No hay problema

Estaba nerviosa, mis manos temblaban cuando servía el té, no puedo controlarlas, Sonic y Shadow están en la sala bastante incomodos por encontrarse, y yo... bueno, estoy preocupada por ese par de allá arriba, si hacen ruido, es muy probable que Shadow sea el primero en darse cuenta. 

Sus sentidos son muy buenos, y podrá detectarlos, ni hablar de Sonic que se pondrá histérico. 

Cuando terminé de llenar ambas tazas, las llevé sobre una pequeña bandeja hasta ponerla sobre la mesa del centro, Sonic estaba cruzado de brazos mientras Shadow parecía querer irse por la presencia de Sonic, sin embargo, supongo que se queda por la curiosidad. 

— ¿Qué pasó?, sabes que nunca debes apagar el comunicador, pudo haber sido peligroso - se levantó cuanto antes, para examinarme de pies a cabeza para asegurarse de que no tuviera ningún rasguño. 

— Por favor Sonic, sabes bien que puedo cuidarme sola - no puedo evitar molestarme por eso, ¿qué no había quedado muy claro? — no he entrenado para nada, he avanzado bastante. 

— ¡Lo sé, pero ponte en mi lugar!, no dejaste ni siquiera un mensaje, ¡estábamos preocupados por ti! - replicó, aclarando su malestar y supongo que tiene mucha razón, siempre nos mantenemos comunicados. 

— ¿No crees que ya es lo suficientemente grande como para elegir lo que quiera hacer? - intervino Shadow mientras tomaba la taza, parece que está bastante entretenido con la discusión, es un cabrón — no me preocupa mandar mensajitos cada cinco segundos, y sobre los rastreadores, no crean que lo voy a mantener encendido. 

— Tú sólo le das ideas - Sonic se acerca hacía él, sus hombros están alzados y su postura es firme — no entiendes lo que nosotros sentimos, no podrías entenderlo, ¿o si?, ¿alguna vez has sentido preocupación por algo o alguien?. 

— No le doy ideas, digo lo que pienso y ella lo toma como quiere - manifestó, tomando todo el té de la taza para volver a regresarla a la bandeja, creo que Sonic se ha pasado. 

— Quizás deba mantener tu boca cerrada, entonces - amenazó con un tono burlón, pero a Shadow no pareció causarle gracia. Se alzó del sofá para mirarle intimidante, a nadie le gustaría estar en esa posición. 

— Hazlo y te rompo las manos, faker - observó a Sonic con los ojos fijos en él. 

Es mejor intervenir, no quiero una pelea.

— Fue mi culpa... tienes razón Sonic - admito y siendo franca, fui muy tonta al haber apagado el comunicador — no debí haberlo apagado, pero fue un accidente, no me percaté de que no estaba encendido, lo juro. No era mi intención ignorar sus mensajes.

Logré tranquilizarlo, Shadow rodó los ojos y caminó hacía la entrada, no sé que es lo que esperaba de mi, pero sin duda, supongo que no le agradó mi respuesta. ¿Acaso fue por que le di la razón a Sonic?.

— Oye, tranquila. Todo bien, siempre y cuando no vuelvas a apagarlo. Promételo - me miró con ojos tristes, demonios, ¿alguien puede negarse a ellos?, reí y asentí, olvidándome un poco del azabache en la puerta. 

— Gracias por venir, a ambos - observo a Shadow sin ignorar su aún presente presencia, de verdad creí que se iría — trataré de no preocuparles más. 

— ¿Quién dijo que vine por preocupación?, necesitaba saber en qué estabas tan ocupada como para faltar al entrenamiento - aseguró, y yo por supuesto que no lo creo. Sonic y los demás podrán decir lo que quieran, pero Shadow estaba intrigado por saber, y un poco preocupado también — ¿dónde estabas?. 

Lo tengo todo arreglado, sin preocupaciones. 

— Fui a entregar el trabajo de Tails al centro y decidí tomar el camino por el bosque, quería algo de aire fresco luego de la batalla - recuerdo muy bien a la criatura, me gustaría tratar de agregar más detalles para sonar convincente, pero tampoco tengo mucho tiempo. 

