Empire Wars ch 7
CAPÍTULO SIETE: BAJO LA LUZ DE LA LUNA
Stan seguía admirando la gran belleza de la reina Testaburguer sin darse cuenta de que algunas de las demás mujeres parecían admirarlo por ser algo agraciado, otras lo miraban con mucho desprecio y repulsión.
-Dinos a que has venido hacer aquí- le volvió a exigir la reina haciéndolo volver en sí.
-De seguro es alguna especie de espía o rastreador que quiere saber nuestra ubicación exacta para que nos vengan a conquistar- comentó la mujer rubia rizada quien era una de las que veía con mayor desprecio al joven príncipe y este enseguida se alarmó por eso.
-¡No, no, no! Se equivocan, yo solamente quería darles un mensaje sobre una fuerza del mal que podría poner a todo el mundo en peligro incluyéndolas a ustedes y...- el hijo menor de los Marsh trataba de explicarse, pero la mujer rubia enseguida lo calló de un fuerte golpe en la cara haciendo que escupiera sangre.
-¡Silencio! Ustedes los hombres son solamente unos malditos e inmundos mentirosos que dicen cualquier cosa para engañar a los demás- la rubia hablaba con un gran rencor en cada una de sus palabras -mi reina, debemos darle el castigo que le damos a todos los invasores ¡Desmembrarlo!- cuando sentenció esto varias de las otras mujeres comenzaron a exclamar apoyándola, pero otras no estaban precisamente alegres por su sugerencia y el príncipe estaba bien asustado -y comenzaremos con lo que hace hombres a los hombres- estas palabras aterraron aún más al pelinegro ya que se dio cuenta de que anatomía del cuerpo se estaba refiriendo.
-¡Orden!- exigió la reina y todas guardaron silencio enseguida -Bárbara, entiendo muy bien tú enojo y desconfianza hacia este joven, pero que no se te olvide que siempre les damos a nuestros prisioneros una oportunidad de que se expliquen- le llamó la atención a la rubia que soltó un bramido molesta y Stan se alivió un poco por eso.
-Como diga mi reina- dijo la ahora conocida como Bárbara haciendo una leve reverencia -ahora rápido, explícate- le exigió al pelinegro dándole una leve patada en el costado izquierdo haciendo que tosiera un poco.
-Mi-miren, yo los que le quería decir es...- al igual que como lo hizo con Lord Caos y el rey Kyle, les comenzó a decir sobre esa fuerza del mal que acabo con Mistangi y que quiere acabar con todos los reinos de los que se tengan conocimiento -... y por eso había tratado de localizar su reino para ofrecerles unirse a nuestra causa- terminó de contarles.
Ante su relato, las reacciones de mujeres fueron variadas, algunas hablaban entre sí muy preocupadas, pero otras no se creían sus palabras y solo se molestaron más de lo que estaban, especialmente Bárbara.
-Es como dije ¡Solamente es un asqueroso mentiroso! Y ha venido aquí a tratar de envenenar nuestras mentes con sus falacias- cuando dijo esto de nuevo varias de las demás mujeres exclamaron apoyándola -mi reina, solo de la orden y lo haremos sufrir como merece- otra vez el príncipe se aterro por sus palabras.
-¡He dicho que guarden silencio!- volvió a ordenar la reina y molesta -Bebe- cuando llamó a la rubia por este nombre, se estremeció un poco y agachó la mirada -la que toma las decisiones aquí soy yo y si quiero castigar con la muerte o no a nuestros prisioneros es decisión mía, no tuya ¿Entendido?- su voz firme y autoritaria la estremeció más a Bárbara que cabizbaja le dijo: "Si mi señora" -y en cuanto usted jovencito...- ahora le tocó a Stan estremecerse y tragarse un nudo en la garganta -solo hay una forma de verificar si dices la verdad o no- le dijo para luego levantarse de su elegante trono y acercarse a él a pasos lentos pero firmes y con un cetro de otro en su mano derecha.
