Colores Negativos.

Escucho al profesor explicar lo que entrará en el examen de la semana que viene, suspiro, la época de exámenes ya está cerca y voy algo justo, miro la hora en mi portátil, las tres y cuarto, hay veces que los martes resultan agotadores, tener dos horas de clase a la una y media suele alterar mi apetito, por lo que, en algunas ocasiones los martes me salto la comida.

El profesor deja de hablar, alzo la mirada de mi pantalla, me encuentro su mirada sobre mi persona, es incómodo que una sombra me observe de esta manera.

—Señor Jeon, ¿podría explicarnos qué es lo que le tiene tan despistado en clase?— frunzo mi ceño, sólo he mirado la hora en el portátil.

Niego con la cabeza, consciente de que si no le respondo de alguna manera podría meterme en un lío y eso es lo último que quiero, la sombra suspira y prosigue hablando, pero no aparta la mirada de mi persona, resulta incómodo, ni si quiera sé qué es lo que le ha hecho pensar que estoy distraído.

Los minutos pasan y, por fin, suena el timbre. Las sombras a mi alrededor recogen sus cosas a toda prisa, espero a que la mayoría estén de camino a la puerta para comenzar a recoger mis cosas, escucho un par de pies acercarse a mí, no sé si es peor esperar que no sea Ha-Yun o que no sea el profesor.

Guardo el estuche y cierro mi bandolera, la coloco en mi hombro y alzo la mirada, el profesor está frente a mí, completamente serio, me guardo el bufido que quiero soltar.

—Jeon, todos los profesores estamos al tanto de que le estás dando clases de apoyo a Park, pero eso no significa que debas descuidar tu propio estudio.— asiento, a pesar de que no sabe de qué está hablando. Suspira. —He hablado con algunos de tus profesores, hemos llegado a la misma conclusión, — doy un paso hacia atrás, ni si quiera quiero saber a qué cojones se está refiriendo, sólo quiero volver a mi habitación y preparar lo que planeo enseñarle a Park hoy.— llevas despistado desde ayer, parece que estas en tu propia burbuja y nos preocupa que sea por la joven Park, todos la hemos dado clase en algún momento y sabemos lo revoltosa que suele ser.

—Con respeto, profesor Kim, pero a Park solamente la ayudo en lo que tiene problemas, es decir, con los colores. Ella no resulta una distracción para mí.— odio con todo mi ser tener que hablar con el hombre.

—Pues creo que no es así, Jeon, usted tiene un brillante futuro por delante, todos los profesores estamos seguros de que lograrás grandes cosas, pero la calidad de tus trabajos y tesis a decaído, tu profesor de dibujo, el profesor Jung, nos ha comentado que llevas días sin mostrarle o llevarle un lienzo.

—Con respecto a eso, ya se lo expliqué al profesor Jung, estoy trabajando en un lienzo.— mira hacia las ventanas a mi izquierda.

—Por favor, Jeon, si necesitas volver a centrarte o te sientes incómodo con Park habla con el director, todos tus profesores te apoyaremos cuando tomes la decisión.— ésta vez no me molesto en ocultar el bufido.

—Son ustedes los que parecen no darse cuenta, profesor Kim, yo no hago nada sin recibir algo a cambio y, por darle clases a Park la residencia me es gratuita y puedo utilizar algunas de las aulas fuera del horario, esto es únicamente lo que me incita a seguir dándola clases,— mi tono no es demasiado amigable, aunque realmente nunca lo es.— aprecio su deseo de ayudarme y demás, pero no es necesario que se preocupen, Park no es nada especial para mi vida, si lo fuese entonces sí habría importantes cambios respecto a mi persona y mi estudio, asique le pido, por favor, que no se entrometan, gracias.— hago una pequeña reverencia con mi cabeza y me alejo del profesor.

Escucho a alguien correr por el pasillo, las sombras son realmente incómodas, sobre todo cuando intentan hacerse cercanas o si quiera intentan ser importantes.

Miro la hora en mi móvil, tengo diez minutos para llegar a la residencia, suspiro y estoy a punto de guardar mi móvil, un mensaje aparece en la pantalla.

Nam Joon.

Hey!

¿Te gustaría ir a tomar algo mañana?

