Empire Wars ch 19
CAPÍTULO DIECINUEVE: ¿PEOR QUE EL PROPIO INFIERNO?
La noche ya había avanzado y con la llegada de los últimos aliados del reino Marsh, solo faltaba por terminar los preparativos para que todos los invitados se reúnan y escucharan lo que ese "duque" les tenía que decir sobre cómo Mistangi fue destruida por completo.
Pero el silencio de la fría noche era acompañado por una canción, una melodía que parecía recorrer cada uno de los rincones de Now Yark y que para todos sus habitantes sería imposible de ignorar ya sea porque les resultaba dulce, incluso hipnótica, o porque no los dejaba conciliar el sueño para los que no se deleitaban con ella.
Era música producida por una flauta que provenía de un punto muy elevado del castillo y el responsable de ella era el príncipe licántropo Bridón. Su instrumento musical es una daga curva negra, pero los movimientos que hacía con los dedos son los que se usaría para tocar la flauta (NA: si su armadura es como la de Zenaku, es MUY obvio como es la melodía que toca)
Él miraba fijamente la luna menguante con sus penetrantes ojos amarillos sin parpadear y no se veía afectado por la gélida brisa que agitaba con fuerza su castaño cabello. A pesar de lo bella que es la melodía que tocaba, parece que a través de ella expresaba algo que salía de lo más profundo de su corazón, sus más arraigados sentimientos y no se trataban precisamente de los más nobles...
Flash back:
-Tengo miedo mami- Bridón, que era un niño de 8 años, abrazaba fuertemente a su madre temblando un poco y derramando unas cuantas lágrimas.
-No te asustes mi vida, yo estoy contigo y no dejaré que nada te pase- su mamá le sonrió para tranquilizarlo, pero por dentro estaba tan aterrada como él.
Los dos se encontraban dentro de una gran sala acompañados de bellos adornos, era de noche y afuera los hombres lobo y vampiros estaban teniendo una de sus tantas encarnizada batallas. Se podían escuchar a la perfección los gritos de todas las criaturas de la noche ya sean los rugidos de los que atacaban o de los que eran heridos de forma fatal, acompañados por el sonido de las armas chocarse entre sí y de objetos romperse.
-¿Y-y si ellos en-entran aquí?- preguntó el chico a su madre viéndose directamente a los ojos. Curioso ya que a pesar de que los ojos de ambos son amarillos, no tenían un brillo intenso.
-Descuida, como hemos honrado bien a los dioses, no permitirán que nos ocurra algo- volvió a tratar de calmarlo mientras le acariciaba el pelo.
-¡MAJESTAD!- de repente Henrietta junto con otros Licans, entró a la sala tomándolos por sorpresa -¡Los vampiros nos superan 4 a 1, tenemos que irnos ya!- los apresuró.
-¡Esta bien! Hijito, ahora quiero que te tapes los oídos, cierres los ojos y silbes la canción que cantamos ¿Bien?- le pidió para que no fuera testigo del grotesco espectáculo que sucedía afuera.
El niño asintió e hizo lo que le pidió y ella lo cargó para enseguida ponerse en marcha con los otros licántropos. Corrían por los pasillos mientras que las llamas de afuera se reflejaban por los vitrales adornando el recorrido de ellos con sombras que de distorsionaban.
-¡Por acá!- Henrietta giró a la derecha, pero de repente 4 vampiros atravesaron unos vitrales y se interpusieron en su camino, pero no fueron una gran amenaza ya que ella en menos de un abrir y cerrar de ojos, ya los había despedazado con su espada -¡Sigamos!- retomaron su marcha.
Se dirigieron a unas grandes puertas de madera, pero al pasar por ellas se toparon con sus camaradas peleando encarnizadamente con los chupa sangre y con muchos cadáveres mutilados de formas brutales regados por todo el campo de batalla.
-¡Santos dioses!- la madre de Bridón lo apegó a su cuerpo y él seguía haciendo con lo que le pidió.
-¡Maldición, vamos por la salida sureste!- de nuevo la general Lican los dirigió. Pero cuando la madre de Bridón dio media vuelta para seguirla, él no pudo evitar abrir un ojo para enseguida abrir los dos de par en par al ver tal carnicería y volvió a llorar temblando más que antes.
