Falsa promesa

— No te interesa.

Sonic analizó su rostro desde abajo con desprecio, entonces sí había una razón por la cual quería verse con Amy a solas. Más razón para no dejarles juntos, se levantó del suelo y lo confrontó de frente, parecía que una atmosfera peligrosa emanaba de ambos y todos podían notarlo.

— Iré de todas formas, no necesito tu permiso - dijo Sonic haciéndolo enojar más.

Shadow gruñó y sus ojos resplandecieron con ira contenida, solo sería un estorbo. No le daría oportunidad de estar con ella por más que quisiese y si no tenía el apoyo de la rosada no funcionaría.

Miró a Amy con esperanza, pero la eriza estaba más enfocada en dejarse ir por la fatiga, bostezó y se acurrucó sobre la mesa mientras cerraba las ojos con cansancio. Él arrugó aún más su expresión y se volvió al cobalto con odio.

— Haz lo que quieras, en cualquier lugar sobras - soltó con veneno antes de empujarlo con el hombro al pasar. Se agachó entonces para tomar a la rosada en brazos y las manos de Tails se atravesaron con desconfianza.

Apretó la mandíbula tras alzar la mirada, era obvio que todos en la casa parecían querer interrumpir su acercamiento, cabreándolo más. 

El zorro tragó saliva con miedo, tosió un poco recobrando la calma tras posar sus manos enguantadas sobre la espalda y hombro de su mejor amiga.

— Shady puede llevarla a casa, no pasa nada - interrumpió Rouge con el entrecejo ligeramente fruncido, notaba el rechazo hacía el azabache y no le agradaba para nada lo que los chicos estaban haciendo — Estará bien.

— Es mejor si ella se queda, tiene una habitación disponible - negó levemente, si Amy estaba tan cansada para quedarse dormida en una posición tan incómoda era porque había llevado su energía al límite.

Shadow harto de lidiar con estorbos se irguió de nuevo, observó a los amigos de la rosada con recelo y bufó queriendo descargar su furia en algo, tras aquél incómodo momento desapareció en un destello.

Rouge se cruzó de brazos fulminando al zorrito, Knuckles decidió acompañarla a casa quedando solo los cuatro en el taller. Cream notó enseguida la delicadeza con la que Sonic tomaba a Amy en brazos para no despertarla y llevarla escaleras arriba, quiso seguirlos para ayudarle a acomodarla en la cama pero Tails se interpuso.

— ¿Qué tal si los dejamos solos? - susurró por lo bajo y ella volvió a mirar las escaleras.

No estaba completamente segura, pero asintió poco convencida y le ayudó a su pareja a terminar de recoger las cosas.

En el piso de arriba, Sonic empujó la puerta ligeramente con su espalda para entrar. Se acercó a la cama con ella en brazos y poco a poco la depositó sobre el colchón, se felicitaba internamente por mantener limpia la habitación. Siempre con la esperanza de que la dueña regrese. 

Contempló su rostro dormido por unos segundos y pensó seriamente en lo que Shadow quería hacer ¿qué tramaba queriendo estar solo con ella? ¿de qué podrían hablar?

Apretó los puños y se mordió el labio sintiéndose alejado, Amy se removió un poco cuando su cuerpo tentó la suavidad de las cobijas y se acurrucó en posición fetal. Era adorable, sus púas largas le gustaban mucho y quiso tocarlas, pero se contuvo.

Se inclinó un poco para admirar su rostro y se percató de su madurez, había cambiado mucho, era aún más hermosa.

Pero Shadow no podría fijarse en ella, claro que no. Era autoritario, malhumorado y solitario por no mencionar tajante ¿Qué podría ver ella en él?

No ella no podría esta interesada en el azabache ¿o si?

Quiso pecar en despertarla y preguntarle de una vez por todas, las dudas le estaban comiendo ahora. Fuera lo que fuera, no permitiría que Shadow se acercara más a ella.

