Empire Wars ch 16


CAPÍTULO DIECISÉIS: CRIATURAS DE LA NOCHE

WENDY POV:

Estaba viendo fijamente el príncipe de los licántropos. En todo el tiempo en el que el príncipe Stan nos estuvo contando como lo conoció, él se había mantenido alejado de todos nosotros con la mirada fija en el horizonte sin tener contacto visual con nadie.

Algunos de los que escuchamos su historia lo miraban con cierta cautela e incluso miedo, como esa chica tan lujuriosa ¿Cuál era su nombre? Ah sí, Jenny; que dijo algo como: "Creo que no fue buena idea pedirle que me mostrará toda su potencia cuando fuera de noche" a lo que su acompañante pareció reír un poco, y debo reconocerlo, a mí y a otros les dio también algo de risa.

Otro que veía con miedo al príncipe de los hombres lobo fue el príncipe de los enanos, Filmore; curioso ya que supuestamente los de su clase se caracterizan por su gran valor y tenacidad, otro al que le dio preocupación el relato de Stan fue el rey de los elfos que se alejó un poco junto con los otros elfos que lo acompañaban para hablar de algo.

Yo a diferencia de ellos, no le tenía miedo o alguna cautela; bueno, no a él precisamente sino a la clase de gobernante que tiene y la aptitud de muchos los de su especie. El príncipe Marsh sí que se arriesgó mucho cuando los fue a ver...

Flash back:

Luego de visitar al maldito bastardo y odioso gobernante del imperio Cartman, nuestra siguiente parada fue el reino de los hombres lobo, su ciudad principal llamada Zilanc.

Por supuesto, mis tres acompañantes y yo estábamos bastante asustados ya que teníamos que lidiar con esas criaturas que disfrutan de la muerte de sus víctimas y del dolor que la producían a ellas y que son famosas por su salvajismo al transformarse en horribles monstruos lobo.

Estábamos acampando en un pequeño bosque alejado de la ciudad licántropa y estábamos hablando si deberíamos de arriesgarnos o no al mismo tiempo que el sol se ocultaba.

-Es una pésima idea, apenas tratemos de poner un pie en sus dominios ¡Nos mataran!- dijo uno de mis compañeros muy preocupado, nos encontrábamos sentados alrededor de una fogata.

-Yo pienso lo mismo, si esa bola de grasa casi nos mata, imagínense lo que nos harán esas bestias- le apoyó otro igual de asustado que él.

-A mí tampoco me gusta la idea de tener que ir con esos monstruos- a diferencia de ellos, yo lograba calmar mejor mi miedo -pero piénsenlo bien, si de alguna manera logramos convencer a esas criaturas de que se unan a nuestra causa, serían aliados bastante poderosos- los trate de convencer, aunque en realidad me estaba tratando de convencer más a mí mismo que a ellos.

-Yo lo muy veo difícil, mi príncipe. No sabemos lo que ellos serían capaces de hacer si les damos...- me iba a decir otro de ellos tampoco muy seguro.

-¡AAAUUU!- pero apenas el sol se puso, escuchamos un aterrador aullido que resonó por todo el bosque en el que estábamos, sobresaltándonos enseguida y más cuando otros aullidos se hicieron escuchar uno tras otro y parecían estar muy cerca de nosotros.

-¡Maldición, deben ser hombres lobo!- exclamé mientras me incorporaba cogiendo mi escudo y espada al mismo tiempo que mis compañeros también se paraban y cogían sus armas y Sparky rugía un poco y por último nuestros corceles estaban muy alterados y relinchaban.

-¿Qué hacemos, qué hacemos? Solo somos 4 y esas cosas atacan supuestamente en jauría como lo hacen los lobos- preguntó desesperado uno de mis compañeros viendo de un lado a otro temblando del miedo sin control, tanto que su espada vibraba y resonaba mucho.

