Capítulo 1x20: Es el fin de otra era. (Fin de temporada)
Capítulo 20: Es el fin de otra era. (Fin de temporada)
Dicen que los momentos importantes en la vida pasan por ella sin apenas percibirlos y que es en el futuro cuando te das cuenta de que realmente fueron importantes. Personalmente opino que cada momento marca de alguna manera, tanto nuestra vida como nuestra forma de ser, y que no es hasta que pasa el tiempo, cuando te das cuenta de cuales fueron los que más te marcaron.
Este momento no solo fue importante para nuestra protagonista, quizás este simple momento marcara el futuro de tres personas o quizás solo es la vida que sigue su curso. Lo que sí está claro es que nuestros actos afectan tanto en nosotros mismos, como en los que viven a nuestro alrededor.
- ¿Qué haces aquí, Anne? – preguntó Marcos sonriente.
No pude contestarle y empezaba a darme cuenta de la mala idea que había sido venir aquí, ¿qué le diría? ¿cómo le explicaría que ya no viviría en su casa? Pero de alguna manera no hizo falta y volvió a demostrarme lo sorprendente que es.
- Siéntate aquí y tomate algo. Cerramos en quince minutos y entonces nos quedaremos solos. – y sin más, llamó a la camarera que había en la barra para que viniera a atenderme y él volvió a servir mesas o más bien a recogerlas.
Tenía quince minutos para pensar en si le contaba la verdad o no, en pensar en todas las posibles reacciones que podría tener cuando le contara que Sam y yo nos habíamos besado. Y todo eso para acabar llegando a una única conclusión, debía contarle la verdad, se lo debía por ser como era.
Pasado esos quince minutos ya no quedaba ningún cliente en el bar, la música del escenario había acabado y ya hasta los camareros daban las buenas noches y salían por la puerta.
- ¿Quieres tocar algo? Podemos quedarnos cuanto queramos. – dijo quitándose el pequeño delantal negro que tenía agarrado a la cintura. Entonces puso su mirada juguetona y dijo: - Quizás prefieras cantar algo, tenemos karaoke.
Empecé a reírme por su ocurrencia, el piano se me daba bien, pero cantar…eso era algo que seguro que no quería escuchar.
- Al menos he conseguido que sonrieras. – dijo al verme reír. Entonces cambió su semblante a uno más serio y preguntó lo que le rondaba por la cabeza desde que me había visto entrar - ¿Tan mal ha ido lo de la galería?
- ¿Qué? Eh… no, no, eso fue bien. – la pregunta me había pillado fuera de juego, tenía tan claro cuales eran mis problemas, que no me había parado a pensar en lo que él podría creer que me pasaba.
La duda de Anne había hecho sospechar a Marcos y las peores sospechas empezaban a pasar por su mente, algo que sabía que no le iba a gustar. Pero prefirió ser prudente, no sacar conclusiones precipitadas que solo afectarían a su estado de animo. Porque para él, veía como una oportunidad el que Anne hubiese acudido a él, aunque no supiera los motivos.
- Está bien, no importa. – dijo al ver que ella no encontraba las palabras para explicarle su problema. - ¿Qué quieres que hagamos? Podemos… escuchar algo de música, tomar unas copas, bailar hasta el amanecer,…
- Todo suena estupendo. – dijo ensanchando la sonrisa e iluminando su cara.
Era lo que más le gustaba de Anne, cuando ella sonreía, era como si una luz se encendiera en su rostro, sus ojos brillaban de manera diferente e incluso su rubio parecía coger más tonalidad.
Marcos se acercó al equipo de música y puso un variado de música tranquila, algo de Kenny G, R.Kelly, Aretha Franklin, música que sabía que le gustaría y que le ayudaría con su propósito de hacer esta visita una oportunidad para acercarse a ella.
También eligió la misma bebida que habían tomado en los Hamptons, su intención no era llegar tan lejos como aquella noche, pero sabía que era una bebida que le gustaba.
