[23]-Descubierto

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Capítulo XXIII: Descubierto

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Una pareja estaba sentada en el puesto de Hot dogs mientras terminaban de comer, el castaño empezó buscando con la mirada, por los lados de la feria en busca de cierta pareja.

Estaba preocupado desde hace un rato por su gemelo, al ver que no regresaban de la rueda de la fortuna. Una rubia lo atrojo llamándolo para que le prestara atención, tomando su mano con la suya.

- Dip calmado, ella está bien. – Apretando suavemente su mano mientras le daba una sonrisa. – Ellos necesitan hablar. Bueno tu hermana insistió en querer ir con él.

- Bill tiene el arte del engaño, y que Mabel este solo con él solo hace que me preocupe. – Se levantó de su asiento sin darle tiempo para que pudiera hablara, solo para conducirla entre la multitud. Caminando un poco junto con su novia llegaron hacia el juego. – Es muy extraño que no hayan regresado ¿Cuánto tiempo puede durar una vuelta?

- Dipper calma tu complejo de hermano protector. – Dijo un poco molesta mirando el juego. - A lo mejor quisieron dar una segunda vuelta. – Dijo la rubia, antes de notar que el viaje había terminado, y que se habían bajado todos de la rueda de la fortuna. – O tal vez no.

- ¿Quieren dar una vuelta chicos? – Pregunto el dueño del juego.

- O tal vez Bill se llevó a mi hermana. – Cruzando los brazos Dipper y dirigiéndole una mirada de sospecha a su novia. – ¿Me estas ocultando algo Pacifica?

- Bueno yo... - Sonriendo inocentemente. – No pensé que se irían.

- Aun no confió del todo hacia Bill. – Dijo Dipper.

- Yo tampoco, pero... - Continuo. – Si tu hermana le dio una oportunidad, no crees que nosotros también deberíamos intentar darle una pequeña oportunidad. – Haciendo un gesto con la mano entre el pulgar y el índice cerrando una brecha pequeña.

- Un paso a la vez Paz, ya le di permiso para salir con mi hermana. – Dijo el castaño un poco receloso. – Pero no para que fuera algo más con ella. – Suspiro un poco molesto. – Mabel se enamoraba muy fácilmente cada verano, siempre ha sido así. Cualquier chico que conoce o se le hace atractivo, para ella es su nuevo romance de verano perfecto. Pero... - Mostrándose preocupado. – Con lo que ocurrió este verano, la liberación de Bill, su trato, nuestra pelea y el incidente en el concierto, sin olvidar su problema con las pesadillas. No sé si este preparado para dejarla sola, aun me necesita. Aunque ella prefiera la compañía de ese tipo, y no la culpo si me odia. – Dijo Dipper. – Yo le falle, no estuve ahí cuando ella estuvo en peligro.

- Dipper – Tomando sus manos para proporcionarle apoyo. – Tu hermana no te odia, eso te lo aseguro. Pero en este momento está depositando su confianza en ti, y en que estas apoyando en sus decisiones.

- Tienes razón Paz – Ladeando una sonrisa.

- Yo siempre tengo la razón. – Besando su mejilla. – Pero tienes razón, hay que buscarlos.

- Sí – Asintiendo con la cabeza. - A lo mejor no le he dado su propio espacio o la oportunidad de explicar. Pero si ella tiene sentimientos hacia él, entonces yo...tendré que aceptarlo.

Mientras tanto se encontraban Grenda junto con Gideon sentados en una banca.

- Mi terroncito en manos de un loco genocida y desalmado - Diciendo deprimido mientras comía un helado enorme de 5 sabores. – Todo iba bien hasta que apareció él. – Lamiendo su helado. – Ese monstruo.

- Hey chico aún hay muchas chicas. – Dijo Grenda. – Deberías conocer algunas.

- Pero no hay nadie como Mabel. – Dijo desanimado. – Ella fue mi primera amiga y también la primera novia que tuve.

- Bueno aunque lo suyo no funciono. – Dijo Grenda.

- En eso tienes razón. – Pensando un poco en la relación que tenían. – Nosotros no somos más que amigos. Pero igual la cuido mucho...

- Bueno ese sujeto a pesar de ser ardiente, no es de confiar. – Recordando cuando hicieron un trato con él. – Cuando está molesto tiene una horrible apariencia.

- Siempre ha sido así. – Dijo Gideon.

- Entonces le darás una oportunidad a un nuevo romance. – Dijo la chica robusta animando al albino.

- Supongo – Dijo el albino. – Lo intentare.

Una chica de lentes se acerca a sus amigos mientras cargaba tres manzanas acarameladas y su peluche en la otra mano.