— Es verdad... mañana hablaremos sobre la criatura en el taller, espero que los dos lleguen a tiempo, ¿a las doce en punto, les parece?. 

— Estaré ahí - sonreí, trataré de mantenerme enterada. 

— ¿Puedo contar contigo, Shadow? - se dirigió al azabache, ya había abierto la puerta, sólo le miró por encima del hombro, creo que no está muy convencido, ¿no me creyó?, ¿o está pensando en otra cosa?.

— Quizás - ha achicado los ojos hacía mi dirección, muy indignado por que no le haya dicho nada, se le pasará, hablaré con él luego. Una brillante y destellante luz aparece cuando Shadow invoca la esmeralda y desaparece enseguida, no me sorprende. 

— Presumido - Sonic se queja — sólo se cree el más fuerte por ser "la forma de vida perfecta" - quizás por que lo es — pero nada le cuesta volverse un poco más, amable con el pasar de los años, no ha cambiado nada. 

— No, sabes que es no pasará - aseguro con una sonrisa ladina, se lo ha tomado bien, sé que sabe muy por dentro que Shadow ha... cambiado un poco, un mínimo, por que de no ser así, seguiría trabajando para Eggman y nos mandaría al carajo cada que intentáramos pedirle ayuda. 

Bueno, sigue haciéndolo, pero al final siempre aparece y le encanta derrotar a Eggman para quedarse con ese final de que nos ha venido a salvar a todos, ya imaginarán las riñas entre él y Sonic. 

Observamos el paisaje de afuera, la noche se está haciendo cada vez más oscura y sé que será complicado para él regresar a casa sin mucha iluminación. Se gira y me estruja entre sus brazos, me he quedado congelada, con las manos a los lados mientras escucho su suspiro tranquilo cerca de mi oído. 

He subido mis manos un poco, para acariciar su espalda como una disculpa, sinceramente nunca debí apagar ese comunicador. Se separa, no sin antes dejarse las púas mal acomodadas. suelta una risa que logro detener por mi puño en su hombro de forma juguetona, es un tonto. 

— Te veré mañana, no lo olvides - me sonríe, se despide una vez más al pasar por la puerta mientras le ayudo a cerrar, baja las escaleras del pórtico, y lo que veo después es sólo su silueta alejarse hasta entrar al camino del jardín. 

Cierro la puerta, espero que no les haya molestado ese par de viajeros. Me doy la vuelta y casi pego un grito, me asustó ver a ambos curioseando entre mis cosas. 

Evan parece asombrado por la repisa de libros que tengo, y Mephiles está agarrando mis decoraciones sin tener cuidado alguno. ¡No, la estatua de unicornio de nuevo, no!. 

— ¡Espera!, ya no la toques - me acerqué haciendo berrinches, tratando de detener que fueran a romper algo, luego, escuché una pila de libros caerse. 

— Mierda, ¿éstos son libros?, ¿por qué tienes libros con títulos tan... románticos? - formó una mueca con bastante asco, diablos, Shadow dijo lo mismo cuando los encontró. 

Me agaché a levantarlos, quitándole incluso el que traía entre las manos. Ahora si estoy enfadada, éstos libros son escritos con las mejores versiones de los escritores. Lo empujé un poco, sólo para tener que acomodarlos ordenadamente de nuevo, no son muchos, pero de todas formas me agrada acomodarlos por tamaño. 

— ¿Quieren comer algo? - dije al terminar, Evan parecía bastante escéptico respecto a los libros, Mephiles volvía a hacer con las suyas tocando mis almohadas que, parecía divertirle la tela con brillo — tengo suficiente comida preparada en el refrigerador, sólo falta calentarla. 

— Iré por madera para encender la fogata - anunció Mephiles al levantarse del sillón, negué rápidamente riéndome, ¿por qué la fogata?. 