-¿Estás asegura, mi reina?- le preguntó Bárbara con precaución y el resto también se puso así.
-Es la única forma de saber si dice la verdad y no se preocupen, no va hacerme nada- les aseguró estando ya delante de Stan que de nuevo se maravilló ante su belleza al poder verla así de cerca -no se mueva- le pidió mientras acercaba su mano izquierda a su cara, pero el príncipe retrocedió un poco la cabeza hacia atrás algo desconfiado -que no te de miedo, si lo que dices es verdad nada te pasara- le aseguro sonriendo amablemente y eso le dio un poco de confianza al príncipe.
-Mu-muy bien- dicho esto la reina le puso la mano en la frente cerrando los ojos y murmurando alguna especie de conjuro o hechizo.
El príncipe no entendía lo que decía o lo que trataba de hacer, pero de repente sus ojos brillaron un poco y se quedó paralizado un momento, los ojos de la reina también brillaron un poco y en su mente pasaron varios flash backs de algunos de los recuerdos del príncipe, sobre todo los más recientes, incluyendo cuando visitó al hermano de Butters, al rey de los elfos y a los otros reyes o gobernantes que visitó antes de ellos; después de unos segundos de seguir con ese contacto, la reina se separó de él respirando un poco agitada y se frotó los ojos.
-¿Estás bien, Wendy?- le preguntó Bebe acercándosele junto con otras mujeres mientras que Stan parpadeó un par de veces para recuperar la orientación y ella les aseguró que estaba bien.
-¿Ese tipo está diciendo la verdad?- le preguntó otra mujer.
-Sí, por lo poco que vi está diciendo toda la verdad- cuando dijo esto ahora tanto las que estaban preocupadas, como las que eran escépticas y miraban mal al príncipe, empezaron a hablar entre sí, hasta Bebe estaba algo asustada.
-¿Me querrán ayudar a mí y a los demás aliados entonces?- les preguntó Stan con el mismo aire de esperanza que usó cuando habló con el rey Broflovski.
La reina Testaburguer se quedó mirándolo un momento sin parpadear y frotándose un poco la quijada y las demás mujeres esperaban ansiosas su respuesta de la misma forma en como los elfos lo hicieron con Kyle.
-Necesitaré más tiempo para pensar...- tal vez no sea lo que Stan esperaba, pero le dio un poco de aire fresco ya que no se negó a querer ayudarlos -pero hasta entonces... llévenlo a una de las habitaciones del hala sur- dicho esto Bárbara y otras de las mujeres cogieron a Stan para llevarlo a lo que debe de tratarse de alguna especie de celda y prisión y él soltó un bramido de impotencia -ah y también curen a su perro y llévenlo ante él- dijo ya sonriendo un poco.
-Gracias señorita- le agradeció Stan antes de que le volvieran a poner ese casco en la cabeza.
Dejando un momento de lado a Stan, nos enfocaremos de nuevo en Lord Caos y su reino tortuga gigante, en todos estos días ya había recorrido una gran distancia y como el cruel rubio dijo, él y las criaturas que conformaban su ejército se estaban "divirtiendo" con sus prisioneros.
-¡Ven aquí!- exclamó el hermano de Butters sujetando de la muñeca a la misma chica rubia que el otro rubio había salvado, en esos momentos todos estaban reunidos en una especie de caverna tomando todo tipo de bebidas, tratando de tener relaciones con sus pobres víctimas y comiéndose a algunas de ellas sin reparos mientras que otras bestias cantaban y tocaban instrumentos musicales que se combinaban con los gritos de agonía y súplica de los prisioneros -escuché que mi hermanito te salvó la vida y creo que debes de pagarnos ese favor ¿verdad?- le preguntó sonriendo de medio lado con mucha malicia y haciendo que esa joven se sentara en su regazo.