- Chico ya regrese, espero que no se hayan aburrido sin mí. – Dijo Candy.

- Descuida parece que todo va a la perfección. – Dijo Grenda.

- Ten – Entregándole una manzana a su amiga antes de acercarse al chico albino. – Toma, también te traje.

- Ahogarme en dulces para aliviar mi corazón roto. – Mostrando una sonrisa a la chica de cabello azabache. – Gracias.

- Oye tal vez tengas una oportunidad con alguien muy pronto. – Devolviéndole la sonrisa. – Eres un chico carismático y valiente.

- Umm... gracias – Asintió su cabeza sonrosándose de sus mejillas.

- si de algo se, es que Mabel nos deberá muchas malteadas después de esto. – Dijo Grenda mientras comía su manzana. – Así que vayan que pensando que pedirle al sujeto triangular, ya que se llevó nuestra amiga.

- Buena idea – Dijo Candy. - ¿Qué dices Gideon?

- Por una vez estamos de acuerdo en algo, ese inútil nos deberá muchas cosas. – Dijo el albino.

•| ⊱★⊰ |•

En algún lugar aparte, no tan lejos de la feria se encontraba una pareja sentada entre la hierba y las pequeñas flores. Admirando el cielo nocturno hacia el firmamento de estrellas, que se presentaba ante ellos.

Mabel tomaba un puñado de flores entre sus manos formando un ramillete pequeño, atrayéndolos a su nariz para oler la pequeña fragancia suave. – Este lugar es hermoso.

- Te gustan las flores. – Arrebatándole unas cuantas flores de su mano, colocándolas atrás de su oreja, para después acomodar los mechones cafés. – Entonces ya reconsidero su linda cabeza, acerca de su respuesta.

- Sí – Curvando una sonrisa alegre. – Te daré acceso a mi mente, si tú haces las paces con el tío Ford y con mi hermano.

- No preferirías que me saque los ojos y me corte la lengua, como tributo. – Dijo de forma sarcástica.

- ¡Bill! – Respondiendo de forma no aprobativa a lo que dijo.

- Vamos Estrella fugaz, ¡enserio! – Levantándose del suelo. – Seis Dedos y yo no tenemos buena relación, y lo primero que hará es tratar de encerrarme en otra absurda prisión con el pelo de unicornio. Sin olvidar que desea aniquilarme.

- No lo hará, bueno eso pienso... - Dudando un poco en la actitud de su tío abuelo. – Bueno tendríamos que pensar un poco. En cómo explicar todo esto.

Mabel se quedó pensando en una forma de decirle a su tío de que Bill ya no era malo, pero eso no era lo que le preocupaba en general.

Lo que le preocupaba era como lo tomaría si le dijera que ella y él estaban saliendo juntos. Más bien su mayor duda era... como explicar su extraña relación. Pero algo si quería confirmar.

- Bill... tú y yo somos, tú sabes – Dijo con las mejillas sonrojadas. Mientras se limitaba a jugar con sus dedos de forma nerviosa.

El demonio no tuvo que leer su mente para saber a lo que se refería, solo atino a sonreír y golpear con sus dos dedos la frente de la castaña. – No es lo bastante obvio Estrella, soy su novio. – Arrodillándose frente a ella. – Pero veo que no lo tiene bastante claro, no nos vendría mal un pequeño recordatorio. – Tomando delicadamente su mano antes de acercarla a su rostro y depositar un suave beso en el dorso. – Puede seguirme y se lo haré a saber a detalle. – Pasando su lengua haciendo estremecer a la chica y provocándole un leve gemido de sorpresa. – Maravilloso sonido, me gustaría escucharlo más fuerte de esos labios apetitosos.

Mabel tuvo que recobrar la compostura al ver que evadía el tema. – Bill tienes que reconciliarte con mi tío o no hay trato.

- ¡Con un demonio! – Exclamo con enfado. – ¡Mejor mátame o arráncame las extremidades, si quieres ponme en un estúpido atrapa sueños! – Volteándose molesto para darle la espalda a la chica. – No me convencerás Estrella fugaz. No hare las paces con Seis Dedos, ese viejo senil cascarrabias junto con Fez. No son más que un dolor en el trasero.

La adolescente se levantó del suelo, ideando un siguiente plan para convencerlo. Si es que quería presentar a Bill como su novio, ante su familia. Camino hacia el rubio rodeando sus brazos para abrazarlo por detrás, y con sus dedos empezó a hacer círculos perezoso sobre su torso.

- Solo tienes que hacer las paces con el tío Ford. – Hablando en tono suave. – Te daré acceso a mi mente. Es lo que querías.

- De nada sirve – Dijo firmemente. - No puedes convencerme de esa forma.

