Capítulo 23: Complot.
—Bueno, ya me tengo que ir Himawari.
Estaba al frente de mi casa, mirando por el camino de mi vecindario. No quería irme sin antes mirar los alrededores si no había nada extraño, ya que tuve esa sensación de perspicaz hacia las dos hermanas que dejaría en casa.
—Me pone un poco triste no estar unos días sin tí, Onii-chan. —dijo ella.
—No digas eso, ¿no te había dicho que volvería mañana?
—Si, eso lo sé —me restregó su lenguaje en broma en un pequeño guiño—. Además, ya dijiste que es como un favor para tu amigo Zoom, ¿no?
—S-Si, así es —asentí mientras me llegaba el sudor frío—. Estoy… seguro que él estará bien en este día 'ttebasa.
Antes les había comentado a mis padres de esta experiencia en pleno día anterior en la escuela. Por supuesto, accedieron con tal de no ensuciar nada. Ellos sabían que solo iba a ser una noche, por lo tanto estuvieron un poco aliviados de que Sumire y Himawari no estarían días solas.
Nuevamente que había quedado observando los alrededores del lugar, asegurandome de que no hubieran personas sospechosas cerca. Me preocupó Himawari, pero sabía que Sumire cuidaría de ella.
—Por cierto, ¿dónde está Sumire? —le miré con un poco de curiosidad en mi mente.
—Onee-chan está arriba en su cuarto. Dijo que no podía despedirse porque tenía que terminar su tarea de la escuela.
A decir verdad, así era siempre Sumire. Ella se encargaba mucho de terminar lo más pronto posible las tareas escolares —no sé porque lo digo de esa forma cuando es lo más obvio del mundo—, ya después hacia cualquier cosa. El día anterior no pudo hacerlo por haber tenido esa "cita", pero no le importó mucho.
Esa mañana quería despedirme de ella, pero se me pasó volando las horas y me apresuré para estar listo.
—Bueno, en fin. Pórtate bien Himawari —le miré entre brazos cruzados—. Tienes que hacer lo que Sumire diga, ¿entendido?
—Onii-chan, tengo dos años menor que tú, ya son una chica que puede cuidarse muy bien —exclamó con molestia—. No me trates como una niña.
—Lo que digas.
La ignoré, ignoré sus protestas. Claro, eso la molestó un poco más hasta el punto de hacer un leve puchero, en dónde se veía adorable, aunque no lo dije en voz alta para no hacerla enojar mucho. Ya tenía 13 años Himawari en ese momento, una edad en la que comenzaba a actuar un poco más impulsiva, al igual que su comportamiento ya era mucho más maduro, aunque allí nunca quise reconocerlo.
Cuando le eché un último vistazo hacia la casa, viendo si no había alguna señal por parte de Sumire en despedirse. Sin saberlo, había estado un poco ansioso de querer verla antes, aunque pronto me percaté de ese pensamiento en mi cabeza. Rápidamente lo trate de borrar y seguí a mirar a mi otra hermana menor que tuve enfrente mío.
—Bien, espero que te diviertas mucho, y no te preocupes de regresar tan tarde —dijo Himawari—. Esta casa puede estar muy bien, con o sin tí.
—¿Por qué suenas como si me estuvieras corriendo de la casa?
—Ideas tuyas. —bromeó al sacar la lengua de forma juguetona.
Bromas cómo esas me molestaron un poco, pero también me hizo sentir un poco feliz de tener una despedida tan animada como esa.
—Bueno, creo que ya me voy. Nos vemos, y saludame a Sumire de mi parte. —alce la mano en despedida.
—¡Que te vaya bien!
Sin mirar atrás, camine en dirección a la estación de metros. Es allí donde nos encontramos mis amigos, ya que como el lugar era un poco lejos, tuvimos que ir a las afueras en metro. No fue un viaje en el que uno pueda cansarse, pero si un poco largo.
…
El camino en metro fue de las cosas por las que amaba viajar. Le sume a la experiencia de haber teniendo a mis amigos, eso fue algo divertido.
