Capítulo 2: Descuidos.
Habiendo salido de la academia, nos habíamos ido como acordamos todos mis amigos al arcade. Se ubicaba en Akihabara, y aunque nos tomó como unos 15 minutos de viaje, conseguimos tener los mejores juegos para nosotros.
Creo que tuvimos las suerte a nuestro favor cuando habíamos notado que ese día no estaba con mucha gente. Solo unas personas que llegaban a un número de 10 para abajo, y luego nosotros, que éramos 5.
El primero al que fuimos no era ni nada más que, uno de carreras. Entre nosotros, al que le gustaban mucho estos era a Denki, después de todo, su familia fabricaba muchas cosas por ser una industria muy conocida en ese campo. Él solo se dejaba llevar por la emoción de los carros, pero Iwabe se le subió a la cabeza cuando nosotros dos empezamos una y solo se la pasaba presumiendo. Me molestaba mucho. Por otro lado, también estaba Shikadai, quien solo jugaba juegos tan básicos como el memorama que había allí y hasta uno de futbolito con Inojin con un total de 23 contra 8. Él había tenido una victoria aplastante contra Inojin.
Entre eso, Iwabe no podía con las ansias de jugar futbolito, así que, él propuso ahora uno que fuera mucho más complicado. Para sorpresa mía, ya puso sus ojos en aquellas máquinas de premios, que sólo usas una simple garra mecánica para tomar el premio que había en ella. No obstante, confieso que esos no eran mi tipo de juego, y les tenía rencor. Una vez, cuando tenía 11 años había gastado toda mi mesada en tener una simple figura de Kagemasa. Falle por completo.
No quería ver a nadie en ese entonces.
Bueno, regresando a Iwabe. En ese momento lo estaba observando desde un asiento lejos. Estaba intentando en agarrar uno de los premios que estaba allí. Sé que ninguno de los dos ganará con este juego, pero le jugué una broma divertida. Le dije que si conseguis sacar al menos uno, yo abría reconocido mi derrota absoluta. Pero claro, sabía de antemano que él nunca lo conseguiría. Una victoria muy bien jugada.
Sonríe ante mi ingenio.
—Se ve que te diviertes.
Se me acercó Shikadai desde un lado con unas bebidas. Una para él y una para mí. El refrescante sabor de uva que pasaba por mi garganta, me hacía recobrar las energías.
—¿Qué pasó con el juego que estabas hace un momento? —pregunté.
—Me cansé de él. Ahora solo quiero ver fracasar a Iwabe . —dijo, mientras sonreía hacia donde estaba nuestro amigo.
—Ni que lo digas. Yo solo espero que se le acabe el dinero rápido para que nos podamos ir.
Mis palabras habían dado un efecto contrario a Shikadai. No obstante, me miró de reojo, mientras volvía de vez en cuando hacia los demás.
—¿Tanto quieres irte? —preguntó sin dejar de mirar a los demás, pero me volvió a mirar—. ¿Será por lo que pasó con Sumire?
—¿Escuchaste?
—¿Sobre que ayudarías a tus hermanas sobre el aniversario de tus padres? No, no oí nada.
—No tienes que mentir. Además, esa fue una muy mala 'ttebasa. —dije.
Nos quedamos callados por un rato, sin dejar de ver a Iwabe demasiado concentrado con mover la garra hacia el premio. Aunque, esa no era la parte que más me concentraba, sino en la que era mucho más complicado, y era de mis asuntos familiares. Seguía muy mal por haber tenido esa falta de memoria con lo de hoy y por esa estúpida razón, Sumire debe de estar molesta. Sinceramente, no estaba disfrutando mucho esta salida con los demás. No con esa culpa que rondaba por mi cabeza.
Mi suspiro era muy pesado.
—Vaya, realmente te afectó mucho de lo que dijo, ¿no? —Shikadai me miró con el ceño fruncido.
—¿Tú crees?
—Claro que sí. Solo tú familia puede ponerte de esa forma tan negativa.
—Supongo…
Asentí a lo que dije.
