Capítulo 25: Emociones Dispersas.
Ya habían pasado dos horas desde que se decidió, bueno, más bien yo fui el que lo hizo con Sumire de estar cooperando en compartir el lugar. Lo único que nos separaba de estar pegados los chicos y las chicas era el pequeño río que estaba cerca de allí, y por suerte ese mismo los separaba por el bosque.
Como era el que se encargaba de los chicos debía ser como el que debía asegurarse de que no hicieran nada en presencia de las chicas del otro lado más allá, eso iba más para Inojin al menos.
Además, Sumire era el de la chica, así que ella se encargaba de que no hicieran nada las chicas contra nosotros. Aunque…, eso obviamente nunca ocurrió en ese viaje, y a decir verdad, es imposible que las chicas iban hacernos algo. Siempre son los chicos los que llegan a pasarse de listos.
—¿No ha sucedido nada? —preguntó Sumire.
—No, nada. Estamos haciendo nuestras cosas que teníamos programadas 'ttebasa.
En ese momento había sido citado por Sumire, aunque estábamos lejos del otro, donde el pequeño río era lo único que nos mantenía alejados. Estuvo todo bien para mí.
—Por cierto, a las chicas les gustó mucho el pescado que hicieron —mostró una pequeña bandeja de plástico en sus manos y unos cuantos palillos vacíos en ellas—. Dile a Iwabe-kun que estuvieron deliciosos.
—Si bueno, ya sabes que él es bueno cocinando, aunque pensé que solo hacia curry. Sin embargo, hace muchas mejores cosas.
—Hehe, eso ya lo creo. —asintió con una sonrisa.
Traté de mirarla, pero me sentí incómodo cuando la miraba por un pequeño periodo de tiempo y por eso desviaba la mirada para otro lado, mientras pasaba mi mano por mi cabeza.
Me lanzó el plato hacia mí como si fuera un frisbee hasta alcanzarlo con mi mano, tuve que dar un pequeño brinco, ya que había llegado un poco más alto de mi estatura. Esta acción le gustó a Sumire dando pequeños aplausos hacia mí.
—Gracias por contemplar mis grandes habilidades atléticas. —pose con triunfo a mis manos en las caderas.
—Por esa misma razón debiste de unirte al club de atletismo —comentó con una sonrisa nostálgica, mientras miraba el plato—. A Hinata-san siempre le gustaba verte haciendo deportes, pero al final decidiste en no hacerlo.
—Eso no importa, ese día decidí no unirme al final porque no quería 'ttebasa.
—Pero ese día fue mi cumpleaños, por eso mismo faltaste a la prueba de entrada. —ahora su voz sonó un tanto triste.
Quería acercarme y tranquilizarla, pero no quería en pasar la línea, osea el pequeño río, aunque también no tenía intención de ser blando con lo que le pensaba, o iría malcriandose.
—Sumire, ya te lo dije esa vez. Tu cumpleaños era más importante que cualquier prueba, tenía que estar porque soy tu hermano, así que no tienes de que seguir lamentando eso. —protesté con orgullo al mirarla seriamente.
—Si lo sé, pero… Eso es por lo que ocurrió aquí hace años, ya sabes en la primera vez que…
—Por cierto… —la detuve, no quise que ella fuera continuando con el tema que iba a tomar—, entre las chicas que comieron el pescado… ¿Le gustó a Wasabi?
—¿A Wasabi?
—Si, quiero saber si le gustó el pescado.
—¿Por qué? —preguntó Sumire.
Su pregunta fue más con un tono infantil, así la vi cuando comenzó a mostrarse algo molesta y con las mejillas infladas. Esa misma actitud siempre la había visto en ocasiones cuando algo no le gustaba y se comportaba como una niña.
—¿Ahora que pasa? —la miré de reojo con el ceño fruncido— Te vez como cuando Himawari tomó tu asiento en el parque de diversiones.