-Calmados, calmados. Solo mantengan los ojos bien abiertos y presten toda su atención a todo lo que pasa a nuestro alrededor- les ordené haciendo eso mismo y mi corazón latía a toda potencia.

Seguimos escuchando más aullidos de licántropos helándonos la sangre a cada uno, hasta que de repente se detuvieron por alguna razón.

-¿Creen que se hayan ido?- les pregunté a los demás pero sin bajar la guardia en ningún momento.

-Yo le pido a los dioses que así sea- dijo uno de ellos sujetando fuertemente su hacha de doble filo.

-Gr... ¡GRUAU, GRUAU, GRUAU!- Sparky empezó a ladrar furiosamente viendo de un lado a otro y poniéndose en guardia con la piel toda erizada.

-¡¿Qué pasa Sparky?!- nosotros nos alteramos más de lo que estábamos en el principio.

-¡SABÍA QUE NO FUE BUENA IDEA VENIR A...!- estaba gritando el más aterrado de nosotros.

-¡UARGG!- no pudo continuar ya que para nuestra horrible sorpresa ¡Apareció un licántropo de entre los árboles y se le tiró encima!

-¡QUÍTENMELO, QUÍTEN...!- no pudo terminar de pedirnos ayuda ya que esa bestia le mordió el cuello y de un solo movimiento le arrancó la cabeza manchándose de sangre dejándonos sin habla, pero mi perro seguía ladrando.

-¡HILDEN NOOOO!- gritó uno de nosotros.

-¡OOAAHH!- nos volvió a rugir ese maldito monstruos mostrando sus largos colmillos manchados con la sangre de nuestro amigo y extendiendo sus garras curvas y amañó con atacarnos también.

-¡GROGROGRO!- para nuestro alivio Sparky se le tiró encima y los dos empezaron a pelear ferozmente dándose con todo lo que tenían.

Mi buen amigo a pesar de ser más grande, le estaba costando trabajo pelear contra esa bestia ya que cuando lo mordía o lo rasguñaba arrancándole pedazos de carne, el licántropo se recuperaba fácilmente de las heridas.

-¡TÚ PUEDES SPARKY!- lo estaba alentando y él le mordió el antebrazo derecho para enseguida arrancárselo haciéndole gritar de la agonía para enseguida rasguñarle el pecho y morderle la garganta degollándolo. Eso pareció ser suficiente para matarlo ya que dejó de moverse y quedó tendido en el piso con la lengua salida.

-¡Eso es lo derrotó!- exclamó triunfal uno de mis compañeros.

-Bien hecho muchacho, estoy tan orgulloso de ti- le acaricié la cabeza a Sparky que movió su colita y me lamió la cara sin incomodarme por mancharme de la sangre de esa criatura -ahora larguémonos rápido antes de que aparezcan más de esas cosas- apresure a los muchachos.

-Ustedes no se irán a ninguna parte, invasores- nos dijo de repente el príncipe de ellos saliendo de entre los árboles junto con otros licántropos.

Cuando lo vi en ese momento tenía su cara cubierta por esa máscara negra pero sus ojos amarillos brillaban intensamente. Sentía como su mirada me traspasaba viendo a través de mí, creo que hasta mi alma y no lo voy a negar, esa mirada me intimidaba más que la presencia de los otros hombres lobos y algunos de estos estaban transformados pero otros estaban en su forma humana.

-¡SANTOS DIOSES!- gritó uno de mis camaradas aterrado mientras cogía su arco y les apuntaba con una flecha y de nuevo yo preparé mi espada y escudo, el otro alistó su hacha y otra vez mi gran perro gruñó y ladró.

-Ustedes están invadiendo territorio licántropo. Así que ríndanse y no les haremos daño- nos exigió apuntándonos con su negra cuchilla doble.