Corrían por otros pasillos y de nuevo las llamas creaban horribles siluetas y cuando estaban a punto de llegar a otras grandes puertas de madera...
-¡¿Van alguna parte?!- sin previo aviso varios vampiros atravesaron los cristales y los rodearon por completo.
-¡Mal nacidos!- a diferencia de Bridón y de su madre que estaban aterrados, Henrietta los miraba con todo su odio mientras que los otros Licans pasaron a su modo bestia.
-Si se rinden, les prometo que no sufrirán mucho al morir- les ofreció uno de ellos sonriendo sádicamente, lo mismo hacían sus compañeros.
-¡Eso nunca!- Henrietta con gran valor se les enfrentó junto con sus camaradas para proteger a la reina y al príncipe quienes se acurrucaron en un rincón y ambos temblaban despavoridos.
Las bestias lobo a pesar de estar peleando con ferocidad, poco a poco estaban perdiendo, aún con la valiosa ayuda de Henrietta, no iban a durar por más tiempo.
-¡Tenemos que escapar de alguna forma!- exclamó para luego cortarle la cabeza a un vampiro y luego desviar el ataque de otro para enseguida atravesarle el corazón.
La reina pareció estar analizando la situación para luego ver la cara de su hijo y después de sonreír, le dio un beso en la frente.
-Nunca olvides que tú siempre serás lo más valioso para mí, hijo- después de decirle estas tiernas palabras, lo volvió apegar a su cuerpo y se acercó a Henrietta que peleaba contra tres vampiros, así que saltó dándole una patada a uno de ellos en la cara y después de cortarle las piernas a otro con una cuchilla escondida en su zapato derecho, el otro vampiro retrocedió -¡Henrietta, coge a Bridón y llévatelo a un lugar seguro!
-¡¿Qué?!- el niño no quería separarse de su dulce madre.
-Pero mi señora...- la otra mujer loba estaba muy reacia de dejarla ahí a morir -¿Qué es lo que hará usted?- ya sabía la respuesta a esa pregunta.
-Les conseguiré tiempo- hizo que sus ojos brillaran como antorchas -¡Váyanse ya!- les ordenó transformándose en una bestia loba de bello pelaje castaño amarillento.
La general asintió, les indicó a los otros Licans que ayudaran a la reina a pelear para luego saltar encima de unos vampiros y alejarse corriendo cargando al pequeño príncipe.
-¡No, mamá!- el niño trató de zafarse para ir con su madre, pero la pelinegra lo sujetaba con fuerza para luego hacerle frente a unos cuantos vampiros que trataron de atacarlos.
El chico miraba como su madre pelea ferozmente contra los succiona sangre, usando todo el salvajismo animal que poseía para luchar contra ellos; pero poco a poco ella y los otros Licans estaban perdiendo la pelea debido a su desventaja numérica. Uno de ellos le hizo una cortadura en su rodilla derecha haciendo que se arrodillara, puso su brazo izquierdo en forma defensiva pero fue cortado por un hachazo, luego recibió varias puñaladas por todo el cuerpo haciéndole aullar de la agonía y vomitar mucha sangre.
El dolor era tan grande, que se desplomó en el piso volviendo a su forma humana respirando con dificultad escupiendo mucha sangre para luego ver a su hijo que se había quedado en shock al presenciar la brutalidad con la que le atacaban.
-hijo...- a pesar de todo, fue capaz de sonreírle de forma cariñosa justamente antes de que un vampiro le cortara la cabeza sin piedad alguna.
-¡MAMAAAA!- Bridón estalló en llanto soltando un desgarrador grito mientras que Henrietta había desviado la mirada soltando un gemido y después de acabar con los vampiros que pelearon contra ella, se alejó para cumplir su misión de ponerlo a él a salvo.
Fin del flash back.
Esos horridos recuerdos eran veneno puro que recorría las venas del príncipe licántropo haciendo que su odio hacia los vampiros fuera algo mucho personal que el simple hecho de que ambas especies hayan estado en conflicto desde tiempos inmemoriales.
-Es una canción muy hermosa- le dijo de repente la reina Testaburguer acercándosele junto con Bárbara que como de costumbre, tenía una mirada de desprecio y repulsión.
