Capítulo 11
—Deberíamos regresar. —Decía aun resguardada en su abrazo.
—Cierto. —Se alejaba para observarme.
—¿Mejor?
—Si... Gracias.
—Bueno, ahora podemos regresar. —Suspiraba y parecía con eso tomar energía, para segundos después mirarme con esa sonrisa ladina que tanto le gustaba mostrar.
Sentía su mano enlazar con la mía y su mirada atenta a mi expresión, cuando entendía que no planeaba decir algo al respecto, comenzaba a caminar de regreso.
El traslado era tranquilo y silencioso, ayudándome en el intento por aclarar mis pensamientos.
¿Pero qué exactamente era lo que debía dejar claro?
¿Qué realmente me mantenía confundida e inquieta?
Estaba exhausta de no hallar un sentido correcto y me negaba a aceptar la única aparente respuesta posible, la que parte de mi gritaba desde un lejano rincón que no era correcto.
Entonces la realidad caía nuevamente ante mí, su mano unida a la mía, su mirada expentante, a la espera de ser testigo de un arrebato y listo para detenerlo.
—Estoy bien. Sólo un poco cansada, hoy fue... complicado. —Intentaba tranquilizarle.
—¿Segura?, No te vez.. Muy bien. —Sus palabras no coincidían con su expresión, que no se alejaba demasiado de la alegría de haber intentado una broma, para después borrar su sonrisa por completo. —Escucha, podemos con esto, dudo que Adam hubiese hecho mas, ¿o si?
—¿En serio? —El sarcasmo salía natural.
—De acuerdo. Ha sido bastante, pero hasta ahora la casa es lo máximo, realmente dudo que exista algo mas grande. Pero realmente no puedo asegurarlo.
—Coincido. —Contestaba estando al cien por ciento en sintonía con él, respecto a Adam, que cada vez me sorprendía mas.
En cuanto estuvimos por fin frente a la construcción, comprendia que me sentía ajena, como un visitante dentro de ella, una extraña.
—Me pregunto ¿cómo fue capaz de hacer todo esto?, debió ser dificil supervisarlo, además de mantenerlo oculto. —Le escuchaba decir nada mas entrar.
—Probablemente comenzó en los primeros meses que se rehuso al tratamiento en el Hospital y decidió tomarlo en casa. Era demasiado testarudo e independiente, siempre quería hacerlo por su cuenta. —Tomaba asiento en el sofa mas cercano seguida por él.
—Lo siento Allie no quería... Creo que he dicho algo incorrecto.
—Descuida, yo también siento curiosidad al mirar la casa. Siempre supe que era meticuloso pero jamás pensé que lo llevaría tan lejos.
—¿Te gusta? —Soltaba repentinamente.
—Bueno, es hermosa. Alamo siempre me ha gustado, aire limpio, campo y tranquilidad. Pero no estoy segura de poder hacerlo.
—¿El qué?
—Vivir aquí. Cuando le miro duele, es como tenerle cerca y no poder escucharlo, tocarlo.
Acercaba su mano tomando la mía. Y permanecíamos en silencio por algunos segundos.
—¡Bien! —Me sorprendia con su entusiasmo repentino. —Es hora de cambiar la atmósfera. ¿Qué te gustaría hacer? Podríamos cocinar o quizá pedir algo, muero de hambre. —Le miraba y sonreía sin ser consciente. Tan sencillamente se deshacía de un ambiente pesado y nostálgico.
—Es bastante tarde, dudo que encuentres algo cercano que continúe en servicio.
—Mmm... Buen punto ¿te apetece comer fuera?
De no aceptar seguro insistiría en hacer algo mas.
—Vale, iré a cambiar mi atuendo.
***
El recorrido en auto me pareció demasiado rápido, y claro había dormido parte del trayecto.
—Aqui esta bien. ¡Listo! hemos llegado. —Decía al terminar de estacionar.
Bajaba del auto y me pedía esperar, segundos después habría la puerta de mi lado y con un gesto me invitaba a salir.
—Es uno de los mejores lugares donde sirven Lasagna por aquí.
—Debiste visitarlo un par de veces antes ¿cierto?
—En realidad lo encontré en internet y eso ponía: "La mejor Lasagna"
Era imposible no reír con aquello. Podría estar haciéndolo adrede, pero lo hacía ver tan natural.
Se levantaba repentinamente a mitad de la comida, que en realidad sería cena, y se alejaba por algunos minutos.
Al regresar lo hacía sosteniendo en cada mano una copa de vino.
—Pero que...
—Era necesario para la ocasión, además se lleva excelente con todo aquí. ¿No me digas que no te apetece?
Lo pensaba por un par de segundos como si existiese la posibilidad de declinar la oferta, pero en realidad justo había coincidido con mi deseo.