-¡Por favor no me haga tener que hacer eso! Le daré lo que quiera ¡Pero todo menos eso!- le suplicaba la rubia llorando sin control, pero el Lord rió un poco por eso.
-Hay lindura pero si eso es justamente lo que yo quiero, de lo contrario ya te habría tirado a mis fieras para saciar su hambre ¿Oh es que acaso quieres eso?- le preguntó el rubio dándole que no tenía muchas opciones.
-No...- susurro la chica cabizbaja ya sabiendo que no había de otra.
-Entonces vamos belleza- le dijo cargándola al estilo princesa con mucha facilidad -¿Me acompañas Butters? Desde hace rato que no se lo hacemos a una mujer entre los dos al mismo tiempo- le preguntó a su hermano que muy a diferencia de casi todos los presentes, no estaba para nada feliz y tenía a su lado a dos mujeres muy bellas que lo estaban acariciando y besando apasionadamente.
-No-no hermano, ten-tengo otros planes- le dijo apegando a las dos mujeres a su cuerpo pero muy discretamente vio a Bradley que estaba algo lejos y tampoco estaba para nada feliz.
-Oh, te entiendo muy bien hermanito. Dos son mejor que uno- le dijo su hermano sonriendo más todavía pensando que adivinó lo que en realidad quería hacer y luego se retiró con su víctima.
-¡Oye, yo iba a comerme esa hembra humana!- exclamó un orco viendo molesto a un sátiro muy grotesco que ya se había comido a una mujer castaña.
-Pues creo que te gané el pedido- le dijo sonriendo el ser mitad cabra y mitad humano usando una especie de mondadientes para limpiarse los dientes y eructó un poco.
-¡URRRAAARRR!- gritó el orco tirándosele encima y los empezaron a pelear ante la mirada divertida de las demás bestias y muchas de estas peleaban entre sí también violentamente.
-Pero como ponen problemas, si hay suficiente comida para todos nosotros- dijo Heidi sonriendo de forma divertida para luego llevarse un brazo humano a la boca y darle una mordida, como es de noche ella y las demás gárgolas son de carne y hueso.
-Si siguen así, no van a quedar muchos de nosotros- comentó Doguie que al igual que Butters, tampoco estaba feliz por todo eso, pero a diferencia de él disfrutaba de las dos mujeres que tenía a su lado.
-Lo mismo digo- le apoyó Henrietta que en vez de estar peleando encarnizadamente por comida, estaba tomándose una copa y fumándose como siempre un cigarrillo.
-¿Pero de que se quejan? ¡Si la vida hay que gozarla haciendo lo que se nos pegue la gana!- les dijo Dylan para luego clavarle sus colmillos a un hombre en el cuello que gritó del dolor antes de morir.
-¡Lo mismo digo!- le apoyó un licántropo relativamente pequeño que estaba teniendo relaciones con una prisionera comiéndosela al mismo tiempo ya que estaba transformado.
-Cállate Ferkle- le ordenó la licántropa, pero el más pequeño solo se encogió de hombros y continuó con su mórbida acción -mejor voy a tomar algo de aire fresco, lejos de todo este circo- dicho esto dio media vuelta y se dirigió a la salida de la caverna.
El general vampiro sonrió de medio lado por eso y después de darle una última mordida a su alimento, lo dejó tirado y se alejó de todo ese festín y orgía de sangre para ir tras ella.
La mujer licántropa estaba lejos de la caverna, tanto que ya no se podían escuchar los gritos de los prisioneros, ni los de las demás bestias y estaba en medio de lo que parecía ser una plaza sin nadie a su alrededor y caminando en círculos en el mismo lugar bajo la luz de la luna.
-Ah...- suspiro soltando el humo de su cigarro -¿Por qué aún sigo en esto?- se preguntó a sí misma para luego ver fijamente la luna y después cerró los ojos dándole otra calada a su cigarro -Ah sí, ya recuerdo...- dijo esto haciendo memoria para luego mirar el piso.