-¿En serio? ¿Cómo lo hizo tu amigo cuando nos atacó?- dejé de estar intimidado y le pregunté con ironía señalando el cuerpo de la bestia que mató a Hilden y que para nuestra gran sorpresa se estaba levantando curándose de sus mortales heridas; de seguro porque como la única debilidad clave de ellos es la plata, las garras y dientes de Sparky no los puede herir de forma permanente.

-No se los estoy pidiendo ¡Ríndanse o sufrirán las consecuencias!- nos volvió a exigir el príncipe ya visiblemente molesto.

Miré a mis compañeros y al tomar en cuenta lo que le pasó a Hilden y a nuestro amigo que murió en Cartmanlandia, estuve a punto de ceder ya que de nuevo estábamos en una muy clara desventaja y que si nos oponíamos de seguro íbamos a morir de una forma horrible.

-¡Oblíguennos a ver si pueden!- uno de mis amigos en un acto para tratar de mostrar valentía los desafió y varios de esos monstruos nos rugieron ya molestos ¡Literalmente nos tiró al fuego!

-Si así lo quieren... ¡Vayan por ellos!- ordenó el príncipe de esos monstruos apuntándonos con su arma.

Ellos eran diez, cinco incluyendo a su líder estaban en su forma humana y los otros cinco estaban transformados. Nosotros incluyendo a Sparky éramos cuatro, sin contar a los caballos que seguían relinchando del miedo, estábamos en una clara desventaja; pero si ese iba a ser nuestro fin por lo menos hacer que la pelea fuese digna de conmemorarse.

Sparky se les tiró a cuatro de los que estaban transformados, un movimiento arriesgado ya que entre todos ellos podrían despedazarlo, pero nos logró quitar gran parte del problema.

Le rasguñó la cara a uno con su pata derecha, luego le mordió el hombro izquierdo a otro arrancándole el brazo, después rasguñó el rostro a otro con su pata izquierda para después embestir a un cuarto con la cabeza haciendo que se chocara contra un árbol y después movió hacia atrás sus patadas traseras dándole una patada a otro mandándolo a volar. Pero luego los Licans que fueron rasguñados en los rostros se le tiraron por ambos costados y lo empezaron a morder y rasgar la piel produciéndoles grotescas heridas haciéndole aullar del dolor para luego tirarse al suelo y dar unas vueltas en este para quitárselos de encima y aunque lo hizo, ya estaba muy lastimado y su sangre no paraba de fluir de sus heridas; pero siguió peleando con gran valor.

Nosotros tres mientras tanto, nos la teníamos que arreglar como podíamos con los otros 6 Lincans.

El quinto de ellos que estaba convertido en bestia se nos acercó corriendo a 4 patas rugiendo y dio un largo salto para caernos encima y matarnos.

-¡Cómete esto!- mi amigo que usaba el arco le lanzó una flecha que le dio en toda la boca atravesándole la cabeza hasta la nuca haciendo que cayera muerto al suelo ya que las puntas de esas flechas son de plata, al igual que el filo de nuestras armas.

-No son tan rudos ¿Verdad?- les preguntó mi amigo del hacha de forma desafiante. Los Licans que no estaban peleando contra Sparky nos vieron molestos y comenzaron a gruñir, excepto su príncipe se lo estaba tomando con toda calma sin alterarse.

-Bravo, bravo. Lograron matar a uno de nosotros con un tiro de suerte, los felicito; son mejores guerreros de lo que pensé- nos dijo de forma sarcástica -transfórmense si quieren y mantelos cómo les plazca, no se detengan por nada - nos miró fijamente luego de dar sus instrucciones.

Tres de ellos se convirtieron en bestias y como lo hizo el otro se nos acercaron corriendo. Mi amigo del arco lanzó una flecha a cada uno pero no los logró tirar ya que no los hirió de gravedad y se nos siguió acercando.

-¡Demonios! No tenemos de otra ¡Cuerpo a cuerpo!- exclamó mi compañero del hacha para acercárseles olvidando todo sentido común y de auto conservación al ser presa del miedo.

