♦03♦
—se ve muy atractivo, joven príncipe —adulo una de las chicas.
—Gracias... Supongo —murmuro lo último.
Taehyung observo su reflejo en el espejo con mucha incomodidad, el príncipe portaba un traje totalmente blanco con detalles dorados, las chicas se habían encargado de vestirlo, cosa que le avergonzaba muchísimo. El tenía manos propias con las que podía haberse vestido sólo sin embargo su padre había insistido, su cabello había sido peinado de manera de que se viera ondulado y sobre sus labios habían aplicado un poco de bálsamo labial, una costumbre extranjera a la que todavía no se acostumbraba del todo, pero las chicas habían dicho que era para el cuidado de sus labios. Una vez listo las de servidumbre lo dejaron sólo en su habitación permitiéndole respirar profundamente preparándose mentalmente para lo que se avecina.
Finalmente había llegado el temible día para Tae, hoy era treinta de diciembre, día que le recordaba a todo el mundo sobre su existencia, en pocas palabras su cumpleaños, un día odiado por su persona.
Al principe no le molestaba celebrar el día de su nacimiento, lo que no le gustaba era el costo de celebrarlo, como todos los años vendrían gente de otros reinos con los que tendria que socializar, príncipes y princesas mimados por sus padres y de actitud insoportable, bailes innecesarios y la lista sigue, lo único bueno es la comida y sin embargo, no puede comer mucho por culpa del "que diran los demás" Diamond Kingdom es un reino muy prestigioso de alta reputación por lo que tener imperfecciones no está en el vocabulario de los habitantes por lo que tiene que cuidar su imagen. Al ya ser la hora Kim decidió salir de su habitación para emprender rumbo al salón del trono, sitio donde sería la fiesta, durante el camino el príncipe podía a ver a la servidumbre caminar de aquí para allá, terminando de ajustar los últimos detalles en lo que era la decoración del sitio y de un segundo a otro sintió que alguien le sujeto por el antebrazo deteniendo su caminar, inmediatamente giro su cabeza encontrándose con su abuelo, el antiguo rey Kim activando las alarmas de Taehyung.
—¿puedo hablar un momento contigo? —pregunto por simple cortesía a lo que Tae asintio no muy seguro.
En todos los años de vida de Taehyung muy pocas veces había cruzado palabras con su abuelo, este hombre desde su niñez siempre se había mostrado frío hacia su persona y el trato que le tenía dejaba mucho que desear, como si la simple existencia de Kim le molestase por lo que no podían esperar a que el príncipe sintiera alguna clase de afecto hacia ese hombre.
—te pediré encarecidamente que te comportes en esta fiesta, hoy se dará un anuncio importante así que asegúrate de no arruinarlo ¿entendido? —Taehyung quiso entrar en su mente y ver que era ese anuncio pero como era de esperarse no pudo hacerlo.
¿que tan fuerte será ese telepata para mantenerse usando su habilidad todo el tiempo? Es como si nunca descuidara su trabajo.
—vale... —respondió no muy conforme con sus palabras.
Dejando de lado esa conversación siguió con su camino hasta llegar al salón del trono deslumbrandose por la luz, en el salón ya se encontraban personas conversando entre sí y gente seguía llegando causándole un poco de fobia al principe.
No le gustaba estar rodeado de tantas personas y mucho menos si no las conoce.
A su lado llegó su padre junto a su madre, esta última se veia tensa mirando a todas partes, por más maquillaje que llevará era imposible ocultar las bolsas bajos sus ojos azules y Taehyung se preguntó que clase de actividades tan interesantes tendría su madre como para no dormir en toda la noche. A pesar de ser su progenitora tampoco poseía una relación muy estable con su madre, de niño recuerda haber pasado tiempo con ella, la recuerda como una mujer cariñosa sin embargo con los pasos de los años se percataba de que la mujer consumía más y más cafeina a tal grado de no poder vivir un día tranquilamente sin beber de este, cosa que su esposo le reprochaba a diario diciéndole que no bebiera tanto, que pensara en su salud pero como era de esperarse esta hacia oídos sordos. A diferencia de la reina, el rey se veía deslumbrante portando uno de sus mejores trajes con un enorme abrigo junto a su corona decorada delicadamente con piedras preciosas, un detalle personal del rey.
A pesar de su edad, Kim Seokjin seguía siendo un hombre por la que cualquier mujer podía suspirar, su cabello totalmente blanco se veía extremadamente cuidado y sus ojos de color violeta todavía conservaban esa chispa de juventud en su persona que le daba una característica personalidad simpática que le ayudaba mucho a tratar con los otros reyes.
—hoy luces muy guapo, hijo ¿de quien habrás heredado esa belleza? —pregunto con diversión causando que Kim virara los ojos por su comentario.
—ya~ —dijo ignorando el tema mirando a otro lado.
Taehyung no entendía como podía ser hijo de ese hombre, siendo ambos tan diferentes, mientras que Seokjin era un hombre elocuente y simpático que no tenía ninguna clase de problema para conversar con las personas lo cual lo llevaba a ser un rey muy querido por su pueblo pero a diferencia de él, Taehyung era lo contrario, este suele ser más reservado y cuidadoso, él no se acercaba a conversar con una persona sin razón alguna, no le hallaba sentido a esa lógica.
¿porque molestar la vida de los demás con tu presencia? ¿que pasa si esa persona simplemente no desea hablar contigo? Definitivamente el príncipe no era partidario de "socializar"
A lo lejos Taehyung pudo mirar a Hoseok este custodiaba desde su puesto el lugar asegurandose de que nadie portase algun arma, al cruzar miradas este levantó la mano saludandolo dedicándole una deslumbrante sonrisa provocando que el también sonriera devolviéndole el saludo, Tae deseo ir a saludarle personalmente y cruzar palabras directamente importandole muy poco si él era el príncipe y Hoseok tan sólo un caballero.