En la mayoría de mis amigos se estuvieron entreteniendo con juegos de mesa; entre ellos estaba Shikadai, Inojin, Iwabe, Denki y yo. Bueno, la mayoría estuvimos jugando. Sin embargo, solo Metal Lee era el único que no lo estaba y eso era por su gran problema con los transportes.
La mayoría del viaje fue de él en el asiento con un terrible mareo de pesadilla. No me puedo imaginar a personas con ese problema tan espantoso. Los demás estuvimos con pena hacia él, y aunque queríamos ayudarlo, no podíamos. Solo le dimos una bolsa de cartón para que llegara a sacar su almuerzo del estómago allí.
—El lugar si que está un poco alejado de la ciudad. Tengo mucha emoción. —dijo Iwabe mientras fue mirando por la ventana desde su asiento.
—¿Un poco? —señaló Shikadai, como si lo que había oído fuera irrealista y estúpido— Ya hemos pasado más de 10 minutos, ha una velocidad más que suficiente para saber que estamos muy fuera de la ciudad.
—E-Eso lo sé muy bien, solo trataba de poner un poco ese sentimiento cuando viajas.
Pocos lo vieron como un pensamiento infantil, pero la verdad es que, definitivamente todos si se encontraron ansioso por ese día.
Querían probar cosas nuevas y acampar era una de ellas. Me alegró saber que los demás podían disfrutar de ese día por mi idea, por lo que también me enfoqué de relajarme en ese pequeño ambiente tan divertido.
Aún cuando estaba con ellos, mi mente solo había empezado a divagar sobre mis decisiones y sobre mis sentimientos sobre los de Sumire. No quería reconocerlo, ni quería sucumbir completamente a la idea; realmente estaba comenzando a extrañar un poco la cercanía de Sumire, al igual que estar un poco con Himawari.
Recordé a la "cita" que había tenido con Sumire el día anterior, y de ese recuerdo que tuve también me había sumergido a los recuerdos de cuando estuve con ella por primera vez en ese campo.
Ya habían pasado 4 años seguidos desde que fuimos allí, nunca faltamos en cada año, pero aún así nunca volvía a mirar a Sumire de la misma forma cuando íbamos con los demás de mi familia, era todo igual. Solo había la diferencia de cómo me sentí culpable de lo que sucedió en ese entonces, y por eso cuando íbamos al campo nunca dejaba de poner una sonrisa, demasiado forzada para no incomodar a cualquiera.
La culpa nunca se fue, incluso después de años cuando volvía a ese lugar.
—¿Sucede algo, Boruto? —preguntó Shikadai a mi lado.
—Solo pensaba en unas cosas.
—¿Qué cosas? —volvió a preguntar un poco más directo.
—En como te gusta entrometerte en cosas que no tiene que ver contigo. —le respondí con el ceño fruncido, mirando para la ventana.
—Pues lo siento por preocuparme por mi mejor amigo, ya sabes que soy muy curioso —contestó entre desinterés, aunque después de eso se dirigió a mí—, en especial cuando él siempre tiene unos problemas desde que te conozco.
Mi atención se había cambiado hacia donde estaba a mi lado. Me quedé observando meticulosamente a Shikadai por unos segundos, deduciendo sus comentarios, aunque no fueron la gran cosa, más solo declarando lo mucho que se preocupaba por mí. Podía tomarlo o verlo como un fastidio mis asuntos, pero nunca dejaba de ayudarme si lo necesitaba.
Por unos momentos me sentí mal, pensando en la amabilidad que estaba dándome él. Suspiré rendido, pensando en mis acciones mientras miré de reojo a los presentes, los cuales seguían con el juego de cartas.
—Perdón —solté en un susurro, uno en el que solo él podría escucharme—, cuando consiga resolverlo te lo diré 'ttebasa.
—Bueno, si lo dices así no hay problema. —dijo entre un suspiro.
No volvió a insistir.
Agradecí por eso, pero también tomé en serio mis palabras. Decidí en comentárselo, aunque no me agradaba la idea, ya que me imaginaba lo incómodo que sería hablar de eso.
