-.Capitulo 6.-

Alemania y Polonia, se miraban con rivalidad, de pronto Alemania manteniendo su mirada seria dijo:

-por qué decidiste aparecer ahora?

-no hubiese venido si tu imperio no atacase el mío cada vez que puede. Temen por mi seguridad, así que me enviaron aquí, y creo que será una buena oportunidad para enamorar a la futura emperatriz. –respondió Polonia.

-apenas te conoce, ¿realmente piensas que ella te aceptara tan rápido? –dijo Alemania para luego sonreírle con burla- yo la conozco mucho antes de lo que crees. Estoy a mucha distancia de ti.

- ¿realmente te sientes con suerte? Pues aprovéchala porque pronto te la quitare. Tal vez la conozcas de mucho antes, pero nada asegura que ella te amé. Quizás ella te ve... solo como un amigo. –dijo Polonia sonriéndole con burla y arrogancia.

- ¿y acaso ella te ama a ti? Lo dudo mucho, ella no te conoce y cuando te conozca, a ti y tu pasado, te aborrecerá. –dijo Alemania

- ¿y qué hay de ti? ¿Dices tener una conciencia limpia? –dijo Polonia- al menos yo, no he matado gente como tú.

-y ella lo sabe perfectamente, yo soy honesto con ella. Y me acepta tal cual soy. pero a ti, dudo mucho sinceramente. –dijo Alemania

Polonia le miro serio y enfadado, mientras que Alemania, con una arrogante sonrisa se retiró de allí.

Mientras tanto, Chile, ella se encontraba caminando por los pasillos, cuando de pronto, vio a Azteca y México, estos iban a los aposentos del emperador, Chile por su parte paso a su lado, ignorándoles completamente, pero Azteca la detuvo diciendo:

-princesa Chile.

Ella se detuvo aun dando la espalda, mantuvo su mirada en alto y con seriedad, volteo a mirar a Azteca y México.

-es la tradición que reverencie a una emperatriz, sobre todo si es madre de un príncipe del emperador España. princesa.

-ya escucho princesa reverencie a mi madre. –dijo México.

- ¿y porque he de reverenciar a una concubina del emperador? –hablo Chile- le creo si fuese la esposa legal de su majestad, pero, como su hijo es considerado no nato, no tengo porque reverenciarla. Además, a la única emperatriz que reverenciare es mi madre. La emperatriz Mapuche, esposa legal de su majestad y madre de la heredera al otro del imperio.

Azteca y México miraron sorprendidos y claramente ofendidos por Chile, y ella continúo diciendo:

-deberían ser ustedes quienes me reverencien a mí.

Y sin dejar si quiera que respondiesen, volteo y se retiró.

Mientras tanto Polonia, él se encontraba en el jardín, contemplando el cielo, de pronto vio a Chile quien se dirigía a la terraza, decidió ir a saludarla.

-es un gusto volver a verla, princesa.

Chile le miro y le sonrió diciendo:

-lo mismo digo príncipe Polonia.

-puedo acompañarla? –pregunto el

-claro. –dijo ella sonriéndole.

Polonia se sentó frete a ella, y Chile con una sonrisa dulce le dijo:

-espero que tu estancia en este palacio sea de su agrado.

-lo es, princesa, de eso no tenga duda. –respondió Polonia sonriendo.

Chile, creyendo en la palabra de Polonia, le sonrió. 

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Continuará.

aquí les dejo el quinto capitulo de la colaboración. espero les guste.

chau. 

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