— Tengo la estufa - parece que hablé en chino, me observaron con las cejas levantadas tratando de entender esa palabra, ¿no hay estufas en el futuro? - ¿enserio?, una estufa chicos... - negaron; parece que tendré mucho que enseñarles. 

Encendí el fósforo, abrí la llave de la estufa para que el gas saliera, acerqué el palillo dentro y enseguida la llama azul y naranja apareció. Luego, coloqué el recipiente y el arroz blanco encima para que pudiera calentarse. 

Luego, serví la ensalada en dos platos grandes y saqué el espagueti ya listo del microondas. Olía muy muy rico, juré haber escuchado el estómago de los dos gruñir con fuerza cuando dejé los platos sobre la barra frente a ellos. 

Me giré a los cajones de abajo para sacar los cubiertos y cuando di la vuelta, estaban comiendo las albóndigas con las manos. Bueno, supongo que no pueden darse el lujo de comer con cubiertos. 

Estiré los cubiertos por la barra, Evan frunció el ceño y alzó el tenedor para observar las tres cuatro puntas. 

— Ejem - agarré el plato con las albóndigas sobrantes, cogí otro tenedor y al verme con el, observó muy atento lo que hice. Primero, partí la albóndiga en dos y luego encajé las puntas en la carne, después, guíe el pedazo de carne hasta mi boca. 

Sus ojos me ignoraron cuando chocaron con mi mirada, creo que no comprendió, ¿se habrá ofendido?. Mis orejas se doblaron con desilusión. Dejé el tenedor sobre el fregadero y guardé la carne sobre la barra para que pudieran servirse más si querían. 

Mephiles observaba la flama con mucha curiosidad, tratando de encontrar la razón por la cual la estufa funcionaba de es manera. Sentí el olor del arroz blanco, ya estaba listo. 

— Sé que es una combinación extraña de muchas comidas pero, deben tener tanta hambre que no creo que les importe el orden, ¿verdad? - agarré una cuchara de madera, serví en dos tazones hondos el arroz con vegetales, mi favorito. 

— No sabía que la comida llevaba un orden - respondió el vetado, sosteniendo el plato con ambas manos cuando se lo extendí, lo mismo se repitió cuando se lo di a Evan, pero él, ya no me miró. 

— Bueno, existen tiempos de platillos, combinaciones, platos fuertes, entradas - expliqué, siendo una gran conocedora de lo básico en la cocina, dije todo lo que sabía sobre ella, les mostré los electrodomésticos, desde el microondas hasta la tostadora y el exprimidor de jugos. 

Probaron cada platillo en el refrigerador, Mephiles con una mente abierta compartió algunos conocimientos, o pocos, de los que él conocía sobre la existencia de los aparatos que tengo. Por ejemplo, las cosas que yo tengo, fueron destruidas para sacarle las navajas, los artefactos que pudieran ser forjados nuevamente para crear armas. 

Nunca los habían visto completos, ya no existen. 

Cuando terminaron, los llevé a la habitación de huéspedes, les tendí una gran colcha por que, la cama no estaba bien construida y se negaban a dormir juntos, por supuesto. Acomodé las cobijas y el par de almohadas en ambos lados. ¡Listo!. 

— Nos vemos mañana temprano, tengo que enseñarles algo antes de irme. 

— ¿Irte? - preguntó Mephiles al salir del baño con una toalla en sus hombros, yo asentí, parece que supo como funciona la regadera. Debería enseñarle más cosas, parece aprender muy rápido. 

— Los erizos que vinieron, son amigos míos, quieren que hablemos sobre la criatura que atacó el mercado en la mañana - aclaré — no puedo faltar. 

— Mientras no les hables de nosotros - escuché a Evan murmurar antes de arrebatarle la toalla a Mephiles, logró empujarnos a ambos con su cuerpo antes de entrar al baño — Despierta temprano, voy a querer el desayuno. 

Cerró la puerta con fuerza, puedo sentir el humo salir por mis orejas de coraje, es un malcriado, grosero, sin educación, ojalá le caiga agua helada encima cuando abra la llave incorrecta. 

Bien, en tres, dos... uno.

¡Carajo!, erizo listo.

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