Capítulo 10
El sol comenzaba lentamente a descender, y el suave sonido de las olas ofrecía un ambiente tranquilo.
—¿Es fantástico no crees? —Dijo rompiendo el silencio.
—Sí, supongo.
Caminábamos sobre la arena, con pasos lentos, uno al lado del otro. Estaba segura que él esperaba que dijera algo, pero cualquier posibilidad de tema se venía a bajo en cuanto pensaba en Adam.
¿Qué se supone debería hacer a partir de ahora?
—¿Estás bien? —El tono que usaba para formular la pregunta dejaba ver la preocupación que mantenía.
—No lo se... si lo pienso es un poco extraño, aún no puedo creer como ha sucedido todo.
—¿A qué te refieres?
—Es tan confuso, el por qué hizo todo esto, las cajas, la casa... No lo sé, me deja..
—Espera, tranquila. —Me detenía en medio del inicio de un posible ataque de nervios. —Respira, todo esta bien. Vamos, ven. —Me extendía la mano y tomaba la mía en vista de mi nulo movimiento.
Se sentaba en la arena instándome a seguirlo.
Permanecimos por algunos minutos en completo silencio, observando en la distancia el vaivén de las olas.
—Has cambiado... —Por fin decía.
—¿De qué hablas?
—Él de alguna forma ha intentado ayudarte a cerrar el ciclo. En todo este periodo has liberado el dolor que no te permitiste expresar. Él te ha hecho cambiar, te dio un motivo para salir de aquella casa que convertiste en tu refugio, estoy seguro que fue una esperanza...
—Una esperanza para encontrarle, pero al final él...
—¿Y no lo has hecho? —La pregunta me dejaba desarmada. —No debería estar diciendo todo esto, lo siento. —Respondía ante mi asombro.
—Descuida, creo que tienes razón, es sólo que... quizá por ahora me gustaría no pensar demasiado en esto. Es desgastante y nostálgico, soñábamos con venir y observar el amanecer el día de nuestra boda, casarnos en Alamo era mi sueño, el vivir aquí jamás pensé fuese su plan, la casa es hermosa, todo lo que hizo hasta ahora ha sido maravilloso y sorpresivo, pero también ha causado un profundo dolor, pensaba que había aceptado su partida hace tiempo y me doy cuenta que nunca fue así.
Le veía unos segundos antes de concentrar mi atención en el paisaje delante.
—Creo que sería bueno para ti que te quedarás y relajaras un par de días. Estoy seguro que en tu regreso a Boston las cosas se percibirán con mayor claridad. —Le escuchaba sin mirarle.
Sabía que él comprendía perfectamente mi estado y se mantenía al margen pero mostrándome su apoyo, y yo sólo pensaba en la forma de superar este momento, que quizá deseaba entablar una conversación casual y fuera de lugar, escucharle decir algo en broma y reír abiertamente, pero nada que no fuera Adam venía a mi mente.
—Aún recuerdo la última vez que visité Alamo, fue hace tres años, una tarde realmente tormentosa, lo único que deseaba era llegar pronto, ducharme, cambiar mi atuendo y tumbarme en la cama el resto de la tarde, pero Adam tenía otros planes... —Me miraba, en sus ojos la tranquilidad y gracia del recuerdo me dejaba intrigada.
—¿Entonces? —Me escuchaba decir sin ser completamente consciente de haber expresado aquel pensamiento.
—Viajamos por alrededor de veinte minutos más, la lluvia constante retraso el tiempo de traslado pero jamás fue un impedimento para él, tenía claro lo que deseaba mostrarme. Me llevó hacia una vieja construcción, en un inicio creí que sólo se trataba de un pequeño punto para resguardarnos de la tormenta, pero mas tarde dijo que se trataba de su propiedad, en este momento sobra decir que planeó todo a detalle.
Aunque es confuso el como lo consiguió sin que tú notaras siquiera una pista.
—Cuando se proponía algo era bastante meticuloso.