Le di la razón completa hacia mi estado emocional actual.
—Bueno… La verdad, es que me cuesta creer que la pequeña Sumire de antes fuera tan directa. Si que ha cambiado mucho.
—Es más que obvio. Nadie se queda como antes. —dije.
—Excepto tu. Sigues siendo el mismo que muchos años. —dijo Shikadai.
—Shikadai, eres el menos indicado para decir algo como eso 'ttebasa.
—Tal vez, pero el cambio de ella es el más notable de todos. Recuerdo no era tan abierta con nadie, ni le gustaba hablarnos, pero era tímida para hacerlo —dijo—. Ahora solo dice lo que piensa sin excepciones. Ya ha conseguido tener más confianza de sí misma.
—Cierto.
—Agregando la parte en la que muchos chicos se han confesado para salir con ella. —mi rostro se había arrugado cuando dijo aquello.
—Esa gente debería de dejar hacerlo. Lo único que conseguirán es que ella los siga rechazando 'ttebasa.
—¿Celoso?
—Obviamente. Es mi hermana.
Si. Ya hacía mucho tiempo desde que ella empezó a ser el interés de muchos chicos. Cuando comenzamos nuestro nivel de secundaria, ella ya tenía como 6 pretendientes. Había acabado en ese entonces en su mismo salón como en la preparatoria. Algunas veces me tocaba ver algunos chicos mirándola embobados desde sus asientos. Me molestaba mucho a la idea de que tuvieran algún pensamiento obsceno hacia ella. Eso pasó por un periodo de tiempo hasta que llegó el segundo año, y allí comenzaron a salir más.
Los 6 de antes hasta ese punto ya se habían declarado, y uno por uno de habían fueron rechazados por ella. Yo las miraba a escondidas, comprobando si alguno le haría algo. No fue así, menos mal. En cuanto a sus respuestas de Sumire, todas habían sido la misma. Decía que aún no estaba lista para salir con alguien y que lo sentía. Aún cuando ya tenía la edad para estar en una relación, se negaba a la idea de tener novio. Se lo pregunté en persona. Quería saber de cuál era la razón de no aceptar algún chico que se confesaba —en ese punto ya había sido descubierto por ella de estar viendo a escondidas como se le declaraban—. Seguía insistiendo en no estar lista. Al final no confiaba en ello, pero decidí dejar de meterme en sus asuntos amorosos. Aunque, eso no significaba que lo aceptaría.
Los chicos seguían saliendo, pero no era la peor parte de la secundaria.
Hubo un chico. Uno. Uno de esos 6 de al principio se acercó hacia donde estaba ella para volver a intentar ser digno de ella. Ese chico era ni nada menos que Iwabe. Si, el mismo que estaba intentando conseguir un premio en una de esas máquinas en el arcade. Él comenzó a tener mucho interés en ella, de hecho, esa fue la primera vez en que nuestros caminos se cruzaron.
Una vez que estaba con Sumire, porque ella quería pedirme una tutoría de parte mía para estudiar. Tenis problemas con una materia en ese entonces. Fue entonces que llegó Iwabe, sin leer el ambiente y sin comprender que estaba con ella. Al verlo, automáticamente Sumire se puso atrás mío, por la intensa mirada que él tenía sobre ella. Era la cara de un tipo que estaba súper nervioso. Yo me interpuse en su camino por estar molestandola.
Al final de todo acabó con Iwabe en muy mal estado por ser rechazado por ella —tuvo que ser 8 veces más para que razonara—. Tuve que hacer mi parte también, pero todo acabó bien para ambas partes. Ella consiguió que él la dejara en paz, y él y yo nos conocimos.
Podría decir que no había tenido un resentimiento contra él por haber estado asustando a una chica. Ya que en verdad se arrepintió de lo que hizo, así que todo estaría bien. No obstante, personalmente si lo tenía contra él en eses entonces hasta graduarme de la secundaria. Se había metido con mi hermana.
