[33]-Necesitas Saber
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Capítulo XXXIII: Necesitas Saber
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La semana avanza y el mes de julio llegaba a su final, para abrir paso a los primeros días de agosto habiendo pasado su primera semana. Ese día el cielo estaba nublado y llovía a cantaros afuera de la cabaña. Me encontraba sentada en el desván del ático observando la lluvia caer por la ventana triangular, mientras iniciaba un nuevo tejido de un suéter amarillo suave como el sol. Quería hacerle uno como regalo de aniversario desde que oficiamos nuestra relación enfrente de mi familia, aunque claramente cumpliríamos el mes a mediados de agosto. Por lo que quería apurarme para terminarlo antes, y buscar algo para acompañarlo. Quería sorprenderlo, pero por más que quería adelantar el detalle...
- ¡Hemos llegado! – Grito Dipper desde abajo.
Rápidamente escondí el inicio de mi tejido entre la canasta, cubriéndolo con los estambres de diversos colores y saque uno que ya había empezado, un suéter blanco.
Dirigí mi vista a las escaleras para ver que Dipper subía junto con Bill las escaleras, ambos estaban terriblemente empapados a causa de la lluvia. No tarde en acercarme con las toallas que tenía preparadas cuando llegaran. Solté una risita cuando me acerque a ellos para entregárselas.
- ¿Trajeron los bocadillos? – Tomando la bolsa que traía Dipper en la Mano. – No llevaron sombrilla.
- Bill la rompió. – Señalando al demonio. – El torpe salió cuando iniciaba la tormenta.
- No se hubiera roto esta baratija, si hubiera salido de la tienda junto conmigo Pino. – Excusándose el demonio antes de aventar el paraguas destruido.
- Debes entender torpe triangulo que cuando hay inicio de tormenta, hay una enorme ráfaga de viento.
- Entonces ¿Por qué regresaron ustedes dos en medio de la lluvia? Fácilmente podrían haber esperado dentro de la tienda a que todo terminara. – Dije deteniendo la discusión de mi hermano y mi novio.
- No lo pensamos. – Dijeron ambos.
Mabel lanzo una mirada divertida y una sonrisa maliciosa antes de volver a sentarse en el desván y decir una leve broma que tenía pensado en su cabeza.
- Bueno no importa si se besaron bajo la lluvia. Así inicia las historias apasiónales de mis novelas románticas. – Menciono Mabel de forma burlona.
- ¡MABEL! – Gritaron Bill y Dipper molestos por la imaginación de la castaña.
Dipper agarro mi cabeza para despeinar mi cabello, mientras que Bill me daba piquetes con sus dedos en mi abdomen.
- Ya paren ustedes dos – Dije riendo.
- No lo creo, tu cabeza está muy mal hermanita.
- Cierto, como puede emparejarme con Pino. Es horrible.
- ¡Oye! – Dijo Dipper ofendido.
- Bueno, bueno ya entendí... por favor paren jaja... no lo volveré hacer. – Estaba llorando de la risa.
- Creo que la quebramos. – Dijo Dipper.
- Somos homicidas. – Dijo Bill con una sonrisa de lado.
Aproveche para tomarlos desprevenidos y tumbarlos ambos para provocarles cosquillas.
- ¡Combo Mabel!
- ¡No, no! Jajaja – Dipper no paraba de reír al saber que su hermana conocía los puntos exactos donde producirles las cosquillas.
- Estrella...para... pff, no para. – Bill no para reír de forma descontrolada y retorcerse en el suelo.
- No pueden contra mi soy la reina de las cosquillas.
- Yo creo que sí – Dije colocando mi mano en su cintura y producirle cosquillas.
- ¡Hay que vengarnos! – Dijo Bill colocando sus manos por debajo de las axilas de la chica para producirle las cosquillas.
- Eso no se vale jaja Bill, Dipper.
Había caído rendida al suelo muriéndose de la risa y pataleando, antes de que los tres cayeran respirando pesadamente y tratando de recuperar el aire. Estaban acostados en el piso viendo al techo y escuchando el sonido de la lluvia.
- Ustedes son malos chicos. – Mirando el techo de la cabaña.
- Creo que no estás en posición de decirlo Estrella fugaz. – Respondió Bill. – Le recuerdo que nos envió por esas cosas. – Señalando la bolsa de bocadillos.
- Es cierto, eso fue una misión suicida Mabel. – Dijo el castaño.
- Querías que saliera con este clima, y se hiciera daño tu querida hermana.
- No
- Sí – Dijo Bill con una sonrisa, mientras que Dipper lo miraba con una mirada de pocos amigos y Mabel con los ojos abiertos. – Solo iba salir con unos cuantos rapones en las rodillas.
- ... - Los gemelos no decían nada ante su comentario.
- Es más divertido cuando lo ves con la visión futura.
- Entonces por qué no previste lo del paraguas. – Dijo Dipper
- Nos iba caer un rayo por esa cosa defectuosa.