—Esa vez fue porque quería sentarme contigo y ella me ganó .—respondió sin dejar de hacer esos pucheros, los cuales siempre me parecían de lo más adorables.
—¿Y por qué ahora?
—Estas preguntando por Wasabi, ¿acaso ella te gusta?
—¿Por qué me gustaría alguien como ella? Digo, por cierta persona que tengo de frente, ella al igual que su otra amiga les caído mal. —traté de no sonar muy evidente, pero obviamente lo fuí.
Su expresión molesta y con el puchero en su cara se habia desvanecido en un santiamén. Ahora su misma cara de felicidad había vuelto a la normalidad.
—Oh, es cierto. Ella lo hace.
—Luces muy feliz… "Aunque me puedo imaginar de porque" —suspiré, desviando la mirada—. ¿Y entonces le gustó?
—Me da curiosidad, ¿por qué quieres saberlo?
—¿Aún sigues con eso? Solo quiero saber, no tengo intenciones ocultas 'ttebasa.
—Mmm…
La vi tomándose su tiempo, y yo la verdad quería regresar lo antes posible con los demás, pero yo necesitaba saber exactamente qué le había parecido el pescado a Wasabi. Siendo sincero, no me importaba en lo más mínimo, ya que ella siempre ha sido mala conmigo, al igual que lo fue Namida.
Eso lo hago principalmente por Iwabe, como era mi amigo y le interesaba ella, hizo lo posible para hacer que el pescado fuera delicioso. Lo cocinó lo mejor que pudo por ella —y de pasó lo hizo también por nosotros—, y ahora me pidió de preguntar si le encantó el pescado.
—Bueno, puedo decírtelo, pero tendrás que darme algo a cambio, ¿no?
—¿Eh? ¿Me estás chantajeando?
—Por supuesto que no, son solo negocios —sonrió burlonamente, mientras se tapaba la boca de forma infantil—. Boruto-kun y yo somos como los líderes de nuestros propios territorios de chicos y chicas. Cuando ambos bandos quieren información del otro, necesitan un intercambio.
—Pero estamos en paz, no hay porque recurrir a estas cosas. —me temblaron los labios por todos los nervios que se me estaban acumulando.
No estaba nervioso por lo que decía, sino porque sabía que eso era una buena oportunidad para sacar provecho y querer algo de mí.
Se me quedó mirando por un rato, sonriéndome de reojo y yo simplemente me limitaba a quedarme callado y con un sonrojo en mi cara.
—¿Podrías parar?
—¿Con qué? —preguntó ella ladeando la cabeza.
—¡Eso! —apunté, mientras le daba la espalda a Sumire por la vergüenza.
No tuve ni idea de cuando me había vuelto muy nervioso cuando ella me miraba fijamente, o en que momento se me hizo difícil estar cerca de ella. Claro, hoy en día se que fue ocasionado por las estúpidas hormonas juveniles que había teniendo en ese momento.
Aún huía de lo que me pasaba. No, para ser más exactos, quería irme de allí y escapar de aquellos sentimientos que estaban comenzando a crecer dentro de mi. No quise admitir que ya estaba con ellos allí, pero obviamente fui mucho más serio y decidí tomar las cosas como adulto.
Bueno, no fui un adulto para aquel entonces, pero se me entiende, ¿no?
Cansado de huir por eso, me había dado la vuelta otra vez para encarar a Sumire. Sin embargo, lo primero que me encontré fue a ella misma, pero estaba solo un metro de distancia mío. Eso estaba claro que, entre las reglas que decidimos en ese acuerdo de estar todos en ese lugar fue de no pasar la línea que nos dividían, osea el pequeño río.
—¡Oye, pasaste el río! —exclame con enojo, y en cuanto la apuntaba retrocedí.
Ella no dijo nada, pero en su lugar se acercó otra vez hacia mi. Por puro instinto retrocedí unos cuantos pasos hacia atrás. Obviamente, eso no iba a funcionar porque con cada paso que daba hacia tras, ella también se acercaba. Hizo un poco de trampa una que otra vez, cuando se acercaba a dos pasos extra cuando quería.
