[14]-¿Por qué tiene que ser grosero?
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Capítulo XIV: ¿Por qué tiene que ser grosero?
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Moviéndose su cuerpo entre las mantas de su cama, movió sus manos tocando sobre el colchón y pasándolas por encima de la cabeza, se estiro un poco mientras abría sus ojos lentamente, con la palma de su mano se tallo los ojos eliminando cualquier rastro de sueño.
Se sentía aun con cansancio, pero ella sabía que tenía que levantarse. Bostezo abriendo su boca y cubriéndola con su mano en un rápido movimiento. Sentándose sobre la cama termino estirándose aún más sus músculos, haciendo que su mano viajara encima de su pelo para revolverlo y acariciarlo con sumo cuidado.
- ¿Es un ritual que haces para levantarte pequeña humana? - Tomando una carta entre sus dedos, para después posicionarla dentro de una pirámide de cartas de naipe, que tenía levitando aun lado suyo. - Continua haciéndolo, yo ya casi termino. - Menciono antes de ver el rostro de la menor. - ¿Te gusta?
Mabel miro asombrada la enorme pirámide de cartas que estaba enfrente de ella, aunque estaba tentada en tirarla. Prefirió evitar tocar cualquier carta, no sabía si el demonio se molestaría por tal acción, por parte de ella. Aun no definían cuál era su relación.
- ¿Lo hiciste en la noche? - Le pregunto al rubio, recibiendo como respuesta un movimiento en su cabeza, asintiendo en silencio. Mientras terminaba de fijar la carta. - Es Increíble.
- Dato curioso mi mortal - Haciendo hincapié en la construcción de su pirámide. - Estas pirámides egipcias tienen un propósito, contener la "esencia" del rey por toda la eternidad. Según los humanos que construyeron esto, su rey resucitaría, y ascendería al cielo para vivir eternamente entre los dioses, transfigurado en una estrella. - Moviendola con su poder de telequinesis la enorme pirámide, encima de la cama, levitando sobre la chica. - Los mortales pueden dar risa por cosas como esta.
- ¿Qué haces? - Mirando por encima de su cama la pirámide de forma amenazante, y la sonrisa maliciosa que se asomaba en el rostro del rubio.
El demonio solo resoplo antes de dar un golpe a su pirámide de naipes, esparciendo la gran cantidad de cartas sobre la chica, haciendo que ella se cubriera con sus brazos el rostro recibiendo la enorme cantidad de cartas, sobre ella. - Ahora... - Cayendo encima del cuerpo de la adolescente, tomando sus brazos y poniéndolas a los lados de su cabeza, sujetándola firmemente y quedando su rostro cerca del suyo mientras daba una sonrisa mostrando sus dientes afilados. - Creo que usted ascenderá a los cielos, ya que esta sepultada en una enorme pirámide de cartas, ¿no lo crees Estrella fugaz? - Observando con detenimiento su rostro levemente enrojecido, apreciando su expresión tímida e inocente. - Solo quédate así.
- Bill... - Sintiendo muy de cerca su rostro, sus labios estaban a punto de ser tocados nuevamente por los suyos, hasta que un gruñido en el estómago de la chica se hizo sonar lo suficiente para que él escuchara. Poniéndose colorada de su rostro al igual que un tomate.
El rubio se apartó dejándola libre, para después soltar una carcajada estruendosa, mientras se bajaba de ella. - ¿Hambrienta humana?
Mabel solo inflo sus mofletes con molestia antes de apartarse las mantas, pateándolas con suma molestia; esparciendo las cartas sobre su cama y en el piso de su habitación.
- A Dipper no le gustara ver este desastre. Mira lo que has hecho. - Regañándole por el desastre de cartas. - Júntalas, me iré a cambiar - Tomando lo primero que encontró del armario y dirigiéndose al baño.
- Como diga mi Führer - Diciéndolo en forma de broma. Escuchando el sonido de la puerta cerrarse y echar el pestillo en el cuarto de baño. - Bien solo será un instante. - Tronando sus dedos hizo desaparecer las cartas. Dirigía su mirada hacia la ropa prestada que ella le dio anoche. - Esto es incómodo, si tan solo Pino le hiciera crecer esos huesos inútiles que tiene.