- ¿Cuál rayo? – Exclamo el castaño.
De repente se escuchó el trueno y la cabaña se quedó sin energía eléctrica, causando un apagón.
- Ese rayo. – Dijo Bill.
Los gritos de Stan se hicieron sonar desde debajo de las escaleras, llamando a sus sobrinos.
- ¡NIÑOS VAYAN A BUSCAR LAS VELAS! – Grito Stan. - ¡BILL AYUDA A SOOS!
- Y yo porque tengo que ayudar a Signo de Interrogación. – Dije sentándome en el suelo.
- ¡Vamos Bill! Ayuda a Soos – Dijo Mabel, tomando de su mano para jalarlo. – Sera divertido.
- ¿Y si hacemos un trato? – Tomando su mano para acariciarla suavemente y dedicándole una sonrisa coqueta.
Dipper toma la escoba y empieza golpear al rubio. – Eso no, vamos suéltala.
- Pino no seas una molestia – Protegiéndose de los golpes
- Ustedes dos dejen de pelear y vayamos abajo. – Regaño la castaña.
Bajando las escaleras Dipper y Mabel se separaron de Bill dejándolo con Soos.
- Bueno chico ponte esto, saldremos afuera.
- Acabo de volver – Dijo Bill con pereza en su voz.
- Lo sé pero Sr. Pines me pidió llevarte conmigo a reparar los enchufes eléctricos.
- Nada de eso servirá, lo he visto todo. – Respondió el demonio, habiendo visto su acción.
- Bill guarda silencio y acompaña a Soos. – Dijo Stan
- Fez no creo que sea tan estúpido para dejarnos salir.
3 minutos después...
- ¡Es enserio! – Dijo Bill con el impermeable y con una linterna en la mano.
- Nunca contradigas al Sr. Pines, muchacho.
Se dirigieron a la caja de fusibles donde Soos empezó a trabajar mientras que Bill sostenía la linterna con pereza.
- De nada va servir, seguirá igual. – Sintiendo como las gotas de agua se habían infiltrado en el impermeable. – Deberías esperar hasta que se detenga.
- Muchacho yo puedo arreglarlo, no te desanimes.
- Oye Soos quiere saber la fecha y hora de su muerte. – Diciendo en tono de broma, pero claramente detrás de esa simple broma decía algo de verdad.
- Parece interesante, pero por el momento no. – Dijo con una sonrisa ingenua. – Vaya sí que esta fuerte la lluvia.
El rubio levanto la vista al cielo viendo con su ojo dorado y la pupila rasgada como los arboles del bosque se balanceaba, en especial uno enorme que estaba torcido y no aguantaba su peso. Ladeo la cabeza para otra dirección y observo un letrero de aluminio que estaba un poco suelto, tratando de mantener en su lugar, mientras sentía como el viento cobraba más fuerza y aumentaba la intensidad de la lluvia.
En su mente pasaba una pequeña visión futura del hombre robusto y él teniendo un accidente, en la posición donde estaban. Por lo que suspiro algo rendido. Tenía dos alternativas y ninguna se veía favorable, pero tenía que elegir la que menos daño tendría el humano.
- Signo de interrogación – Dijo el demonio acercándose al sujeto. – Déjeme intentarlo y usted sostiene esto.
- De acuerdo. – Tomando la linterna y colocándose en el lugar donde estaba el rubio.
•| ⊱★⊰ |•
Dipper y Mabel se encontraban buscando en el sótano las velas en una vieja caja de cartón.
- ¿Cuándo fue que el tío Stan compro nueva velas? – Observando que unas ya estaban derretidas y sin la base.
- Y si usamos estas – Alzando unas latas donde contenían velas aromatizantes.
- ¿De dónde sacaste eso? – Tomando una de las latas para ver la descripción. - ¿Aroma a rosas? ¿Por qué habría estas latas?
- Oh si ya recuerdo – Dijo Mabel riendo y dando un golpe en su propia mano. – La utilice para hacer la cena de tío Stan y Linda Susan.
- ¿Y funciono?
- Por eso están aquí. – Refiriéndose a la caja. – Resulto ser que el tío Stan es un poco tímido y romántico.
- Pero ahí que admitir que tiene buenos consejos.
- ¿Qué clase de consejos? – Pregunto curiosa su hermana.
- Consejos de hombres, así que no son para ti.
- Vamos Dipper – Insistí.
- No, no te diré.
- Vamos... Dopper – Picando su mejilla.
- No lo diré Mabel – Tomando las latas. – Bueno tendremos que utilizarlas.
- Olerá bonito la cabaña.
- Olerá a puras rosas y fresas silvestres. – Viendo las latas.
Escucharon un estruendo, como si hubiera caído algo pesado arriba de la cabaña, ambos gemelos se miraron al mismo tiempo para subir a donde se encontraban sus tíos, dejando las latas encima de la mesa.
- Escuchamos algo
- ¿Qué sucedió?