-¡Gules, espera!- le traté de detener pero ya era tarde -¡Diablos! Vamos Rang- le ordené a mí otro compañero que guardó su arco y cogió su espada recta y fuimos a pelear.

Uno de los tres licántropos se le trató de tirar de encima a Gules, pero él se agachó esquivando por poco las garras de su mano izquierda y enseguida le cortó la pata del mismo lado con su hacha haciéndole gritar del dolor y que se retorciera en el piso hasta que mi amigo le cortó la cabeza. Hay que reconocerlo, será muy impulsivo pero era un muy buen guerrero.

Pero otro de los hombres lobo se le tiró encima haciendo que cayera de espaldas al piso y le trató de morder la cabeza, pero mi amigo puso de forma horizontal su hacha haciendo que los dientes de la bestia se clavaran en el filo de ella apenas deteniéndolo.

-¡Quítenme a este maldito perro sarnoso de encima!- nos pidió ayuda cuando el otro extremo de su arma estaba a tan solamente unos cuantos centímetros de su cara.

-¡Ya voy, Gules!- Rang de nuevo cogió su arco y le apuntó a ese hombre lobo con la intención de clavarle una flecha en la cabeza.

-¡UERRG!- sin embargo, el tercero de ellos lo tomó por atrás clavando sus garras en sus hombros y con sus mortíferas fauces ¡CHIARK! Le arrancó la cabeza de su solo mordisco masticándola.

-¡RANG!- gritamos Gules y yo al mismo tiempo y Sparky seguía peleando contra los otros 4 Licans.

-¿Ahora quiénes son los que no se creen tan rudos?- cuando el príncipe de ellos nos restregó esas palabras sus compañeros rieron un poco.

-¡MALDITOS!- el último de mis compañeros empujó su hacha con todas sus fuerzas haciendo que se metiera del todo en la boca de su opresor cortándole la cabeza y se lo quitó de encima -¡Voy acabar con todos ustedes!- los desafió de nuevo empuñando su arma en forma de ataque.

-Deberían saber que ya tienen este combate perdido- nos espetó el líder Lincans -pero como han demostrado tener un gran valor, les daré una oportunidad. Tú- me señaló y fruncí el ceño -si me logras aguantar una pelea cuerpo a cuerpo durante cinco minutos les perdonaré la vida y permitiré que digan la razón por la cual invadieron nuestros dominios- después de haber matado a dos de nosotros ¿Y hasta ahora nos hace ese ofrecimiento? Que maldito infeliz.

-¿Cómo sé que cumplirás tu ofrecimiento?- por supuesto no le creía ni una palabra.

-No tienen más opción. Y no te asustes, no me transformaré ni usaré alguna de mis habilidades sobrehumanas si es lo que te preocupa- me aseguró pero por supuesto seguía desconfiando -¿Aceptas o no?- miré a Gules que dio un leve asentimiento.

-Acepto el reto-no tenía más opción que enfrentarme a él con tal de tener la oportunidad de evitar que nos matasen.

Les ordeno a los otros lobos que se hicieran a un lado y yo también le pedí a Gules que se apartara junto con Sparky que seguía rugiendo molesto para luego lamerse sus heridas.

-Acabe con él de una vez príncipe Bridón- le dijo uno de ellos dando por hecho de que me iba a derrotar sin problema alguno haciendo que todos esos estúpidos rieran.

-Toma- su feje le entregó un reloj de arena de color negro -cuando toda la arena de ese reloj haya bajado y aún no te haya podido derrotar, es porque ya han pasado los 5 minutos y te perdonaré la vida- me explicó.

-¿Y si resulta que yo soy el que sale como ganador de la pelea?- ahora fue Gules el que rió, pero el príncipe hombre lobo en vez de molestarse rió un poco.

-No lo conseguirás, un humano común y corriente nunca tendrá el honor de ganarme- fanfarroneó para luego ponerse en una posición de pelea muy extraña.

