Nunca es tarde para empezar de nuevo

En una galería de arte con su nuevo vestido rojo hasta los tobillos , donde se asomaban unos precioso zapatos negros de tacón y con su cabello castaño ondeado se hallaba Sophie Webber.

—Es precioso —le comentó una voz a a su lado . 

Detalló el inmenso cuadro que estaba frente a ella y asintió confirmando las palabras del hombre.

Sí ,era precioso lo que ella veía a través de él.

Una pareja caminaban de la mano por un inmenso campo lleno de flores,sus miradas conectaban y ambos se  sonreían mientras eran envueltos por los hermosos colores del atardecer .

Un recuerdo vino a su mente y no pudo evitar sentir una punzada en su interior que le estremeció hasta el alma.

Los extrañaba tanto que dolía.

***

Allí desde su habitación la chica tarareaba una dulce canción que había aprendido de su madre.Su cabello estaba recogido en una trenza francesa , un delantal protegía su vestido azul de ser manchado con la pintura, aunque de sus manos y mejillas no se podía decir lo mismo.

Esperaba que sus padres no tuviesen prisa por llegar a casa, así podía terminar la sorpresa que les tenía preparada.

Pero no sabía Sophie lo cerca que estaba de perder esa bella sonrisa que adornaba su rostro.

«Accidente»

Una sola palabra bastó para romper todos sus sueños, como si hubiesen lanzado una inmensa roca sobre un frágil cristal.

Los pinceles calleron al suelo en un fuerte estruendo ,la pintura roja se derramó salpicando una parte del lienzo y un pesado silencio se adueñó de la habitación hasta que se  rompió en un desgarrador llanto.

Sophie negó efusivamente con la cabeza una y otra vez sin poder creer lo que había oído.

—No es cierto—sollozó la chica
cubriéndose el rostro con las palmas manchadas de pintura.

Su abuela la miró  con angustia .No sabía su nieta cuánto deseaba ella que tan solo fuese una pesada broma.

—¡Mamá , papá!—gritaba Sophie con un inmenso dolor apretando su pecho,los oídos le retumbaban y sentía que se asfixiaba.

Un horrible accidente les había arrebatado la vida a sus padres.

No pudieron llegar a casa.

La chica de tan solo quince años se derrumbó junto a todos sus sueños.

Olvidó el cuadro  que esperaba ser terminado,olvidó lo feliz y emocionada que se hallaba minutos antes por mostrarle su obra a ellos,y dejó de ser la niña llena de ilusiones que una vez fue.

                   

Tres años después fueron suficiente para que la muerte se llevasen entre sus garras a la única persona que le quedaba en el mundo.

Su abuela murió de una terrible enfermedad cuando ella apenas se recuperaba del brusco giro que había dado su vida  .

Entonces dejó de luchar y se dió por vencida.

Apenas quedaba algo de lo que una vez fue.

Sophie miró el montón de ropa que se encontraba tirada en una esquina de aquella diminuta habitación. Estaba segura que debajo de todas aquellas prendas arrugadas existía algún resto de comida o un trozo de pizza vieja o quien sabe qué.

Olía fatal.

Torció los labios y rodó los ojos tan solo para encontrarse  con un sujetador bastante desteñido ,unas bragas rojas y negras , y sus medias favoritas de abejitas tendiditas en la ventana ,esperando ser secada por alguna fugaz brisa .

Sentada en su pequeña cama con mantas oscuras abrazó aquel feo peluche de felpa que le había regalado su exnovio en su último aniversario, justo dos días antes de dejarla por otra.

Hasta su vida amorosa era patética.

—Uno , dos, tres, cuatro.....—contó apuntando con el dedo los círculos de humedad que se habían formado en la pared ,junto a las enormes grietas que ya estaban ahí antes de mudarse.
Sentía que su vida apestaba.

Negó con la cabeza y se sacudió todos aquellos pensamientos.

Tomó el tenedor y atrapó unos cuantos espaguetis tiesos, los enroscó con gran trabajo y se los llevó a la boca .

Sentía como la pasta estaba bailando de una esquina a otra huyendo de ser devorada por ella, estaba horrible. No recordaba cuál fue la última vez que  comió una comida deliciosa como la que preparaba su madre o su abuela.

Aún asi tan pálida y con sabor a nada ,se tragó aquello que por un momento se aferró a su garganta decidida a regresar por donde mismo venía, pero el poder de dos botellas de agua era mayor.

Se golpeó varias veces el pecho y se limpió la comisura de los labios.

Cuando era pequeña planeó cumplir sus sueños,tener un buen trabajo,una casa bonita con una piscina, un perro que corretease por el porche , conocer el chico correcto que la amase y estuviese dispuesto a construir una hermosa  familia. ¿Adivinan cuántas de esas cosas había conseguido? Sí, muy bien, ninguna.

Había fracasado en la vida.

Un departamento minúsculo, compartido con un chico de malas pulgas que era un total desastre,la única piscina que veía era la charca que se formaba en el parqueo del edificio, allí donde había caído unas cuantas veces corriendo para no llegar tarde a : su trabajo no tan genial.