Mabel pensó un poco más antes de soltar la siguiente propuesta. – Te dejare besarme cuando tú quieras, y en cualquier momento. Sin llegar a poner pretextos.

- ¿En cualquier lugar? – Dijo el rubio un poco sorprendido.

- Cualquier lugar.

- Aunque este Pino o cualquier miembro de su familia.

- Dije cualquier momento. – Mostrando sus mejillas rojas.

- Me parece bien – Extendiendo una mano envuelta en llamas.

- Pero, saldrán de viaje para formar lazos. – Haciendo hincapié la castaña.

- Entonces no. – Retirando su mano. – Eso tiene otro precio.

- Entonces ¿Qué más pides? – Reclamando.

Bill pasó una mano por su barbilla mientras hacia un gesto divertido. – Quiero dormir en su cama.

- Eso no. – Dijo la chica ruborizada.

- Usted me pide ir a acampar con Seis Dedos y Pino, ¿qué le hace pensar que no me eliminaran en uno de sus viajes? – Levantando una ceja.

- Entonces quiero que su viaje dure dos semanas y media. Si es que va dormir en mi cama y tener acceso a mi mente. – Dije separándome de él.

- Dos semanas y media es mucho. – Protesto. – 3 días.

- Es muy poco. – Dije reprochándole nuevamente. – Sigo en pie de dos semanas y media. Y quiero pruebas con fotos y que los tres se lleven bien al término.

- Entonces incrementemos el precio querida. – Dije mostrando una sonrisa afilada. – Quiero mis caricias matutinas, vespertinas y nocturnas cuando estemos solos.

- ¿Qué? – Mostrando mi rostro confundido a lo que decía.

- Y tú utilizara atuendos cuando las haga.

- No sé de qué hablas, pero no usare un disfraz. – Reclamándole al demonio.

- Es un enorme riesgo Estrella fugaz, que tal si Pino y Seis Dedos intentan algo contra mí.

- No lo harán. – Dudando un poco en lo que dijo. – Todo estará bien.

- Una semana y media Estrella fugaz, es lo que puedo ofrecer. – Volviendo a extender la mano con las llamas azules. – Pero cumplirá con lo anterior.

Mabel volvió a dirigirle una mirada con sospecha en su trato.

- Una semana y media. – Confirmando mi respuesta.

- Y tendrá las pruebas que quiere. – Suspirando un poco antes de dirigirle la mirada a la adolescente de ojos color avellana. – Eres muy exigente Pines.

- De acuerdo. – Tomando su mano para estrecharla y sentir como las llamas se evaporaban.

- Más vale cumplir Estrella fugaz. – Soltando una risa. – Muy bien que esperamos.

Se acercó a la chica para tomarla entre sus brazos levantándola y cargándola en estilo de novia. Juntando sus frentes para depositar un beso pequeño en sus labios.

Mientras tanto una pareja acaba de llegar de su búsqueda, para encontrarlos besándose, por lo que se mantuvieron ocultos entre los arbustos y los troncos de los árboles de pino.

- Dime que tú también lo viste – Dijo el castaño con el rostro aturdido por ver la escena.

- No me imagine que fuera tan romántico – Dijo la rubia admirando la escena como si de una película se tratase.

- Bill acaba de besar a mi hermana, como si fueran novios de toda la vida. – Entrecerrando los ojos. – La habrá hipnotizado.

- No creo. – Tratando de calmar al chico. – Y si los dejamos solos.

- Pacifica ese sujeto se está comiendo la cara de mi hermana. – Mostrando su expresión de horror. – De seguro la amenazo.

- Eso es absurdo Dipper.

- No lo es – Protesto aun con los ojos posados en Bill y su hermana. – Es raro ver a Bill actuando de esa forma.

- Nos van a descubrir. – Dijo Pacifica jalando a su novio de la camisa. – Estas actuando sobreprotector.

- No soy sobreprotector, solo me aseguro de que Mabel este bien.

- Claro que lo está siendo, Pino.

Dipper y Pacifica voltearon a ver por detrás suyo a Bill teniendo entre sus brazos a Mabel, mientras le dirigía una mirada con el ceño fruncido a ambos.

- Muy mal, espiándonos a mí y a Estrella fugaz. – Dijo el demonio regañándoles. – Es un momento privado o acaso yo los molesto en sus momentos más lujuriosos y salvajes.

Pacifica se ruborizo completamente hasta las orejas, al escuchar lo que había mencionado Bill. Ya que él siempre tenía la razón, en todo. Por lo que se limitó a quedarse callada.

- Te llevaste a Mabel – Reclamo Dipper. – No la encontraba en ninguna parte.

- No es obvio, es nuestra cita. – Dijo Bill en tono de burla. – Debería saberlo.