Bueno, recuerdo que Shikadai estuvo presente en algunos casos más adúlteros, cortesía de sus mismos padres. No diré esos "casos", ya que son de sumamente incómodos de hablar.
Al final, decidí en contarle realmente mis asuntos o problemas que tenía con Sumire. Claro, luego de que los iba a solucionar, pero bueno, así pensaba yo en ese momento. Sin embargo, no todo siempre pasa como uno quiere.
…
No se tardó más de media hora el viaje, y eso lo había agradecido.
En cuanto nos bajamos del metro, Metal Lee no tardó en salir corriendo y empezar a rezar a cualquier dios que se le ocurría. Agradecía poder bajarse del metro, sintiendo la muerte cerca, mucho más cerca de lo que él pensó.
A unos minutos después seguimos un camino en el cual llegamos a ese campo tan amplio que nunca dejaba de gustarme. Eso era lo que me pasaba por la cabeza cuando miraba todo cuidadosamente, procurando que nada estuviera fuera de lugar.
Otra cosa que agradecí fue de la buena señal que había, por las dudas de poder llamar o que nos llamen en casos de emergencia. Todo lo mantenía controlado, por lo que el tema de llamar a alguien estaba un poco fuera del cálculo.
—Es increíble el lugar. —gritó Iwabe muy sobresaltado.
No me sorprendió su reacción, fue casi igual a como reaccione cuando era más pequeño. Incluso Himawari tuvo el mismo efecto, pero si tuviera que comparar entre las tres, la de ella fue mucho más graciosa.
—Es muy buen lugar —comentó Denki—. ¿En serio este lugar lo usan siempre tu familia?
—Si, bueno…, podría decirse que es nuestro, ya que mi padre lo compró. —respondí de forma incómoda.
—¡¿En serio?! ¿En qué trabaja?
—Bueno, él trabaja en un…
—¡Chicos!
Habíamos sido interrumpidos por los gritos de Metal Lee, el cual estaba cerca del bosque. Señaló en aquella dirección, siendo más específico, hacia el este de dónde estábamos. Estaba agitando los brazos con mucha emoción y sin dejar de sonreír.
—¿Qué sucede? —pregunté.
Quise asegurarme de que no haya hecho o visto nada extraño por esa área, ya que algunas veces uno nunca sabe que podría encontrarse.
—¡Escucho un extraño ruido! —contestó a lo lejos, aún con su tono simpático y emocionado— Parece como si fuera el mar, o algo por el estilo.
—Es que por allí hay un río, y lo lleva hacia un lago que está muy cerca de aquí.
—Wow, no sabía eso —se acercó Inojin por mi lado junto con Iwabe—. ¿Por qué no vamos a ver?
—¡Eso seri genial!
Miré a ambos por una pequeña fracción de segundos antes de tomar una decisión. Para ser sincero, al principio iba a declinar a su petición, y solo centrarnos en armar las carpas para acampar, sumando a las actividades que teníamos pensado hacer. Sin embargo, poco después me había decidido a mejor en mostrarles el lago.
No es como si los había hecho caso, pero la verdad quise asegurarme de que nadie tuviera ningún accidente, así que era preferible que conozcan mejor el lugar. También lo tomé como una oportunidad para que no se pierdan. Conocer el terreno es lo primordial para no perderse, y eso es la mejor opción.
—Supongo que está bien, pero Inojin tu te quedas en este lugar. —ordené.
—¿Pero…, qué? ¡¿Por qué?!
—En primera, alguien tiene que cuidar nuestras cosas mientras no estamos. Segunda, eres el más factible para que las cuide. Tercera, es mejor que se comience con las cosas para no perder el tiempo. Y cuarta, te elegí a tí porque me gusta en molestarte, así que eso es.
—¿No crees que fue demasiado personal eso último? —preguntó indignado, moviendo sus brazos con enojo.
—No sé de qué hablas 'ttebasa.
—¡Oye!
Comencé a escuchar más de sus quejas, pero las fui ignorando enseguida, sin mirar atrás solo para encontrarme con Metal Lee.
—Bueno, allí te encargamos todo. —dijo Shikadai.