—Ya Sumire, prometis—.
Mis palabras no llegaron a terminar lo que quise decir. Había sido callado por ella, pero no con meras palabras, sino con una simple acción; ella me comenzó a acariciar mi cabeza, mientras ella se colocaba de puntillas para estar al alcance de allí.
Fue allí cuando mis emociones que tenía tan concentradas dentro mío fueron disipandose en muchas direcciones. No sabía que hacer con ese gesto suyo. Una de ellas quería alejarla, otra quería molestarse por no saber que hacía, otra quedarse quieto por la pena y otra fue… Bueno, no sabría cómo describir eso último, pero lo que si puedo acordarme es en su mirada.
—¿Qué haces? —no supe que más decir, más solo le pregunté eso.
—¿No lo ves? —se cuestionó si lo que había dicho haya sido una broma o no. Me miró a los ojos en cuanto hice contacto también— Lo que estoy es tranquilizarte.
—¿Eh?
—¿Piensas que yo quería algo como un beso?
—B-Bueno…, eso es algo que sé que tú quieres, y la respuesta es un no —dije fríamente—. Tu me prometiste no insistir y tampoco hacer algo contra mí.
—Y lo estoy cumpliendo —respondió sin borrar su sonrisa—. Solo quiero decirte que piensa en lo que quieras, pero de lo que yo quiero eso no tienes de que preocuparte.
Me sorprendió su declaración, una que estaba compuesto con palabras honestas y simpáticas. Sumire deseaba que no dudara de ella, y aunque admito que es duro, comencé a no hacerlo por el momento.
—¿Y por qué acariciar la cabeza? —pregunté ahora un poco incómodo— ¿No era más fácil solo decir eso desde el otro lado?
—Tu siempre lo haces conmigo y con Himawari-chan cuando había algo de lo que nos preocupaba. Eso nos ayudaba mucho a ella y a mí para sentirnos bien. Por eso lo hago ahora, porque quiero sentir que en verdad te estoy ayudando.
Ahora fue ella quien se había apenado, cortando nuestro contacto visual mutuo, agachándose para mirar al suelo. Allí era imposible saber si estaba avergonzada, pero lo supe por verle sus orejas completamente rojas.
Pensé que no debería sentir nada, o al menos en tener una reacción hacia Sumire. Pensé en que no debo tener nada, ninguna reacción hacia una hermana mía.
Ese no fue el caso para mí al final, ya que esa misma forma en la que Sumire se avergonzó fue exactamente por eso que también me avergoncé. Verla de esa forma en la que era devil emocionalmente fue suficiente para que haya pasado por mi cabeza algunas imágenes o ideas poco morales.
Ella siempre se creía mejor que yo, siempre le gustaba burlase de mi por estar un paso adelante de mí. Me disgustaba mucho que fuera así siempre, al igual que ver cómo se creía más lista que yo. Lo mismo también sucedía cuando ella se la pasaba haciendo un movimiento contra mi para seducirme, fue como si estuviera bajo su control.
Una parte estaba feliz de que ella ya no era la chica, hermana y/o persona que se guardaba las cosas para si misma. A diferencia de años cuando éramos niños, expresaba lo que pensaba y como hermano estaba feliz por eso.
Claro, eso era bueno… pero esto fue más directo para ella cuando leyó esa novela incestuosa que la hizo dar el valor de declararse. Supuse que eso la hizo estallar hasta que salió su lado dominante y directo para que yo caiga ante ella.
Lo estaba consiguiendo.
Todo este tiempo lo soporté, pero no quise hacerlo o caer en la tentación, y como Sumire dijo antes; yo ya había hecho movimientos contra ella por sus provocaciones.