Se aproximó a su rostro para plantar un dulce beso en su frente antes de levantarse, había perdido mucho tiempo antes, no volvería a repetirlo.

Acarició la suave almohada, olfateando el aroma dulce que le traía recuerdos en de su vieja habitación. 

¿Aún no despiertas? - de repente, un par de manos rodearon su cintura con dulzura.

Ronroneó con gusto al reconocerlas y se giró entre las sábanas para verlo, notó sus rubíes mirándola con una sonrisa ladina muy encantadora. Sonrío con picardía al acomodarse en sus cálidos brazos.

Hizo remolinos con el pelo de su pecho mientras Shadow se inclinaba hacia su cuello, el cálido aliento del azabache rozó su piel hasta depositar pequeños besos por todo el largo. Alzó la barbilla para darle más espacio y gimió levemente al recibir una pequeña mordida en el área, ella pasó las manos por detrás de la ancha espalda del erizo para recorrerlo hasta los hombros. 

Después, sintió una presión en su glúteo derecho y por instinto subió una pierna a su cadera para eliminar cualquier separación. Los besos continuaron, quemaban la piel con cada acercamiento y pronto las caricias dejaron de ser dulces, las manos de Shadow la recorrían con urgencia.

Le gustaba sentirse así, con él de esa forma. El sentir sus brazos apretando su cuerpo infundiéndole protección, lo quería todo. Jadeó cuando los besos llegaron a su barbilla, para entonces mantenía los ojos cerrados dejándose llevar por el placer que sentía.

Frunció ligeramente el rostro al sentir una mordida en su mejilla, la mano azabache apretaba con demasiada fuerza la zona de la cadera y el calor se volvió casi sofocante, la apegaba a él con dureza. Las caricias se tornaron bruscas, las mordidas eran cada vez más fuertes. 

Se quejó cuando este la jaló de las púas para besarle, el beso era apasionado pero diferente a lo que recordaba, con mucha desesperación. Entonces abrió un poco los párpados al separarse y lo que vio la dejó sin aliento, su rostro se horrorizó al ver frente a ella la clara imagen de Evan sosteniendo su muslo con los labios hinchados. 

¿No te gustó? - le escuchó reír y la sensación de arcadas subió por su garganta.

Se levantó de la cama casi como un resorte perdiendo el aliento, al retroceder las cobijas se enredaron en su pie, llevándola al suelo.

El estruendoso golpe de la caída la devolvió a la realidad por completo, cuando se fijó en la cama ya no estaba ahí, no había nadie. 

El corazón le palpitaba con fuerza y la cabeza comenzó a martillarle, se acarició las púas resintiendo el ardor del jalón aún sintiéndose desorbitada. 

— ¿Qué demonios pasó...? - dijo tras levantarse, al notar el espejo de su viejo tocador se acercó y comenzó a revisarse las zonas donde había sentido aquellas mordidas. Por suerte, no había rastro de ellas ¿aquello había sido una pesadilla? seguramente. 

Recordó entonces todo lo que había pasado la noche anterior, inconscientemente la idea de que Evan y Shadow fueran tan similares no dejaba de atormentarla y ya se veía reflejado en sus sueños. Apretó los puños y frunció el ceño al tener sus pensamientos fuera de control. 

No podía culpar a Shadow por tener un hijo, ni siquiera era suyo en esta dimensión. Pero la idea de que estuviera con alguien más y llegar al punto de engendrar un hijo, no le agradaba. Y tampoco le gustaba que su mente le pusiera ese tipo de sueños si los iba a arruinar.

Bufó levantándose del banco y al hacerlo la puerta se abrió abruptamente, asustándola. 

 — ¡¿Amy, estás bien?! - el zorrito observó toda la habitación con un bate en las manos, listo para cualquier pelea — Chaos, pensé que había pasado algo, escuché un golpe desde el taller y luego... ¿todo bien? dime qué pasó.

— No es nada - sonrío ella admirando la valentía de su amigo — al levantarme se me enredaron las cobijas.