Gracias, pero no, los exámenes están cerca y debo centrarme.

De acuerdo, suerte en tus exámenes.

Nos vemos!

Guardo el móvil y continúo con mi camino.

(-*-*-*- 0 -*-*-*-)

Abro la puerta de mi habitación, dejo el portátil sobre la mesa y me acerco al lienzo, aún debo darle color, pero al menos ya está casi terminado.

Si debo admitir una distracción sería esta, cada tarde que me acerco el cuadro me absorbe y pierdo la noción del tiempo, abro la ventana y me enciendo un cigarro, dejo escapar el humo, el frío aire de octubre se cuela por la ventana, en un mes más o menos el césped dejará de tener ese tono grisáceo para tener el color blanco.

La puerta suena, dejo el cigarro en el cenicero, junto a la ventana, y voy a abrir la puerta, Ha-Yun está aquí, su rostro es serio pero mantiene una sonrisa que es imposible de creer.

Me hago a un lado y entra, cierro la puerta y camino hacia mi cigarrillo, le doy una calada mientras veo a Ha-Yun sentarse en mi cama.

—¿Qué ibas a explicarme hoy?, tengo algo de prisa y no quiero distraerte de tus estudios.— frunzo mi ceño.

—Por lo que he visto por ahora sólo conoces los significados positivos de los colores,— hago caso omiso a su última frase.

—¿A caso pueden tener un significado negativo?— asiento, dejo caer la ceniza en el cenicero.

—El primer color del que hablé contigo es del morado, asique empezaré por ahí. — me corta, frunzo el ceño.

—No es necesario, puedo buscar la información en Internet.— ruedo los ojos, ésta sombra es una contradicción constante.

—Cierto, también podrías haber empezado a estudiar por ahí en vez de pedirle al director que fuese tu tutor, pero aquí estoy, ¿no?— su rostro se desfigura en una mueca extraña.—Si hago algo, lo hago bien, y si no te interesa ahí tienes la puerta.

—¿Sabes qué?— se levanta de la cama y se acerca hacia mí.—Sales mucho más beneficiado que yo de esta mierda, — sonrío, no estoy equivocado al saber que ha escuchado mi conversación con el profesor Kim, me mira extraño al ver mi sonrisa.—¿por qué sonríes?

—Porque eres obvia, demasiado para tu salud.— doy una calada a mi cigarro.—No te voy a quitar la razón porque la tienes, pero también pierdo con este trato.—la miro, ahora parece perdida en la conversación.

—¿Qué?

—Soy yo quien tiene que aguantar a los profesores, quien debe escuchar todas sus quejas con tu persona y sus intentos de que deje de darte clase porque, supuestamente, estoy distraído.— explico al mismo tiempo que apago el cigarro en el cenicero y lo dejo ahí, cierro la ventana.—Te lo dije, soy egoísta, no me gusta relacionarme, ¿acaso creíste que cambiaría por ser tu tutor?— no sé por qué he dicho eso, pero siento que nos estoy mintiendo.

—Dijiste que eras mi amigo, ¡no puedes llegar ahora y soltarme esa mierda!— niego con la cabeza.

—Fuiste tú quien dijo que somos amigos, yo te dije que perderías el tiempo.— me encojo de hombros.

—¿Qué te pasa?— sus ojos se aguan, aparto la mirada, una sombra que llora lo hace por una sombra que ríe. Me he convertido en una sombra que ríe, siento odio por mí mismo en este momento... soy incapaz de contenerme.

—¿¡Qué me pasa!?— la grito y camino hacia ella.—¡Pasa que el domingo me preocupaste cuando pasados veinte minutos de las cinco aún no llegabas!, ¡pasa que me volví loco buscándote, no respondiste ningún correo, no podía llamarte!— intento respirar, nunca antes he gritado, mi garganta comienza a molestarme, pero eso no me impide continuar.—¡Y, para cuando te encontré, estabas liándote con una sombra cualquiera!

—Espera tú... lo viste...— da dos pasos hacia atrás, doy tres hacia delante.