- ¿Quieres bailar hasta el amanecer con esta música? – dijo con los ojos cerrados y disfrutando de ella.
Marcos no lo pudo evitar, la deseaba tanto que hasta le dolía. Se acercó a ella, colocó una de sus manos en su espalda, lo que provocó que Anne abriera los ojos y los centrara en los de su amigo. Con la otra mano que le quedaba libre agarró la de Anne y la acercó hacia él.
- Me gusta bailar pegados. – le susurró al oído.
- Bailar pegados es bailar. – contestó ella con el titulo de una famosa canción española.
Apoyó su cabeza en el hombro de su amigo y se dejó llevar, se dejó sentir querida por un momento y él empezaba a quererla con todo su ser, deseaba darle todo lo que pidiera, sabía que estaría ahí como ella quisiera, si solo quería ser su amiga, él lo aceptaría de buen grado si así la conservaba.
Pero ese pensamiento le llevó a otros y esos otros, a otros, y así hasta que llegó a su época universitaria, cuando ser arquitecto era lo que ocupaba su mente. No hacía tanto de aquella época, pero con la escasez de trabajos que había tenido sobre lo suyo, hacía que realmente se olvidara de lo que una vez soñó. Pensó que un arquitecto era una profesión respetable para alguien como Anne, “por fin se convertiría en alguien digno de ella” – pensó.
- Bailas bien. – dijo ella de repente.
- Lo mismo digo, princesa. – contestó Marcos apretándola más hacia él.
La hizo girar un par de veces y rieron un poco más, pero al final tenían que hablar y podían retrasarlo cuanto quisieran, pero el problema no iba a desaparecer.
Anne pensó mucho en la manera de iniciar la conversación, pero ella no era de darle vueltas a las cosas, no sabía blanquear las palabras para que estas no parecieran tan duras.
- No viviré más en casa de Sam. – dijo de repente.
Marcos no parecía procesar esa información, esas siete palabras rebotaban por su mente como si estuviesen en otro idioma, en uno que no entendiera. Pero poco a poco fue asimilando lo que Anne quería decirle y conforme lo hacía, más clara era la teoría de lo que había podido pasar en esa galería.
- ¿Qué ha pasado? – consiguió decir tras unos minutos de incomodo silencio.
Intuía que tenía que ver con Sam, pero por alguna razón no se lo quería creer. Su mente no dejaba de inventar situaciones entre ellos dos, cada cual era peor que la anterior y cuanto más subía, más posible veía cada escena.
“Algo gordo ha debido de pasar para que decida irse de casa – pensó amargamente.”
Por otro lado Anne estaba apunto de un ataque de histeria, su mente intentaba suavizar las palabras, pero no veía posible que “Sam y yo nos hemos besado” se pudiese suavizar mucho.
- Yo nunca he querido esto, ¿sabes? – empezó a decir Anne con un tono agudo en su voz, señal de que el pánico la estaba venciendo. – Yo solo quería venir aquí y empezar de cero, buscar una oportunidad para tocar el piano para más gente y al ser posible, olvidarme de mi pasado. Yo nunca quise hacer daño a nadie, yo…
- Tranquilízate, nada es para tanto. – la consoló Marcos mientras intentaba agarrarla y abrazarla, solo que ella se alejaba como si le repudiara acercarse a él. – Porqué no me cuentas que ha pasado, quizás así te entienda.
- No te gustará. – dijo agachando la cabeza.
- Deja que yo decida eso.
- Sam me besó y yo le seguí el beso. Nos besamos. – apenas hizo pausas entre las palabras, lo que costó que Marcos entendiera lo que había dicho. – No quiere que viva con vosotros. Bueno, para ser exactos, no puede tenerme en casa.
Marcos debía admitirlo, entendía perfectamente como se sentía su amigo, tenerla tan cerca y no poder hacerla suya, era doloroso. Pero en ese momento odiaba a su amigo, le odiaba por habérsela presentado y ahora arrebatársela.