-Gracias. Es una canción que solía cantar con mi madre... cuando estaba viva- el dolor era más que evidente en estas palabras y desvió la mirada a la vez que la rubia rizada soltó un bramido.
-Lo siento, no quería hacerte sentir mal- la pelinegra se disculpó viéndolo con pesar.
-No, no. Ella ya está en un mejor lugar- no quería indagar ese tema tan doloroso -¿Y qué me dice usted? ¿Qué se siente manejar un reino solo habitado por mujeres?- quiso cambiar de cuestión a lo que Bebe estuvo a punto de responderle groseramente que eso no le importaba, pero Wendy adivinó lo que estaba por decir y con su sola mirada hizo que se mordiera la lengua.
-Pues no es tan fácil como la mayoría de personas piensan- los dos comenzaron a caminar mientras charlaban dejando atrás a Bárbara que después de soltar un gruñido los siguió.
-Puf, se nota que aún le encanta tocar esa musiquita tan estúpida- espetó Dylan que había presenciado todo eso desde las sombras y luego de soltar el humo de su cigarro, se retiró.
-...- el vampiro no era el único en ser testigo ya que Stan también lo había estado observando y sin que él mismo se diera cuenta, había fruncido el ceño al ver como la reina Wendy se había puesto a hablar amablemente con el príncipe Gueermo.
-¿Le ocurre algo, príncipe Stan?- le preguntó el rey Kyle haciendo que saliera de su trance.
-No pasa nada- trató de no ser brusco -entonces como me había dicho antes ¿Es cierto que tiene más de 500 años de edad?- al igual que Bridón, quería hablar de otra cosa.
-Por supuesto ¿Acaso no se me nota?- el pelirrojo bromeó un poco a lo que el príncipe rió un poco.
-Me tiene que decir su secreto para poder vivir tanto y mantenerme así de joven- al igual que el príncipe y la reina, los dos comenzaron a tener una amistosa charla (NA: huele a mucho Style XD)
-Hay hermanito- a Shelli se le hizo gracioso todo eso y rió un poco negando con la cabeza.
-Ese maldito perro sarnoso. Yo tan amablemente traté de hablar con la reina de las rameras y me mandó al cuerno mientras que él se ganó su confianza en un abrir y cerrar de ojos solo por tocar una afeminada canción- Lord Caos también fue un espectador y estaba muy molesto.
-Bueno hermano, es que tu reputación... ya sabes- Butters trató de hacer que se diera cuenta de que su mala fama no le era de mucha ayuda a la hora de interactuar con los demás.
-Eso ya lo sé a la perfección, no creas que soy estúpido para no darme cuenta- amañó con darle un golpe asustándolo enseguida, al igual que Bradley que estaba junto a ellos, pero luego puso esa perturbadora sonrisa que indica que se le ocurrió algo -Eso es. Como todos saben mi forma de ser, no me tendrán ni un ápice de confianza, pero como no saben cómo eres tú...- Butters se tensó al saber lo que tenía entre manos.
-¿No-no me digas qué...?- Bradley los miró fijamente también adivinando lo que tenía en mente.
-Exacto. Tú trataras de ganarte la confianza de todos y así podrás saber todo acerca de ellos y de esa forma, yo estaré un paso delante de todos- le explicó sin dejar de sonreír -¿Puedo contar contigo para esa tarea?- Butters desvió la mirada y sujeto su dije ya que por supuesto no estaba para nada alegre de hacer esa jugada -te pregunté: "¿Puedo contar contigo?"- le puso una mano en su hombrera derecha comenzando aplastársela e hizo que se escucharan fuertes truenos.
-Po-por supuesto que pu-puedes contar con-conmigo- accedió temblando levemente. Bradley soltó un suspiro de alivio cuando Caos se calmó y lo soltó dejando de producir truenos.
-Así me gusta- le palmeó un poco la cara y ahora su sonrisa no era perversa, sino... ¿Pícara? -y si quieres, puedes comenzar por ganarte la confianza de esa princesa calenturienta- el rubio rizado frunció el ceño y su sangre comenzó a hervir por semejante sugerencia y más al ver como su amante se apenó un poco y desvió la mirada.
-"Ese maldito bastardo. Sus sucios planes nunca se le agotan"- pensó molesto el mismo ser que puede estar en todos lados al mismo tiempo y que le dijo a Damien que su plan no iba a funcionar -"Como se le ocurra hacerle un daño a ella, lo voy a..."- afiló la mirada ¿Pero a quién se refería?