Ya que flexiona la pierna derecha hacia adelante y la izquierda hacia atrás, se encorva un poco, sujetaba su cuchilla doble con su mano izquierda y la pone de forma lateral a un lado de su cabeza levantando el codo y con los dedos pulgar, índice y corazón de su mano derecha sujetaba el extremo delantero de su arma.

Era la primera vez que veía una pose de ataque como esa, supongo que debe ser un estilo de pelea único de los licántropos; así que yo también me puse en guardia sujetando bien fuerte mi espada con mi mano derecha y mi escudo con la izquierda.

-El combate comienza... ¡YA!- gritó el Lican que tiene el reloj de arena al mismo tiempo que le dio vuelta y los granitos comenzaron a caer.

El príncipe no perdió tiempo y con sus piernas se impulsó acercándose a mí con una gran velocidad.

Apenas pude reaccionar y puse delante de mí mi escudo deteniendo por poco la fuerte estocada que me dio con tanta fuerza que su punta atravesó mi escudo e hizo que volara unos pocos metros de espaldas y cayera muy duro contra el suelo haciéndome gruñir del dolor, ante eso Gules gritó mi nombre preocupado y Sparky ladró mucho.

No tenía tiempo para quejarme y rodé en el piso justo cuando mi enemigo saltó y me quiso clavar su arma en el pecho que dio en el suelo enterándose en este. Estaba dudando de que él estuviera peleando como un humano "normal"; pero no perdí tiempo y lo traté de cortar con mi espada.

Reaccionó rápido e hizo una cortadura en el piso sacando su arma y ¡TING! Nuestras armas se chocaron, mi brazo derecho y su izquierdo temblaban mucho por el forcejeo y gruñíamos un poco, si le costaba trabajo es porque en serio no estaba usando habilidades sobrehumanas.

Pasando unos segundos le di un golpe con mi escudo en su máscara apartándolo y enseguida le quise atravesar el pecho con mi arma, pero él movió hacia arriba su cuchilla desviando mi ataque en la misma dirección para enseguida dar un salto, flexionar sus piernas y darme una fuerte patada doble en el pecho, no me logró tirar pero sí que dolió y ahora yo fui quién retrocedió unos pasos tosiendo un poco.

De nuevo se me acercó, solo que esta vez agazapado y moviendo hacia arriba su arma. Me logré correr hacia atrás eludiendo el filo de su arma que rozó mi armadura; enseguida giré sobre mí mismo agachándome con la intención de cortarle las piernas, pero él salto retrayéndolas y movió de forma horizontal su cuchilla doble para cortarme la cabeza.

Otra vez me agaché y perdí unos cuantos mechones rojos de mi casco y me enderecé moviendo hacia arriba mi espada haciéndole una cortadura en su máscara.

-¡AHA!- gimió él llevándose la mano derecha a la cara luego de que la máscara se le cayera.

-¡Príncipe Bridón!- exclamó unos de los hombres lobo y junto con el resto amañó con acercarse a él.

-¡No, no! Estoy bien, estoy bien- los detuvo y cuando se dejó de tapar la cara me asombré ya que en vez de ser alguien con una apariencia grotesca, podría decirse que era alguien que de seguro sacaría más de un suspiro a las mujeres de mi reino -te felicito, eres más hábil de lo que pensé- me alagó al mismo tiempo que su herida se curaba; no sabía si fue sarcástico o fue genuino.

-Gracias por el cumplido- no disimulé el sarcasmo de mi voz molestándolo un poco.

-No lo agradecerás tanto cuando te haya derrotado.

Se me acercó como la primera vez para darme otra fuerte estocada. Tenía que pensar rápido, si de nuevo lo trataba de detener conseguiría el mismo resultado ¿Qué debería de hacer?... ¡Ah claro! Ya sé que hacer.