Se quitó la ropa retirándose el suéter de color gris y los pantalones de pijama azul oscuro que le quedaban cortos. Un aura oscura en forma de neblina lo cubrió completamente de su cuerpo, y en un instante apareció con una vestimenta formal, solo sin su abrigo; llevaba una camisa de manga larga color amarillo pastel, con un tapiz de fondo color gris oscuro dentro de las muñecas y con dos botones a cada lado con las líneas del borde redondo, tenía un corte de cuello tipo francés; llevaba un chaleco con el corte en forma "V" largo con un término de tres botones color oscuro; una corbata de 100% seda italiana color oscuro descansaba en su cuello con un nudo de corbata tipo Windsor; llevaba pantalones negros corte Slim pegados a sus piernas y unos zapatos de vestir con una hebilla plateada en forma de triángulo en la esquina con la suela roja "Cortesía de una marca mundialmente reconocida" Paso sus manos por su pelo acomodándose unos mechones rubios salvajes, que se mantenía a los lados de su rostro.
- Muy bien, me conformo así con esta vestimenta simple. - Acomodándose el chaleco oscuro. Antes de ver a Mabel salir del cuarto, con la boca abierta. - Mujer es de mala educación admirar a un dios del caos de esa manera.
- Es solo que... - Sus mejillas estaban enrojecidas a verlo atractivo con ese traje, no importa lo que usara. Le haría ver ese toque formal y maduro. - Es demasiado elegante. - Recordándose que solo había visto, ese tipo de ropa en las revistas de las tiendas departamentales más caras en su ciudad, cuando mencionaban una nueva marca de temporada.
- Niña tonta es necesario vestirse bien. La buena presentación hace ver bien al hombre y al demonio. - Acercándose a ella para mirarla de pies a cabeza. - Hablando de vestirse bien.
Mabel le lanzo una mirada incomoda al ver que se detenía analizar su vestimenta, evaluando cada aspecto de su ropa, con un ojo crítico, antes de rodar su mirada hacia atrás y con su mano materializar su bastón. Dando pequeños golpes en la punta de su pie.
Vio que ella llevaba un Jersey holgado color crema, con el corte de cuello redondo, dejando al descubierto una pequeña parte de su escote, donde mostraba su clavícula y la exposición de su piel; unos shorts azul claros con apariencia deslavada y unas zapatillas color cuero, era su conjunto; su cabello largo y castaño estaba recogido en una trenza sencilla. En si era una mezcla entre inocente e infantil para Bill, por lo que golpeo su bastón al piso nuevamente.
- ¿Puedo arreglar tu vestimenta Estrella fugaz? - Realizando un ameno movimiento. - ¿Qué prefieres? Algo elegante como yo.
- No es necesario. - Dije molesta antes de girarme. - Estoy bien así. Me gusta. - Apunto de abrir la manilla de la puerta, es retenida por una mano antes de levantar la cabeza y encontrarse con una mirada amarilla con sus ojos color avellana. - ¿Bill?
- Entonces mínimo utilice esto. - Mostrándole un collar de plata; con la cadena fina y con un colgante en forma globo de cristal con el contenido de un diente de león. Antes de que la mujer le dirigiera una mirada de forma sospechosa, ante la joyería. - No estoy pidiendo nada a cambio, solo úselo.
Mabel tomo el pendiente entre sus manos y lo miro con gusto, admirando su diseño. - Es hermoso.
- Permítame - Retirándolo de sus manos para después posicionarse en su cuello y apartar su cabello a un lado. Colocando el pendiente en la posición fija de su cuello, cerrando el broche antes de apartarse y volver admirar la parte superior de su suéter. - Mucho mejor.
- ¿Quién eres y que hiciste con Bill Cipher? - Tocando el collar con la punta de mis dedos. - Eres demasiado amable.
- Estoy haciendo algo bueno y tú me criticas - Golpeando su frente con sus dos dedos. - Vamos, deja de perder el tiempo, me necesitas. - Mostrándole una sonrisa afilada.
- Eso lo sé - Desviando su mirada de la suya.
El demonio coloco una mano encima de la puerta de madera, rompiendo el sello invisible que había puesto en la habitación. Abriendo la puerta para dejar pasar a la chica a su lado, estaban a punto de bajar cuando sintió una mano temblar, tomando de la manga de su camisa.
- Lo siento... - Apartando su mano con rapidez, como si hubiera tocado algo eléctrico. - No lo haré.
En cambio el rubio solo bufo y antes de mostrar una expresión neutra, mirando a la pobre adolescente temblar de miedo. Se acercó y tomo su mano aplicando su agarre sobre su muñeca, para guiarla, bajando las escaleras un poco rápido, llegando a lo que es cerca del recibidor de la tienda.
- Bill... espera yo no sé, si estoy lista - Mostrándose con un poco de miedo en su voz.
- Mabel - Llamándola.
Dijo una voz desde el umbral de la entrada a la estancia. Una mujer con rizos de color miel, cargando entre sus brazos un niño.