- ¿Cita? – Volteo a ver a su hermana. – Cuando dijo que lo había invitado era...

- Sí, ya te lo había dicho. – Dijo su hermana rodando los ojos. – Ya sabias que vendría.

- No del todo. – Dijo molesto. – Pensé que lo habías invitado como tú sabes, alguien del grupo pero, no en el sentido de...

- Novio. – Dijo la castaña más animada en la palabra.

- Oh por dios – Poniendo los ojos muy abiertos. – Ustedes dos.

- Bueno hay va uno. – Contesto Bill en tono burlón, dándole un golpecito en el hombro al castaño. – Falta Seis Dedos y tal vez Fez.

La rubia se acercó para tronar sus dedos llamando la atención de su novio.

- Debemos seguirlos, parecen que van de regreso a la feria. – Dijo Pacifica tomando del brazo a su novio. – Dipper.

- Bill es novio de Mabel. – Aun sin poder creerse lo que sucedía.

- Eso lo sé. – Caminando detrás de la pareja.

- Bill creo que mi hermano no lo tomo bien – Susurro la castaña aun siendo cargada en sus brazos.

- Pino solo está expresando su inmensa alegría hacia nosotros Estrella fugaz. – Observando de reojo como el chico Pines aun no salía de su trance. – Si, Pino está muy feliz.

Llegando hacia donde se encontraba el grupo de amigos de Mabel. Las chicas solo observaron la escena; su amiga siendo cargada por un endemoniado rubio ardiente y atractivo, seguido de su hermano con el rostro ido y su novia con una expresión que reflejaba culpa, como diciendo "él ya lo sabe".

Grenda y Candy solo levantaron un pulgar hacia arriba para su amiga, acercándose a ella.

- Muy bien te llevaste a nuestra amiga por un buen rato. – Dijo Grenda.

- Tanto que olvidaste tus cosas Mabel. – Dijo Candy mostrando el premio que Bill había ganado en los juegos anteriores.

Mabel se removió entre los brazos del demonio rubio para deslizarse y bajarse.

- Gracias Candy. – Tomando el peluche entre las manos. – Perdón por hacerlas cargar esto.

- Descuida. – Dijo Grenda acercándose a Bill para entregarle una hoja de papel. – El pago.

Bill observo la nota poniendo el rostro de pocos amigos y el ceño fruncido ante la mujer robusta.

- Solo uno – Dijo el demonio refunfuñando – Eso es aprovecharse de un demonio de sueño.

- Míralo de ese modo Cipher. – Dijo Gideon. – Si tú cumples con eso, tendrás un voto a favor de su relación.

- Como dije solo uno le cumpliré. – Cruzando los brazos.

- Creo que la próxima vez traeré a Marius – Dijo Grenda. – Veo que todos tienen pareja. – Viendo a sus amigos como estaban emparejados, hasta detenerse en Gideon y Candy. – Ustedes son mi nuevo Shipp.

- De ninguna manera. – Dijeron al mismo tiempo el albino y la chica de lentes, con las mejillas rojas.

- Todos así empiezan.

•| ⊱★⊰ |•

Saliendo de la feria el grupo iba caminando de regreso a sus casas, dejando a las primeras dos chicas, Candy y Grenda.

- Nos vemos chicas. – Despidiéndose la castaña.

- Oye nos debes un día a nosotras – Dijo Grenda.

- Lo haré jeje

Siguieron su camino por el sendero mientras que Gideon observaba a Bill con una sonrisa llena de malicia.

- Y ya pensaste Cipher como le harás para tener la aprobación de Stanford Pines, sin que te apunte con un arma.

- Sí planeaba crear otro Raromargedón, hacerlos mis esclavos personales, ponerte hacer danzas adorables por una eternidad, y tal vez congelar a todo el pueblo. Y hacer a Estrella Fugaz mi reina. - Observando como el albino puso una cara de espanto. – Oh simplemente hablar de forma pacífica y esperar una especie de bendición por parte de Seis Dedos. Antes de pasar al plan B.

- Estas demente. – Dijo el albino.

Gideon solo se despidió de los gemelos antes de regresar a su hogar. Ahora solo quedaban los cuatros, mientras seguían su camino para acompañar a Pacifica a su casa. No querían volver a experimento lo que había sucedido en el concierto.

- Oye Dip – Se acercó al castaño. – Seguro que el Sr. Pines lo aprobara, digo es el quien una vez esclavizo a todo el mundo en una semana.

- No sabría que decirte, solo espero no tener más problemas. – Viendo como su hermana platicaba con Bill, mientras que este asentía y llevaba en una mano su bastón dando pequeñas vueltas.

- Se ven muy animados.