Alzó la mirada hacia la puerta viendo el corredor vacío y luego checó su comunicador, era casi medio día. 

— ¿Dónde están los demás? - preguntó — ¿Y por qué no me despertaron? es muy tarde. 

— Cream fue a la plaza con Sonic - dijo — Ayer parecías muy cansada, creímos que sería mejor no despertarte hasta que tu lo hicieras - confesó rascándose el cuello — hablando de ayer, me gustaría preguntarte algo. 

Ella notó la ligera inquietud en su mirada y temió que se tratara de algo relacionado a las esmeraldas, pero era tarde para pensar en una excusa.  

— Knuckles y yo creemos que es mejor reunir las esmeraldas por si algo sale mal - ella sentía como si una lupa y una lámpara le estuvieran apuntando directamente — ¿De casualidad viste el rastreador cuando limpiamos mi cuarto? 

 — No, creo que no. 

Respondió y fingió tener prisa, aunque el tono de su respuesta había sido un poco seco Tails pareció no notarlo. Se peinó rápidamente las púas para evitar la mirada de su amigo y pasó a su costado con la excusa de que tenía demasiada hambre. 

El zorro frunció el ceño al escucharla bajar las escaleras y se mordió el labio con preocupación, mirando por todo el cuarto una vez más, sin el rastreador tendría que fabricar otro pero le llevaría algo de tiempo.

— Miren quién ha decidido despertar - Knuckles la recibió con un los brazos abiertos, ella correspondió el abrazo sintiéndose nerviosa. El grupo de héroes estaba de vuelta, reunidos afuera del taller preparándose para investigar. 

No logró abandonar el taller, tenía ganas de irse a casa y saber de Evan, le preocupaba que la curación no fuera efectiva. Pero cuando quiso irse Sonic y Cream habían llegado, aunque la conejita quisiera ayudar el cobalto no parecía tener intenciones de dejarla sola. 

— Querida, te ves un poco pálida - dijo Rouge al analizarla — mírate ¿Qué pasó ayer? no me digas que esa criatura te hizo daño. 

— Estoy bien, creo que me hace falta dormir un poco más - Tembló al sentir la preocupación de sus amigos, se sentía terrible por mentirle en sus caras.

El resto del equipo ayudó a traer algunas de las cosas que llevarían para la expedición, banderitas en rojo, una mochila con cuerdas y cinta policial por si encontraban algo. 

— Bien, ¿están todos? - aplaudió Sonic llamando la atención del equipo y observó a cada integrante, sonrío levemente al no ver la presencia de aquel erizo engreído — bueno, si ya tomaron las cosas que necesitan comencemos. ¿Lista Ammes? 

Le extendió la mano, correría con ella en brazos como en los viejos tiempos y no podía evitar mostrar la felicidad que le provocaba.

Todo era perfecto para él, hasta que el sonido de una motocicleta sonó desde la lejanía. Amy reconoció enseguida aquél peligroso vehículo y observó por encima del hombro del cobalto la presencia oscura que se acercaba. 

Sonic se giró para comprobar lo que más temía, y en efecto, el azabache ya estaba a pocos centímetros con rostro de pocos amigos y cero paciencia. 

— Llegas temprano - se burló de él con resentimiento. 

— ¿Me esperabas? que considerado - barrió Shadow con desprecio sobre la atenta mirada furiosa de Sonic. El azabache se acercó a la mesa del centro para tomar una batería portátil, necesarias para los comunicadores en casos de emergencia. 

Amy evitó mirarlo, aún sintiéndose molesta.

 — Bien... - Tails observó la tensión — manténganse comunicados, nos vemos en unas horas.

Dijo para el resto del equipo, Knuckles se llevó del brazo a una Rouge que no dejaba de observar la escena con fascinación. Cream y Tails se despidieron yendo a las orillas de la ciudad, solo quedaban ellos con dirección al bosque.