Ahora bien, la tuve allí completamente apenada por estar haciendo lo que hacía. Jamás la había visto así, era una forma de ver en que ella no era la que estaba segura de todo. Se veía vulnerable, y yo por haber tenido tanto resentimiento por haber jugado conmigo iba a estallar. Quería lanzarme contra ella, en dónde sea, solo devorarla a besos y reclamar sus labios, sin importarme que fuera mi hermana o hermanastra. Quería quitar todo de ella hasta hacerla mía. Quería moldearla a que dejara de ser insistente conmigo y que dejara de actuar como si me controlara, yo deseé hacerlo esa vez cambiar los papeles.
Quería ser el dominante, el que la controlara a mi gusto.
Todas mis emociones estaban dispersas. No sabía que hacer otra vez, simplemente estaba muy perdido en mis pensamientos y solo tuve esas ideas en mi cabeza.
Por puro instinto levanté mis brazos para hacer mi primer movimiento, pero en cuanto oí algunos arbustos moverse empecé a salir del trance del que estaba yo.
Me alejé de ella enseguida, solo para ser visto por su mirada que reflejaba confusión y sorpresa en cuanto a mi reacción.
Ahora los dos fuimos los que reaccionamos al oír nuevamente los arbustos moviéndose, pero al final no fue nada más que una ardilla pasando cerca.
—Creo que mejor me voy. Posiblemente los demás preguntarán sobre porque tardamos. —dije mientras tenía la mirada en dirección por dónde se había ido la ardilla.
—Ellos no se preocuparán, saben muy bien que estaremos bien. —contestó Sumire con la mirada también fija en la misma dirección.
—Bueno, este lugar no es muy peligroso ahora. Ya debiste de decírselo a las demás, ¿no?
—No, no es eso.
—¿A qué te refieres?
Volteó a verme, mientras se me acercaba sutilmente hacia mí. Yo claro, retrocedí un poco por los nervios, pero no fue mucho. Solo había dado unos cuantos pasos hacia atrás. Sin embargo, ella solo le bastó dos para tener el espacio suficiente entre los dos.
Sumire levantó su mirada hacia la mía y yo la bajé un poco hacía la suya. Tardó por lo menos unos 4 segundos en silencio.
—Ellos saben que te tengo a ti —me sonrió cuando repentinamente tomó mi mano con la suya—, y yo estoy de acuerdo con ellos. Te tengo para que me protejas.
—¿Me estás usando acaso?
—Por supuesto que no…, aunque también puede ser que sí —dijo—. Sería una buena forma para que no te separes de mí.
—¿Sabes que te escucho, no? —me expreso con incredulidad mientras suspiro.
Ella solo se rió, y yo por alguna extraña razón también lo encontré un poco gracioso. Esbocé una sonrisa, dejándome llevar por el ambiente hasta reírme un poco.
Tomó un rato darme cuenta que había continuado sosteníendo la mano de ella y posteriormente la miré detenidamente. Lo hice en silencio, me aseguré de grabar en mi mente esa imagen suya tan sonriente hasta llenarme de felicidad.
No había nada más feliz para mí que mi familia fuera feliz incluyendo a Sumire.
Sin avisar, apreté un poco el agarre de su mano. Ella lo notó, pero no tuvo tiempo para reaccionar cuando la acerqué hacia mi, solo así pude llegar a abrazarla fuertemente.
—¿Boruto-kun? ¿Qué pasa? —pregunta Sumire con preocupación— Me lastimas.
—Lo siento… —seguí abrazándola, aflojando un poco mi fuerza—, solo no pude evitar hacerlo.
—Vaya, no esperaba que fueras haciendo algo como esto sin avisar. —comentó en un tono de burla y gracia.
No hubo respuesta de mi parte. En los próximos segundos que pasaron no dije nada, pero antes que ella dijera algo —cosa que lo notaba cuando la oí respirar con la boca—, volví a hablar.
—Verte sonreír me tranquiliza —dije—. No hay nada que me pueda hacer feliz que ver a mi hermana serlo.
—…
—Ya estás mucho mejor que antes, y eso es algo de lo que estoy agradecido 'ttebasa.
