Capítulo 2
Se trataba de la quinta vuelta sobre la cama que daba. El sol recién iluminaba con sus primeros destellos.
Sería inútil continuar intendando conciliar el sueño.
Me levanté sin deseos de cambiarme el pijama, simplemente tomé la primer sudadera que vi en el armario y baje a la cocina, notando por supuesto la puerta semi abierta de la habitación al otro lado del pasillo.
Todo había cambiando tanto y tan repentinamente, que a menudo sentía que estaba siendo parte de un sueño y que quizá éste pronto acabaría.
La cafetera emitía el clásico "beep" indicándome el café estaba listo, con las rebanadas de pan cubiertas de mermelada en el plato, y sirviéndome una taza rellena del líquido oscuro, caminaba hacia la barra, sentándome en el banco mas cercano. Se trataba de un sábado habitual por la mañana, o por lo menos eso quería creer, puesto que desde el momento que abrí los ojos no paraba de pensar en la extraña conversación que mantuve con el amigo de Adam.
Pero no era momento para ello que por ahora no tendría respuesta, terminé el desayuno dejando los utensilios ocupados en el lavavajillas y me dirigí a mi habitación, aún tenía ese libro sobre el buró, al que debía dar fin este día, además del borrador en el portátil que miraba continuamente como si me dijera que debía continuarlo.
El día se fue entre letras y café.
Miraba el reloj en la pantalla del computador, las diez de la noche anunciaba.
¿En qué se ocuparía hasta tan tarde?
Llevaba días llegando pasadas las diez u once de la noche.
De repente el pensamiento que no me abandonaba desde el día que Garret apareció, me obligaba a apartarme del libro y recordar la ocasión en la cafetería, justo en el hecho de no haber conseguido preguntar sobre su relación con Adam, como se conocieron o el porque él no lo mencionaba. Mantenía muchísimas dudas, puesto que lo único que sabía era sobre la existencia de un amistad entre ambos, pero no contaba con mas detalles. ¿Exactamente que tipo de relación tenían?, ¿Por qué Adam nunca mencionó la situación sobre la casa?
Y como si le hubiese invocado, escuchaba la puerta principal abrirse, sus pasos ascender por la escalera, la casa era extensa y constaba de cuatro habitaciones dos a cada extremo del pasillo en el nivel superior, mi habitación se encontraba del lado derecho, contrario a donde él dormía actualmente. Llegaba al frente de su habitación, lograba percibir el abrir y cerrar de la puerta, si de verdad quería preguntar algo este era el momento, ¿pero realmente me atrevería a ir tocar esa puerta y decir todas aquellas preguntas que no me dejaban en paz?
Lo cierto es que no lo conocía en absoluto, era un completo desconocido del cual no tenía mas interés que saber su conexión con Adam, inhale profundamente dejando salir el aire poco a poco. Estaba nerviosa, pero no por él, sino por descubrir alguna otra cosa que Adam hubiese ocultado.
En el pasillo mis pasos se volvieron más lentos y tan sólo a un metro de llegar a su habitación escuché como abría su puerta, me quedé inmóvil por un momento.
─¡Oh! Estas aquí —Caminaba hacia mí y continuaba hablando. ─Bajaré a comer algo ¿vienes? —Me indicaba con la mano que lo siguiera.
─Eh... yo, esta bien —No lo pensé ni un minuto la oportunidad era perfecta.
Baje la escalera por detrás de él y seguí hasta la cocina sentándome en uno de los bancos junto a la barra.
El silencio se hizo presenté, no tenía idea de como iniciar con las pregutas o temía a escuchar las respuestas, para mi fortuna no tuve más problemas ya que él inició.
─¿Qué tal tu día?
─Eh, bien tranquilo supongo
─¿De verdad? ¿trabajas aún en el local de discos?
─¿Disculpa? ¿cómo sabes dónde trabajo?
─Adam, ya sabes, realmente amaba hablar de ti, de esa manera es porque sé algunas cosas.
─En realidad me gustar...
