Tienda.
La tienda está bastante vacía cuando entramos, Ha-Yun no se aparta de mi lado mientras camino por diferentes pasillos, además del dorado me gustaría conseguir algunos colores más; me detengo y miro a la "peli-azul".
—Ahora mismo no puedo diferenciar los colores con exactitud.— explico al mismo tiempo que cojo un bote de gris oscuro, tal vez azul marino.—Necesito que me digas que color es cada bote que coja, con exactitud.— leo la etiqueta, sólo ponen unos números que indican el color para poder buscarlo en internet o para pedirlo en grandes cantidades.
—Eso es azul marino.— asiento, dejo el bote en una pequeña cesta que sujeto en mi mano izquierda.—¿Por qué lo has cogido?— vuelvo a parar.
—Si vas a ayudarme con el otro lienzo necesito más colores.— suspiro y cojo otro bote, creo que es amarillo pastel, nuevamente sólo es nombrado con números.
—Eso es un amarillo tirando a blanco.— lo dejo en el estante, comienzo a enfadarme conmigo mismo. Llevo años estudiando el color y aún soy incapaz de reconocerlos correctamente.— ¿Qué colores necesitas?— pienso.
—Verde menta y un verde algo más oscuro, rojo, azul celeste, azul marino, negro, blanco, amarillo pálido, rosa palo y un color cercano al de la piel.— comienzo a nombrar, parece sorprenderla que quiera usar tantos colores. Tengo la necesidad de explicarme, ¿por qué?— la ropa tiene varios detalles, además quiero mostrar bien los golpes, que se vean.
Asiente y continuamos buscando.
(-. - .-)
Park encuentra el violeta, ya sólo nos falta encontrar el dorado, la sigo por un par de pasillos hasta que leo lo que quiero. En un cartel fijado a la esquina del pasillo, aparece escrito, en letras grandes y de un gris brillante, "Colores Metalizados", miro la hora en mi móvil, llevamos aquí casi una hora y media y, por lo largo que es el pasillo, tengo la sospecha de que el dorado está escondido en alguna parte. Comenzamos a buscar.
—¿Lo encuentras?— bufo, los colores metalizados no logro diferenciarlos bien, los veo todos de un gris similar, por lo que la pregunta de Ha-Yun me molesta bastante, intento buscar el tono más claro.
—No.— camino un par de pasos más, encuentro un tono que se asemeja bastante al amarillo.—Creo que lo tengo.— miro la etiqueta el número no se parece en nada al del amarillo, escucho una risa ahogada.
—Eso es blanco...— alzo la mirada, se está riendo de mí, suspiro y dejo el bote en su lugar, sigo buscando.
—Hey, que coincidencia.— sea quien sea no me habla a mí, sigo merodeando, no escucho los movimientos de Park, tampoco sus preguntas, suspiro, seguramente ha ido a buscar a algún dependiente.—Oh, venga, no te quedes callada.— no sé a quién la habla, estoy de espaldas, pero esa voz es condenadamente molesta, igual que su tono.—¿A caso no disfrutaste del beso... y de lo que te pasó después?— miro por sobre mi hombro, Ha-Yun está contra la estantería llena de pintura, un chico la sujeta de la cadera.
¿Podré vivir en paz con Park empeñada en ser mi amiga?
Probablemente no.
Me levanto con lentitud, el hombre me da la espalda, me pongo tras la sombra, Ha-Yun no me ve, parece bloqueada, sus ojos se llenan de lágrimas y sus hombros comienzan a temblar, ruedo mis ojos y apoyo mi mano en su hombro.
Gira la cabeza, la sonrisa desaparece poco a poco al verme; no soy mucho más alto que él y no parezco más fuerte, pero da un paso más hacia Ha-Yun, huyendo de mi agarre.
—Si quieres sexo búscate a tu propia puta, ciego.— frunzo mi ceño, no sé qué me molesta más, que haya llamado puta a Ha-Yun o que me haya llamado ciego.
Bueno, sí lo sé.
Agarro con más fuerza su chaqueta y le acerco a mí a pesar de que opone resistencia, suspiro y miro a Ha-Yun, aún parece estar en shock, empujo a la sombra hacia el suelo y cae con un golpe seco. Me gustaría darle una paliza pero no quiero que me veten de esta tienda, aprovecho que la sombra está aturdida por el golpe para acercarme a Ha-Yun.
—Ve a por un trabajador.— asiente, temblorosa.
Me alejo de ella para que corra en dirección a algún dependiente, me giro hacia la sombra al mismo tiempo que lanza su puño contra mi cara, me basta con dar un paso atrás para esquivar el golpe, no quiero pelear, no me gusta hacerlo.
Agarro su brazo y me muevo hacia su espalda, su mano queda entre su espalda y mi vientre, paso mi mano por su cuello, bajo su mandíbula, agarro mi hombro y mi antebrazo bloquea su respiración, se queja e intenta golpearme con su brazo libre, bufo, espero que Park no tarde.
Acerco mi boca a su oreja derecha, de alguna forma que no logro entender, necesito advertirle, avisarle.
—No vuelvas a acercarte a Park, si lo haces no me limitaré a esto.— gruñe, levanto el brazo que está entre su espalda y mi vientre; se queja.
Veo a Ha-Yun venir corriendo junto a un par de dependientes, los tres me miran, dos de ellos con el ceño fruncido, estoy seguro de que creen que soy el malo.
—Este sujeto, — comienzo; no puedo llamarle hombre porque no lo es, tampoco sombra porque sólo Ha-Yun me entendería.—ha abusado verbalmente de la chica junto a vosotros.— los dos miran a Ha-Yun, que asiente, ruedo mis ojos, harto de sujetar a esta sombra.
—¿Podría sacarle de la tienda?— no doy respuesta, camino hacia la salida, le empujo hacia afuera.—Usted, — le habla.— tiene prohibida la entrada.
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