- Buscaremos una solución, nos iremos juntos si hace falta. – propuso Marcos sin pensárselo dos veces, el odio por su amigo le dominaba.
- No, no, no, no… no puedes dejarle solo. – esta vez en lugar de alejarse, se acercó a él con cara de suplica y le agarró por los brazos. – Debéis seguir siendo amigos, no podéis romper eso por mí.
Marcos no entendía lo que quería decirle, ¿cómo iba a ser amigo de alguien que le ha arrebatado tanto? – pensaba una y otra vez. Pero unas solitarias lágrimas en el rostro de Anne le despistaron de la conversación y acabó llegando a la conclusión de que Anne era lo importante, ya discutirían esto en otro momento.
- No te preocupes ahora por eso, princesa. – y aprovechó que ella se había acercado para abrazarla y sentir su calidez. – Nada de esto ha sido culpa de nadie, las cosas son como son.
- Si yo no hubiera venido a Nueva York, nada de esto hubiese pasado. – sollozó en mi hombro.
- Si tú no hubieras venido, yo no hubiese pensado en retomar mi búsqueda de trabajo como arquitecto. Tú me haces querer ser mejor, Anne. – dijo separándola un poco para poder mirarla a los ojos y que comprobara que no mentía.
No me esperaba nada de lo que me había dicho, ¿acaso yo influía en él? Pero sus ojos puestos en los míos me transmitían confianza y algo de nerviosismo. Por primera vez en toda la noche sentía miedo por su cercanía, no era un miedo de terror, el miedo procedía de mi corazón, él me decía que me acercara más, que le besara igual que aquella noche en la playa, pero mi cerebro me decía que no estaba bien, que no se podía besar a dos amigos en la misma noche.
En ese preciso memento mi móvil empezó a sonar, justo cuando había decidido dejar llevar a mi corazón y olvidarme de las complicaciones, se puede decir que “fui salvada por la campana.”
Era un mensaje de texto, casi tan largo como la pantalla del teléfono.
Jake Móvil: << Espero no despertarte, en el caso de que duermas, claro… No te enfades, pero Sam me contó lo que había pasado y creo que tengo una solución para ti. No podía dormir pensando en lo preocupada que estarías de no tener casa, pero quiero que sepas que tienes una, tengo un pequeño piso vacío en mi bloque y puedes usarlo todo lo que quieras. Vivirías sola y si quieres puedes pagarme un alquiler, aunque sabes que no es lo que me gustaría, preferiría que no me pagaras. Duerme tranquila y hablamos mañana. Buenas noches. Jake>>
Releí el mensaje unas tres veces, no me enfadaba que Sam le contara lo ocurrido a Jake, yo se lo había contado a Marcos, se podría decir que estábamos en paz. Pero no me sentía muy cómoda aceptando la invitación de Jake, aunque había que reconocerlo, da igual las casas que visitara, no encontraré nada como algo que pertenece a la familia Heidman. Además, había que ver que entendía por “pequeño piso”, conociéndole, seguro que era más grande que el piso donde nací.
- ¿Quién es? ¿por qué sonríes? – preguntó Marcos curioso.
Ni siquiera me había percatado de que sonreía, pero quizás sea por el hecho de vivir sola, nunca había vivido sola. También era por que ya no tendría que marcharme, podría seguir aquí y me distanciaría de Sam y Marcos, quizás vuelvan a retomar su amistad como si yo no hubiese pasado por sus vidas para pisotearla.
- Pues… que ya se ha solucionado mi problema. – dije feliz.
Me miró sin comprender y tuve que enseñarle el mensaje que me habían escrito. Lo cogió y lo leyó sin mostrar la más mínima emoción, su rostro estaba serio y sus ojos apenas parpadeaban.
- Vamos, di algo. – dije al cabo de unos minutos.
- ¿Qué quieres que te diga? No me gusta, ese tal Jake ha ido detrás de ti desde que te vio en los Hamptons y ¿qué es eso del dinero? No lo tengo claro. – sus palabras indicaban celos, pero su tono había sido un tanto agresivo.