-¿Teniendo dudas al respecto, Henrietta?- le preguntó de repente Dylan apoyando en una columna sonriendo de medio lado, cruzado de brazos y ella frunció el ceño.
-¿No tienes más prisioneros a quién chuparles la sangre?- le preguntó toscamente.
-Ya estoy satisfecho, además quería estar acompañándote un momento- le dijo acercándosele.
-¿Y para qué quisiera tener la compañía de un carnicero como tú que le gusta hacer sufrir innecesariamente a los demás solo por diversión?- le preguntó sin cambiar de semblante cuando él estaba enfrente suyo apreciándose la poca diferencia de alturas que hay entre ellos.
-Porque si no te gustara mi encantadora forma de ser... no estaríamos juntos en esto- sorpresivamente los dos se abrazaron y se besaron apasionadamente acariciándose y a la mujer licántropa no le importaba mancharse la boca con la sangre fresca que había en los colmillos de él y después un tiempo haciendo eso dejaron de besarse pero sin separarse viéndose con los ojos entrecerrados y respirando algo agitados.
-¿Recuerdas que fue... en una noche como esta... en la que nos conocimos?- le preguntó él sonriendo de medio lado.
-Claro que lo recuerdo... los míos estaban despedazando a los tuyos mientras suplicaban por sus vidas- le respondió ella también sonriendo de medio lado.
-¿Así fue? ¿Qué no eran que ustedes los que estaban rogándoles a los dioses para que los salvaran?- le preguntó él con algo de burla y ella rió un poco, pero luego desvió la mirada algo angustiada -¿Te ocurre algo?- le preguntó ya algo preocupado y luego tomaron asiento en una banca de piedra.
-Es lo que dijiste, de nuevo estoy dudando si continuar aquí ayudando al otro lunático con sus fechorías- le comenzó a explicar la mujer licántropa desviando la mirada y dándole una calada a su cigarro.
-No digas esas cosas, si alguien te llegara a escuchar Caos no durara ni un segundo en matarte como a cualquier otro desertor- le dijo serio el vampiro -además recuerda que es gracias a él que podemos estar juntos y ni nadie, ni siquiera los de nuestras respectivas especies que conforman las tropas, nos reclamaran o se opondrán a lo nuestro.
-Eso ya lo sé, no se me ha olvidado que nosotros dos hemos sido parte de su ejército desde sus inicios- refutó la mujer -pero... estar tantos años rodeada de seres que les gusta matar a los demás solo por pura diversión y no por necesidad, es algo que no sé por cuanto más pueda seguir tolerando- dijo algo enojada y de nuevo se llevó el cigarro a la boca.
-Pues yo soy así y me quieres de igual manera- le dijo el chupa sangre sonriendo un poco.
-No, tú solamente finges ser un carnicero de primera clase para aparentar rudeza y solamente comes lo necesario de la misma forma en como yo finjo molestia por tu comportamiento- le corrigió ella también sonriendo algo y él rió un poco -pero ya en serio, estoy considerando que luego de llegar a Now Yark, me largue de aquí para nunca más regresar- estas palabras hicieron que el vampiro desviara la mirada.
-Sabes que yo te acompañaré hasta el fin del mundo para estar juntos de ser necesario- le dijo tomándola de la mano derecha -pero si por algún milagro de los dioses, Caos no nos descubre y no nos tortura hasta matarnos, estaremos en peligro mortal apenas demos un paso fuera de aquí, recuerda que nuestras cabezas tienen un precio y si aún las tenemos pegadas al cuerpo todavía es porque luchamos de su lado y lo ayudamos con sus planes- le siguió recordando.
-¿Pero por cuánto tiempo más? ¿Hasta que él logre conquistar todo el mundo y no le tengamos que rendir cuentas a nadie? ¿Oh hasta que alguien más poderoso que él aparezca y lo derrote y luego todos nos tengamos que arreglar como podamos y nos capturen uno por uno?- la pelinegra seguía con sus inseguridades.