—Esta bien.
No sabía con exactitud en que momento pase de vino cosecha 86 a cosmopolitan, con mas vodka del necesario.
Ni siquiera parecía ser capaz de controlar mi propio cuerpo, además de la sarta de palabrería incoherente que estaba repitiendo.
«Es suficiente por ahora Allie deberías controlarte. ¿Qué demonios crees que Garret pensara?, ¿Alguien que maneja muy bien el alcohol? Imposible.
¿Y si le besara en este instante?
Luce apuesto con esa camisa blanca. Sus labios suaves... Podría...
¡Es una locura! ¡No lo haré! Ni siquiera debería pensar en ello.
Pero...»
Lo voz de la poca cordura que aún tenía me detenía firmemente al banco donde me sentaba y me impedía hacer alguna estupidez, pero poco a poco le escuchaba mas lejana, se volvía un eco y cuando no pude escucharle más, fue como si hubiesen desatado las cuerdas que me mantenían sujeta al suelo.
— Garret —
—Ha sido suficiente, deberíamos irnos ahora Allie.
—No, no, no aún tenemos tiempo deberíamos disfrutarlo. —Me extendía el vaso para que le llenara una vez mas.
Escucharle arrastrar las palabras resultaba gracioso y lindo. Sus mejillas pasaron de un tenue rosa a un cereza medio, sus ojos brillosos parecían cansados pero en un extraño extasis, los movimientos corporales parecían no terminar, nunca había visto a Allie en tal estado, pero algo seguro era que se podía disfrutar de alguna manera. Perdía timidez y ese control sobre sus emociones y la represión de sus sentimientos y actos. Se veía libre y con cierto encanto infantil.
—Es hora, debemos volver.
—¡No!, mejor quedemonos aquí ¿si?
«Oh por favor, ¿cuánto encanto le han dado a esta mujer?»
—Hagamos un trato. Subes al auto, hacemos el recorrido hasta el super que encontramos mas temprano y ahí compró algo mas —Señalaba las bebidas en el bar del lugar. —¿De acuerdo?
Se quedaba en silencio y tranquila por un instante, le veia mantenerse como si en verdad estuviera analizando la situación.
—¡Vale! —Se levantaba con todo el ánimo posible que una persona pudiese tener, y era sorprendente, mas por el estado en el que se encontraba.
El trasladarla aún desde esa corta distancia, resultaba difícil, mas porque no me permitió llevarla a cuestas o en brazos hasta el automóvil, cosa que hubiese acelerado la situación.
—Bien, ahora deberíamos... —Quedaba a mitad de la frase cuando le veia dormir plácidamente en el asiento del copiloto. Movía el respaldo para que descansara mejor. —Eres hermosa Allie. —Me acercaba despacio y besaba su frente suavemente.
***
Allie despertaba sin problema cuando ya estabamos fuera de la casa.
Debo admitir que esperaba continuara aun con el efecto del alcohol, pero parecía un poco mas serena y consciente.
—¿Estas bien?
—Amm... Lo siento yo... No he bebido en un tiempo disculpame si... —Por su voz sabía que no se encontraba en el mismo estado, pero aun no recuperaba su cordura completamente.
—Tranquila, todo bien.
Le ayudaba a bajar. Estaba mareada, por lo que debía guiarla.
—Hoy fue un buen dia ¿cierto?
—Si, eso creo.
No conversaba demasiado, de hecho estaba siendo cortante.
Habíamos entrado por fin, solo restaba subir la escalera y podría descansar tranquila.
—Debería conseguir un poco de medicina, mañana te sentirás terrible.
—Descuida lo soportaré.
—No lo creo, has dicho que no has bebido en un buen tiempo, asi que te sentiras mal...
Su repentino ataque me tomo por completo con la guardia baja, era algo que ni en mis mejores sueños había sucedido, mejor dicho se convirtió en algo que no podia siquiera imaginar, y mucho menos siendo ella quién tomara la iniciativa.
Comenzo siendo un simple toque, quizá un pequeño accidente pero conforme fue fucionandose con mis labios, los movimientos comenzaron a cambiar, el ritmo incrementaba y podía escuchar claramente su jadeante respiración.
—Allie no creo que...
—Shh... No ahora. —Me interrumpía para callarme.
«Sus besos, ¡Oh Dios!, como es que habia resistido tanto sin probarlos. Pero no queria ser el tipo que se aprovecha cuando ella evidentemente esta alcoholizada. En verdad le quería y no deseaba cometer un error mas»
—Allie espera, espera. Esto, ¿Estas segura? No quiero que mañana te...
—No me voy a arrepentir, lo prometo.
Su tono de voz había cambiado, su respiración agitada, la cercanía de su cuerpo.
Como logramos subir la escalera era realmente un misterio.
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