Dylan caminaba por una plaza, cabizbajo metido en sus pensamientos para luego llevarse su cigarro a la boca; hasta que por alguna razón se detuvo y se enderezó botando lentamente el humo por la boca entrecerrando los ojos.
-Ethan- pronunció dando media vuelta para encarar a uno de los guardaespaldas del rey vampiro que estaba a unos 5 metros de distancia de él.
-Dylan- le devolvió el saludo quitándose su casco rojo revelando ser el mismo vampiro que había recibido a Stan y a Gules cuando fueron a Alacard -cuanto tiempo- le dijo secamente.
-Lo mismo digo- el hombre del flequillo rojo otra vez se llevó el cigarro a los labios -¿Cómo supiste que estaba aquí?- el otro soltó un chasquido por su pregunta.
-Puede que Mike no te haya detectado al estar molesto por la presencia de esos pulgosos, pero yo tendría que estar ciego de la nariz para no reconocer el aroma del que fue uno de mis mejores amigos y compañero de guerra- Dylan rió por la ironía que Ethan usó.
-Me alagas que después de tantos años, aún te acuerdes de mi aroma- siguió riendo dándole una calada a su cigarro y al soltar el humo ya se volvió a poner serio -¿Y qué me dices de mi querido primo? ¿Aún se sigue dándose baños de sangre y trata de descubrir la forma de cómo obtener la juventud eterna?- estas preguntas hicieron que Ethan soltara un suspiro.
-Desgraciadamente sí. Todavía está obsesionado por mantenerse joven eternamente sin importarle la cantidad de criaturas que mueran- el amante de Henrietta rugió de molestia y desaprobación al saber esto.
Al parecer el príncipe Bridón tuvo razón sobre la discuta que tuvo con Mike sobre que los vampiros eran peores en lo que respecta a filosofía y forma de pensar.
-¿Por qué lo hiciste Dylan? ¿Por qué nos diste la espalda? ¡Ah nosotros! Los de tu especie- Ethan comenzó a hablar de otro tema que es igual de delicado a lo que su amigo desvió la mirada.
-No lo entiendes, es algo que ninguno de ustedes lo entendería- no era capaz de encararlo.
-¿Entender qué? ¿Qué nos traicionaste para revolcarte con esa maldita loba en celo?- el vampiro del flequillo rojo lo vio con furia por la forma en cómo se refirió a su amada.
-No le digas así- le advirtió apenas controlándose para no atacarlo -no lo hice solo por estar con ella, también lo hice porque no me gustaba para nada las decisiones que Mike estaba tomando. Me sorprende que aún queden tantos de nosotros que son fieles a él y a sus métodos.
-Pues si hay tantos que están de acuerdo con su forma de pensar, es porque... porque es la mejor- Ethan dijo esto más para convencerse a sí mismo, que para hacer entrar en razón a Dylan que soltó un gruñido.
-Repítelo hasta que te lo creas- le restregó llevándose el cigarro a la boca -Bueno, fue un placer volver hablar contigo. Pero ahora tengo que reagruparme con mi actual y sádico jefe antes de que se moleste por mi larga ausencia- le dio la espalda y retomó su marcha.
-Aun no término de hablar contigo- su amigo dio un paso hacia él de nuevo molesto.
-Oh, pero yo si terminé de hablar contigo- Dylan se detuvo y giró un poco la cabeza hacia atrás al mismo tiempo que hizo que la esclerótica de sus ojos se volvieran negras.
Eso fue suficiente para que Ethan se detuviera en seco algo intimidado ya que se dio cuenta de que él no iba a vacilar al atacarlo en caso de que lo tratara de detener. Así que soltó un gemido de impotencia y dejó que se fuera en paz.
-"Ya terminaremos esta charla más adelante"- también se retiró.
-"Interesante"- pensó el rey Cartman frotándose la quijada para luego sonreír de forma maliciosa.
En una sala del castillo Marsh, los padres de Stan estaban reunidos con Jimbo y sus otros aliados. Uno era un señor algo viejo y calvo con pelo gris en los costados de la cabeza y la otra era una mujer rubia.