-Pues hasta que ese día llegue, nuestra mejor opción es seguir a su lado y sí lo llegaran a derrotar, cosa que veo imposible, solamente hay que volver a huir como lo hicimos al principio y ya- le siguió tratando de persuadir el del flequillo rojo.
-No podremos huir ni escondernos para siempre si eso llegara a pasar- ella seguía preocupada.
-Pues hasta entonces, debemos disfrutar cada segundo de la compañía del otro mientras podamos -cedió él pero sonriendo un poco y ella también sonrió y luego se dieron otro beso en los labios.
Ya siendo un poco más tarde esa misma noche, el gran reino tortuga de Caos no pudo seguir avanzando ya que en su camino se interpuso unas altas y empinadas montañas.
-¿Qué rayos está pasando, por qué no estamos avanzando?- preguntó molesto el cruel Lord estando de pie en el mismo balcón en el que se paró junto a Butters cuando despertaron a la tortuga con un poderoso relámpago y solo usaba ropas ligeras sin tener puesta su armadura ya que había estado muy ocupado con esa prisionera.
-Unas montañas nos bloquean el paso, hermano y son tan empinadas y altas que si nuestro reino tratara de pasar por encima de ellas podría caer de espaldas- le explicó Butters a su lado.
-¿No podemos rodearlas?- siguió preguntando molesto e impaciente el otro rubio.
-No señor, estas montañas forman una larga cordillera y si las tratamos de rodear, nos tomarían varios días- le respondió ahora Heidi que ya había dado un vistazo desde el aire.
-Diablos y bestias del Inframundo- murmuró el guerrero sediento de sangre haciendo que en las nubes encima de ellos se produjeran fuertes rayos y se escuchaban fuertes truenos preocupando su hermano -entonces no tenemos más opción, nos estableceremos a los pies de estas montañas y un pequeño grupo de nosotros irá a la capital del imperio Marsh- dijo resignado, Butters desvió la mirada ya que esperaba que esas grandes lomas ralentizaran su avance.
Dieron anuncio a sus tropas para que se prepararan y establecerse en ese lugar, algunas de las criaturas volvieron a sus viviendas, pero otras seguían deleitándose con el dolor y sabor de sus víctimas. La colosal tortuga se alejó un poco de las montañas que tenía en frente y clavó fuertemente su pata izquierda delantera en el piso, luego las demás y el piso tembló de forma violenta con cada una que se unió de raíz al suelo y después clavó su enorme vientre y por última la cabeza y cuando ya todo su cuerpo estaba pegado a la tierra, el volcán en el centro entró en erupción un poco para luego calmarse.
-Ahora escuchen muy bien- dijo Caos ya con su armadura puesta y ya sentado en su trono, con sus generales frente a él -mi hermano y yo por supuesto que iremos como representantes de mi gran imperio, pero necesito que algunos de ustedes se queden aquí y cuiden nuestro reino principal ¿Quién se ofrece?-
Henrietta y Dylan se miraron entre sí ya que la primera seguía contemplando la idea de poder largarse al ir a la capital Marsh y por supuesto no se iba a ofrecer para quedarse en el reino tortuga.
-Yo me ofrezco, señor- dijo Doguie dando un paso adelante.
-¿Tú enano? Puf, como diría Mark un pequeñuelo como tú no se haría respetar entre nuestras bestias- cuando dijo esto, el pelirrojo se molestó y entristeció un poco por esa falta de confianza, Dylan y Heidi rieron un poco por eso.
-Entonces yo me quedo señor, sabe muy bien que las bestias no pondrán problemas en obedecerme- se ofreció ahora la gárgola con mucha arrogancia.
-Solo de noche, pero cuando es de día tienes tanta autoridad como una roca- espetó secamente la licántropa y ahora el pelirrojo se rió de la gárgola que se molestó por supuesto.