- Estaba muy preocupada - Acercándose a ella lentamente, mirando al demonio para darle su consentimiento de acercarse un poco más. - Corazón estaba muy preocupada por ti, no sabía cómo te encontrabas. - Abrazando a la chica.
- Melody... - Sintiendo unas lágrimas recorrer por sus mejillas mientras abrazaba de vuelta a la mujer, que la consideraba como una segunda madre. - Estoy bien, yo estoy bien. Estoy aquí. - Sintió unas pequeñas manos tomando los mechones de su pelo, siendo jalados. - No me olvidado de ti Mike. - Prestando atención a las protestas que hacia el pequeño. Tomando al niño entre sus brazos, mientras le hacía mimos y leves pucheros graciosos. Escuchando la suave risa que hacía.
Melody se acercó a Bill recibiéndolo con una sonrisa.
- Gracias por traerla, no sabes cómo te lo agradezco, señor trianguló. - Le dijo a Bill antes de recibir una mueca de arrogancia por parte de él. Aunque Melody sabía que no lo admitiría. - También estabas preocupado por ella. - Observando a la joven jugar con su hijo.
- Humana cuida tu lengua, no es suficiente un "de nada" - Viendo con recelo a Mabel jugar con el niño. - Esa bola de masa de carne, no hace más que recibir atención de Estrella fugaz.
- ¡Esa masa de carne es mi hijo! - Dijo molesta Melody. - Y su nombre es Mike Ramirez.
- ¡Oh! entonces el primate tiene madre - Dijo en tono gracioso. - Vaya cómo evoluciona su especie.
- ¿Qué dijiste? - Encarándolo. Estaba a punto de golpearlo, cuando escucho la voz de la chica.
- Melody ¿y los demás? - Dijo Mabel entregándole el niño para evitar una discusión entre ella y Bill.
- Soos salió de compras con Stan, Dipper está en la sala de descanso y Stanford en el sótano.
- Ya veo - Mostrándose un poco desanimada.
Un sonido se escuchó de su estómago nuevamente, poniendo las mejillas coloradas de la castaña en un color rojizo, llena de vergüenza. Melody le dio una sonrisa antes de guiarla a la cocina.
- Debes estar hambrienta - Colocando al niño en la carriola. Tomando su mandil. - En un momento te sirvo, lo que hice.
Mabel solo se sentó en la mesa de la cocina, mientras que el demonio solo atinaba a una sonrisa llena de burla, tomando asiento frente a ella.
- Vaya, vaya, vaya - Colocando un codo en la mesa y posicionando su mentón sobre su dorso. - Tu estomago demanda alimentos, lanzando gruñidos salvajes.
- Eres molesto - Dirigiéndole una mirada irritante. - Puedes quedarte en silencio.
- Déjame pensarlo - Golpeando con la punta de su dedo enguantado, su labio antes de darle una respuesta. - Creo que no.
- Dios que molesto. - Dijo golpeando su cabeza contra la mesa.
- Dios no existe - Burlándose de la chica en una pequeña risa.
- ¿Qué dijiste? - No pudiendo escucharlo por lo bajo.
- Nada.
- Te quedaras - Mirando el tenedor mientras lo hacía girar.
- Me lo pediste - Imitándola al golpear una cuchara hacerla girar, solo con la diferencia de que esta no se detenía, en ningún momento. - Aunque Stanford está deseoso por tener mi cabeza, colgada en alguna pared.
- Bill...yo
No pudo responderle cuando llego Melody con dos platos de lo que parecía contener; huevos y tocino, aun lado se encontraban dos rebanadas de pan tostado para cada quien.
- De acuerdo coman - Mostrando una sonrisa de oreja a oreja.
- Se ve delicioso, gracias Mel - Dijo Mabel antes de empezar a comer de su plato. Poniendo un rostro lleno de placer al sentir el alimento caliente, y el sabor del huevo.
- Eso es bueno. - Viendo como la castaña ponía un rostro de felicidad pura. En cambio Bill...
- Mujer le he dicho que no necesito alimentos - Mostrando una expresión desagrado. - Soy un... - Pero fue interrumpido por una mirada siniestra y maligna de la mujer.
- Te lo tragas. - Con voz firme.
Dirigiéndose a su hijo para tomar un biberón y llevarlo a la otra habitación a alimentarlo.
- Quiero ver ese plato vacío cuando regrese. - Amenazando a Bill.
- Desagradable humana - Picando el huevo con la cuchara. - Fácilmente podría mandarla a una dimensión de tortura o dejarla calva de por vida.
- Bill intenta comer - Mirando como mutilaba al pobre huevo, con sumo desprecio. - Esta delicioso lo que prepara ella.