- ¿No fue aquí adentro? – Pregunto Ford al igual de preocupado.
- Pensé que habían sido ustedes chicos. – Dijo Stan
De repente entro Soos azotando la puerta.
- ¡SR. PINES! ES UNA EMERGENCIA
- ¿Qué sucede Soos? – Dijo Stan al ver alterado al hombre robusto. Y con un corte en su antebrazo. – Respira hondo y habla despacio.
Soos se calmó un momento antes de hablar. - El sujeto triangular... - Pero fue interrumpido por una mano ensangrentada que se posó en su hombro.
- Haces tanto alboroto Signo de interrogación, te dije que te mantuvieras callado.
Caminando dentro de la cabaña para dejarse mostrar completamente; su ropa estaba cubierta de fango y hojas, parte de su pantalón de vestir estaba rasgado por la parte de la pierna izquierda, su rostro estaba con la mejilla hinchada por donde se encontraba su parche. Pero lo que más resaltaba era la herida que tenía en el torso de lado derecho, tenía clavada un pedazo de rama.
- ¡BILL! – Dijeron al mismo tiempo los gemelos.
- Oh demonios, Cipher. – Dijo Ford viendo el mal estado del demonio.
- ¿Qué sucedió con ustedes dos? – Dijo Stan preocupado.
- Sr. Pines uno de los letreros fue desprendido por el viento y en defensa me cubrí con ambos brazos – Haciendo los gestos y moviendo sus manos de forma alterada. – Pero de repente uno de los árboles se desprendió por la misma fuerza del viento y cayo justamente donde está la caja de fusibles, donde estaba él. Recibiendo el impacto. – Explico Soos. – Todo esto fue tan rápido que ni nos dio tiempo de quitarnos.
Melody quien estaba con Mike se acercó a auxiliar a su esposo, para revisar su herida. Y después ver al rubio también pero sorprendiéndose por lo grave que estaba.
- Sr. Pines esto se ve mal, hay que llevarlos al hospital. – Respondió la mujer.
- A él llévenselo, yo no lo necesito. – Recargándose en el mostrador de la caja registradora. – Al contrario es una sensación bastante hilarante. – Tocando la rama en su herida, sacándole una risa. – Mm... hace tiempo que no tenía esta clase de heridas.
- ¡Basta Bill! – Dijo la castaña con los ojos abiertos y las manos sobre su rostro.
- Hey calmada Estrella fugaz, no duele. – Dijo el demonio.
- Debemos de ir al hospital. – Dijo Stan tomando sus llaves.
- No es necesario Fez, puedo arreglar su brazo. – Haciendo un gesto con su mano para que se acercara el empleado.
- Sin juegos Cipher. – Advirtió Ford.
- Nada de juegos Fordsi.
Hizo aparecer una llama color azul eléctrico en su palma, Mabel miro el fuego conociendo lo que haría, la vez que ella estuvo herida y elimino las cicatrices junto con las contusiones que tenía en el cuerpo. Observo esa misma mano pasar sobre el corte de Soos, haciendo que el hombre empezara a reír por el toque.
- Esto es extraño, se siente fresco. A pesar de que es fuego. – Viendo como el corte sanaba completamente, solo para dejar los restos de sangre.
- Listo, ahora el pago es su alma.
- ¡CIPHER! – Dijeron ambos tíos.
- Es broma... - Tosiendo fuertemente se cubrió la boca, notando que había desechado un poco de sangre. – Mmh... mi cuerpo rechaza al intruso.
- Hay que sacarte esa rama. – Dijo Ford.
- Puedo hacerlo. – Tomando el extremo de la rama, pero lo detuvo el hombre mayor.
- En privado idiota. – Haciendo referencia a la presencia de su sobrina que estaba con la cara preocupada. Y su sobrino que miraba impactado la herida.
Bill solo bufo de irritado mientras seguía a Ford hasta su cuarto. Bajando por las escaleras hasta tomar el ascensor y llegar al viejo sótano donde antes estaba el portal. Ford le entrego un botiquín grande donde venían reservas de fármacos, vendas, gasas, torundas, entre otras cosas de material de curación.
- Tú mejor sabes que eso no funciona conmigo. – Quitándose el saco manchado con su sangre, mientras se desabotonaba la camisa para retirársela.
- Me es imposible creer que el propio Bill no haya podido esquivar la caída de un árbol.
- Oh Seis dedos, había una opción más arriesgada y cruel en la que salía ileso. – Tomando la rama entre sus manos para sacarla de un tirón llegando a desgarrar parte de sus órganos y piel. Por un momento se quedó callado, mientras escupía sangre fresca y sentía su respiración ir un poco más acelerada de lo normal, de un momento a otro su piel palideció haciendo que cayera de rodillas al piso. El líquido carmesí que brotaba de su herida, formaba burbujas y fluía rápidamente por su pecho.
- Sí que eres imbécil. – Dijo Ford enojado. – Tirar de la rama, cuando perforo parte de tu pulmón.