Fue así que empezamos a tener nuestras indiferencias y nos hicimos amigos, pero siempre buscaba ganarme en cualquier cosa para demostrar que podía ser mejor que yo. Tal vez era una parte suya en la que también tenía resentimiento por haberme interpuesto de su intento de cortejo con Sumire.
Si, es una historia muy estúpida y algo cansada cuando lo recuerdo.
—Me voy.
—¿Al final ya te irás? —me preguntó Shikadai sin ocultar su sonrisa—. Si es así, será mejor que compenses las cosas con tus hermanas.
—Si, lo sé. Nos vemos.
…
Me había regresado a mi casa, lo que me hizo tardar 20 minutos del arcade.
Cuando tenía la puerta en frente mío, dudé un poco de si abrir o no, y es muy posible que Himawari esté algo molesta por ir con mis amigos en vez de ayudarlas. No obstante, ya soy un poco grande a comparación de cuando era pequeña, así que entré con la idea de enfrentar mis errores.
—Regresé.
Más que ser recibido por alguien, me oía algunos sonidos que venían de la cocina.
Al abrir la primera puerta del pasillo que conducía a la cocina, las ví a las dos muy animadas con todo el pastel ya casi terminado. Sonreí a la escena tan conmovedora, pues veía a mis dos hermanas disfrutando de la cocina y más cuando era para nuestros padres.
De entre las dos, ví como Sumire fue la primera en notar a mi presencia, a lo que solo me saludó con la mirada. Y en cuanto a la otra. Sintió a su hermana lavantar la vista en dirección hacia donde estaba yo. Su mirada no fue del todo buena, sino más bien a una molesta.
—Oh, bienvenido, Onii-chan.
—H-Hola, Himawari —dije—. ¿Cómo va el pastel?
—Oh, así que ahora sí te interesa este día especial, ¿no? —su mirada era tan seca, que se sentía como una lanza en mi pecho—. One-chan me dijo que se te había olvidado, así que deduje que tal vez no es algo importante para ti.
—Lo siento. No fue mi intención. Si hay algo que pueda hacer, me gustaría ayudar 'ttebasa.
—Si quieres puedes estar encerrado en tu habitación hasta que esté listo la cena. One-chan y yo ya hicimos casi todo lo necesario. Solo falta de terminar el pastel.
Himawari hacia una mueca de mal gusto hacia un lado, mientras iba con un puchero. Cuando se pone así, es imposible hacerla entrar en razón. Solo podía esperar hasta que se llegue a calmar. Sabía que no tenía el apoyo de Sumire sobre todo ese asunto del aniversario. Estaba seguro que estaría igual o peor, pero preferiría no decir nada que se note. Si insistiera en querer ayudar solo lo empeoraría y se enojaría más conmigo mi hermana menor, así que no tuve de otra más que hacerle caso por el momento.
Me fui.
Al llegar a mi cuarto, no había algo más cansado que encarar a tu familia, encontrándose en muy mal humor, y mucho más peor que fueran tus dos hermanas. No hay peor situación que esa.
Ahora mismo me imaginaba todo ese trabajo que estaban haciendo en la cocina con el pastel, y también de como volvían a estar como antes de que llegara. Me sentía mucho peor al haberlo hecho. Siempre decía que mi familia era primero y que era mucho más importante que cualquier cosa, pero el recordar que había hecho esta clase de locura me avergüenzo mucho, y de seguro lo hice en aquel entonces.
En los próximos minutos no hice más que sólo jugar. La única cosa que más prioridad tenía de juegos, era uno que me había recomendado un compañero de clases. Mis amigos ya lo sabían, pero tenía un juego galge, uno de esos juegos que eran novelas visuales para elegir rutas de diferentes chicas. Sonará vergonzoso, pero la razón de jugarlos era para desahogarme de mi pobre vida amorosa que tengo.
Me daba pena a mí mismo.
Sin previo aviso, mi puerta se había abierto. Eso me sorprendió. Al ver la entrada de mi habitación, visualice a Sumire, quien estaba a media mitad de verse. Parece que esperaba una aprobación de entrar. Mi atención volvió hacia la pantalla, mientras asentía para que entrara. Al final fue haciéndolo hasta solo estar en medio de toda mi cuarto.