-No puedo creer que en realidad hayan solicitado el apoyo de esos monstruos- habló ese hombre calvo no muy seguro de la decisión de ellos; a su lado está un sujeto algo musculoso y con bigote.
-Al principio tampoco estábamos seguros. Pero si lo que destruyó a Mistangi esta tras nosotros, no tenemos más opción que aceptar todo tipo de ayuda incluyendo a la de esos seres- le replicó la reina Marsh.
-Yo estoy de acuerdo con Garrison. Es muy imprudente y precipitado depositar nuestra confianza en gobernantes que apenas y conocemos, independientemente si son humanos o no- la mujer rubia lo apoyaba; su acompañante es un hombre que es muy delgado y de cabeza muy grande.
-¿Qué harías entonces en nuestro lugar, Victoria? ¿Esperarías a que todo tu reino se viniera abajo solo por no arriesgarte un poco en solicitar apoyo?- Sharon trató de justificarse.
-Invitar monstruos a la capital de tu reino y dejarlos vagar libremente por ahí y por allá es casi tan mala opción que ser atacados por una fuerza desconocida- Garrison seguía reacio.
-No digan esas tonterías. Un solo puñado de bestias poco podrían hacer contra todos los soldados de mi reino en caso de que se quieran pasar de listos- Randy no perdió tiempo en fanfarronear.
-Apoyo a mi hermano. Ellos no se atreverán hacer nada contra nosotros, tendrían que estar locos en hacer algún movimiento- Jimbo estaba de acuerdo con él a lo que Sharon rodó los ojos.
-Si ustedes lo dicen- la rubia y Garrison se vieron entre sí para nada convencidos.
Luego de esa pequeña reunión, se les avisó a los invitados que se reunieran en una gran sala. En medio de ella hay una gran mesa redonda rodeada por varias sillas y a su alrededor habían decoraciones muy valiosas.
-"Ya no puedo esperar para hacerme dueño de todo esto"- pensó Caos con codicia sentándose mientras que Butters se paraba a su derecha junto con Bradley y a su izquierda estaba Doguie; pero Dylan no se podía ver por ningún lado ya que dijo que iba a "explorar" la capital Marsh.
-Hasta que al fin podemos comenzar con esto. Toda esta espera me ha estado matando de aburrimiento- se quejó el rey mago tomando asiento y a su lado estaba su joven sirviente.
-Ya somos dos- Filmore se sentó en su silla de forma muy brusca.
-Mientras más rápido terminemos con esto, mejor para todos- Bridón dijo esto como una obvia indirecta a Mike y demás vampiros que estaban del otro lado de la mesa y lo vieron de mala forma
-Qué curioso, estaba a punto de decir lo mismo- el rey vampiro enseguida contraatacó.
-Hay van de nuevo...- susurró Kyle de forma desaprobatoria a lo que Gary asintió.
-No comiencen a pelear, por favor- la que les pidió esto no fue Sharon, sino Wendy.
-Sería una desgracia que estos tipos tan guapos se mataran entre sí. Ya que si eso pasara, no podría divertirme con ellos- comentó de repente la princesa Jenny a lo que Janet se tapó la cara muy avergonzada y algunos de los presentes rieron mucho.
-Silencio por favor- les pidió la reina Sharon sentada al lado de Randy, ambos en sillones muy finos; Shelli y Stan estaban a sus lados -ahora que estamos reunidos, podemos comenzar. Traigan al duque que presencio la destrucción de Mistangi- ordenó y luego de unos segundos un par de soldados lo trajeron.
-Ummm... este tipo... creo que lo he visto antes ¿Pero dónde?- preguntó Caos de forma pensativa -hermano ¿No se te hace familiar ese sujeto?- le preguntó a Butters que también lo vio pensativo pero no pudo reconocer a Pip a través del disfraz.
-Este hombre no es una persona ordinaria- susurró Wendy dándose cuenta enseguida de que él no era un humano cualquiera.
-Tiene algo perturbador, pero a la misma vez... ¿tranquilizante?- el cuarto en darse cuenta fue Kyle
-"¿Qué les ocurre, por qué se ponen así?"- preguntó Stan al ver las aptitudes que ellos tenían.
-"Curioso"- Bridón agudizó la mirada, al igual que Mike para luego verse fijamente de mala manera
-Bah, no es la gran cosa en realidad- el rey Cartman le restó importancia a eso.