—Muchas gracias por ofrecerte. —continuó Iwabe al dejar su equipaje al lado de Inojin.
—Eres un gran amigo Inojin-kun. —Denki pasó por su lado con una sonrisa, siguiendo el paso en el que iba los demás.
Lo próximo que escuché por detrás fueron las quejas de Inojin sin cesar, no pararon de estar dirigidas hacia mi, pero también hubo unas en las que involucraban al resto.
Debo de admitir que, fue algo muy gracioso de ver y oír, aunque la mayoría de las veces en mi tiempo como estudiante fueron bromas inclinadas hacia Inojin. No es que lo odiemo, simplemente así es como había mostrado la muestra de cariño hacia él…, en cierta forma.
…
Antes de poder llegar al pequeño lago que estaba cerca de allí, les hice saber que la mejor forma de llegar y más fácil era ir siguiendo el río por todo el camino que estaba a un lado.
No tardamos menos de 5 minutos en llegar hacia donde estaba el lago, y como ya sabía, todos y cada uno de los que estuvieron allí se impresionaron. No era uno excesivamente grande, pero no dejaba de admirarse lo hermoso que era el paisaje.
—Una gran vista. —dijo Denki para si mismo.
—Realmente es un buen lugar —agregó Iwabe por un lado mío y Denki—. De casualidad…, ¿aquí es buen lugar también para pescar?
—Por supuesto, hay peces aquí 'ttebasa.
—Bien, entonces vamos a pescar. —sugirió Iwabe completamente emocionado, mientras agitaba sus manos como niño.
—Pero no tenemos una caña. —Shikadai se puso por en medio mientras decía.
La sonrisa genuina e infantil de Iwabe nos dijo más que suficiente para comprender que la tenía, eso para ser sincero fue muy revelador, como también alentador. Nos dió más opciones para comer a excepción de solo frituras o curry, lo cual siempre era lo más común.
Esa idea de tener pescado al menú fue más que bienvenida para todos los que estuvieron presentes, al igual también en la actividad de pescar.
Toda actividad que se nos ocurrió después fueron borradas en seguida, justamente cuando entre en medio de nuestro intercambio de planes, se oyó entre por nuestro lado el sonido de los arbustos moviéndose drásticamente.
—¡Hay algo allí! —Metal Lee se escondió por detrás mío.
—No se preocupen, siempre que no sea un oso no está la opción de usar a alguien como carnada.
—¡Iwabe-kun, eso no es para nada alentador!
—Si es un oso, lo mejor sería no moverse. —dijo Shikadai en un suspiro.
—¿Eso no era contra los dinosaurios?
—Lo ví en una película, es lo mejor que tengo.
El intercambio de opiniones no se alargó más de lo que pensé al principio, ya que cuando Shikadai dió el último comentario, los arbustos volvieron hacer ruido, mucho más cerca de lo que fue el primero.
En cuanto lo oímos de nuevo, Metal Lee se aferraba un poco más a mi ropa para esconderse. Hasta ese punto sabía que me estaba usando como escudo humano, y debo confesar que no me molestó, pero preferiría que preguntaran antes de hacerlo.
Si, lo sé, no es un comentario para nada normal tomando en cuenta lo que les ando contando. No es que esté loco para estar a favor de que me usen de esa forma, sino más bien para darles una oportunidad a alguno de mis amigos para ayudarlo. Es más fácil preguntarlo que solo dar por hecho que yo sea para ellos un mero escudo u objeto. Aunque bueno, omitiendo eso que dije, los arbustos volvieron a sacudirse por el sonido de lo que fuera estando allí.
Al final salió a la luz de un solo movimiento.
En cuanto salió lo que estaba en los arbustos, el resto de los demás dió un pequeño brinco hacia atrás del susto —incluyéndome—, tomando cada uno una postura a la defensiva, aunque luego comprendieron un segundo después de que había un 90% de probabilidad en que no iba a ser efectivo contra un animal.
Éramos tontos…, bueno, en la mayoría de los casos lo éramos, pero yo lo era menos…, o eso es lo que siempre hacía ver los demás.
—¿Eh? ¿Quién es esa?