Su deseado perro golden retriever, que correría por su inexistente porche y saldría en las fotos familiares se había convertido en un solitario y viejo pez rojo , que nunca le puso nombre porque lo había comprado en un mercado con el objetivo de comerlo, pero luego de ver un vídeo de veganos le dio pesar asesinar a la pobre criatura, entonces decidió echarla en una pesera.

No era tan bonito, incluso se veía un poco ridículo, pero era algo.

Con respecto al novio nada perfecto y con cero interés en crear esa familia… ¿Era necesario hablar de él? Después de como terminó todo.... no.

Volvió su vista a la ventana a  la par que abría la boca para introducirse otro bocado del asqueroso espaguetis .Podía ver su vecino del frente moviéndose ridículamente por el salón de su apartamento.

El hombre de aspecto desagradable con su pansota peluda,calva brillante,y aquellos pantalones de bananas que no dejaban nunca o tenía muchos de ellos _esa información no era de su interés _parecia mucho más feliz que ella .

Su cuerpo se movía al compás de alguna canción ,daba palmadas ,
sacudía la cabeza y se meneaba con mucha destreza como si supiera los pasos desde hace años .

Al parecer aquel sujeto solitario
y ya entrado en edad, que los vecinos daban por loco ,  veía la vida de otro color.

Suspiró y alejó de ella el plato de espaguetis .Sus ojos miel manchados de tristeza observaron con pesar la mesita de noche. Se estiró y tomó la prueba de embarazo que se había hecho unos minutos antes.

Aún no había tenido el valor de verla y la sola idea de que marcara dos líneas la asustaba, aunque en lo más profundo temía que fuese lo contrario, una  parte de ella quería ese bebé.

Sophie cerró y abrió los ojos tomando una gran bocanada de aire.

«Ya es hora de afrontar la realidad »

Volteó la pruebita y una  gruesa lágrima corrió por su mejilla al ver los resultados.

¿Cuál es tu sueño?
Una vez cuando tan solo tenía ocho años su profesora le hizo esa pregunta a cada uno de sus alumnos y cuando llegó su turno contestó:

—Mmm—lo pensó por unos segundos y sonrió —Quiero estudiar algo que me guste y me emocione un montón  y conseguir trabajar en ello, también quiero tener la casa de mis sueños y una familia tan bonita como la que somos mamá, papá y yo.

«Así de simple»_se decía.

Pero al parecer aquello no era tan simple como lo veía una niña de ocho años.

A los diez su madre le hizo aquella misma pregunta una de las tantas noche en su habitación después de oír la historia de como se conoció ella y su papá , superaron las dificultades juntos hasta que triunfó el amor.

Adoraba la historia de amor de sus padres, nunca se cansaría de oírla , era divertida , con un poco de drama , pero con un final feliz.

Una risueña Sophie levantó la cabeza de las piernas de su madre y le dedicó una mirada soñadora
—Quiero ser pintora—dijo decidida.

Su madre le sonrió con ternura y acarició con amor su largo cabello castaño.

Su hija amaba pintar desde muy pequeña ,que quisiese continuar con eso no le sorprendía en absoluto.

Aunque siempre pensó que solo era un pasatiempo que se le daba muy bien ,pero acababa de comprobar lo equivocada que estaba.

Sophie se veía muy entusiasmada y segura al decir aquellas palabras.

Sus ojitos miel tilitaba como estrellitas , las mejillas se coloreaba de emoción y sonreía ampliamente.

Era la primera vez que la veía tan motivada hablando del futuro y todo lo que en cierto momento lo tildaba de temas aburridos y demasiado serios para ella .

Definitivamente sería una genial pintora.Sus cuadros eran alucinantes para tan corta edad y transmitían tanto que parecía estar viviendo cada historia que se contaban en ellos.

Pintora...

—Esto apenas cuesta unos dólares—espetó con desprecio aquel hombre que unos segundos antes le había prometido darle el dinero suficiente para pagar todos sus gastos, incluso se planteó cambiar de apartamento si así era.

La chica dudó y se quedó en silencio barajando sus opciones,aunque no tenía muchas. Era eso o terminar en la calle. Tenía muchas cosas que costearse y su trabajo no le sería suficiente.

—¿Qué dices?—interrumpió sus pensamientos la ruda voz del sujeto barbudo,con tatuajes en el cuello , cadenas de oro y un traje que en lugar de darle un aire serio  de poderoso e influyente empresario,  lo hacía ver  absurdo y vulgar
—¿Lo tomas o lo dejas?

Eran sus preciados recuerdos.
¿Se hiba a deshacer de ellos por ese precio?¿Tan poco valor tenían?

Todos los había hecho con esmero.

***

—¡Mami!—un chillido infantil atravesó el pasillo y se coló en todos sus pensamientos arrancándole una sonrisa .

Volteó con rapidez hasta la dirección donde provenía esa vocecita que conocía muy bien.