-No digan más estupideces- dijo ya serio Caos -de haber sabido esto no hubiera mandado al Topo y al cuadrúpedo a esa misión... ahora escuchen. Henrietta tú te quedarás aquí y te harás cargo junto con Heidi ¿Entendido?- cuando le dijo esto la mujer de pelo negro quedó algo impactada ya que sus propios planes se desbarataron antes de que siquiera los pudiera llevar a cabo.
-Pe-pero señor...- trató de objetar mientras que el vampiro la miraba de reojo.
-Dije: ¿Entendido?- le preguntó ya molesto su superior mientras era rodeado de rayos y su armadura brillaba un poco y eso la calló enseguida.
-Entendido- le dijo cabizbaja. Dylan por un lado estaba triste por eso, pero por otro estaba feliz ya que ella no trataría de escaparse ni exponerse a cualquier peligro.
-Espero que no se te ocurra hacer alguna tontería en mi ausencia- la amenaza que Caos le dedicó solo la preocupó más haciendo que se tragará un nudo que se le formó en la garganta.
-No se preocupe señor, yo estaré pendiente de que no se trate de pasar de lista- le aseguró Heidi viendo con burla a la otra mujer que junto con el vampiro la vieron de mala manera.
-"¿Por qué Dylan parece apoyar a Henrietta si ellos se odian?"- se preguntó mentalmente Butters al darse cuenta de las miradas entre los dos seres de la noche.
Siendo de mañana Caos, Butters junto con Doguie, Dylan e incluso Bradley, se estaban preparando para irse a Now Yark junto con algunas de sus criaturas.
-Ya estamos listos, en marcha- ordenó el gemelo cruel para luego ponerse su casco espartano y montado en una especie de lobo grande, mientras que Butters y los otros generales y Bradley iban en caballos y las otras bestias iban en unas grandes carrozas impulsadas por centauros.
-Que les vaya bien, que los dioses los protejan y blablablá- se "despidió" Henrietta con su máscara de indiferencia dándole una calada a su cigarro y viendo discretamente al vampiro que dio un leve asentimiento.
-Eso espero yo también- Butters si tenía preocupación genuina y de nuevo vio a Bradley con discreción.
-No digan más idioteces y vamos- dicho esto, todos se pusieron en marcha.
-"Dylan, en serio espero que los dioses te protejan"- pensó preocupada la licántropa.
Regresando al reino oculto de las mujeres libres, a Stan lo llevaron a dónde iba a quedar preso hasta que la reina Testaburguer decida si unirse a su causa o no.
-Entra- le empujó Bárbara metiéndolo en el cuarto estando él ya con sus brazos y piernas libres de cadenas y sin tener ese casco puesto.
-Gracias- le dijo él sarcástico y después de que la rubia rugiera molesta le cerraron la gran puerta de madera y fue acompañada por el sonido de cerraduras trabándose -estas tipas sí que están locas, pero al menos no me mataron horriblemente enseguida como lo hubiera hecho el maldito de Caos y su reina me dio una oportunidad, aunque no sé qué fue lo que hizo cuando me tocó la frente pero me creyó- dijo mientras se sobaba los brazos -y debo reconocerlo, los dioses sí que pusieron todo su empeño al crear tal belleza... como lo hicieron con el rey de los elfos...- dijo esto último de forma subconsciente y sonriendo un poco, pero al darse cuenta de lo que dijo enseguida agitó fuertemente la cabeza -¿Pero qué es lo que estoy diciendo? ¿Cómo puedo pensar esto de un hombre?- se preguntó a sí mismo con algo de preocupación.
Para no seguir pensando en eso contempló su cuarto prisión, en vez de ser una mazmorra toda tenebrosa o sucia o asquerosa o en deplorables condiciones, podría decirse que es una habitación simple ya que tiene una cama con almohadas y una sábana y muy en lo alto de una pared estaba la única ventana que por supuesto tenía unos barrotes.