—¿Hay más personas aquí?
Lo que había salido, no era más que una chica de nuestra edad, esto descolocó a los demás, y más cuando no sabían quién era la chica. Ese no era lo que podría llamarse con "no saber", ya que ellos si la conocían, pero se habían olvidado de ella. Sin embargo, yo no lo hice por muchas meras cuestiones que habían sucedido en días pasados.
La persona que estaba en frente nuestro era una de las amigas de Sumire, una de las que me tenía desconfianza por las acusaciones semi-justificables hacia mí. También podría decir que era culpa de Sumire por mencionar cosas que no deberían decirse.
Creí que mi mirada y mis pensamientos eran tan intensos, ya que en cuestión de segundos ella fue dirigiendo su mirada hacia mí. No hubo tanto tiempo para luego recordar mi identidad, lo supe en cuanto arrugó su cara.
Esa era la mirada del desprecio, y siendo sincero, dolía mucho que una chica me de esa mirada.
—¡¿Por qué estás aquí? —preguntó señalandome.
Todos me miraron, confundidos de porque era el único en ser visto mal, aunque también podría en ser que estaban un poco celosos de que fuera el chico que más atrajo la atención de una chica. Y la verdad no me importaba.
—Eso debería preguntarte —le contesté con el ceño fruncido—. Este lugar es propiedad de mi familia, y es imposible que…
—Namida, ¿por qué corriste rápido?
—Eres muy veloz. Que ventaja de ser un poco más liviana que yo.
Una segunda y tercera voz habían sido escuchadas por el resto, mirando en la misma dirección en donde había salido Namida. Estaba mucho más confundido que indignado por la presencia de otras personas que no eran de mi familia.
Al poco tiempo se revelaron las otras dos voces, y no solo eran dos, sino otras más quienes estaban siguiéndolas de paso. Eran las demás chicas, las mismas que conocíamos, sumado también a la otra chica que era amiga de Namida, Wasabi.
Si esto fuera una historia cliché, ya me habría saltado hacia donde estaban, solo para preguntar de su presencia por ese lugar. Sin embargo, mi respuesta pronto me la estuve planteando y dando en el clavo cuando entre todas ellas solo me importó una en específico.
Allí estaba ella.
La miré detenidamente, mientras arrugaba mi expresión de disgusto, molestia y frustración. No había esperado encontrarla ese día, aunque también una parte de mi ya esperaba de alguna forma este resultado. Sin embargo, no quitaba el echo de mostrarme sorprendido que estuviera allí, que se encontrara Sumire en dónde no debería de estar.
Al igual como antes con Namida, también Sumire notó mi mirada en una mezcla de emociones muy fuera de control, aunque no tan en exceso para ser un loco y lanzarme a exigir respuestas. Solo me mantuve un poco cuerdo.
Sumire al mirarme detenidamente, me sonrió genuinamente. Yo por mi parte, seguía con la mala cara, aunque se suavizó un poco cuando la ví tener esa expresión positiva al verme. Mis mejillas ardían un poco, pero decidí ignorar ese gesto hacia mi, ya que no quería pensar hacer retroceder mi molestia.
—¿Por qué ellas están aquí? —preguntó Iwabe un tanto sorprendido, pero no de la buena forma.
—¿Cómo sabían de este lugar? —le siguió Metal Lee.
Tenía las respuestas, pero no quería decirles. Sabía que si mencionaba o abriera por lo menos la boca, pensarían que fue idea mía. Sin embargo, eso no tuvo sentido, ya que en seguida las miradas de los chicos se dirigieron a mí.
—No, yo no las invité —les respondí antes de que fueran a preguntarme algo—. ¿Acaso parezco el tipo de personas que invita chicas?
—Ah, son los chicos. No esperaba verlos en este lugar. —había dicho Wasabi, pero al terminar de hablar, me miró con una mirada de molestia.
Sus labios se movieron sin hacer el más mínimo ruido posible. Pude leer sus labios, y lo que leí entre ellos fue zorro.