— Podemos usar la esmeralda de Shadow para llegar - el azabache sonrío con orgullo al ser nombrado frente a su rival y ella fingió no notarlo — será más rápido Sonic.

Aclaró ella al ver la negativa en el rostro de su amigo, tras la insistencia de Amy logró aceptar a regañadientes. Shadow le tendió la mano y ella la tomó con el entrecejo ligeramente fruncido. 

Sonic también la tomó a ella por el otro lado y el azabache rodó los ojos al recordar que lo tendrían detrás como un chicle. En menos de un parpadeo, los tres ya estaban frente a los altos y frondosos árboles.

— ¿De verdad vamos a revisar todo? - preguntó Amy notando el largo y ancho camino que tendrían que recorrer, Sonic asintió con una sonrisa preparándose para correr. 

— Por supuesto, de principio a fin o quizá solo el camino principal - dijo colocando el cronómetro en su localizador — ¿lista? 

Amy se amarró con fuerza la pequeña mochila a la espalda y asintió, correr para ella era un trotar para el grandioso Sonic. Tras escuchar el sonido de arranque en el comunicador, comenzaron a correr. 

El camino estaba limpio entre comillas, algunas piedras y ramas en el suelo que tenía que saltar. El fresco aire chocándole en el rostro le agradaba más de lo que esperaba y tras tomar ritmo, divisó a ambos erizos a sus costados esquivando los mismos objetos que ella. 

La adrenalina surgió repentinamente en su pecho e instintivamente sonrío, recordando las misiones del pasado. 

No lograron mantener el ritmo por mucho tiempo, los tres se detuvieron al notar una extraña entrada a una cueva saliendo del suelo. La piedra a su alrededor parecía tener tonalidades brillantes, la entrada era estrecha y pequeña y la oscuridad no les daba oportunidad para definir la profundidad. 

— No recuerdo que estuviera aquí antes - mencionó Amy agachándose para observar la piedra de cerca. Sonic rascó una pequeña parte por donde el brillo resplandecía más y una pequeña capa de tierra se desprendió. 

— Háganse a un lado - gruñó Shadow acercándose. 

Ella se levantó y Sonic retrocedió cuestionando la orden del azabache, pero antes de que pudiera objetar, Shadow alzó su puño y golpeó con fuerza la punta de la piedra provocando un sonido de vibración. Trozos grandes de tierra y coraza de piedra cayeron alrededor dejando al descubierto el enorme trozo de cristal, ya no era la fea piedra de antes, solo era una fachada. 

— Ese cristal... - murmuró Amy. 

— Es el de las criaturas - continuó Sonic mirando de nuevo la entrada al subsuelo y se acercó con la intención de entrar. 

Shadow observó los alrededores, notando que a demás de la entrada había otros cuantos trozos de las corazas saliendo del suelo. 

— Quizá esas cosas estén saliendo por aquí - dijo el cobalto — voy a entrar - la eriza lo tomó inmediatamente por el pañuelo del cuello para evitarlo, sumamente preocupada. 

— ¡No! - jaló con fuerza — ¡¿estás loco?! no sabemos cuántas de esas cosas haya ahí dentro. Tenemos que poner avisos por la zona y decirle a los demás. 

— Oye, tranquila -posó una de sus manos sobre la suya para tranquilizarla, regalándole una dulce sonrisa que no pasó desapercibida por Shadow — voy a echar un vistazo, saldré de inmediato. 

Amy asintió preocupada por su seguridad, buscó con prisa una pequeña linterna de emergencia en su mochila y se la tendió, apretando su brazo en el proceso. 

— Si tienes problemas llámame y entraré a moler a golpes a esos monstruos - frunció el ceño y la sonrisa de Sonic creció, notaba en los iris de su amiga el brillo de seguridad y no pudo evitar sentirse orgulloso. 

— Lo haré - se despidió risueño, no sin antes mirar a Shadow con dijes de grandeza. Se escuchó el sonido de la tierra resbalar cuando entró y se sumergió a la profunda oscuridad. 