-Ah...- Jenny por alguna razón pareció afectarse por la simple presencia de Philip y sacudió la cabeza como si tuviera una leve jaqueca a lo que Janet le preguntó si le ocurría algo.
-"Que raro, parece como si ellos estuvieran afectados por apenas verlo"- Gregory al igual que Stan, no entendía la aptitud de ellos.
-Por favor, comience a explicar que le pasó a Mistangi- pidió Sharon al duque. Ni ella, ni Randy, ni hija mayor y los demás presentes que no tenían habilidades sobrenaturales se dieron cuenta de que algo no estaba viendo con el testigo que subió a un pequeño altar en el centro de la mesa.
-No me falles, Pip- la voz de Damien sonó en susurro en sus oídos haciéndole estremecer un poco para luego carraspear fingiendo aclararse la garganta.
-"Esto se pondrá interesante"- el ser omnipresente prestó atención a como todos ellos reaccionarían por el relato del embajador del Inframundo.
-Todo empezó...- comenzó a explicar lo que le pasó a ese reino aliado de los Marsh.
A la vez que eso sucedía, en Kanon Chaos Henrietta caminaba como león enjaulado en la sala del trono. Estaba muy inquieta y pensativa.
-Rayos... ¿Qué debo hacer? Lo que esa sobreviviente le dijo al Topo y a Mark... debo de avisarle al lunático enseguida... pero si no fuera suficiente con decirle que ellos no conquistaron ninguna ciudad en esas tierras, darle esta noticia lo pondrá más furioso aún- estaba indecisa en si contactar con Caos y decirle lo que los otros generales le contaron.
-¿Qué te ocurre Henrietta? ¿Te preocupa que nuestro líder se enoje tanto que se desquite contigo?- como si fuera un mosquito que le encanta molestar, Heidi le volvió hacer burla.
-¿Por qué no se lo dices tú entonces?- la licántropa la desafió.
-No gracias. No tengo prisa por morir- fue su cínica respuesta.
-Pues parece que la tuvieras al estarme provocando a cada momento- su amenaza no la disuadió -ahora lárgate, no puedo pensar bien con una arpía como tú molestando- la gárgola se encogió de hombros y se fue volando -¿Qué debo hacer ahora? ¿Qué harías tú Dylan? ¿Se lo dirías?- se volvió a cuestionar mirando el gravado encima del trono de Lord Caos.
Al mismo tiempo que ella recordaba lo que esa sobreviviente le contó a Mark y al Topo, Philip contaba su punto de vista. A pesar de que esa ciudad y Mistangi no tenían ninguna relación, su funesto final era prácticamente el mismo.
Flash back:
Al principio parecía ser un día normal y tranquilo. Los ciudadanos continuaban con sus vidas como siempre lo han hecho, hasta que de repente...
-¡BOOM!- se escuchó una explosión en la lejanía. Era como la de un volcán en erupción a pequeña escala, pero lo suficientemente estruendosa para que todos la escucharan.
-¡TRUAM!- casi enseguida, la parte superior de una edificación voló en pedazos ante la vista aterrada de todas las personas y algunas de ellas fueron aplastadas por los trozos que caían.
Los soldados iban a contraatacar; pero antes de ir a pelear cuerpo a cuerpo enseguida, vieron cómo eran los atacantes. No se parecían a nada que hayan visto antes ya que si bien esos seres tenían forma humanoide y medían alrededor de dos o tres metros de estatura, todo su cuerpo estaba cubierto de una armadura de color cobre muy gruesa que no permitía ver cómo eran por dentro y tenían gravados por todos lados que variaban al igual que los cascos que llevan puestos y de estos salía una especie de vapor.
Había algo curioso en sus extremidades y eso era que eran un poco cortas proporcionalmente para el tamaño de sus cuerpos, las piernas y los brazos tenían el mismo largo. Los pies tenían forma circular con un dedo a cada lado y en sus manos, oh en donde deberían de estar sus manos, había otra curiosidad y eso era que en realidad no tenían manos, en su lugar había una espada o un hacha o una porra u otra arma cuerpo a cuerpo; mientras que en un brazo tenía un arma de ese estilo, en el otro tenía algo extraño, no se sabría cómo describir pero una especie de tubo o cilindro de metal y en su extremo tenía la cabeza de alguna bestia aterradora como un dragón, un demonio y muchas otras aberraciones más.
