Viaje juntos

— ¡Cream! ¿has visto el cargador de mi comunicador? - la voz de Tails se aproxima, Cream mantiene sus ojos entrecerrados tras haber escuchado todo el plan que su amiga eriza tiene en mente. 

Incluso se sentía un poco abrumada por tantas cosas. Le parecía extraño, tanto así como su reciente comportamiento, pero al saberlo ahora tenía sentido.

Amy pestañeó varias veces, totalmente nerviosa por esperar una respuesta, que esperaba fuera positiva, ¡la conejita era la única a la que podía contar tal secreto!. 

Se mordió el labio inferior aún impaciente hasta que escuchó a la adolescente suspirar.

— ¡Está bien! te ayudaré, pero nos vamos juntas, esconde el localizador en mi mochila - susurró para que solo ella le escuchara —  y tras cenar, nos vamos. 

— No me puedo quedar a cenar, Cream - dijo Amy, Cream estaba lista para darle un sermón pero la puerta se abrió y Tails entró con una expresión confusa.

— Chicas ¿vieron mi cargador...  ¿por qué tan tensas? - preguntó él al sentir el cambio de ambiente.

La coneja observó a su pareja unos segundos. No era común que ella misma tuviese una mirada sería a menos que fuera una situación complicada, si pensaba ayudar a Amy, tenía que actuar con normalidad. 

— Amy está indecisa por los colores que quiere usar - dijo tras levantarse del sofá, acercándose al zorro para entrelazar su brazo con el suyo — vamos a tener una reunión de chicas esta noche para arreglar eso. 

— ¿Necesitan ayuda? no creo que los chicos tarden en llegar - dijo este revisando su comunicador con poca batería — demonios, esto se agota muy rápido.

— Gracias Tails, pero por ahora solo necesitamos el toque femenino - guiñó Amy desde el sillón. 

Tails asintió, estaba aliviado de no meterse en temas que le parecían aburridos, romperse la cabeza intentando elegir una paleta de color o tratar de combinarlos, ¡que desastre!. 

— Te ayudo a buscar ese cargador antes de que me vaya, ¡anda! - Cream jaló de su brazo para llevarse al zorrito dentro, la mejor parte es que conocía exactamente donde se encontraba ese dichoso cargador.

Le daría el tiempo suficiente a la eriza.

Amy no lo pensó dos veces y se apresuró a tomar el localizador de los estantes, vigiló la puerta unos segundos hasta que escuchó los pasos de la pareja subir las escaleras. 

Al entrar a la sala, divisó el bolso de Cream y al dejarlo dentro, no sintió ningún rastro de culpa. Ni siquiera sintió tanta tensión, ¿quizá porque ahora un ser querido estaba de su parte?.

La respuesta es si.

Apoyó sus codos sobre el escritorio mientras repasaba el álbum de fotos una vez más. Miles de dudas se esparcían por su cabeza al ver tantas caras desconocidas rodear a la eriza.

Por otro lado, le sorprendía bastante, ella es como una chispa de felicidad... una luz entre la oscuridad peligrosa, un destello de esperanza. 

Suspiró abatido por tantos pensamientos, era como conocerla por primera vez. Claro, en su línea temporal era completamente opuesta a lo que sus ojos captaban, quizá, opuesta porque lastimosamente había pasado por tantas cosas que seguramente la otra Amy nunca le revelaría.

Probablemente por eso estaba un poco molesto, resentido tal vez. 

Desconocía muchas cosas sobre ella cuando creyó haberlo visto y escuchado todo, pero no era así. 

— Veo que te gusta mucho ese álbum - se sobresaltó en su lugar, Evan desvió la mirada de Mephiles a su costado y se sintió un tonto por haberse permitido bajar la guardia. 

— No es nada, solo son fotos - recalcó sin interés cerrándolo — pero creo que tengo información, aunque quizá sean solo suposiciones. 

— Te escucho - el azabache decidió recargarse en el mueble. Evan siempre tendía a perderse en pensamientos cuando estaba preocupado o porque algo le llamaba mucho la atención e intentaba descifrarlo. 

— He visto todas las fotos que tiene, de ella y de él - dice Evan — tengo el presentimiento que algo ocurre entre ambos, no es sorpresa supongo, pero tenemos que tener cuidado de que no nos vea, mucho menos a ti. 