No recibí un comentario de Sumire de inmediato, pero si sentí como ella comenzó a corresponder mi abrazo. Acomodó un poco más su cara en mi hombro, mientras volvía hablar.
—Boruto-kun, ¿aún te culpas por lo que sucedió?
—…
—Ya te dije que eso quedó en el pasado, ya no tienes que preocuparte por mí. —dijo.
—No, ya no es solo por eso… —apreté un poco más mi abrazo sin querer y hundía rostro cerca de su cuello y hombro—. Es cierto que aún me culpo por lo que sucedió, al igual por lo mucho que fui malo contigo. Por eso deseo que siempre sonrías, esa es la realidad 'ttebasa.
—Siempre tan noble.
El tono de su voz se había aflojado. Por primera vez en mi vida nunca había estado complacido de oír su voz, al igual de sentirme cálido. En ese momento mi único pensamiento fue querer estar más tiempo como estaba; abrazar a Sumire.
Mis emociones se desbordaban, mis emociones se derretían, mis emociones cambiaban… esas mismas emociones se dispersaban con el viento que soplaba en ese lugar.
—Boruto-kun…
—¿Si?
—¿Me amas? —me preguntó lentamente, teniendo su cabeza aún en mi hombro.
—Por supuesto que…
—No. —me corrigió.
—¿Qué?
Se separó un poco de mí para mirarme a los ojos, manteniendo su mirada con la mía. Ambos nos quedamos callados, o más bien, era yo fui el que estaba más callado por no entenderla.
—Me refiero a si…, ¿me amas como mujer?
—…
Estuve aún callado, mirándola directamente a los ojos. No estaba con mucha confianza en hablarle, pero mientras más me la vía a los ojos más me sentía desarmado.
—¿Boruto-kun?
—No…
—Oh, ya veo…
Su mirada bajó hacia abajo, pero con una sonrisa un poco más entristecida. La noté querer zafarse de mi, pero no la dejé. Me miró y yo la miré, pero llevé mi mano hasta su rostro, mientras hacia un lado su flequillo para ver mejor como se veía su linda cara.
—Lo que quiero decir es que… —me detuve en hablar, pero suspiré cansado—, no lo sé.
—¿No lo sabes?
—Ya te lo dije, por eso quería estar fuera de tu rango para pensar mejor las cosas. Supongo que, es el miedo que tengo. —admití con sinceridad.
Sumire mostró una mirada llena de confusión, y no la culpé por tenerla. Fue en esas ocasiones en las que uno se sentía muy dividido.
—¿A qué le tienes miedo?
—Al cambio, eso es —contesté rápidamente al mirarla fijamente a los ojos—. No puedes hacerme amarte tan rápido cuando yo te veo solo como una hermana. Es algo muy extraño para mí 'ttebasa.
—Sin embargo, tú has hecho cosas conmigo.
—Gracias al cielo que no se ha pasado a más allá de la ralla —admití entre un suspiro, pero hice lo mejor que pude para no mostrar alguna señal de evidencia en haberlo pensado—. Además, eso no significa que te ame, solo ya… ya no… te veo como lo eras… Te veo como una chica, aunque aún seas mi hermana.
…
Allí lo miré, completamente rojo de las mejillas y también de las orejas. Me pareció muy adorable de verlo en ese modo. No pude evitar querer reírme de él por haber teniendo esa expresión, y sin embargo, mantuvo la compostura.
Me hizo feliz.
Si, me hizo muy feliz en haber sabido que ahora me veía como una chica y no solo como su simple hermana que fue adoptiva.
No fue el resultado que estaba buscando en él, pero me sentí feliz por lo que confesó, y sin poder contenerlo me reí de la felicidad.
Verle la cara en como estaba ahora me hizo enamorarme aún más de lo que ya estaba de él. Su forma tan tsundere de comportarse le hacía ganar un encanto para mí.