Esos raros seres marchaban como soldados entrenados y a pesar de que no eran gigantes, sus pisadas estremecían tanto los cimientos de las estructuras como, los corazones de las personas.
Las flechas y lanzas que les tiraban, no les hacían daño alguno y solamente rebotaban en sus raras armaduras, como si estuvieran dando contra rocas, ni siquiera las piedras lanzadas por las catapultas podían frenar su marcha ya que al dar contra ellos se reventaban en pedazos que eran aplastados por sus grandes pies.
Al ver que los ataques a distancia no surtían efecto, los guerreros se lanzaron al ataque directo. Pero arrojarse de cabeza contra esos individuos era una sentencia de muerte ya que conseguían el mismo resultado tuvieron con las armas a distancia ¡No eran capaces de herirlos!
Unos soldados golpeaban con sus armas a uno de ellos pero lo único que lograron fue terminar cortados en pedazos. Otros hicieron lo mismo contra otro que abrió su pecho soltando una larga y ancha llamarada quemándolos, que cayeran al piso retorciéndose de agonía y él sin compasión alguna pasó por encima de unos cuantos aplastándolos ahorrándoles sufrimiento.
Cuando algunos soldados trataban de escapar, esos seres extendían hacia adelante sus cilindros, de estos provenían las explosiones, para volarlos en pedazos. De alguna manera eran capaces de lastimarlos a distancia, como una especie de magia extraña que les permitía atacar desde lejos.
Todos esos seres formaban una fuerza imparable que ni todos los soldados combinados podían siquiera mermar su paso ni siquiera un poco. Todos sus intentos por contenerlos eran un fracaso tras otro, y a medida que cedían terreno, los ciudadanos tenían que huir por sus vidas.
Al menos los que lograban escapar de sus garras ya que los que no lograban huir morían de forma horrenda ya sean mutilados, aplastados, quemados, volados en pedazos y varias maneras más. Esos individuos no tenían piedad alguna ante nadie, ni siquiera las mujeres, niños y ancianos recibían algo de misericordia; esos seres parecían tener oídos sordos ante sus gritos de súplica.
-¡Por favor no nos mate, por favor!- suplicó una mujer abrazando a sus dos hijos que lloraban del terror. Lo único que consiguieron fue ser quemados vivos.
-¡MALDITOS!- gritó un hombre que tenía una silla y se la partió en la espalda a uno de esos seres. No le hizo nada y fue atravesado por la espada de él.
-¡CORRAN!- otro hombre trató de correr, pero del pecho de una de esas cosas salió una cadena que lo sujetó por los pies y lentamente lo atrajo hacía su interior en dónde tenía unos demoledores dientes -¡No, no, NOOOOO!- soltó un grito desgarrados cuando sus pies comenzaron a ser triturados y luego todo su cuerpo y varios pedazos de este salieron volando en distintas direcciones
-Son... son... ¡SON UNOS MALDITOS MONSTRUOS DEL INFIERNO!- un anciano gritó no solo aterrado, sino también furioso. Estaba tendido en el piso, le cortaron la pierna derecha y fue silenciado por el pie de una de esas cosas que le aplasto el cráneo desparramando todo el contenido de este por el suelo.
Pero a pesar de toda la cantidad de personas que mataban, no parecían tener intenciones de tomar prisioneros, parece que su único fin era matarlos a todos y nada más.
La gran resistencia y fuerza de esos individuos no eran sus únicas cualidades, sino también su aparente energía limitada ya que ellos en ningún momento se detenían a descansar, parece que ni siquiera tenían la necesidad de comer.
¿Qué fuerza del mal los impulsaba pasa seguir peleando sin descanso alguno? ¿Qué clase de hechizo maléfico los lograba mantener de pie? Sin dudas esto es algo digno de lo más profundo del Infierno, oh incluso peor que las peores torturas que se aplican ahí.
Todo estaba en llamas, las brasas parecían bailar al ritmo de los gritos de las personas, de las explosiones y de las edificaciones que se derrumbaban. Los pocos sobrevivientes que quedaban trataron de escapar, pero unos monstruos alados metálicos las asesinaron escupiéndoles bolas de fuego terminando con la horrible labor de asesinar a todos los habitantes.
