#3

Que Todoroki fuera a follar hoy día ya era un hecho; por eso, el tiempo pasó rápidamente y anocheció.

—¡Estoy agotado! —se quejaba Kaminari mientras estiraba sus brazos después de un largo día limpiando el culo a negritos bebés.

"Y lo estarás más esta noche." Pensaba Shouto mientras observaba con su cara inexpresiva a sus compañeros.

—¿Y dónde mierda vamos a dormir? —reclamó Bakugou girándose para ver al chico de cabello bicolor.

—Ahí —respondió señalando una mugrienta cabaña que parecía caerse a trozos y en la cual habían estado Lynda Poya y los otros morenazos de dos metros.

—¡NO ME JODAS BASTARDO! —gritó Katsuki.

—¡Yo no duermo ahí! —añadió Denki retrocediendo instintivamente.

—De acuerdo, dormiré solo —aceptó Todoroki cerrando los ojos con tranquilidad y dirigiéndose hacia dicha cabaña—. Pero que sepáis que por la noche salen los negros a violar todo lo que encuentran durmiendo afuera.

—¡¿Crees que nos vamos a creer eso?! —dijo Kaminari con ciertos nervios.

—No va a funcionar conmigo, bastardo —sentenció Bakugou dispuesto a alejarse y dormir debajo de un árbol.

—En fin —suspiró Shouto—. Yo avisé.

[...]

—Hey Pikachu, wil jy fuck? (Oye Pikachu, ¿quieres follar?) —la voz de cierto morenazo despertó al rubio eléctrico que se hallaba durmiendo en un árbol cercano al de Katsuki.

—E-Eh… —Kaminari no entendía absolutamente nada de lo aquel tipo dijo (a excepción de Pikachu), pero la manera en la que le estaba mirando comenzó a asustarle—. Lo siento, tengo que…

—Dit sal pret wees, dit meet my 22 sentimeter (Será divertido, me mide 22 centímetros) —prosiguió aquel hombre mientras se acercaba peligrosamente hacia Denki.

Aquel rubio estaba en peligro.

Tenía que defenderse porque su santidad anal corría peligro, así que, sin quererlo y sin mala intención, utilizó su quirk al sentir como aquel morenazo ponía una mano en su hombro.

—¡Perdón pero me largo! —exclamó alejándose lo más rápido que pudo de aquel lugar y dirigiéndose hacia el árbol en el que dormía Katsuki plácidamente.

Lo que Kaminari no sabía era que se había pasado con su quirk y aquel negrito estaba más negrito de lo normal.

Denki se había cargado a uno de los maridos de Lynda Poya.

—¡Bakugou! —exclamó con temor a que aquel hombre se levantase en cualquier momento y comenzase a perseguirle (cosa que no iba a ser así)—. Creo que es mejor ir a dormir donde Todoroki… —añadió mientras se aferraba al brazo de Katsuki.

—¡PERTURBAS MI SUEÑO, MIERDA! —gritó al sentir cómo Denki había comenzado a sacudirle.

—¡Vámonos, por favor…! —siguió rogando Kaminari.

Bakugou iba a rechazarle rotundamente, pero la cara que estaba poniendo aquel rubio eléctrico le hizo detenerse.

Denki tenía los ojitos llorosos y seguía aferrándose a su brazo bastante asustado.

—… Mierda —murmuró Katsuki después de chasquear la lengua.

—¡¿Eso es un sí?! —inquirió Kaminari con una sonrisa llena de ilusión.

—¡SOLO PORQUE ME DUELE LA ESPALDA! —sentenció con alto nivel de tsunderismo.

Y, así, ambos jóvenes se dirigieron hacia la cabaña en la que se hallaba Todoroki esperándoles.

Mientras tanto, en la mente del de cabello bicolor…

"Shouto, usarás condón, ¿verdad?"

"¡No le hagas caso! Sin condón es más placentero."

"Shouto, sabes perfectamente que puedes contraer alguna enfermedad peligrosa."

"¡Pero piensa en lo placentero que será!"

"Con condón también es placentero."

"¿Tú qué sabes?"

"Más que tú seguro."

"¿Me estás retando?"