Bill solo levanto un dedo haciendo una seña, antes de mostrar una sonrisa forzada y dirigir su mano en la propia herida, invocando una llama e ir cerrando la herida abierta. Bastaron unos minutos para que se cerrada por completo. Se terminó sentando en el piso recargándose en la parte del escritorio, otros 10 minutos bastaron para que se recompusiera lanzando un ataque de tos y respirando de forma pesada y entrecortada. Sudaba frio y se sentía un poco desorientado, antes de empezar de forma alocada.
- Eso fue lo más raro que experimente. – Estaba borracho del dolor, incluso tuvo que pedir ayuda a su ex amigo para levantarlo.
- Disfrutas armar un show. – Viendo el desastre que dejo en el piso.
- Pero lo disfrutaste, admítelo te dio curiosidad. – Tomando una gasa para cubrirla con alcohol y limpiarse el resto de la sangre en su pecho.
- Ya dije que estas demente.
- Siempre lo estado Fordsy
- Bien si ya terminaste de jugar, sube. – Señalando la salida. – Tienes a mi sobrina con el corazón en la garganta.
- Uh interesante, ¿pueden hacer eso los humanos?
- Idiota es una expresión, es para decir que está preocupada. – Golpeando su cabeza.
- De acuerdo, veré a Estrella fugaz. – Colocándose su camisa manchada.
- Es Mabel. – Recalco el investigador.
- Si, ya dije que veré a Estrella fugaz.
Subiendo las escaleras se encamino para la sala para encontrar solo a Soos y a Melody junto con el pequeño engendro, rodeados de unas velas.
- Oh muchacho se ve recuperado. – Menciono Soos. – Muchas gracias por curarme, a pesar de que no lleve tanto daño.
- Si buscas a los chicos están en el ático. – Dijo la mujer sonriente.
- Bill tu ropa está sucia, toma. – Lanzando un tira huesos color blanco.
- No lo ocupo, puedo...
- Claro que la necesitas. – Dijo Melody infundiendo una mirada amenazadora.
Bill se quitó la camisa y se colocó la camisa de tira huesos, quedando holgada de los lados. Haciendo que la prenda mostrara parte de sus tatuajes. Chasqueo ante la desaprobación de la prenda, pero de todos modos siguió su camino hasta el ático subiendo las escaleras y pasando por el desván hasta llegar al cuarto de los gemelos. Encontrando al par de adolescentes sentados en sus respectivas camas.
- ¡Y he regresado! – Tirando confeti de sus manos. – Me extrañaron admítanlo, sé que lo hicieron.
Mabel se levantó para propinarle un golpe en su abdomen, seguido de Dipper que le dio una patada en la columna. Mientras le dedicaban una mirada fría al demonio de los sueños.
- Hijo de puta preocupaste a mi hermana. – Dijo Dipper escupiendo el insulto.
- ¿Cómo puedes estar alegre? Cuando estabas hace un momento en peligro. – Dije sonando fúrica.
- Vaya forma de recibirme... - Dijo estando de rodillas en el suelo y con la mano en la espalda.
Mabel lo rodeo con los brazos para abrazarlo sollozando suavemente. – Eres un tonto, eres una figura torpe, un feo y estúpido Triangulo.
- Ya, ya detén los insultos y el maltrato para la noche, Estrella fugaz. – Palmeando su espalda.
- ¿De dónde sacaste esa camisa?
- Me lo dio Signo de interrogación y Nota.
- Vaya sí que Soos te presto algo.
- Deja de preocuparte que no pediré prestado tu ropa petit. – Haciendo burla al cuerpo de Dipper.
- Te estas ganando dormir una noche afuera.
Pasaron los minutos en esa habitación la lluvia no cesaba y no había electricidad en la casa. Sus planes de ver películas se habían arruinado.
Ahora los tres se encontraban totalmente aburridos.
- Podríamos ir a tu dimensión. – Dijo Mabel.
- Suena buena idea. – Dijo Bill, mostrando una sonrisa emocionado.
- Ah no, no se puede. El tío Stan nos dijo que nos quedáramos aquí en casa, en caso de que nos ocupara. – Dijo Dipper.
- ¡Aaww! – Exclamo con aburrimiento Mabel antes de rodar por el piso acostada. De repente le surgió una idea levantándose. – Ya se podríamos jugar al minigolf, aquí en el desván. Como la vez anterior.
- No lo sé hay muy poca iluminación Mabel. Al menos que... - Viendo a Bill. – Vuelve a tu forma de nacho volador.
- ¿Por qué tomaría mi forma de demonio? – Cuestiono el rubio.
- Solo hazlo.
- Que exigente. – Cambiando de forma volvió a ser un ente demoniaco amarillo con forma de pirámide triangular. – Contento Pino.
Tal como había sospechado el castaño al ver como la habitación se iluminaba pero a la vez perdía el color, siendo un panorama de color gris a excepción de ellos.
