Alerta de huevo

— Bien, empecemos con este delicioso pastel - Amy se ató las púas en una coleta y el mantel de cocina en la cintura — Mephiles partirá los huevos y Evan cortará las fresas - mandó ella, entregando la cartera de huevos al vetado y Cream el bote de fresas al azabache. 

— ¿Tengo que ayudar? pueden hacerlo ustedes - Evan le respondió molesto, él no estaba dispuesto a desperdiciar su preciado tiempo preparando un pastel. Sin embargo, Amy ya estaba preparada para el ataque.

— Como quieras, pero con tu ayuda terminaríamos más rápido - dijo ella — ¿No quieres irte ya? - El erizo bufó tomando el plato con las fresas y se hizo un hueco al lado de su compañero en la mesa, ignorando completamente la sonrisa de victoria en el rostro de Amy.

Del otro lado de la cocina, Cream frunció el ceño, atenta a la escena. Estaba a cargo de tomar las medidas para la harina y el azúcar, pero la cercanía entre el grupo le llamó más la atención. Cuando Amy estuvo libre de ellos, la conejita hizo una pequeña seña para que se acercara, tenía una gran urgencia por hablar con ella en privado.

— Aquí está - La rosada dejó sobre la barra el cartón de leche que faltaba, casi tropezando al sentir que jalaban de su brazo; Cream la obligó a inclinarse para hablar, sin que los otros dos erizos puedan escuchar — ¿Qué pasa? - Susurró Amy con intriga.

— ¿Qué pasa? - Repitió la coneja tratando de demostrar lo molesta que estaba — Les contaste sobre la protección del taller ¡¿Sabes el trabajo que le costó a Tails diseñar esa cosa?! no entiendo, ¿Cómo se te ocurre revelarles algo así?

Cream... - Su rostro se arrugó con arrepentimiento, entendiendo el sentir de su amiga.

Que esto salga bien, si sale mal yo no sé qué voy a hacer si tu... - Su voz se atoró en su garganta, y Amy la miró fijamente sin pasar el temblor en el cuerpo de la menor — Eres mi mejor amiga, pero me duele mucho mentirle a los chicos - Un destello fugaz apareció en los ojos jade de Amy y Cream empujó — No es demasiado tarde para contarles, ¡estoy segura de que van a entend..!

— ¿Necesitan ayuda con algo más? - Cream se quedó muda. Su enfado creció cuando pudo ver la sonrisa de Mephiles sobre ella, dándole a entender que había descubierto sus intenciones y que por supuesto, interrumpió en el momento oportuno.

— ¡Si! - se adelantó la coneja sin retroceder, le arrebató el tazón de las manos, cambiándolo por el cartón de leche y la harina - Mézclalos, que no queden grumos.

— Estaré en eso entonces - Sus ojos brillaron con malicia antes de darles la espalda, a Cream no le gustaba para nada que ambos tipos se aprovecharan del buen corazón de su amiga y sentía la necesidad de hacer algo por ella. 

Antes, se pondría en su lugar y trataría de empatizar con ambos. Sin embargo, que todo fuera tan secreto y privado le provocaba malas sensaciones.

— ¿Lo viste? todo esto, no me gusta mucho - Cream se sorprendió de ver el rostro escéptico de Amy sobre ella. 

— Lo entiendo - la eriza suspiró con desgana aproximándose al resto de los ingredientes, comenzando a mezclar por su cuenta — Puede que no confíes en ellos, pero si tan sólo les dieras una oportunidad entenderías todo. Además ¿No te recuerdan a Shadow y Rouge? cuando ellos dejaron de trabajar con Eggman, también nos costó mucho acercarnos a ellos. 

— Pero esto es diferente - Aclaró Cream colocándose a su lado — Ellos no lo hicieron entre las sombras - Amy se giró con el cuenco revuelto en las manos.

— Confías en mi ¿Verdad? - La pregunta tomó desprevenida a la coneja, pero asintió sin siquiera dudar — Perfecto, entonces confía en mi cuando te digo que saldrá bien, estaremos bien - Sonrió, pero la coneja no respondió.

Cream decidió no apretar más de lo que podía, conocía demasiado bien a Amy para saber cuándo y dónde cavar, pero no podía pasar el límite o terminarían mal. 

Volvieron al trabajo, cada uno haciendo su parte para que la comida y los postres quedaran perfectos. Amy terminaba los chili dogs y Cream decoraba el pastel. Aún se podía sentir la tensión en el ambiente, la coneja seguía incómoda y cada vez que cruzaba miradas con Mephiles, él la regresaba con una sonrisa altanera y burlona que Amy no notaba. 