"¿Un 1vs1 sin camiseta?"

"Hecho."

—¡Todoroki! —la voz de Kaminari le sacó de sus más profundos pensamientos.

—¿Qué ocurre? —inquirió como si nada de esto lo hubiese planeado.

—Al final… ¡creo que dormiremos aquí! —respondió el rubio eléctrico con una sonrisa nerviosa.

"Hoy follo."

—Adelante —comentó invitando a ambos jóvenes a entrar en la cabaña.

Era un sitio bastante pequeño, pero con el espacio suficiente para que durmieran hasta cuatro personas. Además, había una cómoda mantita en el suelo y almohadas de paja.

—Así me siento más seguro… —suspiró Denki mientras se acomodaba a la izquierda del suelo—. Espera… ¿qué es esto? —inquirió al haber palpado una sustancia blanquecina y pegajosa.

—Los hijos difuntos de Lynda Poya —respondió Shouto inexpresivamente haciendo que Kaminari, asqueado, tratase de limpiarse la mano con cualquier cosa.

Bakugou se limitó a chasquear la lengua y acomodarse a la derecha, dejando el espacio del medio para el sereno Shouto que tenía cierto brillo de felicidad en sus ojos; su plan estaba funcionando mejor de lo que esperaba… o al menos eso era lo que pensaba.

Cuando se dio cuenta, Bakugou y Kaminari ya estaban dormidos.

"Veamos… ¿por quién empiezo?"

Ya tumbado en el centro, volteó a ver a Denki y vio cómo este estaba durmiendo de cara con la boca abierta y echando baba. Se giró a la derecha y contempló cómo Katsuki le estaba dando la espalda; era la posición perfecta.

—Bakugou… —susurró al oído del rubio amargado mientras comenzaba a meter sus manos por debajo de la camisa de Katsuki.

Aquel chico explosivo fue abriendo los ojos lentamente al sentir el contacto y se giró con el ceño fruncido.

—¿Puedo tocarte? —inquirió mirando fijamente a Bakugou y dirigiendo su mano izquierda hacia el pantalón del rubio.

El chico amargado estaba demsiado cansado.
Tenía sueño y sus ganas de volver a seguir durmiendo eran cada vez mayores.

Ver que Katsuki solo chasqueó la lengua para volver a cerrar los ojos decepcionó un poco a Shouto.

"Así no es divertido."

Tal vez tuvo que habérselos follado de día y no cuando estaban agotados, así que decidió que lo mejor era dormir también.

[...]

—Oh —murmuró cierto joven de cabello bicolor al darse cuenta de la situación en la que estaba.

Al hallarse en el medio, Kaminari se había aferrado a uno de sus brazos y Bakugou al otro, impidiéndole así moverse y sintiendo el suave contacto de ambos jóvenes; Denki con una sonrisa echando baba y Katsuki con el ceño fruncido.

Quizás, no follar ese día no había sido tan malo.

[...]

Al final, Todoroki Shouto obtuvo su recompensa.

Puede que no hubiese conseguido follar el primer día del fin de semana, pero en el segundo consiguió convencerles con lo que dijo Kaminari aquella vez de "Haremos lo que quieras" y se montó su propio trío.

Y así, llegó el momento de abandonar África y regresar a Japón.

—Jy het een van my mans vermoor! (¡Mataste a uno de mis maridos!) —exclamaba Lynda Poya bastante enfadada al ver cómo Bakugou y Kaminari se subían al helicóptero personal de Todoroki.

—¿Qué ha dicho? —inquirió Denki mirando a Shouto.

—Que gracias por matarle al marido.

—Oh. ¡De nada! —respondió Kaminari con una sonrisa mientras se despedía de toda la familia de negritos que no dejaban de gritarle "¡Asesino!", pero que Denki pensaba que le estaban agradeciendo por todo.

—No pienso volver a este sitio de mierda —maldecía Katsuki mientras se frotaba el trasero por el buen rato que pasó con Todoroki.

Pero lo importante es que había terminado bien. Mataron a dos negritos, pero todo había terminado bien.

Y, afortunadamente, ninguno había contraído alguna enfermedad sexual.

FIN


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