Me quedé quieto en mi sitio con el escudo delante de mí, Gules me gritaba que me hiciera a un lado pero no le hice caso y cuando el príncipe Lican estuvo a punto de embestirme otra vez...

¡TANG! Puse mi escudo de forma diagonal haciendo que la fuerza de su ataque se desviara a la izquierda y que él siguiera de largo dándome la espalda. Enseguida traté lo traté de atravesar, pero él dio un hábil salto con voltereta hacia atrás pasando por encima de mí y me hizo una profunda cortadura desde el hombro izquierdo hasta una parte de la espalda haciéndome gruñir más fuerte que antes y que casi cayera de nuevo al suelo y Gules gritó preocupado de nuevo.

-Desviar la potencia de mi ataque en vez de tratar de detenerlo fue una buena jugada- de nuevo no sabía si mi oponente me hablaba con sarcasmo o no.

-Ah... ah... tú también eres muy ágil al haber saltado de esa forma esquivando mi ataque- esta vez sí hable con honestidad sobándome la herida.

-No perdamos tiempo en halagos y continuemos, el tiempo no está al favor de ninguno de nosotros

De nuevos nos acercamos; él saltando con la intención de cortarme la cabeza y yo agazapado para cortarle el costado derecho y otra vez ¡PING! Nuestras armas se chocaron y seguimos de largo dándonos las espaldas hasta que giramos para cortarnos ¡PANT! Nuevo mi espada y su cuchilla se chocaron y después de forcejear no alejamos un poco.

-Ah... esto es más difícil de lo que pensé- dije con dificultad debido a la herida que me hizo.

-Has paleado valientemente y por eso te daré una muerte rápida y digna de un buen guerrero- otra vez se me acercó para atacarme.

Ahora me estaba costando mucho trabajo pelear ahora, mejor dicho ¡Apenas podía defenderme de sus ataques! Tenía que aguantar hasta que pasara el resto de los 5 minutos, que se me estaban haciendo eternos.

-¡JUA!- me hizo una cortadura en mi bíceps izquierdo haciendo que soltara mi escudo y gritara del dolor y luego me hizo una cortadura horizontal en el pecho consiguiendo el mismo resultado y luego dar un puñetazo en la cara tirándome al piso y puso su pie izquierdo mi mano derecha impidiendo que usara mi espada y puso su otro pie en mi mano izquierda inmovilizándome por completo y por último puso el filo de su arma contra mi cuello.

-Como te lo había dicho antes, ninguna persona normal tendrá el honor de derrotarme. Aunque hay que reconocer que para ser una persona normal y sin tener habilidades especiales, eres un excelente guerrero- me dijo secamente otro "alago" -¿Algo que decir antes de perder la vida?-

-No voy a suplicarte si es lo que esperas- le dije con todo el orgullo de guerrero que poseo, aunque lo único que lamentaba era que no iba a volver a Shelli y mis padres y ni avisarles a los demás reinos sobre el peligro mortal en el que estábamos todos.

-Entonces te daré la muerte rápida que te prometí- dicho esto levantó su cuchilla con la intención de cortarme la cabeza; lo único que hice fue cerrar los ojos y Gules gritó mi nombre y Sparky de nuevo comenzó a ladrar y justo cuando ese parecía ser mi fin...

-Príncipe Bridón- le habló el hombre lobo que tenía el reloj de arena -el tiempo ya había acabado- mostró que efectivamente todos los granos de arena habían bajado. Abrí el ojo derecho y vi como él se detuvo en seco.

-Parece que el padre tiempo te ha salvado- dejó de pisarme la manos y enseguida me las sobé -soy un hombre de palabra, así que tu vida está fuera de todo peligro- me ofreció la mano derecha para levantarme. Lo miré desconfiado pero si me perdonó la vida, supongo que no es tan malo como creí, así que le correspondí el gesto y me levantó ante la mirada aliviada de Gules -ahora dinos porque tú y los demás habían invadido nuestros dominios- me exigió.