Sin embargo, puedo entenderlo muy bien y lo respetaba a lo que sentía. Eso lo aprecié, ya que él siempre buscaba una forma de que ninguno de la familia se sintiera mal, y pensaba más en ellos que en él mismo. Esa fue la primera vez en que lo veía pensando por él, aunque también ese pensamiento incluía que sus acciones no puedan perjudicar a nuestra familia.
Nunca se me pasó por la cabeza. Deduje de nuestra relación y en como podría evolucionar, siendo de hermanos a una pareja, pero obviamente me pensé en como lo tomarían "nuestros" padres. Una parte de mi estaba segura que pueden tal vez aceptarlo, pero también otra de mí si tenía su sentido común y moral. Esa parte nunca dejaba que saliera, ya que solo me frenaría.
Retrocedí para alejarme y darle espacio Boruto-kun. Lo miré a los ojos con una sonrisa y toqué delicadamente su torso.
—Tranquilo, lo entiendo. Me alegro, que te hayas replanteado las cosas —dije sin quitar mi sonrisa de mi rostro—. Eso significa que estás pensando seriamente este tema, estoy feliz.
Y allí estaba, otra vez se sonrojo por la vergüenza de que haya dicho una de sus verdades ocultas. Eso me hizo apreciar más su esfuerzo, y también me entraron ganas de besarlo.
Lamentablemente no pude, o mejor dicho, no quería hacerlo. Había prometido en no hacer un movimiento íntimo para insistirle en que piense en mí. Por eso no hice nada de nada ese día, y más con esas declaraciones que ha hecho.
—Creo que debería de irme, las chicas podrían venir a buscarme —me alejé un poco más, sin perder contacto a sus ojos—, y por cierto, Wasabi le gustó el pescado. Le gustó mucho.
—¿Me lo dices así sin más?
—Pues claro que no, me diste algo a cambio y era pasar tiempo contigo. —tecnicamente no es solo por eso, pero no quise decir nada.
Lo ví confuso y me divirtió eso, pero no le hablé, más solo le sonreía por lo gracioso que se veía.
Me despedí cerca suyo y me di la vuelta para volver con las demás chicas, teniendo una linda experiencia en un día, en ese día que decidí haber ido con solo verlo. Sin embargo, Boruto-kun me agarró de la mano para detenerme.
Me sorprendió un poco cuando la agarró sin avisar, incluso casi pude haber tropezado, pero él de encargó de que no fuera así.
—¿Pasa algo Boruto-kun? —le pregunté extrañada por su acción.
Él quedó en silencio, y con una mirada sería se me acercó y me tomó de mis caderas con la mano libre que tenía y cerró nuestra distancia con un beso.
Ese fue un beso profundo y tan cálido que me fue imposible retroceder, ni quería hacerlo. Me agarré de su playera y correspondí al beso. No sabía que estaba sucediendo o porque lo hizo, pero no me importó mucho y solo seguí como estábamos.
Presionó más mi cuerpo con el suyo, me sentí mucho más caliente cuando lo hizo, y pronto la falta de aire se hizo presente. Gemía entre el beso por ello, y cuando notó eso Boruto-kun me soltó al mirarme a los ojos.
Estaba roja de mis mejillas y él también, mientras recuperabamos un poco el aire. Quería hablar, deseaba hacerlo, pero Boruto-kun se me adelantó mientras me dedicó una última mirada.
—Tu me atacabas siempre sin avisar, ahora soy yo él lo hizo —me sonrió forzosamente para ocultar su vergüenza, mientras tenía su sonrojo a tope hasta sus orejas—. No te hagas ideas equivocadas de que al besarte me gustes… Eres una chica, por lo que es imposible no sentir atracción. Tu me hacías algo inmoral siendo hermanos, y ahora soy yo él que lo hizo porque me lo pegaste.
Sus palabras y su cara era para reírse, pero yo no lo hice. Él estaba al borde del colapso por la pena y vergüenza por lo que había hecho.