Las diferencias de clase poco le interesaba.
Sin embargo ni siquiera pudo dar un paso cuando las trompetas sonaron anunciando el comienzo de la fiesta y por consecuencia todas las personas dejaran de conversar para observar el trono, por simple inercia Kim se sentó en su puesto mirando de reojo a su padre, seguido de su madre y por último estaba su abuelo ocupando su puesto. Aunque ya no fuera el rey, su abuelo seguia siendo parte del grupo de consejeros personales de Rey. Al ya estar todo el mundo en silencio Seokjin se levantó de su sitio caminando al frente.
"Aquí vamos de nuevo" pensó el príncipe.
Kim Seokjin tenía fama de tardar bastante dando sus "pequeños" discursos, aunque solo fuese una sencilla bienvenida, él se tardaría.
—Bienvenidos a todos —comenzo— mis amados amigos, hermanos de otra sangre —hace una leve inclinación en señal de respeto— me alegra mucho que se hayan tomado el tiempo para venir una vez más a mi humilde tierra, Diamond Kingdom les da la bienvenida a esta maravillosa celebración ¡al cumpleaños número veintiuno de mi querido hijo, Kim Taehyung! —vocifera recibiendo aplausos de parte del público y el príncipe no se pudo sentir más avergonzado.
Taehyung deseo por un momento ser una avestruz sólo para poder esconder su cabeza bajo tierra y salir de tal situación incómoda, era definitivo, Kim odiaba que su padre hiciera estas celebraciones, lo único que hacían era provocarle pesadillas.
—ven aquí amado hijo —le llama su padre sacándolo de sus pensamientos.
Al ver que no tenía mas opción se levantó de su puesto y camino hasta estar a un lado de Seokjin encontrándose de lleno con las miradas de todas esas personas desconocidas que lo único que hacían era que el peliblanco se sintiese asfixiado pero su abuelo se lo había advertido y mejor obedecer antes que tener algun problema con ese hombre, por lo que al igual que su padre se inclinó en un ángulo de noventa grados a modo de saludo recibiendo nuevamente un aplauso.
—¡maravilloso! Sólo mírenlo, educado y muy atractivo ¿verdad que si? —pregunta y Kim se siente confundido por sus palabras— pero no nos desviamos del tema, les informare que Taehyung, mi pequeño TaeTae, hoy cumple su mayoría de edad como ya he dicho y por ende ¡me complace anunciar que los preparativos para la boda de mi hijo comenzarán una vez que Taehyung encuentre a su princesa! —nuevamente todos aplauden con más fuerza al escuchar tal anuncio.
¿como no alegrarse? Si aquella princesa que consiga conquistar el corazón del príncipe podrá contraer matrimonio con su persona y por consecuencia obtendría una alianza entre ambos reinos, era una oportunidad que nadie desperdiciaria.
Todos celebraban sin embargo podemos decir que la palabra estupefacción quedaba corta comparada con la cara que tenía el príncipe.
"Cuando te vas a casar y ni siquiera tu lo sabías" se dijo a si mismo.
¿Como era posible que le hicieran eso? No era tonto, sabía que al ser mayor de edad el matrimonio sería lo primero que le exigirian pero Kim no pensó que sería tan pronto ¿que tan desesperado estaba su padre por retirarse del reinado como para buscarle mujer a su hijo el mismo día de su cumpleaños? Era un pensamiento totalmente ilógico para Taehyung. Al notar que ya nadie les prestaba atención y se concentraban en la fiesta no lo dudo y le pidió a su padre conversar a solas, por supuesto que Kim no se quedaría de brazos cruzados.
Una vez que llegaron al despacho del rey cerraron la puerta para evitar que algún cotilla quisiese escuchar, el príncipe se giró mirando a Seokjin quien había optado por sentarse en su asiento esperando a lo que su hijo pudiese decirle.
—¿porque habéis dicho eso? Has dado una noticia de la cual ni siquiera te tomaste la molestia de consultarlo conmigo —le recriminó cruzándose de brazos.
—porque no era necesario —fue todo lo que dijo— no es un secreto para nadie que apenas tuvieras la mayoría de edad te buscariamos una esposa, tu mismo lo sabías.
—lo sé —acepto— pero eso no te da derecho de hacer eso ¿sabes? Podías haberme dicho no se "hey hijo ¿quieres casarte?" O tal vez "hijo ¿eres heterosexual? Sólo para asegurarme de que si tendré yerno o yerna"
—Mmmm lo de la heterosexualidad podía haberlo preguntado —se dijo más a si mismo— Ya es tarde de todas maneras, te casarás de todos modos sin importar que, sabes cómo funciona la tradición así que mejor vete y conversa con algúna chica a ver si te gusta, igualmente si fueses homosexual serias castigado duramente así que más te vale que te gusten las chicas —advirtio y Taehyung no podía estar más ofendido.
Sin siquiera pensarlo abrió la puerta dando un portazo lleno de rabia, el príncipe había entendido que a su padre poco le importaba su opinión con respecto a ese tema. Por el lado de Seokjin observo la puerta de madera por unos segundos antes quitarse la corona dejándola a un lado seguido de cubrir su rostro soltando un suspiro cargado de pesadez y desánimo.
Tal parecía que la actitud simpática y relajada del Rey no era más que una simple máscara.
Continuara.
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