-En primer lugar, no los estábamos invadiendo- les hablé tosco -sí vine aquí, fue... fue para pedirles ayuda- cuando le dije esto tanto él como los otros licántropos me vieron asombrados.

-¿Pedirnos ayuda a nosotros? ¿Por qué?- me preguntó el príncipe con genuino interés.

-Pues porque...- le comencé a decir sobre lo de Mistangi y la fuerza del mal que la destruyó y que amenaza con destruir todo el mundo conocido y que yo estaba tratando de conseguir aliados que unieran fuerzas con mi reino para hacerle frente a esa amenaza -... y por eso había venido aquí, no como invasores, sino para pedirles que se unieran a nosotros- les terminé de contar.

El príncipe licántropo se alejó para hablar un momento con los demás Licans, algunos parecían preocupados y otros parecía valerles nada de nada el asunto.

-Si lo que dices es cierto, entonces es una situación crítica- me dijo Bridón acercándose a mí.

-¿Entonces si aceptaran la oferta?- no podía negar mi ansiedad ante su respuesta.

-Ummm... decisiones como esta no dependen de mí, sino de mi padre- por alguna extraña razón, los otros licántropos hicieron una mueca de desagrado por esas palabras -te llevaré ante él para que le expliques lo que me acabas de decir, aunque no sé si acepte- él también hizo una mueca de desagrado ¿Por qué será?

-¿Y cómo sabemos que no nos trataran de comer o matar de forma horrible cuando nos lleven a su reino?- le preguntó Gules muy desconfiado.

-¿Ya sé te olvidó lo que acaba de pasar? No se preocupen, les aseguro que no les pasará nada- a pesar de su afirmación, Gules y yo seguíamos muy desconfiados.

Así que nos llevaron hasta su ciudad Zilanc. Al adentrarnos en ella fácilmente se podía apreciar que las estructuras estaban en malas condiciones, no tanto como las del reino McCormick claro está, pero tenía algo que hacía esa ciudad un lugar muy bizarro y eso era que por todos lados habían huesos y cadáveres de diferentes criaturas, ya sean a medio comer o despedazados por completo.

Los habitantes por otro lado, pues solo diré que no se veían muy amigables ya que algunos se peleaban entre sí ya sea como bestias o con su forma humana, tanto hombres como mujeres y algunos tenían relaciones sexuales en plena calle sin descaro alguno. Siempre he escuchado que los hombres lobo son bestias en el más estricto sentido de la palabra y esto lo confirma y cuando me miraban a mí y a Gules, nos miraban con hambre.

Llegamos al castillo, era negro y tenía varias estatuas, adornos y pinturas que emulan a los lobos y Licans. Tenía que reconocerlo, muchas de esas referencias eran bastante intimidantes; sobre todo ya que muchos de esos adornos mostraban a Licans matando sin piedad alguna a los vampiros.

Al caminar por la sala del trono, veíamos más adornos que hacían referencia a esas bestias; y pensar que los adornos del rey Cartman eran una muestra de su megalomanía.

-Papá, aquí traemos a unos humanos que llevan consigo un importante mensaje- Bridón y sus compañeros hicieron una reverencia ante el rey licántropo que estaba sentado en su trono.

Que estaba bien lejos de ser lo que esperaba, ya que a pesar de tener una armadura negra parecida a la de su hijo, tampoco era alguien con una apariencia intimidante, más bien tenía una apariencia algo delicada. Para empezar su cabello castaño es algo largo, tiene un pequeño y fino bigote y por último... se estaba haciendo pediquiur en su mano izquierda.

-¿En serio? Espero que en verdad sea algo importante- su tono de voz también era delicado, mejor dicho, amanerado y ni siquiera se tomó la molestia de vernos; otro maldito arrogante y narcisista de primera clase -así que hablen rápido y si resulta ser una pérdida de tiempo, denlos como comida para la chusma- Gules y yo no fuimos los únicos en molestarse, también lo hicieron los licántropos que estaban cerca de nosotros ¿Cómo alguien como él es el rey de estas bestias?