- Bill tu cuerpo irradia mucha luz que puede mantenerlo iluminado.
- Lo sabía me querías usar de lámpara Pino, eres idéntico que Seis Dedos. – Cruzándose de brazos.
- Pero Bill eres de mucha ayuda. – Tomando su cuerpo triangular entre sus manos. – Ahora si podemos construir el campo de minigolf. – Levantando un puño la castaña.
- Iré por los palos. – Dijo Dipper acercándose al closet a sacar los palos de golf y el jarro con ojos falsos.
- ¡Uh! Parece interesante, utilizan órganos para jugar. – Dijo emocionado Bill.
Mabel se rió colocando a Bill encima del escritorio. – No son de verdad, son pelotas pintadas.
- El tío Stan las usa de decoración.
- Ah, así que chiste. – Haciendo un gesto con la mano.
El demonio miro atentamente a los gemelos como construían su campo de minigolf improvisado, hasta verlo terminado completamente.
- Bueno nos vamos a turnar. – Dijo Mabel entregándole un palo a Bill. – A través de piedra, papel o tijera.
- Suena justo. – Dijo Bill, curvando su ojo.
- Sin leer la mente campanita. – Bromeo Dipper.
- Sígueme poniéndome apodos y te mandare a una dimensión de puras pesadillas – Amenazo.
- Dejen de discutir. – Intervino Mabel. – Ahora... uno, dos, tres.
- Piedra, papel o tijera. – Dijeron los tres.
Revelando como resultado a Dipper con piedra, Mabel con tijeras y Bill con papel.
- Soy primero. – Dijo Bill.
- Y yo segundo. – Dijo Mabel.
- Eso no es justo yo debería ser primero, la piedra vence tijeras.
- Pero estamos según a la orden de la masacre Pino. – Dijo Bill
- Vamos Dip, por esta vez déjalo ser el primero.
Bill invoco su ropa golfista y camino para posicionarse a golpear la pelota. Logrando meter un hoyo en uno, a lo que parecía ser un pedazo de tapa.
- ¡Sí! – Haciendo un gesto con la mano.
- Je suerte para un pedazo de fritura. – Dijo el castaño.
- Abran paso para la numero uno en mini golf – Con un golpe rápido consiguió meter la pelota dentro de la lata. – ¡Wooho! Y eso que apenas empiezo.
- Aun lado que viene el premio anual. – Golpeando la pelota haciendo que viajara rápido por una autopista de carreras de juguete, saliendo disparada la pelota a la pila de ropa sucia, pero logrando entrar. – ¡Anotación!
- ¿Crees ganar Pino? – Flotando para llegar hacia la pelotita y dar un golpe haciendo que rebotara por todas partes, estrellándose contra la ventana y para golpear a alguien.
- ¡AAH! ¡Maldita sea otra vez! – Exclamo Stan afuera de la cabaña.
- Le di a Fez, cuanto me dan por eso. – Dijo contento.
Mabel se dirigió a su cerdito y a Dipper, quien le daba una puntuación de 8 y 9.
- Pato te dio 8 – Dijo riéndose.
Bill solo se quedó mirado feo al cerdo mascota de la castaña. – Serás tocino mañana. – Señalando con el palo de golf.
- Muy bien, mi turno. – Acomodándose para golpear la pelota.
- Apestas Pino. – Dijo Bill.
- ¡Oye! – Distrayéndose un momento golpeo la pelota en dirección contraria. – Tu culpa
- Mía si tú golpeaste como gatito asustado.- Sentándose en una silla que había convocado.
- No soy gatito asustado.
- Pero estornudas como uno. – Dijo Mabel bromeando.
- Mabel, no lo defiendas.
- Okey sigo yo, aprendan hombres. – Tomando posición agarro impulso golpeando la pelota dando en los blancos, reboto la pelota a toda velocidad en dirección a la puerta, pero en ese momento se abrió revelando a Ford quien recibió el golpe justamente en sus anteojos. – ¡Tío Ford!
- Amo esa mujer – Recargándome en mi silla. – Tiene el mismo caos que yo, creo que la haré mi esposa enseguida.
- Dios deja de comparar a mi hermana contigo. – Haciendo una mueca desagrado al demonio triangular.
- Dipper creo que le di muy fuerte. – Dijo la castaña auxiliando a su tío. – Bill ayuda haz algo.
- Okey. – Sacando una cámara para tomarle una foto a Ford. – Digan: Fin del mundo.
- No le tomes fotos estúpido Dorito. – Dijo Dipper, mientras levantaba a su tío y lo llamaba por su nombre. – Tío Ford ¿Estas bien?
- Niños... ¡ahg! – Sintiendo otro disparo de flash de la cámara. – Para Cipher, eres un pesado. – Quitándole la cámara.
- ¡Hey! Mi cámara. – Dijo Bill.