Con Evan era diferente, él la miraba indiferente y a veces como si fuese una intrusa, no iba a quitarle la mirada de encima porque en él confiaba menos. 

Cerca de las tres de la tarde, concluyeron con grandiosos resultados. El pastel era perfecto y lo colocaron sobre una caja de viaje mientras los chili dogs fueron puestos en una bonita canasta para picnics. 

— ¿Podemos empezar? - Demandó Evan con impaciencia, Amy miró al joven erizo y enfrentó su mirada, callándolo para terminar de arreglar las cosas que llevarían.

— Tengo unas copias de la base de Eggman en ese cajón, ahí están los planos - Indicó ella al señalar el mueble, el azabache buscó los papeles y Mephiles lo ayudó a abrirlo para colocarlo en la mesa despejada. 

— ¿Por qué tienes sus planos en tu casa? - Preguntó Cream al aproximarse y confirmar que, eran iguales a los que Tails tenía en el taller, con todas las señales de peligro incluidas en el papel.

— Tails me dio unas copias, mira, pueden entrar por aquí si Mephiles utiliza su habilidad - Señaló una parte del plano, una zona desatendida sin puntos visibles para las cámaras. Cream pasó la mirada por Mephiles y frunció el ceño, ahora intrigada.

— Espera un momento ¿También tienen habilidades? - La conejita alzó las manos con completo asombro, el par de erizos rodaron los ojos como si fuera obvio y en poco tiempo, Mephiles transformó su mano en una masa de humo oscura que la sorprende — ¡Chaos! 

— Bien, entramos y ¿Después? ¿Dónde está la esmeralda? - Ignorando a Cream, Evan decide pasar a lo importante, Amy aunque divertida por la expresión de su amiga, se concentra también en el plano.

Busca atenta la zona de la esmeralda y la encuentra cercana al laboratorio — ¡Por aquí! - Lo marca con una "X" sobre el papel. Después, explica zonas donde las cámaras pueden captarlos — Deben ser sigilosos todo el tiempo porque los robots sirvientes de Eggman recorren por todas partes.

— ¿Alguna otra cosa? - Preguntó Mephiles al regresar su mano a la normalidad.

— Si algo sale mal, regresen a casa o llámenme - Amy pensó en todas las posibilidades donde Eggman podría encontrarlos, era posible, y esperaba que no ocurriera — Tampoco pueden lastimarlo, por si se cruzan con él.

— Anotado, ya es hora - Evan se giró hacia Mephiles, el vetado terminó de escanear por completo los planos, para llevarlo por si acaso. 

— Y nada de trucos - Advirtió la conejita con los brazos cruzados, Evan resopló rodando los ojos tras tocar el hombro del vetado, y luego, desaparecer en humo oscuro.

Cuando los tiempos son malos, a veces se necesita de ciertas distracciones para ponerlos en segundo plano, relajarse aunque sea un poco. Este caso, era similar. Amy notó que Sonic estaba poniendo empeño al organizar el picnic, aunque sus planes no resultaron como él quería desde el principio. 

Apenas llegaron lo encontró sobre la escalera colgando faroles en el árbol, Tails terminaba de coordinar unos aparatos que habían colocado en la ciudad en caso de cualquier extraño temblor y Knuckles llegó con Rouge, cargando bolsas con chucherías.

Se acomodaron en un círculo grande sobre la manta del pasto, Cream la ayudó a sacar la deliciosa comida mientras Rouge les contaba que había recibido una oferta de trabajo muy importante, pero necesitaría viajar y se sentía mal al aceptarla sin consultarles. Todos estaban de acuerdo en que era una oportunidad única y que debía aprovecharla, el equipo estaría bien a pesar de la situación.

Aunque Knuckles estaba receptivo, quizás esperando que alguien se opusiera. 

— ¿Cómo te sientes, cariño? ¿Ya mejor? - Preguntó la murciélago a Amy luego de masticar una fritura.

— Claro que si, fue solo el susto - Agitó la mano restándole importancia y volvió a su porción de chili-dog, asegurándose de guardar dos piezas dentro de la canasta. La albina notó la acción, y enseguida sus ojos se iluminaron llenos de curiosidad e intriga.

Mientras Sonic y Knuckles se levantaban para dar paces con el balón, Tails y Cream aprovechaban para ir por más sodas; dándole una oportunidad de oro a Rouge para atacarla con preguntas.