-Pues verá gran rey de los licántropos- le comencé a hablar lo más respetuoso que podía -resulta que...- le conté lo mismo que le he contado a los demás gobernantes que he visitado -... y vine a pedirle que unan fuerzas con nosotros.

Algunos de los Licans parecieron preocuparse, otros no parecieron estar afectados en lo más mínimo, especialmente su "gran rey" que seguía arreglándose las uñas como si nada y pude notar como Bridón lo miraba molesto por su indiferencia.

-Así que se trata de eso ¿Eh? Ah bueno, que importa. Sea lo que sea que quiera ver al mundo de los hombres arder en llamas, no es de nuestra incumbencia y mientras que no nos afecte no habrá necesidad de ensuciarse las manos- su arrogancia sin duda supera a la de los Fields, a la de los enanos y está casi a la par de ese odioso rey mago.

-Pero ustedes también viven en este mundo, así que las cosas que le ocurran a los humanos y a las demás criaturas, les podrán ocurrir a ustedes tarde o temprano- y como lo he hecho las veces anteriores, traté de hacerlo razonar, pero él seguía arreglando sus uñas sin ninguna preocupación.

-Papá, escúchalo por favor. Puede que esto sea un problema serio para todos nosotros más adelante- me sorprendí un poco cuando Bridón trató de hacer que recapacitara también.

-Ummm...- parecía que lo estaba pensando y seguía con su acción -puede que me tome la gran molestia para pensar en eso...- sonreí un poco ya que dijo casi lo mismo que han dicho los demás gobernantes a los que visité.

Así que le di un pergamino para que el príncipe me escoltó a mí y a Gules a las afueras de la ciudad y pudiéramos seguir con nuestro camino e ir al siguiente reino que para nuestra desgracia se trataban de las otras criaturas de la noche: los vampiros.

Fin del flash back

El príncipe licántropo no parece ser alguien malo en realidad, ya que al menos le dio a Stan la oportunidad de defenderse y salvar su vida, además se me hace alguien interesante ya que contrasta con el estereotipo de que los hombres lobo son seres irracionales y sin raciocinio; pero me preguntaba como su padre, sin en realidad es como sé describió, es el rey de los licántropos.

-¿Por qué mira tanto a ese tipo, mi reina?- me preguntó Bárbara al darse cuenta de mi semblante.

-Por nada especial, Bárbara. Es solo que ese príncipe me da algo de curiosidad- cuando le dije eso, ella lo vio de mala forma, ha cielos...

-Ahora cuéntanos como te fue cuando fuiste a ver a los chupa sangre- pidió el tan temible Lord Caos al príncipe Stan que bufó algo molesto y todos le pusimos atención de nuevo y estoy segura de que en la mente de todos pasaba esta pregunta: "Sí así le fue a él con los hombres lobo ¿Cómo le fue cuando visitó a los vampiros?" pero como leí un poco su mente en esa ocasión, sé que tampoco fue una experiencia muy grata.

Capítulo dieciséis completado en Fan Ficción el 18/01/2015.

Publicado en Wattpad el 17/01/2021.

Espero que les haya gustado como Stan conoció a Bridón y a los hombres lobo y la pelea que tuvieron y parece que Wendy ya se está fijando en él, eso quiere decir que el Brindy esto oliendo en el aire ¿Cierto? XD

Pero tal y como lo dijo Wendy ¿Cómo es posible que el maricón padre de Bridón sea el rey de una especie tan terrible como lo son los hombres lobo? Por supuesto, esa pregunta se responderá más adelante ;D

En el siguiente capítulo se mostrara como fue la visita de Stan hacia los vampiros y puede que se muestre que paso con el Topo y Mark :O

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top