Normalmente soy yo la que hace el primer movimiento y hago que él lo haga, pero eso es cuando estoy preparada. Sin embargo, aquí me tomó por sorpresa, no había creído que hiciera eso. Quería que lo hiciera, pero no esperaba que fuera haciéndose realidad mi plan.
Estaba muy apenada y apenas pude tener el valor de verle a la cara. Mis mejillas ardían de la vergüenza, encontrándome ansiosa por lo que pasó y también estaba feliz por eso.
—Nos vemos.
Salí corriendo mientras mantuve mis manos sobre mis mejillas, esperando que fueran dejando ese color rosado que estaba. No quería que nadie más me viera así o sospecharían.
Me sentí un poco mal por haber dejado a Boruto-kun esa tarde en aquel lugar, pero sabía que no le iba a importar. Ambos habíamos estado en una burbuja que solo nos había pertenecido ese día.
Estaba tan perdida en mis pensamientos por lo feliz que estaba, que ni me di cuenta cuando llegué con las chicas. Todas estaban a sus cosas y estaban divirtiéndose hablando, aunque también noté que había una conmoción con Chouchou.
—Tardaste mucho Sumire —habló Wasabi al acercarse hacia mí—. No te hizo nada malo el idiota de tu hermano, ¿no?
—Tranquila, no hizo nada malo —mentí a medias, mirándola con una sonrisa tranquilizadora—. Solo actuó como siempre lo hace.
—Entonces te hizo algo malo. —su cara reflejó molestia.
—No, nada de eso. —dije sin quitar mi sonrisa.
—Sumire, me alegro que hayas regresado. Estaba un poco preocupada —comentó Namida al acercarse hacia mí—. Habías tardado un poco y mandamos a Sarada a buscarte, bueno… ella se ofreció.
Eso me puso los pelos de punta. Nerviosa por su declaración, busqué a Sarada. Quería saber si ella habría visto algo, por lo que me dirigí dónde estaba también Chouchou, pero cuando me detuve la vi tirada en el suelo boca arriba.
—Ella regresó y dijo que todo estaba bien, por lo que esperamos un poco más, pero… —continuó Namida, pero su mirada preocupada se dirigió a Sarada.
—Cuando ella regreso estaba un poco rara y su nariz no paraba de sangrar —agregó Chouchou con preocupación, mientras miraba a Sarada tirada en el césped con una… sonrisa—. Ahora ha estado de ese modo sin despertar.
Todas nos quedamos mirándola inquietas, pero al final decidimos en solo ignorar eso. Pensamos en que había sido solo por el calor, eso lo pensé cuando la ví y no sospeché de ella. Bueno, para ese entonces no creía que había presenciado mi encuentro con Boruto-kun. Eso me lo contó con el paso del tiempo. Ahora me he sentido avergonzada por saber eso.
El resto del día luego de eso no hicimos nada más que fuera súper increíble, pero si nos divertimos. Bueno, todas a excepción de Sarada que estuvo dormida con la misma sonrisa quisquillosa por las siguientes 2 horas.
.
.
.
.
.
.
.
Continuará…
_________________________________________
NOTA: Bueno, nuevo capítulo terminado y penúltimo de esta historia. Ya la siguiente actualización será el final, aunque hay algo que no he dicho al respecto de esto. Ya luego revelaré algo a su tiempo cuando actualicé el último capítulo de esta historia.
Estaba preocupado de que no fuera alcanzar a la publicación en este domingo, pero menos mal que si lo logré. Tal vez un poco tarde de hora, pero al menos si en el mismo día. Eso es más que suficiente para mí.
NOTA 2: Quiero dar el agradecimiento por haber llegado hasta aquí en la historia, y estoy feliz con ver que tenga muchas visitas, aunque comentarios no mucho…, pero eso es lo de menos.
Espero poder verlos en el último capítulo que vendrá lo más probable en este domingo que viene. Yo muy emocionado con eso.
¡Nos leemos hasta la próxima!
¡Sayo!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top