- Bueno tendré que utilizar estos lentes. – Cambiándose el par de lentes rotos. – Bueno a lo que venía es que mi hermano Stanley quería invitarlos a jugar un partido de Necronomiconopoly.
- ¡Sii! – Saltando emocionada Mabel.
- La última vez que jugué se llevaron la mitad de mi dinero. – Dijo Dipper.
- Descuida Dipper esta vez no sucederá de nuevo, tal vez ganes. – Dijo Mabel.
- Yo no estoy seguro de ganar, pero en vista que no hay luz y tenemos a Bill como fuente de energía. – Tomando entre sus manos al triangulo. – Yo también voy a jugar.
- ¡Oye no soy lámpara! – Tratando de liberarse.
- Vamos Bill juega con nosotros, te divertirás. – Dijo Mabel.
- Estrella fugaz te aseguro que me vengare, de todos ustedes. – Curvando su ojo.
- Entonces él también juega. – Diciendo emocionada Mabel.
Una vez reunidos en el comedor se encontraban todos, mientras extendían el tablero del juego en la mesa y colocaban las figuras.
- ¡Uh, uh! Yo quiero ser el tipo sombrío. – Dirigiendo su mano a la figurita.
- No, ese seré yo. - Tomándolo Bill. - Y no es tipo sombrío, es Nyarlathotep.
- Nya... ¿Qué? – Diciendo con duda en su voz.
- El caos reptante, el dios y primogénito... - fue interrumpido cuando Ford le dio un golpe por detrás. - ¡Seis Dedos!
- No Bill, no lo hagas. Déjalo como señor sombrío y punto.
- Cierto explicarle esto a Mabel llevaría todo el día. – Dijo Dipper.
- Bueno, entonces seré el pulpo con alas. – Tomándolo Mabel.
- Te refieres a Cthultu – Dijo Bill nuevamente.
- ¿El qué? – Pregunto Mabel ladeando la cabeza.
- Olvídalo. – Dijo el demonio de sueño entendiendo a los que decía Pino y Seis Dedos.
- Yo seré el libro. – Dijo Dipper.
- Yo el sello. – Dijo Stanley.
- Yo la mano. – Dijo Soos
- Entonces yo me quedare con la calavera. – Dijo Ford tomando la figura entre las manos.
- Descuiden chicos yo estaré como moderadora del juego. – Cargando a su hijo entre sus brazos.
- Bien juguemos. – Tirando los dados Ford.
40 minutos después...
Se encontraba Dipper mordiendo su lápiz y con la libreta toda garabateara mirando a su alrededor. Al igual que Soos y Ford que estaban tachando sus jugadas. Los tres tenían poco billetes y sin muchas propiedades, el castaño solo le quedaban 3 propiedades y solo 400 dólares en billetes de 50. Miro a su hermana como se abanicaba con un fajo de billetes y unos lentes de corazón puesto, mientras que su tío Stan bebía cómodamente una Pitt cola y tenía una gran cantidad de billetes en ambos lados. En cambio Bill tenía a su alrededor varios fajos de billetes y casi la mitad del tablero estaba lleno de sus propiedades.
- Vamos. – Tomo los dados y los agito. – Vamos por favor, déjame dar la vuelta y tener 20,000 de regreso. – tirando los dados rodaron cayendo uno en 5. – Sí – Después el otro cayó en 2. – No, no, no.
- Oh, vamos Pino avanza. – Dijo Bill con malicia.
- Eres un maldito desgraciado sabes que voy a caer en el cementerio de los zombis, y sabes que tu suma es demasiado grande. – Bramo todo molesto y acusándolo con el dedo.
- No exagere Pino, son solo negocios. Al menos que quiera hacer un trato. – Invocando fuego azul de su mano. – Le daría la oportunidad de hacerse rico.
- Bill nada de tratos. – Pegándole con un periódico Ford.
- Maldito Nacho volador. – Entregándole su dinero a Bill y así perdiendo el juego al quedarse en bancarrota.
- Bien tú turno Soos. – Dijo Mabel.
- Bien, aquí voy. – Tomando los dados, los froto entre sus palmas. – Vamos necesito llegar al banco – Tirando los dados haciendo que cayera un dos y un uno, moviendo su figura a la cárcel. – Oh maldición, otra vez no.
- Ni modo Soos, pierdes tres turnos. – Dijo Mabel. – También pierdes 2000 dólares.
- Solo tenía 10 – Entregando su billete.
- Puedes vender tu propiedad.
- Ya el vendí hace dos turnos atrás. – Señalando a Stan que tenía su propiedad.
- Así es el negocio.
- Descuiden chicos vengare por ustedes. Aún tengo propiedades y dinero, todo esta alineado perfectamente. – Dijo Ford tirando los dados.
15 minutos después.
- Gracias tío Ford. – Colocando sus piezas Mabel. – Fue agradable hacer negocios contigo.
- Ja, negocios lo dejamos en la calle calabaza. – Dijo Stan.