— Y dime... ¿Shady y tú? ¿Qué pasa exactamente? - La pregunta salió de sus labios con ansias, Amy se giró hacia ella con el ceño ligeramente fruncido mientras analizaba la mirada pícara de Rouge.

— No, no pasa nada - Se negó a enfrentarla tomando un pequeño sorbo de su lata y ante la decepción, Rouge intuyó que algo había pasado — Sólo, no queremos que nadie lo sepa, aún...

— Así que las cosas están mal - La murciélago apretó los labios en una línea, analizando el comportamiento de Amy — Pero lo estás esperando ¿O no? - Hizo seña de la comida guardada y la eriza se limitó a suspirar.

— Se supone que estamos bien - Aclaró, sintiéndose amarrada por no poder contarle todo lo que realmente sentía. 

Sí, estaba mal porque les estaba mintiendo, porque le había mentido a él y también había hecho una promesa completamente vacía, y cuando se enterara... Chaos ni siquiera quería imaginarlo.

— Pero no me siento del todo bien, ellos no lo saben y me preocupa mucho su reacción - Aquello era verdad.

— Oh cariño - Rouge la envolvió en un abrazo apretado — Lo entiendo, Knuckles y yo hicimos lo mismo hasta que lo confesamos, y no me arrepiento de nada. 

— Sin duda fue una sorpresa - Murmuró Amy con ironía, arrastrando sus manos bajo la manta para mantenerse firme — Es difícil porque Sonic está tratando de acercarse.

 — ¿Te molesta? - Preguntó la albina con intriga, pero para nada sorprendida.

— ¡Por supuesto! - Amy asintió con coraje y Rouge reprimió una sonrisa al ver los roles invertidos — Es bastante incómodo, se siente pegajoso a veces y no para de echarme en cara el poco tiempo que he tenido para venir a visitarlos, aunque si me siento culpable - aclaró con vergüenza.

— Nena, tienes que poner límites ¿Olvidas todo lo que él hizo con tal de no estar cerca de ti? - Recordarlo la revolvió incómoda — Yo creo que mientras más te dejes ver con el negrito, anunciarlo se volverá innecesario.

De pronto, el sonido de un chasquido y una corriente de viento las estremeció a ambas.

Amy saltó de su lugar cuando vio la presencia de Shadow detrás de ellas, por su mirada sin reclamos pudo entender con alivio que no había escuchado nada. Rouge le dirigió una mirada silenciosamente cómplice mientras se levantaba con la excusa de ir a estirar las alas, no sin antes saludar brevemente a su viejo amigo.

— ¿Está todo bien? - Él la miró frunciendo las cejas, Amy asintió invitándolo a sentarse, pasando la canasta cuando pudo acomodarse.

— Sólo un picnic - Dijo simplemente, Shadow apretó la mandíbula al verse incluido en una de esas reuniones amistosas de las que tanto rechazaba — La otra vez que te fuiste ¿Pasó algo?

— Si algo estuviera mal, los habría informado - Se encogió de hombros levantando la tapa de la canasta.

— Supongo que si - Asintió ella acariciando los bordados de su ropa — Es solo que, fue raro y pensé que querías hablarlo.

— Me sorprende que todavía puedas encontrarlo raro - Suspiró y ella pudo oír que estaba algo irritado ¿Por qué? ¿Qué estuvo haciendo y a dónde fue?

— Tienes un buen punto - Le dijo, sufriendo levemente con fatiga que Shadow volvió a notar.

— ¿Estás durmiendo bien? - Ella sufrió de escalofríos, pero le prestó atención, haciéndose la confundida mientras él llegaba al borde de la paciencia.

— Si, lo suficiente - Mintió, evidentemente el azabache dejó lo que estaba a punto de comer. Sujetó su barbilla y humedeció su pulgar con saliva para pasarlo por debajo de sus ojos, removiendo el corrector.

— Por supuesto - Dijo dándole una mirada significativa — Intuyo que sigues asustada por la criatura que te atacó, en el lago.

— Ah si, un poco en realidad - Amy le ofreció una débil sonrisa mientras se alejaba — Ahora se ven las ojeras, gracias.

Shadow achicó los ojos en su contra, su rostro estaba duro y la mirada fulminante le recordó que aún estaba bajo la mira. Se inclinó entonces por una porción de pastel para distraerse, llevando pequeños bocados de azúcar que le ayudaran a mantenerse alerta.