—¡Pero eh, tranquila, que seguiré dando la cara por ti frente a los profesores cuando me digan que eres una irresponsable, revoltosa e irrespetuosa!— agacha la cabeza, pero soy incapaz de detenerme ahora.—¡Estoy harto de escuchar a los profesores hablar de mí, sobre cómo mis notas están bajando por ayudarte a ti, ¿acaso te crees que es cómodo para mí tener que defenderte cuando ni si quiera me defiendo a mí mismo?!— me alejo de ella, necesito aire.

—Lo siento... por todo.— suspiro y abro la ventana, esto es demasiado para mí, si encontrar el lado oculto de la luna significa esto... entonces no quiero verlo nunca más.

—No te disculpes, — me giro en su dirección, pero no la miro, paso mis manos por mi cara.— esta es la razón por la que no me gusta hablar de lo que pienso o siento, no lo controlo.— explico, soy incapaz de mirarla, no quiero ver las lágrimas rodar por sus abultadas mejillas, sus intentos de sollozos silenciosos son suficiente para mí para saber que está llorando.—Como amigo voy a decirte algo, y espero que te lo metas en la cabeza, — digo, algo incómodo.— estás rodeada de sombras, incluyéndome. Las sombras sólo buscan su superioridad sobre los demás, a cualquier precio, está claro que yo voy a sacar algo de todo esto y tú deberías hacer lo mismo, las sombras sólo buscarán aprovecharse de tu ingenuidad y tu amabilidad.

Ahora mismo mi cabeza está dando demasiadas vueltas, el hecho de que Ha-Yun ha sido una sombra y ha dejado de serlo dependiendo del día es algo que me desorienta.

—Ha-Yun, debes sacar provecho de esto, utiliza a quienes quieran utilizarte, es la única forma de sobrevivir aquí.

—Pero entonces seré como ellos, — su voz sale ahogada, su frase me obliga a mirarla, tiene los ojos cerrados con fuerza, igual que los puños.—no quiero ser igual a ellos, para mí está bien que me utilicen si entonces no soy como ellos. — abre sus ojos y me mira, veo el dolor y la ira correr a través de sus orbes.—No sé qué son las sombras, ni si quiera si me consideras una, pero no me importa, quiero ser diferente.

—Lo eres, eres diferente, Ha-Yun.— cierro mis ojos, no sé qué debo hacer.—Y te entiendo, llevo toda mi vida intentando ser diferente, dejar de ser una sombra, pero no lo consigo, es imposible dejar de ser una sombra cuando siempre lo has sido.

El silencio se extiende en la habitación, durante algunos minutos que me parecen eternos.      

—Te he mentido, — no quiero mirarla, no ahora.— lo único que sé con seguridad y de memoria son los significados negativos de los colores, ¿sabes por qué?— niego, tengo miedo.—Porque toda mi vida los he asociado a cosas negativas, el morado representa la tiranía, el egocentrismo y el abuso de poder, los golpes que dan los abusivos siempre dejan una marca con este color.— asiento, no estoy seguro de porqué me siento de esta forma.—Mírame, JungKook.— no quiero hacerla caso, pero lo hago, la miro, veo sus lágrimas seguir corriendo con libertad desde sus ojos.

Se alza las mangas de su jersey y, en su piel grisácea, distingo el mismo tono de gris que la primera vez que la vi. La ira comienza a correr por mis venas.

—El beso que me viste dando, yo estaba intentando apartarle de mí, ese chico sólo quería una cosa y yo no pensaba dársela, cuando logré apartarle de mí le di un guantazo, pero debí haberle dado algo más que eso, porque lo siguiente que sentí fueron sus puños contra mi cuerpo. — siento mis músculos tensarse, cómo mi cuerpo se pone rígido.

—Debiste haber pedido ayuda.— digo, estoy furibundo, en cuanto encuentre a esa sombra le daré tantos golpes como Park recibió, incluso sin saber por qué quiero hacerlo, lo haré.