- Muy bien estamos en la ronda decisiva, solo quedan tres. – Dijo Melody. - ¿Alguien quiere palomitas de estufa?
- Yo,Yo, yo – Dijeron Soos y Dipper.
- Ya están fuera los demás. – Dijo Mabel volteando a ver a su tío y a Bill. – Muy bien aquí se acaba la alianza.
- Lo mismo digo Estrella, aquí acaba todo e inicia la guerra. – Rio siniestramente Bill moviendo sus dedos entre sí como el Sr. Burns.
- Te tragaras esas palabras Cipher. – Dijo Stan. – Nada personal calabaza, pero tengo que eliminarte.
Habían transcurrido 20 minutos y los tres hacían sus jugadas entre perder dinero, alquilar y vender propiedades y estar casi al borde de la bancarrota. Melody llego entregándole un bol de palomitas a Dipper y a Soos.
- ¿Cómo van? – Pregunto la mujer.
- Muy intenso, Mabel le ha quitado a Stan 4 propiedades pero ella cayo en la casilla de Bill pagándole 40,000 dólares. – Dijo Soos, llevándose un puño de palomitas. – Él no tuvo piedad con ella cuando utilizo la carta que tenía reservada para ella, haciendo que vendiera su Cueva tenebrosa y el tren fantasma.
- Pero no olvides que Stan le quito 15,000 dólares y cayó en la cárcel perdiendo 3 turnos y pagando 5000. - Menciono Dipper – Francamente estos dos abusan de ella.
- Literalmente se la han violado entre los dos. – Dijo Ford. – Esos dos bastardos se están haciendo ricos.
- Hey ustedes tres cálmense. – Dijo Melody dándole un golpe a los tres.
Mabel beso los dados y los agito esperando tener suerte en dar la vuelta al tablero y caer en una de sus propiedades sana y salvo. Tirando los dados cayeron un número par de 5.
- ¡Sí! – Grito emocionada. – Pato tendrá un par de zapatos nuevos. – Moviendo su figurita. – Al fin la carroza fúnebre.
- No tan rápido, Estrella fugaz. – Dijo Bill haciendo un gesto con el dedo. – Caíste en mi propiedad.
- ¡¿Qué?! No es cierto, la carroza fúnebre es mía. Nacho de un solo ojo. – Señalándolo.
- Yo que te ofrecería piedad, pero por decirme nacho, te quemas toditita. – Extendiendo su mano. – Paga bolsa de carne, 35,000 dólares y más impuestos. – Entrecerrando su ojo. – Y para tu información es mi carroza fúnebre jaja. – Riendo maniáticamente.
- Esa fue una masacre. – Dijo Soos.
- Sip, si fue una masacre. – Dijeron al mismo tiempo Ford y Dipper con los brazos cruzados y asintiendo la cabeza.
Mabel había entregado todo estaba en bancarrota, hizo un leve puchero cruzando los brazos. Solo quedaban Stanley y Bill ambos tenían dominado el tablero y nadaban en dinero.
- Vaya, vaya, vaya solo quedamos el viejo decrepito y yo. – Haciendo aparecer en su mano una copa de vino de color morado brillante. – Sera un deleite destruirte.
- Oh claro que no Cipher, voy a destruirte. Al igual que lo hice cuando estabas dentro de mi mente. – Amenazándolo. – Podrás a ver destruido a mi sobrina y llevarte sus propiedades.
- Tú también lo hiciste Fez – Aclaro el demonio
- Bueno pero era necesario tanta maldad. – Dijo Stan. – El punto es que te destruiré.
- Reza a tu Dios, viejo senil.
35 minutos después...
Resumen de la escena del juego Bill estaba tirado en el tablero sin ningún billete, su figura había caído en la propiedad de Stan sin ninguna propiedad a su disposición, a causa de la carta del banquero que había multiplicado la fortuna del hombre canoso. Había sido derrotado por el maestro de la estada.
- ¡SIII! – Grito Mabel de alegría tomando el control del televisor y haciéndolo de micrófono. – Stanley Pines es el ganador, derroto al temible Bill Cipher.
- Chúpate esa criatura de un solo ojo. – Colocándose unos lentes oscuros y tirando fajos de billetes, mientras hacia el baile de la victoria.
Soos y Ford celebraban agarrando los billetes y lanzándolos al aire con la mano. Mientras que Mabel y Dipper seguían burlándose de Bill, quien hace unos momentos amenazaba con ganar.
De repente la luz volvió a la cabaña reactivando los aparatos electrodomésticos, haciendo que todos reaccionaran.
- Bien regreso la luz, ahora podré terminar de ver mi novela... - Se calló un momento antes de continuar, carraspeando su voz. – Digo podré ver la lucha.
- Sr. Pines pero si ahora pasan Sortilegio de pasiones. – Dijo Soos
- ¡Cállate! – Arrastrando al empleado y su esposa. – Chicos limpien el desastre y desháganse del perdedor de Cipher.