- Tus celos son adorables, pero es mi mejor opción ahora mismo. – me lancé a sus brazos emocionada y él me acogió sin soltarme. Nuestros rostros se volvieron a acercar y ese miedo volvió a mí. – Tienes que admitirlo Marc, no tengo nada mejor y dudo que lo consiga. – dije en un susurro.
Sus brazos me soltaron y se alejó de mí sin apenas mirarme. De repente un nuevo miedo se posó en mi corazón, esta vez sí era un miedo de terror, me aterraba no tenerle cerca, no sentir su calidez ni oír su voz.
- Pues si ya lo tienes claro, deberías llamarle para agradecérselo antes de que se duerma. – dijo mientras se iba hacia la caja y empezaba a trabajar en el cierre del bar.
Su repentina actitud me enfureció, parecía darle igual cual fuera mi destino, no podía creer lo poco que parecía importarle de repente.
- Pues sí, voy a llamarle ahora mismo. – dije con rabia.
- Bien, pues yo haré la caja y en seguida nos vamos. – contestó sin mirarme.
Y le llamó, llegaron a un acuerdo económico en el que le dejaba vivir en la casa si ella tocaba para su madre cada vez que ella quisiera hacer otra galería o una sesión de lectura o cualquier actividad donde se requiriera a un pianista. También le dijo que podía instalarse ya mismo si quería y ella se despidió con un “hasta mañana”.
Esa noche no durmió nada, en lugar de eso, recogió todas sus cosas en un absoluto silencio y justo cuando los primeros rayos de sol iluminaban el cielo de Manhattan, salió cargada con todas sus cosas y con la intención de no despedirse de nadie, ni del amigo que mostraba una repentina indiferencia por su marcha, ni por el amigo que le había echado de casa.
Solo se dejó una cosa en la habitación, el piano que Sam le había comprado a su llegada, no quería nada suyo y con el dinero que le habían dado en la galería y un poco más que ahorrase, tenía para comprarse otro.
Era un nuevo comienzo de su nueva vida, ahora podía sentir la soledad y hartarse de ella, podía sentir la independencia que le proporcionaba el vivir sola y con un poco de suerte, sería un nuevo paso para la madurez.
Los amigos se despertaron casi al mismo tiempo, Sam le ofreció café a Marcos el cual aceptó de mala gana. Ninguno sabía que estaban solos y por alguna razón, los dos sospechaban que su compañera de piso no estaba.
- Anoche vino Anne al bar. – dijo Marcos tras darle un sorbo al humeante café. – Me lo contó todo, incluido que Jake le dejaba un apartamento.
Eso hizo sospechar a Sam, no esperaba que Jake dijera nada hasta hoy o quizás el lunes en el trabajo, pero se había equivocado y esa sensación de que estaban solos, volvió a él.
Salió corriendo hacia la habitación con una A en la puerta y Marcos le siguió con interés. Ambos se quedaron en un absoluto silencio cuando vieron que las cosas de su compañera no estaban y a partir de ese momento, ya nada volvería a ser lo mismo para ellos, una gran distancia imaginaria los separaría y les llevaría a tomar caminos diferentes.
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No se asusten, esto aún no ha acabado...jajajaja!! es solo una etapa para la protagonista, pero tranquilos, esto continúa un poco más....
Capítulo dedicado a @pammi3 por su apoyo en esta y las demás historias que escribo. Espero que te vaya gustando como va y que te guste como continúa...
Intentaré no tardar tanto con el siguiente, pero es que mi tiempo libre es limitado y mezclado con el cansancio del trabajo...caigo redonda como los bebes...jajajaja!!
voten, comenten y nos vemos en el próximo... Besos y abrazos...a y GRACIAS POR LOS MÁS DE 1.000 VOTOS...UUUHHHHOOOOHHH!!! :D
P.D. Canción adjunta de R. Kelly, es una de mis canciones favoritas y recomiendo que la escuchen "R. Kelly - If i could turn back the hands of time"
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