- Es raro verlo de esa forma. – Vio como la rubia suspiraba feliz mientras hacia un gesto tranquilo. Fue cuando ahí se dio cuenta de su error; todo el tiempo había interrumpido en su cita, sin darle el tiempo a su novia. – Pacifica... - La llamo soltando la palabra. – Perdón.

- ¿Y eso por qué? – Pregunto.

- Actué muy sobreprotector con mi hermana, estaba tan preocupado. Que llegue a olvidarte y debiste sentirte incomoda el llevarte arrastrando, sin que disfrutadas de la feria. – Sintiendo la mano de la rubia picar su nariz.

- Dipper Pines. – Curvando una sonrisa divertida. – Tú y yo tendremos una cita sin interrupciones, cuando regreses de tú viaje con tú hermana.

- Solo estate lista pequeña traviesa – Dirigiéndole una mirada seductiva. Y un pequeño beso en sus labios.

- ¡Ustedes dos consíganse un cuarto! – Grito la castaña en tono de broma.

- ¡MABEL! – Dijo un poco exaltado su hermano. – Solo adelántese par de molestos.

- Pino no sea duro con Llama – Hablo Bill burlándose del chico.

- ¡Solo cállate Bill! – Tomando a Pacifica por los hombros para llevarla a su casa. Para después despedirse de ella. – Tendremos nuestra cita sin ellos.

- Okey DippingSauce. – Besando su mejilla antes de entrar a la residencia. – ¡Hey! mantenme al pendiente si es que llegan a ejecutarlo.

- Te lo haré saber.

Regresando con su hermana y el demonio los observo que tenían una sonrisa de complicidad a ambos, haciendo que el castaño solo se sonrojada furiosamente, ladeando su rostro.

- Son unos molestos. – Ignorando a la rara pareja.

- Pino no se enoje. – Dije atrayéndolo con mi bastón. – Tú y Llama hacen buena pareja, aparte es una pequeña venganza.

- Cierto.- Dijo Mabel de forma animada.

- Ya dije que eres el diablo. – Refiriéndose a Bill. – Y tú ni se diga, su secuaz.

- Vamos Dip-Dip es broma.

- Así pues espera a que nuestro tío se entere de que sale con el mismísimo dios de la destrucción y el caos. – Señalando al rubio.

- Gracias Pino, me halagas como siempre.

- Mabel.

- Solo esperemos que no lo ataquen o lo encierren.

- Pues con esa actitud se está ganando un pase directo a los golpes de Stan. – Dijo Dipper.

- Descuide Pino adoro el dolor.

- Enserio Mabel. – Sin poder creerlo.

- El amor es raro jeje.

•| ⊱★⊰ |•

Llegando de regreso a la cabaña del misterio Shack fueron recibidos por Stanford que estaba esperándolos junto con su hermano en la sala, observando a sus sobrinos y al invitado indeseable. Dipper estaba un poco serio ante la extraña atmosfera. Mientras que Bill tenía el rostro neutro, no sabía que emoción reflejar, seguía detrás de su hermana quien ella todavía mostraba una expresión de felicidad en su rostro. Antes de recibir a sus tíos abuelos con el ceño fruncido y dirigiendo una mirada amenazadora y de muerte al rubio.

- Más vale que se vaya Bill. – Dijo Stanford señalándolo con el dedo. – Chicos espero que no hayan hecho un trato maligno con este demonio.

- Bueno tío Ford es algo mucho peor que un trato. – Dijo el castaño. – Te presentamos al nuevo romance de verano de mi hermana. – Presentando con una mano al rubio. – Bill Cipher.

- Ja-Ja Es una broma ¿verdad? – Dijo Stanly - ¿Verdad? – Observando a los presentes.

- Tío Stan no es broma, Bill es mi novio. – Admitiendo la castaña con un leve rubor. – El me gusta.

- No, no, no es imposible tú – Dijo Stan señalando al rubio. – Pero es el ser más cruel y despiadado.

- Sin olvidar demente y un traidor. – Dijo Ford cruzándose de brazos.

- Gracias por el voto de confianza nuevamente. – Dijo Bill. – Que forma de atacar a un pobre demonio de sueño.

- Pobre, más bien una amenaza. – Acercándose a ver de cerca a su sobrina para revisar sus pupilas y parte de sus ojos con una linterna. – De seguro utilizaste un truco en ella.

- No lo creo – Tomando de los hombros a la chica para atraerla en un abrazo protector apartándola del señor mayor. – Estrella fugaz está perfectamente bien, deje de tocarla viejo senil.

- Es mi sobrina, bestia de un ojo. – Dijo Ford entre dientes irritado. – Tú deberías dejar de tocarla. No tienes derecho.