— Te sugiero que te limites a este tipo de encuentros, hasta que te recuperes de lo que sea que estés haciendo - Sus palabras removieron su estómago, casi se atragantó con la porción. Sus ojos volvieron a posarse sobre el azabache mientras él la miraba con escepticismo.

Amy intentó mantener el intercambio, pero sólo se encontró de nuevo con el trozo de pastel sobre su regazo, sus parpados aún le pesaban por la fatiga. Había sido incapaz de pegar ojo en la noche desde que Evan resultó herido, preocupada verdaderamente por el idiota. 

Extrañaba dormir, pasar tiempo con sus amigos, con Shadow, a solas.

— Gracias, lo tomaré en cuenta - Murmuró Amy sin mirarlo — Que sepas que no estoy haciendo nada. 

— Si, y Sonic y yo somos los mejores amigos - Ella limitó mordiéndose la lengua, evitando de todas las formas posibles iniciar una pelea. Resopló, lista para confrontarlo con calma cuando sus comunicadores vibraron al mismo tiempo.

No sólo eso, Tails salió del taller alzando las manos, gritando y llamando la atención de todos para entrar al taller. Dejando las cosas en el jardín, se apresuraron a entrar. Toparon de inmediato con una llamada de emergencia en la pantalla del computador. 

— ¿Es una criatura? - Sonic se mostró atento mientras su amigo el zorro tecleaba con rapidez. 

— No, no es eso - Respondió él, aunque nadie había bajado la guardia — Es una señal de ayuda, pero no entiendo por qué suena si...

— ¡Amigo, suéltalo! - Demandó Knuckles con los puños listos.

— ¡La señal viene de la base de Eggman! - Alzó la voz revelando las coordenadas en la pantalla.

Congelados, se miraron unos a otros sin saber cómo reaccionar.

Amy alzó sus ojos lentamente para mirar disimuladamente a Shadow, él también había recibido un llamado en su comunicador y pensó si podría estar relacionado con su escapada.

— Ah - Dijo Knuckles con bastante calma, tomando el balón para regresar a lo suyo. Sonic lo miró con reprimenda y el echidna se encogió de hombros — ¿Qué?

— Seguramente es una tontería - Rouge se cruzó de brazos, al igual que su pareja no tenía intenciones de gastar energías.

— O una trampa - Tails se frotó la barbilla, pensativo. 

Amy notó algo a su lado moverse, vio a Cream mirarla con ojos furiosos como si la acusara de algo y la chispa en su cerebro se encendió. 

¡Evan, Mephiles!

Fue como si todo a su alrededor hubiera dado un tremendo giro, su corazón se apretó con angustia y trató de mantener sus piernas firmes para no echarse a correr hacia la base.

— Puedo ir - Su voz la traicionó, sorprendiendo a sus amigos— Iré a dar un vistazo, volveré rápido lo prometo.

— ¿Qué? Por supuesto que no, Amy - Sonic salió a discusión, el resto se mantuvo expectante, aún más interesados en saber por qué Eggman les enviaba una señal de ayuda, incluso si no lo demostraban.

— ¿Por qué no? - Rebatió ella con el entrecejo apretado, preocupada más por la seguridad de los dos erizos quienes cuidaba en las sombras.

— Puede ser peligroso - Dijo Tails aproximándose, para Amy solo eran excusas — Aunque ¿No te dijo que iba a contactarnos si tenía respuesta sobre los flujos de energía?

— Él sabe utilizar el teléfono, no utilizaría una llamada de emergencia así - Knuckles gruñó alto.

— Entonces es importante - Aseguró Amy con coraje — Voy a ir, ustedes pueden comerse el pastel - Se acercó a una de las mesas donde Tails trabajaba, cogiendo unos guantes especiales para batalla que estaba configurando. 

— ¡E-espera, deja te doy los tuyos! - El zorro se apresuró a buscar entre los cajones de armamento, cerca del monitor Sonic entendió que tratar de detenerla era imposible, tan terca.

Rouge se aproximó sigilosamente hasta el azabache, suponiendo que nada tenía que ver con el llamado, lo cogió bruscamente del brazo para notar su comunicador encendido con mensajes del doctor. 

— ¿Realmente estás...? - Susurró entre ambos, Shadow zafó el agarre y la fulminó con la mirada, aconsejándola en cerrar la boca.

— Cállate, no tiene nada que ver - Siseó él, ella no lo mostró en su cara, pero se sintió muy cautelosa por la peligrosa mirada en los ojos del erizo. Él no sería un traidor, no otra vez.