—Asi que podriamos decir que estuve al tanto de todo antes que tú, aun si no tenía idea de ello. Estaba seguro que algo planeaba, lo suficiente como para preguntarle pero nunca me dio una respuesta clara o me dejo mirar mas allá de la superficie de lo que hacía.
—¿Por qué te agradaba? —Solté sin pensar.
Volteó y me encontre con una expresión un poco graciosa, al parecer mi pregunta le habia sorprendido y tomado desprevenido.
—Amm... nos conocimos casualmente, era alguien agradable con quien pasar tiempo, gracioso y sabio cuando era necesario, además nos comprendiamos musicalmente hablando, compartiamos esa visión sobre lo que deseabamos expresar a traves de nuestra música. Podría llegar fácilmente a aparentar ser despreocupado o frío pero en cuanto le conocias un poco mas saltaba a relucir su gran esmero, compromiso y pasión por la música.
Supongo que incluso desde el punto de vista de un chico era genial.
Sentía su mirada sobre mí pero no giraba a verle, en su lugar únicamente me dedicaba a observar el horizonte mientras la luz solar se volvía cada vez mas anaranjada llegando quizá a un suave rojo.
—Hermoso atardecer —Le escuchaba decir. —¿Quizá podría...
Después de unos segundos de no escucharle terminar su pregunta, sentía la necesidad de saber que lo detuvo de formularla.
—¿Ocurre algo?, ¿Por qué no continuaste? —Le veía dudar.
—¿Qué fue lo que encontraste ahí que te dejo tan mal? —Definitivamente Garret tenía un don para atraer los sentimientos mas dolorosos.
—Él, él... —No había pasado ni la primera palabra cuando el nudo se formuló de nuevo. —dejó todo preparado para... —Sentía súbitamente como sus brazos me rodeaban y la imagen de su torso obstaculizaba mi vista, justo en el momento en que me percaté que las lágrimas ya descendían.
—Tranquila, olvidalo, no necesito saberlo. —Decía cerca de mi oído.
Entonces era como si dijera, "adelante, llora todo lo que desees."
Y no me detuve, no deseaba hacerlo. Tener a alguien que me brindara apoyo, nunca antes había sido tan valioso.
Y aún después del llanto, el abrazo duró, permitiendome percibir el suave pero refrescante aroma que de él emanaba. Se trataba de la primera ocasión en la que era consciente de algo mas que no fuese mi incomodidad o dolor al estar a su lado.
—Amm... Creo que... —Intentaba alejarme sutilmente, situación que hubiese salido de maravilla si no fuese por su repentino movimiento.
Sentía su mano en mi mejilla, el suave roce de sus dedos guiando su tacto hasta detenerse en mi nuca.
No tenía la audacia necesaria para levantar la cabeza y encontrarme directamente con su mirada, el miedo me tomó desprevenida y me impedía pensar correctamente.
—Sólo un minuto. —Levantaba mi mentón hasta lograr que le viera.
Nada, absolutamente nada salía de su boca o realizaba algún movimiento.
—Creo... —No alcancé a terminar la oración cuando parecía reanudar el abrazo.
—Vas a estar bien, todo lo estará. Y yo me aseguraré de ello. —Le escuchaba decir cerca de mi oído.
No se trataba del primer abrazo de consolación que sucedía, ni siquiera el segundo, pero algo en esta ocasión se sentía diferente. Desde su tacto, su voz, la forma en que envolvía mi cuerpo con el suyo, en un intento de protección, de mantener el máximo de tiempo posible este momento.
Entonces... una nueva sensación surgía, intentado apoderarse de todo, minimizando cualquier otra duda o deseo contradictorio, dejándome en blanco y permitiendome ser consciente de ella y su existencia.
***
Podrían notar que los lugares son aún confusos, dentro de un par de días colocaré los correctos.
Gracias por leer, sus comentarios son super valiosos para mí espero leerlos.
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