- Claro que puedo tocarla porque ella es mí... - Dijo con el rostro rojizo. – Mi novia.

- Ni tú mismo te crees la mentira. – Contesto Stan. – La cara de un estafador.

- Bill para los juegos, y suelta a mi sobrina.

- ¡Basta ustedes dos! – Dijo Mabel saliendo de sus brazos. – Bill que te dije.

- ¡Él empezó! – Reflejando en su ojo ámbar una mirada molesta. – IQ de nombre cerebrito, no puede comportarse un momento.

- ¡Yo! Ahora soy yo el que anda aquí armando un alboroto. – Dijo Ford de forma irritada. – Le recuerdo quien fue el que libero una locura masiva sobre el pueblo y creo un apocalipsis, sin olvidar que congelo al pueblo, encerró a mi sobrina en una burbuja y a mi sobrino y mi hermano los obligo vivir una semana de tortura.

- No olvide que envié a mis amigos a comerse a Pino. – Dijo Bill admitiendo su culpa.

- ¡BILL! – Le regaño la castaña.

- ¿Qué hice? – Dándose cuenta de su error, antes de carraspear y volver a hablar. - Pero todo quedo en el pasado Seis Dedos, ahora soy un demonio de los sueños renovado.

- No eres de confianza Cipher. – Respondió aun indignado Ford.

Mabel ya estaba harta de que estuvieran discutiendo cada vez que se encontraran, frunció el ceño y levanto la voz de lo enojada que estaba.

- Suficiente ustedes dos dejen de pelearse. – Dijo la castaña.

- No, no espera calabaza van en la mejor parte. – Observando la mirada amenazadora de la castaña. – Oh mejor si, dejen de pelear par de idiotas.

- Tío Ford – Se acercó a él tomando un extremo de su abrigo. – ¿No apruebas nuestra relación?

- Yo...

- Vamos Fordsy ¿no apruebas nuestra relación? – Imitando a la chica.

- Ves no puede ser serio en alguna cosa. – Cruzando los brazos en desaprobación. – Mabel piensa un poco, en serio te gusta este sujeto.

Dipper solo miraba junto con Stan a la espera de la respuesta, de lo que diría su hermana gemela.

- Si, lo quiero. – Tomando su mano para dirigirle una mirada tierna y de confianza. – Me gusta Bill.

- Mabel.

- Sé que puede ser molesto, grosero, irritante, egoísta, mal humorado, arrogante y un poco loco. – Dijo la castaña sintiendo la mirada del rubio un poco alterado por lo que dijo.

- Estrella fugaz estas dándole razones para ejecutarme. – Dijo Bill, soltando una risita nerviosa.

- Pero también... tiene su lado tierno, amable y bueno. Aunque no lo demuestre mucho, pero estando a su lado, me brinda una sensación de confianza y tranquilidad. Bill me ha apoyado en las situaciones difíciles, y me ha salvado cuando estado en peligro. Aun cuando estuvimos peleados o teníamos nuestras diferencias. Me tuvo paciencia y me trato de consolar, a pesar de que el odia sentir mucha empatía o trata de ser gentil. En algunos momentos él logra sacarme una sonrisa o trata de alegrarme cuando estoy triste. – Sintiendo enrojecer su rostro antes de tomar una respiración profunda y continuar. – Por eso... quería que lo supieran tío Stan, tío Ford y también tu Dipper. No quiero mantener nada en secreto, si quiero que esto funcione. – Apretando su agarre. – Yo le quiero, por eso... así que no pelen más. – Agachando la cabeza sintió como su tío le acariciaba gentilmente antes de lanzar un suspiro frustrado.

- Niña me desarmas cada vez que lanzas un discurso de esos, en lo que soy imposible defenderme. – Pasándose una mano por la nuca antes de ver al demonio aun con la mirada fija. – Es imposible decir que la tengas bajo un hechizo. –Bill solo no podía salir un poco del asombro de lo que había dicho la castaña, sintiendo su rostro caliente.

- Bueno eso es sorprendente. – Dijo Stan. – Pero aún no me convence del todo, tener que verte a ti y tener esos pequeños golpes de memoria, va llevar tiempo. Solo te recuerdo como el tipo malo. – Golpeando el hombro de Bill. – Tendrás que ganarte mi aprobación de algún modo. Si quieres tener a mi sobrina.

Mabel volteo a ver a su hermano antes de esperar su respuesta. Notando que el miraba al rubio un poco sospechoso, y después devolverle una sonrisa a su hermana. – Siempre me has sorprendido con cada chico que te gustaba, pero enamorarte de nuestro enemigo, uff... pues no sé qué decir. – Acercándose al demonio de los sueños. – Solo evita no hacerle daño a mi hermana o te las veraz conmigo.