Del otro lado del taller, Tails terminó de ajustar los nuevos guantes en las manos de Amy, eran más gruesos con tonos rosados y plateados en las costuras. 

— ¿Segura que quieres ir sola? puedo acompañarte, en serio - Sonic intentaba de cualquier forma no dejarla sola, pero Amy no tenía ninguna intención en aceptarlo y cuando se dio cuenta de que simplemente no sucedería, observó al resto de sus compañeros, para que se ofrecieran a acompañarla.

— Yo la acompaño - La voz tosca de Shadow hizo que Amy se removiera inquieta, Sonic volteó los ojos resignado y Tails se encogió de hombros; si el cobalto quería que su amiga estuviera protegida, él era la opción perfecta.

— Creo que no es necesario - La voz de Amy perdió toda la atención cuando Tails le tendió unos guantes nuevos al erizo. 

Maldición.

Amy se mordió el labio, si no hubiera sido por el hecho de que tenía que actuar fingiendo calma, ahora mismo estaría a punto de llamar al par para asegurarse de que todo estuviera bien. Cuando Shadow se ajustó los guantes, ella se acercó con el rostro ilegible, tomando su mano cuando él se la ofreció.

— ¡Les guardaremos pastel! - Ella logró escuchar la voz de Rouge antes de sentir el tirón de energía y luego desaparecer.

Los pies de ambos aterrizaron sobre la tierra, el brillo del resplandor la cegó al no haber cerrado los ojos antes del viaje. Sus manos se separaron y ella observó la construcción al frente.

La base tenía luces parpadeando en rojo, podía escucharse el metal de los robots por dentro y una mala corazonada se implantó en su pecho. Cubrió su bostezo con la mano tras un momento de duda, y Shadow fue el primero en caminar con dirección a la puerta, sus piernas desesperadas lo siguieron como podía.

La puerta tenía evidentes abolladuras, las cámaras del frente estaban deshechas, pedazos de metal y cristal en el piso. Shadow dio un vistazo rápido alrededor mientras ella se preguntaba si lo correcto sería tocar el timbre o solo entrar. 

Pero eligió la primera.

Apretó el botón y esperó pacientemente solo unos segundos, una mini cámara conectada a un tubo apareció de repente a su costado, asustándola hizo que Shadow regresara con ella. 

— Ábrenos ya - Dijo él, y tras un reconocimiento de la cámara, la puerta se abrió y Amy apretó los puños, ansiosa de lo que pudiera encontrar dentro.

Por dentro nada era diferente a lo que ella recordaba, un aburrido y largo pasillo frío que recorrer, revisó con disimulo su comunicador, aún sin recibir ninguna señal. Preguntándose al tiempo que avanzaban, si esos dos aún seguían dentro, o si Eggman los había capturado.

Amy cambió su postura y apretó los labios al llegar a la zona donde estaba el doctor, ahora utilizaba una especie de silla flotante, con una manta que llegaba casi al suelo, seguramente cubriéndole las piernas contra el frío. Cuando Eggman se dio la vuelta, su apariencia la desconcertó.

Realmente se veía agotado, incluso un poco más delgado, y por la rojez en sus ojos y la señal de ojeras en su pálido rostro la hicieron sentir empatía por un villano como él. 

— Al fin llegaron, pensé que tendría que enviarles robots a patearles su trasero holgazán - El doctor rugió indignado.

— ¿Qué ha pasado? - Amy intentó avanzar, pero dos robots ayudantes se interpusieron en su camino, provocando que Shadow fulminara al hombre en la silla.

— Lo siento, es la vieja costumbre - Le contestó con tono inocente y retiró las máquinas, luego el viejo centró su atención en la pantalla para mostrarles los daños que había recibido en las zonas dentro de la base. 

Amy paseó sus ojos entre las imágenes, la puerta donde estaba guardada la esmeralda estaba doblada, los controles de las puertas completamente rotos y la zona en el laboratorio de Eggman también tenía daños graves.

— Mi laboratorio ¡Rompieron todo! - Gritó él, apuntando la vista al cuerpo rosado y femenino de la habitación — Me gustaría saber quién hizo todo esto, señorita martillo.

Las siguientes imágenes mostraron abolladuras con marcas de un enorme martillo en las paredes y puertas, Amy sintió la mirada penetrante de Shadow en su espalda y resistió las ganas de suspirar con alivio al saber que ellos no estaban ahí.