—Lo hice, me pase más de veinte minutos intentando correr de él, gritando porque alguien me ayudara.— joder.—El rojo demuestra la pasión descontrolada y primitiva, el odio, la sangre, la violencia, la crueldad hacia uno mismo y hacia los demás, el salvajismo, la venganza.— cambia de tema.—Odio ese color porque siempre aparece chorreando desde mi nariz o labio, porque a pesar de que puedo defenderme de una persona no puedo hacerlo contra cuatro.— las uñas de mis manos se clavan en mis palmas.—El blanco significa debilidad, vulnerabilidad, cobardía, abulia*, falta de fuerza vital y la pérdida de energía.— asiento a pesar de que no es necesario hacerlo.—No entiendo cómo puede gustarte tanto ese color, incluso si es uno de los pocos que puedes ver con normalidad, su significado negativo supera cien veces al positivo, odio vestir de blanco por esa misma razón.

—El otro día lo hiciste.— sé que no es un buen momento para decirlo.

—Sí, porque cuando tú estás nadie se atreve a acercarse a mí con malas intenciones, — sonrío, me está utilizando sin darse cuenta.— es uno de los pocos momentos en los que puedo mostrar eso en mí, incluso si lo odio.

—Entiendo.— no realmente.

—El verde representa la cobardía, la envidia, la enfermedad, la mezquindad, el enfado y el rencor, lo odio porque es lo único que me define cuando los abusones desaparecen, porque siento odio, asco y rencor por todas esas personas.

—Eso lo sentimos todos en algún momento.— niega con la cabeza, se deshace de sus lágrimas.

—Lo siento todos y cada uno de los días, es imposible no ver a una de las personas que te insultan y agreden en esta universidad, sobre todo si vives aquí.

—Las sombras son personas sin esencia,— su mirada vuela sobre mí, con sorpresa, no me gusta la idea de tener que explicar esto.— son personas catalogadas en tres grupos, las serias, que son las más comunes. Estas sombras solo se muestran junto a sus cercanos. Las que ríen, que son algo menos abundantes pero muy dañinas, son las que crean al tercer grupo, las sombras que lloran, éstas lo hacen por culpa de las que ríen, de las que se aprovechan de su debilidad para poder reírse y sentirse superiores.

—Entonces yo sería una sombra que llora, ¿no?— su risa sale forzada y desganada, niego.

—No lo eres, las sombras que ríen tienden a transformar a las personas en seres como ellos, en sombras que lloran porque no soportan ser iguales y no sobresalir de alguna manera, tu sobresales, eres una diana perfecta para ellos, tal vez creen que quien consiga convertirte en una sombra que llora será especial, diferente.

—Pero eso no hay forma de pararlo, ¿no?— asiento, aunque ya no estoy demasiado seguro de lo que sé de las sombras.

—Ha-Yun, no te has dado cuenta, pero tú me utilizas igual que yo hago contigo, — soy capaz de ver la duda en sus ojos hinchados.— cuando te pegas a mí incluso si eso me incomoda lo haces para sobrevivir. Hazlo, hasta que te sientas segura.— niega.

—No quiero sobrevivir JungKook, ¿acaso no sabes lo que es vivir?— niego, toda la vida sobreviviendo suele cegarte de algunas cosas.—Vivir es experimentar, divertirse sin dañar a los demás, hacer amigos, reunirte con tu familia, saber que tienes personas en las que apoyarte.— asiento a pesar de que no logro entenderlo del todo.—El viernes pasado, cuando viniste con mis amigos y conmigo, ese día viviste, cuando me diste tu chaqueta a pesar de que luego comenzaste a temblar, viviste.

—No soy bueno con las personas, no soy bueno en vivir, si te crías rodeado de tonos blancos y negros es imposible ver más allá.— Ha-Yun niega.

—Pinta ese lienzo con colores, te ayudaré a hacerlo, así no te equivocarás.— niego.

—Si lo hago es prácticamente imposible que no me confunda.

—Por algo te he dicho que te ayudaré a hacerlo, tú no puedes ver los colores, yo puedo verlos con demasiada fuerza, podríamos hacer un buen equipo, hasta que estés seguro de ti mismo.

—Entonces te usaría y, si no me equivoco, no debería hacerlo más.— Ha-Yun niega, cada vez estoy más perdido en esta conversación.

—No me utilizas si yo decido ayudarte, tú me has dado permiso para pegarme a ti como lapa, ya no te utilizaré. Eso es lo que hace el permiso.— asiento.

Tal vez aún no soy capaz de comprender esto demasiado bien, pero, tal vez, logre entender sus palabras en algún momento.       

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