-Ju, ju. Que bello espectáculo- el aparente líder de esas tropas había contemplado todo desde la cima de una colina y a su lado había un hombre que a diferencia de él, miraba todo en silencio, con los brazos cruzados en su espalda y sin ninguna expresión en la cara
Fin del flash back.
-... y tuve la fortuna de salvarme de morir de forma horrible- terminó de contar Pip muy triste y angustiado al recordar como todos los habitantes de Mistangi fueron masacrados.
Todos los que escucharon su relato se quedaron sin habla. Ni siquiera Caos podía disimular su asombro.
Él se había llevado la mano izquierda a la boca frotándose un poco el mentón y tamboreando los dedos de la derecha en su casco y tiene una mirada pensativa ya que nunca había visto un ejército con esas características. Butters, Bradley y Doguie quedaron en shock para luego mirarse entre sí.
Wendy y Kyle también quedaron impactados. Tal vez la pelinegra pudo leer un poco la mente de Stan pero no consiguió esa información, y a pesar de que el pelinegro le contó al pelirrojo algo de lo que le ocurrió a Mistangi, no le dio todos los detalles. Gary y los otros elfos se vieron entre sí no pudiendo creer tal relato, lo mismo pasa con las guardaespaldas de Wendy, ni siquiera Bebe disimulaba su asombro.
Cartman al igual que Caos estaba pensativo y tamboreaba los dedos en su cayado de formar rápida. La princesa Jenny se había arrepentido al haber asistido a la reunión por haber escuchado todo eso y Janet le puso una mano en el hombro calmarla.
Gregory y los enanos estaban tan impactados como los elfos y las mujeres libres y por últimos los vampiros se miraban entre sí, lo mismo hacían los Licans también asombrados; pero a diferencia del resto, mantenían la compostura.
-Santos dioses...- ese casi eterno silencio terminó cuando Kyle dijo esto, junto sus manos en posición para rezar, las acercó a su cara y apoyó sus codos en la mesa.
-Inconcebible...- susurró Gregory pasándose una mano por su bien peinado cabello.
-Sin dudas es peor que el mismo Infierno- espetó Bridón aun manteniendo la compostura.
-"Parece que tengo un rival que está a mí altura. Será muy interesante cuando nos enfrentemos"- Caos pensó esto ya muy ansioso en poder enfrentarse a esa otra maligna fuerza destructiva.
-Ahora que todos saben lo que le ocurrió a Mistangi- comenzó hablar la reina Marsh -hablemos sobre qué podemos hacer para evitar el mismo destino- les pidió.
-Eso es. Ahora todos ustedes y sus reinos sucumbirán por el miedo al saber lo que le pasó a ese reino y su miedo me dará el poder necesario para que sea yo el que traiga el verdadero Infierno a la Tierra- después de que Damien dijera esto soltó una diabólica carcajada a lo que ese individuo omnipresente, que estaba cerca de él, soltó un suspiro y negó un poco la cabeza.
Capítulo diecinueve completado en Fan Ficción el 12/03/2015.
Publicado en Wattpad el 05/04/2021.
Pobre Bridón, sí que tuvo un pasado traumatizante al ver morir a su madre de esa forma tan horrible, con razón odia tanto a los vampiros.
Y hablando de estos, espero que les gustara la charla que Dylan y Ethan tuvieron ¿Pero de qué manera el culón sacará provecho de eso?
Ahora lo más importante, espero que les haya gustado la forma en como Mistangi fue destruida. Me costó algo de trabajo describir tanto la apariencia física de esos seres, como la forma en como causaban destrozos. ¿Pero quiénes son esos individuos que parecen no tener corazón y quién es el que los dirige? ¿Y acaso los aliados de los Marsh lograran detenerlos o todos ellos serán derrotados?
Tampoco se esperaron que el marica de Garrison y la directora Victoria fueran aliados de ellos ¿verdad? y alguien como él siendo rey hace que uno se ponga a pensar cómo será su reino XD.
Y antes de irme, solo les diré que en el próximo capítulo, creo que aparecerá un personaje sorpresa que de seguro asombrará a más de uno (Música de suspenso :O)
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