— ¡No he sido yo! - Soltó diciendo la verdad, sus mejillas se sonrojaron como tomates y miró por encima de su hombro al callado azabache todavía centrado en ella — Estuve en mi casa cocinando, mis amigos pueden confirmarlo.

— ¿Y las huellas del martillo? - Ella frunció el ceño — Nadie más que tu pueden sostenerlo.

Amy giró su cuello para mirar a Shadow de nuevo, esta vez molesta se cruzó de brazos sin alguna palabra, humedeció sus labios para responder con alguna excusa hasta que el azabache intercedió por ella.

— Estuvo toda la mañana cocinando, tuvo un picnic con sus amigos - Informó Shadow con tono molesto, el doctor gruño desesperado, cerca de arrancarse el poco pelo que le crecía en la calva.

— Como sea - Eggman chasqueó la lengua antes de volverse al monitor, luego los dos robots asistentes de antes trajeron en sus manos las piezas destrozadas de Cubot y Orbot. Amy se quedó en shock.

— E-ellos... oh cielos - Tartamudeó cesando su lucha por ir y golpear a esos dos, recordó velozmente las veces en que esos dos robots amigos terminaban así entre las imparables luchas contra el viejo doctor, pero verlos así después de tanto tiempo.

Usualmente los dos corrían de inmediato, o ella simplemente los dejaba pasar para no hacerles daño.

— Se repararán - Escuchó a Shadow al costado al verla agarrotada, pero el desastre en la base también provocó interés en él — ¿No tienes nada en las grabaciones? - Le dijo a Eggman que terminaba de analizar unas carpetas.

— ¡Nada! ¿Y adivina qué? - El doctor soltó una risa incrédula — ¡Borraron todos los datos del portal! ¡Y también rompieron los cristales que me diste!

Los ojos de Amy se abrieron en par con completo desconcierto, Eggman tragó grueso al notar la mirada fría como el hielo de Shadow sobre él, y sintió su alma abandonar su cuerpo.

Amy mantuvo la vista sobre el cuerpo de Shadow, ahora estaba molesta, sintiendo rabia a punto de hervir. No podía creer que él estuviera metiéndose en trabajos con Eggman de nuevo, luego de haberle prometido sinceridad y... su enojo se aplacó internamente; no estaba en posición de exigir honestidad, pero tenía que pretenderlo.

— ¡¿Que hiciste qué?! - Frunció el labio hacia el azabache mientras él la miraba con una expresión cerrada — ¿Cómo has podido? ¿Le diste los cristales aquella vez que te fuiste del bosque? ¡Me mentiste!

— ¡Tú mentiste primero! - Siseó Shadow hacia la eriza con una mirada fiera — Esa maldita criatura de la que hablaste, no era real. 

— ¿De qué estás hablando? - Sus jade temblaron.

— Nada de lo que dijiste fue cierto, yo mismo fui a investigar el lugar y no había ningún rastro de lucha - Soltó con la voz gruesa y llena de rabia, su confesión la hizo estremecerse, quería sostenerse de algo ahora mismo y estar encerrada en la base, rodeada de paredes metálicas, hizo que se le secara la boca y que la cabeza le diera vueltas. 

— No sabes lo que dices - Le advirtió ella, gesticulando con su mano señalándolo mientras sus párpados se hacían pesados al igual que su cuerpo.

— Creo que tu no sabes lo que dices - Suspiró el azabache, dándose cuenta de lo cansada que estaba.

Una réplica quiso salir de su boca, pero no pudo controlar el peso en sus piernas yendo hacia delante. Shadow la atrapó antes de caer y aunque intentó mantener los ojos abiertos, la única verdad era que su cuerpo estaba reclamando el descanso que merecía. Murmuró un par de cosas con poco aliento antes de dejarse llevar por la fatiga.

Una tos le recordó a Shadow que no estaban solos, alzó a Amy lentamente en sus brazos mientras miraba a Eggman de mala gana. El doctor se removió en su asiento y le dio una mirada rápida alas cámaras de la base. 

— Que decepción, era material para mi libro - Le dijo con auténtica desilusión.

La fachada molesta del azabache se encendió, no porque le hayan molestado las palabras del doctor; no le importaba. No, lo que realmente era un fracaso era que ella había terminado dormida en medio de algo que pudo haber revelado todos los secretos que escondía. Pero nada, no pudo obtener nada de la maldita discusión.

— Hablaremos después - Dijo Shadow, dándole a Eggman una mirada irritada con fracaso antes de desaparecer.

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