Son las diez, aún me quedan un par de horas antes de mi primera clase, abro la puerta de mi habitación, dispuesto a darme una ducha y prepararme para la clase de escenografía, pero me sorprendo al ver un cuerpo dormitando sobre mi cama, me fijo en ella.

Un pantalón de chándal desgastado, probablemente de color azul marino, aunque no estoy demasiado seguro, una camiseta de manga corta blanca y nada más.

Frunzo el ceño, ayer por la tarde estaba ocupada con su novio pero por la noche estaba sola en mi habitación. Bufo, no la quiero aquí, no ahora.

Dejo la mochila en el suelo, con cuidado por la cámara, me acerco a ella, a pesar de que golpeo el suelo al caminar no parece inmutarse, me acerco hasta la cama y muevo su brazo, sin ningún cuidado, su reacción es demasiado simple, un pequeño balbuceo inentendible.

La muevo con más fuerza y, por fin, abre sus ojos, con cansancio, pereza y sueño, no me importa, mucho menos lo hace que me mire con una mezcla de preocupación y consuelo en sus ojos.

—Vete.— mi voz es dura, ni si quiera me molesto en ocultarlo.

—¿Eso es lo único que dirás?, ¿incluso si has desaparecido por toda una noche?— señalo la puerta.—Ni de coña JungKook. No pienso irme hasta que me des una explicación.— su actitud me molesta, me enfada.

Ella no tiene derecho a reprocharme o exigirme nada, mucho menos una respuesta, fue ella quien falló ayer, no yo.

—No pienso repetirlo Park, fuera.— se encoje sobre mi cama, a pesar de que no es difícil ver que tiene miedo de algo, parece empeñada en no dejarme en paz ni mucho menos hacer lo que la digo.

—Respóndeme y me iré.— me quito la chaqueta y la lanzo a la silla de mi escritorio, vuelvo a señalar la puerta.

—No te atrevas a exigirme nada, Park. — mi voz es más gruesa de lo que me espero.—Si realmente quieres algo lo veré esta tarde y ni se te ocurra volver a faltar, la próxima vez hablaré con el director y te encontrará otro tutor o lo que mierda necesites.

Se levanta y camina despacio hacia la puerta, aún abierta.

—Siento lo de ayer.— la doy la espalda, no me interesa hablar con ella ahora, necesito centrarme en lo que me espera en clase y ponerme al día con lo que no he estudiado desde que la conocí.

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La puerta de mi habitación suena con dos golpes, me acerco a abrirla a pesar de que no quiero hacerlo porque sé de sobra quién es.

Ha-Yun me mira, su sonrisa ha vuelto a hacer acto de presencia, la dejo paso y vuelvo a mi ordenador, repaso nuevamente la pequeña tesis que debo entregar en unos días de cómo el arte puede ayudar y complementar a la psicología.

Se sienta en mi cama, pero no habla, la miro por sobre mi hombro y espero a que hable, pero no lo hace, nuevamente me doy cuenta de que quiere mi atención completa sobre ella, suspiro y me giro hasta mirarla, la hago un gesto con la mano.

—¿En serio vas a volver a hacerme la ley del hielo? — me encojo de hombros, sólo quiero que hable para corregirle y mandarla de vuelta por donde vino, tal vez mandarla con su novio, aún no sé dónde quiero que se vaya.—De acuerdo. El verde suele asociarse a los celos, la envidia, la salud y la vida.— primer error, niego con la cabeza.

—Ecología, salud, envidia y celos.— al menos me libro de responderle a una pregunta, sólo me faltan dos.

—Joder, — se queja, no puedo evitar pensar que no se habría equivocado si ayer hubiese venido, o tal vez sí, quién sabe.—bueno, significa que buscas la paz interior, el silencio, es un color que te ayuda a plantar los pies en la tierra y darte cuenta de tu alrededor.— está divagando, no se acuerda de nada más por lo que solamente está dando una opinión ajena a la suya.

—El verde también significa juventud y relajación, todo aquel que desea paz recurre a este color por su significado.— dos mal, es imposible que logre acertar a qué asocio yo el color verde.

—Yo... mierda, lo he hecho horrible, — sus ojos vuelan hacia mí, no sé si espera que sea comprensivo con ella, o tal vez busca darme pena para que responda a sus preguntas, pero asiento dándola la razón, lo ha hecho terrible.

—Reza porque en el examen de recuperación no te pregunten por este color, — me doy media vuelta y continúo con mi tesis.— ya puedes irte.— no la escucho moverse.

—Aún tengo una oportunidad, tengo que explicar a qué asocio yo ese color y a qué lo asocias tú.— suspiro, por un momento creía que se iba dar por vencida, pero nuevamente he vuelto a equivocarme, me giro y asiento en su dirección para que comience a hablar.—Yo lo asocio a la naturaleza, es un lugar lleno de vida y armonía.— por eso no va a conseguir hacerme una pregunta.—Y tú... tal vez lo asocies al arte, es un color que puede brindar tranquilidad y descanso.— niego con la cabeza, eso ni si quiera tiene sentido.

—Asocio el verde a las Dendrobates auratus, una especie de rana venenosa.— su mirada es de incomprensión.— éstas ranas llaman la atención de la gente por su llamativo color verde sobre un fondo negro, pero son extremadamente venenosas, es un color con doble personalidad, una cara te muestra la serenidad, la otra te muestra los celos, te muestra lo negativo, en su caso sería el veneno.— su boca se abre.—Ahora, fuera.

—Espera, ¿no vas a decirme qué color debo estudiar para el miércoles?— cojo la hoja de apuntes que tiene junto a ella...

No. Puedo. Creer. Lo. Que. Acaba. De. Hacer.

Ella tiene mis apuntes con ella, ni si quiera se los he quitado en cuanto a entrado, tampoco la he mirado en cada palabra que salía de su boca, ella prácticamente podría haber leído lo que debía decir. La miro, mi ceño más que fruncido, aprieto las hojas entre mis manos, ha fallado a posta, sólo para que yo la corrigiese.

—Naranja.— la devuelvo el taco de hojas sin si quiera mirarla, su cara se ilumina un poco a pesar de mi enfado monumental, ella asocia el color naranja a algo positivo, pero cuando estudie mis apuntes verá el sentido negativo que tendrá que explicarme.—Park, mañana te veré aquí a las cuatro, creo que te vendría bien saber algo extra de los colores de los que hemos hablado hasta ahora.— me he dado cuenta de que, al parecer, para ella, los colores no pueden tener un significado más negativo que los celos, bien, ella está más que equivocada.