- Pues yo miren la hora... regreso al laboratorio. – Escapando Stanford de la limpieza.
Mabel y Dipper habían quedado solos en el comedor sin olvidar que Bill seguía en estado shock en el suelo, tras su derrota. Recogiendo el juego de mesa y guardándolo en el armario, apagaron la luz dejando solo al demonio triangular. Mientras que ellos regresaban a su habitación.
- Escucho pasos. – Dijo Dipper leyendo una novela de misterio.
- Se habrá recuperado de su derrota. – dijo Mabel con una sonrisa.
- Eso lo veremos en 3, 2, 1...
Observando como ingresaba el demonio de sueño con una actitud de forma irritada cerrando la puerta del cuarto con furia; Mabel solo se movió un lado para darle espacio en su cama viendo cómo se tumbaba en el colchón, con el ojo lagrimeando.
- No puede ser que un anciano como Fez me haya derrotado a mí, el gran Bill Cipher.
- Aww... pobre Billy. – Abrazándolo y acariciándolo. – Pobre triangulito isósceles.
- Es enserio. – Dijo Dipper con un poco de celos. – Mabel solo perdió.
- Pero anda decaído. – Apretando su abrazo. – Míralo, lagrimea de su ojo.
- Es sobre actuado.
- Estrella fugaz acaricia mi cabecita. – Señalando donde está su sombrero.
- Ya, ya paso. – Pasando su mano.
- Maldito triangulo lambiscón.
Bill solo curvo su ojo haciendo burla al castaño mientras aprovechaba del cariño y el consuelo que le daba su gemelo.
En la noche había cesado la lluvia solo siendo una leve llovizna, Dipper cerró su libro levantándose viendo su reloj que ya iba empezar la maratón de Cazadores de fantasmas.
- Debo apurarme o me lo perderé, esta vez nadie me distraerá ni me impedirá ver mi programa favorito.
- Enserio te vas a pasar toda la noche viendo ese programa de fantasmas, cuando no aparece nada. – Dijo Mabel.
- Sí aparece y son reales, solo que no pueden ser captadas completamente en la cámara.
- ¿Quieres un fantasma? Te traigo uno. – Dijo Bill.
- Ni lo intentes Dorito endemoniado. – Le advirtió Dipper mientras se marchaba, saliendo del cuarto.
Mabel estaba terminando de leer su revista antes de que Bill se posara arriba de la página con sus patitas.
- Bill... lo estás haciendo de nuevo. – Enarcando una ceja, mientras lo movía la página pero sin lograr moverlo completamente. – Tan siquiera déjame leer ese pedazo, quiero saber qué pasa con los secretos de la banda Sentencia de Amor.
Se sentó en la revista mientras sacaba un plumón y empezaba a dibujar bigotes en la cara de los artistas. – Estrella fugaz me estado preguntando, ¿Por qué rayos marcas ese calendario?
- Llevo los días que llevamos Dipper y yo de vacaciones. – Levantando los hombros. – Un pequeño habito.
- Pero veo que hay ruedas y un punto en ciertos días. – Caminando hacia su calendario que lo tenía aun lado de su cama. - ¿Qué son?
- Mm... el cumpleaños mío y de Dipper, ya se te olvido. – Tratando de cambiarle el tema. – Aunque es la primera vez que asistirás.
- Si es tu cumpleaños, que es este punto. – Señalándolo.
- Me atrapaste, es... nuestro aniversario del mes. – Sonrojándose levemente.
- ¿Un aniversario? – Pregunto confundido.
- Las parejas tienen uno, es como una forma de celebrar que no han roto en ese tiempo y que su relación va muy bien. También para recordar con cariño que aún se aman. – Jugando con sus dedos tímidamente. – La verdad nunca he tenido uno, ya que mis relaciones no duran mucho o no había tenido un... novio.
- Entonces soy tu primero. – Cambiando de forma para aparecer como humano.
- Sí
- Me halaga Estrella fugaz. – Mostrando una sonrisa seductora. – Entonces quiero que llegue ese día. – Acorralando a la chica entre el colchón y su cuerpo. – Tendremos nuestra fiesta privada.
- Sí. – Mostrando una suave sonrisa.
Bill le dio un tierno beso en los labios antes de separarse de ella y dirigirse a salir de la habitación.
- ¿Bill a dónde vas?
- A molestar a Pino, necesito pesadillas. – Abriendo la puerta. – Volveré. – Saliendo completamente de la habitación.
Mabel se había quedado sola en el cuarto, no estaría Bill hasta la hora en que se fuera a dormir su hermano. Vio el calendario marcado y lanzo un suspiro de alivio, dedicando una mirada de tristeza a los otros días señalados.
- Por poco se da cuenta. – Tomando el plumón para tachar con una X el día. – No sé cuánto tiempo deba bloquear esa información, cada vez que está aquí. Pensar en otra cosa es difícil. –Poniendo un gesto triste. – Él sabrá en su momento.
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Continua
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