─Sabes, he seguido meditando el tema y me resulta extraño ¿por qué no has hecho ninguna pregunta sobre mí?, no me malinterpretes, me refiero a la amistad que tenía con Adam, me sorprendió un poco que no tengas curiosidad por ello.
─En realidad... —me interrumpió de nuevo.
─¿Deseas saber verdad? —Sólo moví la cabeza en señal de afirmación.
─Pues bien, antes de eso ¿quieres un poco? —Me mostraba con su mano derecha el sándwich que preparaba.
─No gracias, tome algo hace poco.
─De acuerdo ¿qué estaba diciendo?, ¡Ah! Sí de Adam —mientras hablaba se sentaba delante de mí colocado el plato con el sándwich sobre la barra de mármol junto a un vaso lleno de jugo.
─¿No has comido nada? —preguntaba.
─No, debía aprovechar el tiempo —Mantenía su boca ocupada con el pan así que cuando intento responder me resulto gracioso ya que no lograba sus palabras fueran bien articuladas. ─Perdón, no he probado alimento fue un día cansado, la verdad olvidé la hora y cuando salí era muy tarde.
─Ya veo, deberías cuidar mejor de ti, si era muy tarde seguro estabas ocupado.
─Estoy utilizando el estudio de un amigo, lo tomé prestado por un tiempo para grabar unas cuantas líneas, nada importante.
¿Podría terminar con esto y después te parece si hablamos?
─Claro, adelante no hay problema.
Intente mantener la vista fija sobre la barra y no interesarme en alguna otra cosa, esperaba él sólo se dedicara a comer pero me equivoqué, poseía una mirada penetrante además de insistente, en un descuido levanté la vista y nuestras miradas se encontraron, rápidamente fijé mi atención en algo mas, no se que rayos intentaba o si incluso intentaba algo.
Pasaron unos minutos más y volvió a dirigirse a mí
─Listo.
─¿Seguro? ¿No deseas algo más?
─Mmm... No creo poder conseguirlo —lo decía dudoso para después sonreír ante el comentario.
─¿Perdón?
─Nada, mejor dediquémonos a resolver tus dudas, es un poco tarde y debes descansar.
─Bien pues conocí a Adam hace algunos años, ambos coincidimos en la misma clase, no me refiero a la misma Universidad supongo que ya lo sabrás... —Hizo una pequeña pausa, me miraba fijamente intentando preguntar con su expresión y darme tiempo de confirmar lo dicho. ─Las lecciones de música... ¿Lo sabes no?
─¿¡Eh!? Si, claro —De acuerdo eso me tomo por sorpresa, pero ¿cómo podía fingir cuando en realidad no tenía idea a que se refería?
─Ok pues un día me encontré con ese sitio, no era muy conocido y las clases eran impartidas por un profesor mayor, tampoco era una escuela o algo parecido, tan sólo una habitación con unas cuantas sillas dispersas. Un día el profesor nos ofreció ir a visitar su antiguo estudio, Adam lucía muy interesado, por mi parte tenía curiosidad así que decidí ir también, ahí grabamos un par de guías y nos conocimos mejor, al final congeniamos muy bien, tanto que nos convertimos en buenos amigos. una historia simple ¿cierto?
─Ya veo, así que de esa manera fue.
─La verdad me sorprende que él no mencionara algo mas, incluso no sabías mi nombre ¿verdad?
─En realidad lo sabía, pero nunca mencionó mas ¿sabes por qué?
─No lo sé quizá... la verdad no tengo la mínima idea.
─Lo he pensado y recordé que en alguna ocasion llegué a ver una foto, aunque lucías... diferente.
─¿En serio? bueno ha pasado tiempo, la última vez que lo vi fue... —Se interrumpió bruscamente. —Fue hace algunos años, la fotografia que mencionas debió ser la única vez que coincidimos en el grupo de clase.
─¿Y continuaste en contacto con él?
─No demasiado, alguna vez intercambiamos mensajes de texto por eso sabía como eras, él, él mencionó que se casarían.