- No lastimaría a Estrella fugaz. – Contesto Bill.

Mabel abrazo a su hermano separándose un poco dedicándole una sonrisa.

- Gracias Bro-Bro.

- Bueno esto ha sido extraño. – Dijo Ford

- Oh por cierto se me olvidaba. – Mostrando una sonrisita la castaña antes de empujar a Bill hacia donde esta Ford y Dipper. – Bill quiere ir con ustedes a un viaje de misterios, como una forma de pasar el tiempo con ustedes.

- ¡¿Qué?! – Dijeron los tres al mismo tiempo.

Mientras que Stan estallaba en una carcajada antes de dirigirse con Ford y Dipper a darles un golpe a los dos por la espalda.

- Eso sí ha sido una enorme sorpresa para ustedes dos. – Dijo Stan. – Bien hecho calabaza. Yo me iré a descansar estoy muy cansado, los dejo que resuelvan esto.

Stan salió de la habitación quedando nada más los cuatro.

- Es broma verdad Mabel, no estarás pensando llevarlo con nosotros. – Dijo Dipper.

- ¡Oh! olvide decirlo, este viaje será para ustedes tres. Nada más hombres. – Dando un pequeño codazo a su gemelo. – Yo me quedare, así que no habrá gemelos misterios esta vez.

- Pero Mabel. – Hablo frustrado el castaño. – Era nuestro... verano.

- Ir con Bill es todavía más una amenaza. – Dijo Stanford. – Es tan despiadado.

- Oye yo tampoco quisi... - Tuvo que tragarse sus palabras al ver la mirada de chica desafiándolo, mientras mostraba su mano, dando un pequeño movimiento con sus dedos. Indicando su pequeño trato. – Quiero ir con ustedes en su viaje misterios, tal vez podrían tener mi ayuda.

- ¿Qué piensas tío Ford? – Pregunto Dipper – Crees que nos controlara nuestros cuerpos o tratara de engañarnos en un intento.

- No lo creo chico, hasta que estrechemos las manos con él. Oh mantengamos un ojo en él.

- Sigo aquí y puedo escucharlos claramente. – Dijo Bill irritado.

- Solo denle una oportunidad, por favor. – Haciendo ojos de cachorro.

Stanford y Dipper solo lanzaron otro resoplido de rendición antes de aceptar la petición de la chica.

- De acuerdo – Contestaron ambos al mismo tiempo.

Mabel soltó un chillido antes de abrazarlos – Gracias, gracias.

- Solo empaca el estabilizador magnético Dipper, en caso de que quiera arrancarnos los ojos. – Hablo en tono de broma.

- ¡Tío Ford! – Reprocho Mabel.

- Descuida no llevare eso.

- Sonó como una amenaza – Dijo Bill.

- Oh cállate rubio oxigenado. – Dijo Ford.

- Estrella – Reclamo.

- Estarás bien Bill. – Acercándose a jalar de su chaleco para que se inclinara su cabeza y pudiera darle un beso en la mejilla.

Ford solo abrió la boca de lo sorprendido, mientras que Dipper solo rodaba los ojos a un lado y pasaba a un lado.

- Yo también puse esa expresión tío Ford – Dijo el castaño.

- No, no, no. – Interponiéndose entre la pareja. – Nada de contacto en esta casa. – Sacando un pañuelo para limpiarle la boca a su sobrina.

- Exageras Seis Dedos. – Acercándose a darle un beso en el cachete al mayor. – Solo esta celoso porque nunca ha obtenido uno.

- Estúpido triangulo – Propinándole un golpe en el rostro. Sintiendo su rostro tornarse del color de un tomate.

- No tan fuerte Fordsy – Dijo en tono de burla.

- Enserio Mabel. – Volteando a ver a su sobrina con una sonrisa inocente, antes de darle un beso en su mejilla también.

- Solo quería se empático.

- Solo hay que ir a descansar, vayamos a dormir. – Sonando un poco cansado. – Excepto tu Cipher, vete a tu dimensión.

- De hecho...

- Planeaba quedarme un buen tiempo aquí – Dijo el rubio mostrando una sonrisa cínica antes de abrazar a la castaña. – A lado de Estrella fugaz.

Dipper y Ford solo lo miraron de forma escéptica al verlo cerca de la chica tan amorosamente.

- Dipper llama a la policía y reporta abuso de menor, yo iré por la pistola - Dijo Ford.

- ¡Tío Ford! – Dijo Mabel.

Ford solo se acercó a tomar a Bill del traje y alejarlo de su sobrina.

- Muy bien todos a dormir y tú – Aun manteniendo su agarre en él. – Dormirás en el sofá.