Ninguno dijo una palabra, solo se oían los sonidos del juego, de los textos que pasaban una y otra vez.
—¿Otra vez estás jugando?
—Si, así es. —respondí en seguida.
—¿Tanto te afectó los comentarios de Himawari-chan? —preguntó.
—Sabes que yo no puedo hacer nada cuando se pone así… —confesé con sinceridad—. ¿Y qué hay de ti? Yo sé que también estás molesta por qué me olvidé de este día.
—Ya te lo dije. No lo estoy. Además, yo te dejé ir con tus amigos.
—¿Por qué?
—Porque así lo quise —dijo—. Y con respecto a Himawari-chan. De camino a la casa le dije todo a ella, en que lo entendiera, pero no te preocupes, no está molesta. Solo está decepcionada.
—¿Y eso tiene que tranquilizarme?
—Lo siento.
—No importa.
Ya no dijimos más. Volvimos a nuestro silencio incómodo, pero esa vez ella se fue acercando hacia donde estaba y observó de reojo la pantalla. No dijo nada al respecto y retrocedió hacia donde antes de acercarse.
—Oye… Hay algo de lo que quiero hablar contigo.
—¿De qué es? —pregunté.
—Es sobre algo muy importante con respecto a un consejo.
Esas habían sido unas palabras de total emergencia. No hice más que sólo pausar el juego y centrarme en mi hermana hasta el más pequeño detalle.
—¿Qué sucede? —traté de sonar lo más tranquilo posible y pacífico para que confíe en sus palabras y sin miedo.
Lo había oído de un amigo.
—Bueno, verás… ¿Has tenido alguna novia de casualidad? —preguntó.
—Sumire. Creo que ambos conoces esa respuesta.
—Yo solo sé que te confesaste hace años a Sarada y no resultó como tú querias.
Pronto me había arrepentido en tener que estar atento a cada detalle. Solo abría viejas heridas.
—M-Me gustaría que no dijeras eso tan a la ligera —mostré una cara muy dolido hacia ella—. Son cosas que no me gusta recordar 'ttebasa.
—¿Porque ella te dijo esas cosas malas que llegan de idiota hasta bu–
—¡N-No, nunca he novia! —declaré con molestia, pero triste—. ¡¿Cuál es el problema con eso?!
—Oh, ya veo. Gracias por responder.
—¿Eh?
Ella se quedó mirando la nada por un par de segundos y prosiguió.
—Si nunca has tenido novia, creo que esto lo hace más sencillo —dijo al tener sus ojos puestos en mi—. En la escuela tengo una amiga, y me dijo que…
—¡One-chan! ¡El pastel ya está listo!
La voz de Himawari se alzaba desde la cocina hasta toda la casa. En mi cuarto podía oírse perfectamente. Los nos quedamos quietos por unos segundos, tras estar un poco aturdidos de la interrupción de nuestra hermana menor.
Me miró sin expresión alguna y luego se fue yendo por la puerta.
—Dejemos esto para más tarde. Vamos a bajo para tener todo listo.
—Okey.
Se fue de mi habitación, y yo solo me quedé aún solo, y callado tras quedarme pensando y curiosiando de lo que me iba a contar ella. Asumí que debía de olvidar por ahora eso. Lo más importante en ese momento era en esperar a la llegada de mis padres.
Esa noche iba a hacer un poco más larga de lo que imaginé.
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Continuará…
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NOTA: Buenas a todos, queridos lectores de esta historia. Espero que les haya gustado este capítulo y que esperen para el siguiente en la próxima semana que lo suba.
Además, espero que esta historia sea lo necesaria para pasar la cuarentena en sus casas jajaja. No obstante, luego se los compensaré mucho más cuando ya tenga listos los capítulos de mis otros dos fanfics que tengo y esperan sus actualizaciones.
Dejen sus comentarios que les pareció. Me ayudarían mucho para darme más inspiración y saber que les está gustando.😄
¡Nos leemos hasta la próxima!
¡Sayo!
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