno solo aún.

Pero entonces, sus deseos internos fueron concedidos cuando Minho metió un dedo y empezó a moverlo dentro de él.

— A-ah... — Jisung retrocedió un poco al sentir esa sensación.

Y pronto, otro dedo fue añadido, esta vez abriéndolo más violentamente, haciendo que Jisung se retorciera en las sábanas blancas apretandolas mientras gemía sin parar.

Eso era doloroso pero a la vez placentero.

Jisung sentía que se vendría pronto, pero para mala suerte, sintió decaer cuando Minho sacó sus dedos trayéndolo de vuelta a la realidad.

Jisung instantáneamente cerró las piernas, avergonzado de saber que su jefe tal vez ya estaba consciente y no quería hacerlo con alguien de baja posición como él.

Apartó la mirada para no verlo, pero pronto la devolvió al escuchar como ropas caían al suelo.

Y en cuanto lo vio, quedó perplejo, el cuerpo de su jefe era perfecto, estaba en el punto exacto para ser su tipo, pero lo que le aterro un poco fue el tamaño de su cosa...

Vaya que era muy dotado, no podía imaginarse el dolor que se sentía que metieran esa cosa en el interior de alguien.

Minho al ver el rostro de ardillita asustada que el hermoso chico frente a él mantenía, sonrió coqueto y puso sus manos en cada una de las rodillas de este, para después abrir sus piernas de una.

Jisung jadeo al sentirse expuesto, y al ver el rostro hambriento que el alfa mantenía al verlo desnudo.

¿Cómo podía existir un chico con rostro y cuerpo tan perfecto?

Parecía mentira.

— Joven Lee- ¡Ahh! — Jisung formó un hermoso arco cuando sintió la punta de la gran longitud de su jefe entrar en él.

¡Era tan doloroso ser estirado de esa forma!

— ¡A-ahh! — Jisung apretó las sábanas y sus mejillas se humedecieron por las lágrimas que las recorrían.

Minho embistió fuertemente metiendo su longitud por completo, haciendo que Jisung gritara de dolor, y el por su parte sentía que su pene podía ser cortado en dos por lo apretado que este estaba.

Pero al ver que el bello chico lloraba sin cesar, se acercó a su rostro y dejó un tierno beso en su húmeda mejilla, para después besar sus labios, y luego comenzar de nuevo con pequeñas embestidas para acostumbrar a este.

Jisung sentía desvanecerse ante el placer que estaba sintiendo, solo se podía aferrar al otro mientras sentía que las embestidas se estaban volviendo rudas.

— ¡Ahh! — Jisung gimio con fuerza al sentir a este tocar su punto dulce una y otra vez.

Sus lágrimas ahora de placer lo llevaban, se sentía demasiado bien.

Su jefe lo hacía sentir demasiado bien...

Los minutos avanzaron y Jisung quería más aunque su cuerpo ya le pedía descanso, ese hombre era... demasiado rudo en el sexo, lo hacía cansar demasiado rápido.

— ¡Lee Minho! — Jisung gimio su nombre al sentir a este venirse adentro de él.

Y el placer aún empezaba, ese alfa, no pararía hasta saciarse y dejarlo lleno de su semen, Jisung lo sabía.

Espero les guste esta corta historia, de verdad me gusta mucho y por eso decidí adaptarla <3

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