Ante esas palabras no supe que responder así que sólo siguió un inmenso silencio.
─Creo que es todo por hoy, es tarde subiré.
─Espera.
Me tomaba por la muñeca impidiendo siguiera mi camino.
—¡Para con eso!.
Me alejaba tirando fuertemente de mi mano y liberándola de la suya, detuve la mirada en su rostro el cual mostraba una verdadera expresion de asombro por mi tono alto de voz al contestar.
─Ok, tranquila.
Permanecíamos de pie, él a mi costado derecho, el profundo silencio que continuó sólo sirvió para hacer notar mi respiración agitada, la cual indicaba mi represión ante las lágrimas que sentía acumularse y aquella sensación en la garganta comenzaba a llegar, intenté calmarme.
─Es mejor que suba.
─Allie, espera por favor.
─Es todo, no quiero saber mas.
─Sólo una cosa, por favor.
Respire profundamente y giré hacia él quedando uno delante del otro.
─¿De qué se trata?
─Bien, como empezar... tengo entendido que mañana es tu cumpleaños ¿cierto?
─¿Eh?... Si —Su pregunta me tomo completamente por sorpresa que incluso titube al contestar.
─Pero eso que tien... —me interrumpió.
─Tengo algo para ti
─¿¡Qué!? Por...
Me quede a mitad de la frase al mirarle caminar hacia la barra, se detenía al final de ella y tomaba entre sus manos una pequeña caja color rojo, adornada con un lindo moño dorado por encima, hasta ese momento fui consiente de su existencia, me encontraba tan curiosa por lo que él podría decirme sobre Adam, que no me percate de algo mas.
Se acercaba lentamente, sus ojos me miraban directo y sin apartarse.
Una vez frente a mí su única acción fue ofrecerme la caja estirando su brazo e indicándome con la mirada que la tomara.
─¿Qué significa? ¿Porqu...
─Es de Adam —Dijo para evitar continuara con las preguntas, no comprendía que sucedía, mi mente permanecía en blanco. ─Adam lo hizo llegar hasta mí, y pidió lo entregara personalmente, debería ser proporcionado mañana ya que es tu cumpleaños, pero... bueno ya solo falta una hora para que inicie, así que... feliz cumpleaños Allie.
—Yo, yo... —No tenía idea de que era lo que decía.
De pronto sólo sentí su tacto cálido sobre mis manos y como colocaba la caja en ellas.
—Deberías abrirla, quizá eso calme tu corazón un poco, a permanecido intacta desde que la tuve, voy a subir, si necesitas algo sólo dime.
Escuchaba sus pasos perderse, pero lo único que podía hacer era seguir de pie con la caja en mis manos, sin realizar movimiento alguno, pronto las lagrimas comenzaban a caer por mis mejillas, el dolor en el pecho se hacía mas notable, mi garganta se contraía en un intento por apagar las ganas infinitas de gritar, mis piernas temblaban, descendí hasta quedar de rodillas sobre el suelo, coloqué la caja a un lado e intente con todas mis fuerzas apagar las intensas emociones, no era el momento para llorar, no con Garret en casa.
Estuve en esa extraña posición, mis piernas abrazadas fuertemente por mis brazos y la cabeza encima de ellas, por unos minutos, cuando sentí que las fuerzas regresaban tomé nuevamente la caja y subí a mi habitación.
Dentro, lo único que hice fue sentarme sobre la cama dejando el regalo de Adam sobre el tocador, sentía la mente muy perturbada, aún con la curiosidad por saber que se encontraba dentro de aquella caja no la abrí, probablemente sería miedo o no, pero estaba segura que lo que sea que hubiese dentro lo único que causaría era hacerme llorar y ahora no lo deseaba.
Me recosté correctamente en la cama y si bien no lo quisiera, los recuerdos llegaban a mi pensamiento, instantáneamente veía el techo, las estrellas en el aún seguían ahí, cerré los ojos intentando no pensar mas, el cansancio venció cualquier cosa y dormí profundamente.
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