Ella se mantuvo de pie, pensando si debía de acompañarlo o no. Prefirió darse la vuelta y comenzar a colocar señales de peligro por la zona. Casi se había olvidado del otro integrante del equipo que parecía ser la tercera rueda de la historia. 

— ¿Vienes? - preguntó Amy quien supo leerle completamente en cuanto sus miradas chocaron. Se giró de vuelta, quería ahorrarse la incomodidad de tener que pasar más tiempo a su lado, pero era evidente que eso no pasaría. 

Logró escuchar los pasos a su espalda y continuó sin mirar atrás, agachándose de vez en cuando para poner las banderitas en rojo que había preparado Cream para señalar el camino. 

Llegando a cierta zona se detuvo, escuchando los pasos de azabache detenerse también. Su pecho le dolía, lo mismo pasaba con su cabeza. ¿Cómo podía mirarle a la cara con lo que acababa de soñar por la mañana? y después, ese horrendo sentimiento de culpa creciendo que la hacía sentirse pesada, de mal humor. 

— ¿Vas a decir algo? - empezó ella — no me obligaste a venir aquí por nada. 

Shadow se aproximó, mirándole a los ojos para tratar de adivinar lo que le perturbaba. También estaba molesto, cada acción que ella tenía para Sonic lo hacía sentirse asqueado, recordando el pasado. Había dudas, muchas desde la noche pasada. 

— ¿De verdad tuviste una pelea en el lago? — Amy frunció el ceño. 

— Ya te dije que si. 

No supo explicarlo, pero los iris de Shadow se oscurecieron con un sentimiento de desconfianza y decepción, como si supiera algo. Aquello le provocó escalofríos e ignorando por completo su expresión, miró al suelo. 

— Bien - lo escuchó suspirar, acto seguido Shadow extendió su brazo para tocarla, pero ella retrocedió queriendo evitar su tacto — he de disculparme contigo, lo de ayer... - pausó un momento, ella quería seguir escuchando — no quería herirte. 

— Pero lo hiciste - alzó la mirada. 

— Y por eso me estoy disculpando - respondió él alzando las cejas como si no fuese obvio — estaba molesto porque no respondes mis mensajes, y cuando trato de buscarte los estúpidos de tus amigos siempre interfieren. Como aquella vez. 

Ella notó la honestidad en sus palabras, sabía bien lo que era soltar palabras hirientes cuando se estaba molesto.  Pero tampoco era una excusa. 

— Te confíe aquello porque creí que no ibas a juzgarme como el resto, y terminaste haciéndolo también - se mordió el labio con tristeza — no saques a relucir mis errores sólo porque estés enojado conmigo, ni ahora ni en el futuro.

Dijo tan solo, queriendo continuar con su camino de banderas Shadow no se lo pensó dos veces, la tomó de la mano y la colocó entre sus brazos para olfatear el perfume de sus púas. Ella sonrió discretamente y su rostro enrojeció. Él pudo percatarse y no pudo evitar sonreír al sentirse correspondido. Eran tan evidente que estar separados ya indicaba problemas. 

— Lo prometo - le dijo mientras ella trataba de disimular su sonrojo. Amy asintió dándolo por hecho, dejando ir el peso de aquella pelea — promete que también serás honesta conmigo. 

Amy parpadeó varias veces, quedándose estática entre los brazos del azabache por el cambio tan repentino en su tono de voz. Abrió su boca pero las palabras no querían salir, se sintió culpable. ¿En qué momento ella era una mentirosa? sí, lo tenía muy claro. Desde que aquél par de extraños había contactado con ella todo tomó un giro desastroso. Ya no importaba la promesa que él le había hecho, había perdido. Porque después de todo ella seguiría mintiendoles en la cara hasta que pudiera ayudar a Evan y a Mephiles. 

— Lo prometo - lo miró a los ojos, y sonrío.  


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