—Susy,cariño—le hizo un gesto para que guardase silencio y abrió los brazos para recibir a la diminuta de cabello castaño y ojos miel que reía de oreja a oreja

Venía correteando a toda velocidad hacia ella , siendo perseguida por un chico alto, guapo de cabello oscuro que no dejaba de negar con la cabeza y sonreír a pesar de las travesuras de la niña.

Su vestido rosa  y las sandalias de perlitas parecía manchas que se movía y fusionaban .Las piernitas cortitas corrían ágilmente y su  cabello revoloteaba.

Sophie no se arrepentía de haber tomado aquella decisión tres años atrás.

La validez de sus cuadros era innegable,guardaban recuerdos de su infancia y deshacerse de ellos era como si tirara todo su pasado a la basura, definitivamente no fue fácil elegir venderlos, pero había valido la pena.

Después de todo le agradecía al hombre barbudo y desagradable que los compró

De algún modo llegó hasta alguien que si apreciaba el arte . Alguien que se convirtió en su esposo dos años después y la amaba tanto a ella como a su hija.

No solo le había dado la oportunidad de soñar de nuevo, también la de amar y formar una familia .

Atrapó a la niña en un fuerte abrazo disfrutando de su olor y se permitió quedarse un rato con su bebé entre sus brazos. Parecía ayer cuando tomó la pruebita y vió que marcaba dos líneas rojas.

Algo cambió dentro ella en ese mismo segundo y  decidió que sería una excelente madre para su hija.

A pesar que los primeros meses de embarazo fueron muy duros, el trabajo cada vez se le hacia más pesado y muchas veces se sentía tan débil que le parecía imposible seguir adelante.

Y cuando pensó que no le podía ir peor su jefe la despide por el solo hecho estar embarazada.

—Mami te extrañé mucho—dijo Susy haciendo un tierno puchero.
Sophie sostuvo su cuerpecito fuertemente y la cargó observandola con fascinación.

—Yo también, bebé—respondió con cariño dejándole muchos besos en todo su rostro haciendo que la niña riese .

—Te atrapé—de repente unas grandes manos aparecieron y la alejaron de su mami, su ceño se frunció y refunfuñó.

Sophie no podía estar más feliz, era su primera exposición de arte. Al fin había terminado ese cuadro que una vez comenzó y nunca pensó terminar. Frente a ella tenía al esposo que no esperó tener ni en sus sueños de princesas,y a la bebé más adorable del mundo.

Tal vez el trayecto no fue fácil,hubo muchas tormentas , sacudidas,y quizás terminó con heridas de tanto caer y golpearse ,pero al culminar encontró su final feliz.

—Mami , mami dirle a papi que me suelte —se quejó la pequeña.

—Shh—su madre puso el índice sobre sus labios
—cariño,silencio.

Su hija asintió muy seria pasando sus dedos sobre los labios como si cerrara un siper imaginario.

Álex sonrió y tomó la mano de su esposa acercándola a él para darle un beso en la mejilla .
—¿Y a mí no me saludas?
—preguntó entre coqueto y divertido levantando una oscura ceja .

—Oye —golpeó su pecho—no es momento—le recordó entre molesta y risueña.

Álex miró sobre su hombro para después acariciar la mejilla de Sophie con ternura—Nadie nos mira ,amor.Todos están muy atentos a tus maravillosos cuadros.

Sophie volteó disimuladamente para comprobar sus palabras percatándose que no la había engañado esta vez como hacía frecuentemente con sus jugarretas .Todos parecía estar sumergidos en un mundo lejano.

Estaba muy nerviosa desde que terminó la última pintura .No sabía cómo las personas reaccionarían a ellas .
¿En verdad le gustarían?

—Cierto,mami —dijo Susy desde los brazos de Álex —son muy bonitos , a todos le gustan.

—¿En serio ,mi niña?—interrogó pellizcando su mejilla con adoración.

La niña formó una fina línea con los labios y afirmó efusivamente con su cabecita .

—Gracias por invitarme, señorita Sophie—le dijo alguien a su espalda —Tus pinturas me han encantado, en especial esta—señaló al cuadro que  atrapó toda su atención desde que llegó—Me recuerda a mi Margaret .

—Gracias a usted, Josh , me alegra que esté aquí—respondió agradecida.

Allí estaba aquel hombre que sonreía a todos a pesar de haber perdido a su esposa e hija en un accidente y ahora el cáncer estaba deteriorando su organismo.

Todavía recordaba aquel día cuando estaba llorando en la entrada de su edificio, había perdido su trabajo ,y la bebé en su vientre necesitaba de alimentos.No sabía cuanto lloró tirada en el suelo sostenido sus pertenencias cuando se le acercó él con sus típicos pantalones de banana y le regaló unos deliciosos panecillos recién sacado del horno.

«No te rindas, nunca es tarde para empezar de nuevo»_ le dijo antes de irse.

Ahora comprendía lo cierta que eran sus palabras.

Fin

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