Si, ella me dijo zorro, aunque debo de admitir que siempre me he parecido a uno, al igual que lo es mi padre. Lo tomé como insulto, pero también como un apodo que no me importaba, ya que no estaba muy lejos de la realidad, aunque los bigotes en mis mejillas si lo estaban y muy lejos.
—¿Por qué están aquí? —pregunta Iwabe.
—Decidimos hacer un pequeño viaje de chicas, y mejor que un lugar al aire libre —Sarada se puso en medio de entre los chicos y las chicas—. Y me sorprende verlos aquí.
—A mí me sorprende verte aquí —esta vez fui yo quien habló por los chicos—. Este lugar es de mi familia, aunque no tengo problemas con que tú también lo estés, pero…
—No te preocupes Boruto, tu querida hermana nos permitió venir a este lugar, así que no hay ningún problema, ¿no?
Habían problemas, eso sí, pero no quería en dar en claro esos problemas. Cada una tenían a Sumire como principal razón, por lo que me hizo replantearme en protestar o no.
—C-Claro, no hay problema con eso. —asentí y me mostré lo más tranquilo posible.
—¿Estás de acuerdo Boruto? —Iwabe se indignó con mi comentario— Fuimos los primeros en llegar, por lo tanto ellas deberían de buscar otro lugar.
—No puedo hacer eso —cruce ambos brazos por delante de mi pecho—. Sí Sumire fue la que propuso este lugar, entonces no hay nada que se pueda hacer. Esto me hace pensar que ya dió el permiso a mis padres, por lo tanto, si fuéramos a correrlas, eso los molestaría. No quiero en meterme en problemas.
—B-Bueno, eso es comprensible. —Denki por lo menos estuvo de acuerdo.
Hubo un pequeño intervalo de segundos, los cuales solo se vió a Iwabe no tan convencido aún, pero no tardó en relajarse un poco. El mal humor no se quitó, eso sí. Lo entendía ha cierto punto, pero no pude hacer nada.
Avancé hasta donde estaban las chicas, y solo las dos amigas extras de Sumire eran las que fueron tomando guardia. Me molestó un poco que fueran teniendo una idea negativa hacia mí solo por acercarme.
—D-Disculpen, ¿pueden prestarme a Sumire por unos momentos? —pregunté.
—Claro, no creo que haya problema. —Chouchou aceptó.
Estaba feliz por acceder, aunque las miradas de las otras dos que eran Namida y Wasabi decían lo contrario, pero guardaron silencio.
Sumire por otro lado, se me acercó y me indicó hacia un lado del bosque para poder hablar. Por supuesto, yo asentí estar de acuerdo y nos fuimos adentrándonos un poco al bosque, aunque no tan profundo.
En cuanto estuvimos lo suficientemente lejos para que no nos oigan, puse una expresión molesta hacia ella. En cambio, ella se mostró tranquila y con una sonrisa inocente. Obviamente eso me molestó más.
—No me mires así, que duele. —dijo Sumire, como si supiera a lo que iba a decir.
—Y tu no te hagas la inocente —le devolví el comentario, pero sin quitar mi molestia—. ¿Qué estás haciendo aquí? Hiciste la promesa Uzumaki, y tú nunca rompes esa promesa 'ttebasa.
—Boruto-kun, ¿no recuerdas bien mi promesa?
—Por supuesto, prometiste que no vendrías a seguirme.
—Error.
—¿Qué dices?
Me sobresalté un poco, me obstaculice tapándome la boca para no hacer ruido, así no fui levantando miradas curiosas hacia los demás.
—Recuerda que te dije que no te seguiría hasta aquí para molestarte —dicho eso, me mostró como había levantado dos dedos en frente de mi cara, lo suficientemente cerca—. Esas dos cosas no las he hecho. No tengo intención de molestarte, ya que fue parte de la promesa que hice.
—¿Qué me dices de venir aquí?
—Eso no lo planee… Bueno, también sí. —sonrió entre un guiño.
—¿Cómo?
Se rió en voz baja, aunque parecía que lo hacía por como me mostré tan estupefacto y sin creer en lo que oía. Sin embargo, como tuve una impresión y sorpresa no tan agradable por lo que pasaba, me creí que se burlaba de mí.