— ¿Seguro? - Evan asintió — entonces tengo que buscar una forma de cambiar mi aspecto. 

— ¿Crees que aparezca por aquí otra vez? - inquirió preocupado, el azabache no dijo nada y su silencio fue suficiente para generarle un ligero pánico. 

— Mientras ella pueda engañarlo estaremos bien, pero tampoco podemos darnos el lujo de descansar demasiado - lo reprendió con la mirada. 

Evan asintió regresando la vista a la pasta del álbum, se preguntaba si realmente ella sería capaz para hacer estas cosas.

Sabiendo ahora lo diferentes que son ambas versiones, teme que algo se le escape de las manos. 

Escucharon el sonido de las llaves en la puerta, ambos compartieron miradas y no tardaron demasiado en sentir otra presencia desconocida, a Evan le recorrió un escalofrío, pero sus músculos se relajaron cuando escuchó pequeños murmuros.

— Antes de que entremos - dijo Amy nerviosa, Cream la miró interrogante — no quiero que te asustes por cómo se ve uno de ellos, ¿bien?.

— Demasiado tarde para arrepentirme de todas formas - dijo la adolescente — la curiosidad me consume, ¡abre!. 

Abrió la puerta y encendió las luces de la sala, Cream esperaba encontrarse con ellos pero no fue así.

Nadie, no había nada dentro más que las pertenencias de la eriza y los muebles, todo estaba igual. 

— Si dices que estás en remodelación, al menos deberías poner algunas bolsas de plástico en las ventanas para que sea creíble - regañó la menor al pasar, miraba los alrededores con impaciencia. 

— Deben estar arriba - Amy dejó el bolso sobre la mesa mientras regresaba y se aseguraba de dejar la puerta bien cerrada — ¿Evan, puedes bajar? - alzó la voz, pero no recibió respuesta. 

— ¿Quién es la coneja? - una voz alarmó a ambas mientras se giraban hacía la cocina, del otro lado de la barra el erizo de tono oscuro las miraba con desagrado. 

— M-mephiles, ¡haz algo de ruido por Chaos! - dijo Amy, Cream se quedó estática por ver el gran parecido que tenía él con Shadow.

— Soy amiga de Amy - se apresuró a decir — me habló de ustedes y qui-

— ¿Le hablaste de nosotros? - esta vez, la voz de Evan se esparció con un tono que les provocó escalofríos.

Ambas amigas retrocedieron, se juntaron y Amy la tomó de los hombros para acercarla un poco. 

— Me ayudó a tomar el localizador - dijo señalando la bolsa sobre la mesa — sé que prometí no decirle a nadie, pero necesitaba contárselo...

Mephiles se acercó a la mesa hurgando dentro de la bolsa mientras Evan seguía mirándola, apretando sus puños con tremenda furia revolviéndose en su interior. 

— ¡¿Sabes lo que acabas de hacer?! - gritó furioso contra ella — ¡no sabes del peligro al que expones nuestra línea sólo porque necesitabas desahogarte!.

— ¡Necesitaba decírselo¡, además nada ha pasado - exhaló ella extendiendo ambos brazos hacía sus costados — seguimos vivos, nada ha ocurrido y ella es la única que lo sabe. 

— ¿Cómo sabes que no le dirá a los demás? - dijo Mephiles sacando del localizador de la bolsa.

— Es mi mejor amiga, sé que puedo confiar en ella. Además será como tener a alguien infiltrado dentro del grupo. 

Mientras los erizos se detenían a pensar en las ventajas, Cream miró dudosa a la eriza frente a ella, ¿infiltrada? ¿entonces eso era para ella ahora?. 

Esa no era la mentalidad de Amy en el pasado, quizá no había querido decirlo así pero... sonó como si solo la estuviera utilizando. 

— Espero que sea así - Evan seguía molesto, no podía confiar tan fácilmente en la gente. 

Por otro lado, Mephiles solo podía enfocarse en el dispositivo que tenía frente a él. Logró encenderlo y buscaba ahora la nueva localización de las esmeraldas restantes. 

— ¿Hay algo más que debamos saber? - preguntó hacía la eriza con desdén. 