- Que buen trato das a tus invitados Seis Dedos.

- No me desafíes Cipher, oh prefieres dormir con el cerdo. – Amenazando al demonio.

Mabel solo le dio una última mirada antes de despedirse con la mano, mientras que Dipper la seguía por detrás haciéndole una seña a Bill con los dedos diciendo "Te estoy vigilando".

•| ⊱★⊰ |•

En el cuarto de los gemelos estaba Dipper acomodándose para dormir antes de ver a su gemela acomodar el extraño peluche de un conegato* en la esquina de su cama.

- Segura que te gusta. – Dijo su hermano.

- Sí.

- De acuerdo, solo te pido que si llega hacerte daño o lastimarte. – Mirando fijamente a su hermana con preocupación. – No dudes en decirme.

- Lo haré. – Acomodándose para dormir mientras apagaba las luces. – Buenas noches Bro-Bro.

- Buenas noches Mabel.

Mabel se despertó un poco incomoda unas horas después, enfocando su vista aun cansada en su hermano que todavía seguía dormido, en su cama. Se levantó de su propia cama sintiendo la sensación de sed en su garganta. Camino hasta la puerta abriéndola despacio para evitar no hacer tanto ruido, miro el desván un poco solo con las cajas alrededor; bajando las escaleras lentamente. Paso por la cocina a tomar un vaso llenándolo de agua del grifo, bebiendo con avidez, para después depositar el vaso en la tarja. Prosiguió a emprender su camino a su habitación hasta que observo una luz provenir de la sala, recordándose que se encontraba el rubio ahí. Llego a la sala quedando parada en el marco de la puerta antes de ver como el demonio detenía un momento su lectura, viendo como levitaba con las piernas cruzadas y tomando lo que parecía ser té.

- ¿Qué haces levantada? – Descendiendo en el sofá. – No me diga que me extraño.

- Tenía sed y vine a tomar agua... - Sonando un poco cansada, lanzando un bostezo. - ¿Qué haces?

- Solo teniendo un poco de lectura ligera. – Mostrando el diario de Dipper.

- Sabes que se molestara. – Acercándose para sentarse a su lado. – ¿No tienes sueño?

- Estrella recuerda que yo no siento cansancio. – Respondiendo.

- Pero yo te vi dormir aquella vez.

- Bueno eso es porque trate de invadir sus sueños, tratar de entrar a su mente. – Golpeando la frente de la castaña. – También porque aplique mucha presión en mi para no perder el control contigo, eso sí me causo un gran agotamiento. – Acercándose a su oído. – Es difícil frenar mis impulsos. Cuando tú me provocas con esos sonidos lascivos y ese cuerpo que me incita a marcarla más.

Mabel solo sintió su rostro enrojecer profundamente su cara, obteniendo el color de la granada. Bill solo rió antes de atraerla hacia su lado, pasando una mano por su hombro.

- Descuide sigo nuestro acuerdo.

- Ya veo. – Sintiendo su corazón latir rápido.

- Pero cuando haya regresado del viaje. – Mostrando una mirada dorada a la castaña. – Sera mejor que se prepare, para recibirme. Porque no huira tan fácilmente de mí.

- Mabel solo trago grueso el tan solo pensar que él no se contendría. – Un trato es un trato.

- Exacto Estrella fugaz.

Se quedaron así un buen rato conversando, hasta que Mabel sentía los ojos pesados del sueño que empezaba invadirla completamente. No quería regresar a su habitación, por lo que se arrastró perezosamente tumbando al rubio en el sofá para colocarse encima de su pecho. Esta acción le sorprendió al demonio de los sueños sintiendo el contacto del cuerpo de la chica con el suyo.

- Bill... ¿Puedo quedarme aquí? – Abrazando su pecho.

- Lograras que me odie Ford. – Dijo en tono de burla mientras pasaba una mano por su cabello castaño, de forma suave proporcionándole una caricia. – Recuerdas que mi piel es fría.

- Pues empieza a taparme con una manta. – Proporcionándole una sonrisa risueña. – Abrázame y mantenme calientita.

- Que humana tan egoísta. – Tronando sus dedos para hacer aparecer una manta sobre ellos. – Me tendrás prisionero de tu cuerpo.

- Solo cállate y abrázame. – Apoyando su cabeza sobre su pecho.

Bill pasó sus manos sobre su cintura atrayéndola en un abrazo, escuchándola respirar de forma tranquila, antes de escucharla murmurar entre sueños.

- Buenas noches Bill.

- Dulces sueños Mabel. – Besando su coronilla. Escuchándola dormitar a la chica sobre su pecho antes de volver a seguir con su lectura, haciendo levitar el diario dos encima de ellos.

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Continua

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