—Una de nosotras quiso hacer esto, pero como no se sabía dónde podría ser decidimos aquí —me miró con una expresión de orgullo—. Por cierto, yo fui la que se ofreció de venir aquí.
—Si…, ya me di cuenta…
Mi sarcasmo solo la divirtió, mirándome con una sonrisa burlona. Pasó sus manos por detrás suyo, y se me acercó lentamente.
—En cualquier caso, no voy hacer nada de lo que puedas temer… —dijo.
Se me acercó hasta estar a la altura de mi cara, hasta un punto de oler su perfume, lo que me hizo recordar a la "cita" que tuvimos el día pasado.
Creí que recibiría un beso suyo, pero para mí sorpresa se desvío de mi rostro, solo para estar a un lado de mi cara. Su respiración llegó hasta mi oreja y en un susurró me habló cerca de ella.
—Sin embargo, siempre está la opción de que tú puedes hacer algo —su aliento y tono de voz me erizó la piel, un escalofrío cuando la tuve muy cerca de mi oído—. Solo tienes que decirlo.
—N-No, no caeré. No voy hacerle nada a mi hermana, nunca.
—Boruto-kun, eso es muy cruel —fingió estar molesta mientras hacia un puchero—. Dices eso, pero ya me asaltaste a mi cama a besos, en la madrugada me besaste.
—Tu misma me hiciste tumbarte y no tuve intención en hacerlo desde un principio, y lo segundo tú me lo hiciste metiéndote en mi cama sin mi permiso 'ttebasa.
—¿Y lo de la cita de ayer? Me lamiste, ¿eso acaso es culpa mía? —preguntó ladeando la cabeza en un tono inocente— Lo mismo va para lo que pasó en mi cama, tu le seguiste.
—…
Sinceramente, en ese momento no tuve ninguna cosa que decir para contradecirle. Me había agarrado desprevenido, y aunque sabía que no había con que excusarse, lo hice.
—M-Mis… ya sabes… —desvié la mirada para otro lado, ocultando mi sonrojo— Mis hormonas tienen la culpa 'ttebasa.
—…
—…
—Hahaha… Boruto-kun, ¿esa es la escusa que mejor se te ocurrió? —preguntaba, mientras se cubría la boca para no reírse fuerte.
No supe porque, pero lo que dijo Sumire me hizo avergonzarme mucho más, hasta hacer que me pusiera mucho más rojo hasta mis orejas. Créanme cuando digo que, decir algo como eso fue demasiado para mí.
—M-Mejor volvamos al tema principal —fui respirando hondo para recomponerme, manteniendo un rostro sereno, aunque aún con mis mejillas rojas—. Te creeré si dices que no fue idea tuya en hacer esto y solo ofreciste el lugar. Lo más conveniente de todo en situaciones como esta, solo hay una cosa por hacer.
—¿Y cuál es esa?
Me lo pensé un poco, ya que tuve el tiempo muy corto para pensar. Parte de lo que debíamos de haber platicado se desvió erróneamente. Eso me hizo ir por una opción que fue buena para algunos, y mala para otros. No había más que pude hacer. Solo recé para que todo fuera bien.
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Continuará…
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NOTA: Nuevo capítulo actualizado para un domingo como siempre y en buena hora programada. Una disculpa completamente por no haber actualizado hace un tiempo. Estaba con otros asuntos que atender y se me complicó en subirlo. Un domingo no lo subí por no haberlo tenido terminado a tiempo y el otro quería dar capitulo doble, pero el otro no lo tenía terminado. Muchas cosas ocupadas que estuve estas dos semanas.
El capitulo lo había tenido cerca de terminar, pero decidí alargarlo para dar a más cosas, y el resultado fue mejor de lo que había tenido antes de alargar un poco el capítulo. Además tuve que hacer correcciones.
Bueno, por mi parte paso seguir escribiendo el siguiente capítulo, que ya lo tengo casi terminado. Lo más posible es que en una media hora o en dos horas esté.
¡Nos leemos hasta la próxima!
¡Sayo!
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