— Están investigando el caso de la esmeralda robada - explica a Evan — fueron a investigar a Eggman, un viejo rival que se ha quedado callado por unos meses.  

— Así estarán ocupados un rato - menciona Mephiles aproximándose cuando el localizador detecta un par de esmeraldas — preparémonos para viajar.

— ¿Ahora? - exclama Amy no muy convencida. 

— No podemos arriesgarnos a que alguien más decida buscarlas - dice Evan.

— Tampoco pueden arriesgarse ahora, es muy noche para salir y además, ¿dónde están las esmeraldas - Cream pide el localizador, ignora la mirada penetrante de Mephiles y la desvía al darse cuenta que es más parecido a Shadow de cerca. 

El erizo entrega el dispositivo sin problemas, al revisar la pantalla nota en las coordenadas lo lejos que se encuentran de ella. 

Amy observa por encima del hombro de Cream y se percata de la dirección. no le agrada mucho. 

— Calculo un día de viaje quizá - menciona ella mirando a su amiga eriza. 

— Por suerte tenemos el transporte asegurado - menciona orgullosa. 

— Nos vamos ahora - repite Evan recibiendo una mirada de reproche de la pequeña — mientras más rápido partamos, llegaremos temprano. 

— ¡¿Vas a dejar que Amy conduzca toda la noche?! - regaña con recelo, Amy interviene desaprobatoria. 

— Cream, estaré bien. Lo hacemos por una buena causa ¿recuerdas?. 

La coneja mueve sus orejas nerviosa, intenta comprenderlo pero le preocupa dejarla sola con esos dos seres con auras peligrosas, en especial al extraño de aspecto familiar. 

— Pero- 

— ¿Puedes quedarte aquí y encargarte de la fachada? - dijo Amy — algunos botes de pintura regados, los muebles cubiertos, solo por si alguno de los chicos viene. Pero no dejes que nadie entre ¿de acuerdo?. 

Resignada, la coneja aceptó con una condición.

Si algo le sucedía a Amy por culpa de ambos, los acusaría inmediatamente con el único erizo que los haría sufrir hasta en la tumba.

Activó el limpia parabrisas, poca neblina se acumula en el camino y prefiere manejar con precaución antes de lanzarse al peligro.

Maneja con la vista al frente, muy concentrada y un poco ansiosa por la nueva y reciente misión. 

No tenía miedo, confiaba lo suficiente en Cream para dejarle a cargo su casa y darle una buena coartada al Team, quién sabe, quizá no preguntarían por ella. 

Observó a su costado el cuerpo inerte de Evan sobre el asiento, cruzado de brazos con los ojos cerrados; pensó por unos segundos lo lindo y tranquilo que se ve. Pensándolo, no lo conocía demasiado. Esperaba que con el tiempo que los tres estuviesen juntos pudieran abrirse más. 

— ¿Preocupada? - escuchó a sus espaldas la voz pacifica de Mephiles, lo miró por el retrovisor leyendo una revista para adolescentes.

— No realmente, ¿cuándo trajiste esa revista? - preguntó y el erizo alzó la cabeza.

— Debajo del asiento - señaló — Evan y yo estuvimos de acuerdo en buscar un cambio físico para mi, así sería más fácil salir contigo sin que me reconozcan por... - calló antes de decir su nombre, Amy lo entendió perfectamente. 

— Es verdad... ¿cómo es que eres tan parecido a él? - inquirió con curiosidad mientras su mente trataba de hallar las respuestas, de pronto una de ellas llegó a su cabeza — ¿eres su hijo o algo así?.

Mephiles le dio una mirada fugaz, iba a hablar cuando repentinamente, sintieron que el auto se movía bruscamente por los repetidos baches de la carretera.

Trataba de recuperar el control, tuvo que volver centrarse en el camino apretando su volante con fuerza, ahora tenía esa duda en la cabeza.

Evan despertó no muy contento por el viaje tan brusco, culpando enseguida a la copiloto mientras que ella se defendía con voz fuerte.

Mientras tanto, Mephiles regresaba la vista a las revistas cansado de escuchar las peleas entre ambos.

Muy en el fondo, Amy no quería creerlo pero, ¿qué otra explicación había?. 

Quería investigarlo, necesitaba saberlo, ¿Mephiles era hijo de Shadow en la otra dimensión?.

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