-Si esta es la celda de los prisioneros ¿Cómo será la de los invitados?- preguntó con ironía y burla para luego sentarse en la cama -oh dioses santos...- susurró pasándose la mano por el cabello -sé que algunas veces puedo ser algo blasfemo y que dudo de sus decisiones debes en cuando, pero les pido que hagan que tanto esta bella reina como los demás gobernantes que he visitado se unan a nuestra causa y hagamos a un lado nuestras diferencias para hacerle frente a esa temible fuerza que amenaza con acabarnos a todos- les estaba rezando a las grandes deidades juntando sus manos y cerrando los ojos -y también, no permitan que papá meta la pata cuando todos estén reunidos- dijo esto ya un poco divertido.
Una hora después decidió dormir un poco y luego de unas horas estaba teniendo una especie de pesadilla.
-Ah... no... no... no- dijo removiéndose respirando agitadamente y sudando mucho.
-"Stan..."- le llamó su madre extendiendo su mano derecha y cuando él la quiso alcanzar, ella se empezó a pudrir y todo el cuerpo de ella cayó a pedazos primero la piel y carne podrida y luego los huesos.
-"¡MAMÁ!"- gritó aterrado el príncipe.
-"Hijo..."- le llamó ahora su padre ofreciéndole también la mano, pero él también cayo de la misma forma en como su esposa.
-"¡NO, PAPÁ!"- volvió a gritar el pelinegro.
-"Hermano..."- ahora fue su hermana que también murió como sus padres.
-"¡SHELLI!"- otra vez gritó el príncipe y al ver sus manos estas se estaban pudriendo y cayendo pedazo por pedazo y luego su cuerpo también sucumbió después de que mirara al cielo.
-¡AAAHHH!- gritó despertándose de golpe y mirando de un lado a otro -dioses... de nuevo tengo esos malditos sueños... y no tengo mi bebida para controlarlos...- se lamentó sobándose la cara con la mano izquierda.
De repente escuchó los cerrojos de su puerta abrirse y enseguida se puso de pie preparándose para lo peor y cuando esta se abrió...
-¡GUAU!- para su sorpresa resultó ser su gran perro Sparky que enseguida se le acercó para lamerlo y en dónde estaban sus heridas tenían algunas clases de vendas.
-¡¿Sparky, que haces aquí?!- le preguntó el pelinegro sobándole la cara.
-Como le dije joven príncipe, hice que le atendieran sus heridas- le dijo la reina Wendy entrando a su cuarto junto con Bebe y otras mujeres con armaduras y armas y el perro les rugió molesto.
-¿Qué decidió señorita?- le preguntó el príncipe viéndolas con desconfianza.
-Que lo ayudaremos con su causa- cuando Wendy dijo eso el pelinegro las miró asombrado pero luego sonrió ya que al parecer los dioses si escucharon sus plegarias.
Capítulo siete completado en Fan Fiction el 10/08/2014.
Publicado en Wattpad el 17/08/2020.
Estoy totalmente seguro de que nadie se esperaba el romance que hay entre Dylan y Henrietta ¿verdad? pues esto me inspiré en las películas de Inframundo solo que le di un "pequeño" giro a las cosas ya que en vez de ser un hombre lobo enamorado de una vampira, es una mujer loba enamorada de un vampiro, para así romper con ese cliché de que en una relación entre esas dos especies el masculino siempre es el hombre lobo y la femenino es la vampira, después de todo Henrietta tiene un fuerte carácter ¿pero cómo es que ella y Dylan están enamorados? Eso lo sabrán más adelante.
Espero que también les haya gustado la interacción de Stan con las mujeres libres y como Bebe lo quería castrar XD ¿Pero por qué ella y varias de las demás odian mucho a los hombres? Eso se verá también más adelante y ahora tanto el Style como el Stendy huelen en el aire con lo que dijo Stan en su cuarto ¿cierto? XD y ahora a ver qué pasará en el viaje de Caos a Now Yark :O
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top