- Tú lo necesitas, yo no.
- Dame eso. - Arrebatándole la cuchara de las manos, antes de acercarse a su plato y cortar una porción del huevo mutilado y acercarlo a él. - Abre la boca.
- No meterás eso a mi boca - Riendo en su intento en alimentarlo. - Esa sustancia gelatinosa debería ir mejor a la tuya.
- Solo un bocado - Empujando la cuchara entre sus labios. - Oh Mel se pondrá triste y llorada. - Tratando de convencerlo.
- Tu excusa es inútil. - Claramente no le importaba lo que sucediera a esa mujer.
- Entonces... - Bajando la cuchara un poco, antes de poner una expresión triste, amenazando con llorar. - Yo empezare a llorar y te odiare más, y nunca te lo perdonare tonto nacho voldador. Es más ni te dirigiré la palabra y... - Observando cómo se inclinaba la boca del rubio, y se acercaba a la cuchara, donde sostenía el huevo, para tomar el bocado del alimento.
- Contenta - Masticando el alimento con sumo enojo. - Esto es innecesario, ni siquiera lo ocupo. - Quitándole la cuchara y consumiendo más del alimento.
- ¿A que sabe? - Dije de forma curiosa mientras consumía mi propio plato. Quería saber lo que piensa el demonio.
- No empieces, sigue comiendo Estrella fugaz. - Diciendo en un leve rosado en sus palidas mejillas.
- Oye, si yo preparada algo - Llamando su atención. - ¿Lo comerías?
- Me viste cara de conejillo de indias.
- Solo te pregunte grosero - Inflando sus mejillas antes de dirigirle una patada por debajo de la mesa.
- Haciendo un leve tic en su ojo. - Deja de hacer eso - Robando su tocino de su plato. - Como castigo me llevare esto.
- ¡Oye! Eso es mío - Tratando de tomarlo, pero vio que se lo comía. - Malvado.
- Sígueme pateando y me llevare el siguiente. - Sacándole la lengua azulada.
- Dijiste que no lo necesitabas.
- Tengo papilas gustativas, aunque en sí el alimento no sirve en mí. - Aclarando. - ¿Quieres saber de qué me alimento? - Mabel asintió con curiosidad poniendo atención a lo que iba decir. - Sueños y Pesadillas.
- Entonces eres un glotón. - Tomando un mordisco de su pan tostado. - Hay miles de sueños en este pueblo.
- Tengo mi selección y gustos. - Devorando otra tira de tocino, sintiendo el sabor salado. - Sabes que no me sentiré lleno, ni sentiré hambre. Pero puedo disfrutar de su textura y sabor.
- Mm... entonces puedes probar toda clase de alimentos, sin llegar explotar. - Sintiéndose envidiosa, ante las infinitas posibilidades de probar alimentos de diferentes partes, de las regiones y países del mundo.
- Probablemente, pero si quiere tener esa posibilidad de probar cualquier alimento sin limitaciones, y sin daños a su pequeño cuerpo, bueno. - Invocando una llama azulada en su mano. - Solo tendríamos que hacer un trato, aunque lo que pediría a cambio sería muy grande.
- Bill - Dijo Mabel amenazándolo con el tenedor. - No tratos.
- De acuerdo, no tratos. Apenas hiciste uno recientemente. - Robando su rebanada de pan para darle un mordisco, solo para molestarla.
- ¡Oye! Eso es mío - Mostrando un puño.
- Lo quieres - Sacándole la lengua en forma de burla.
- Bill eres un grosero, estúpido triangulo feo.
Hasta que los dos se dieron cuenta de la presencia de Stanford, quien los miraba de forma extraña ante su comportamiento. Bill solo atino verlo con su ojo entrecerrado, mientras reía de forma hilarante.
- Esperaba a ver cuándo te aparecías Sixer - Dejando la cuchara sobre la mesa. - Debes tener ganas de colgarme.
- Al igual que yo tengo ganas de golpearte - Apareciendo Stan con Dipper.
- Creo que es momento de hablar, ¿no creen? - Dijo Ford seriamente. - En la otra habitación. Si es que terminaron.
Melody había entrado en la cocina observando la escena, mientras veía levantarse Mabel junto con Bill viendo cómo iban a la otra habitación. Iba seguirlos hasta que Soos aparecido reteniéndola.
- Ella debe arreglarlo - Dijo el ex técnico - Él Sr. Pines quiere hablar con ellos.
- De acuerdo - Observando los platos, uno a medio comer y el otro vacío.
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Mabel se encontraba sentada en la silla de la mesa del comedor, aun lado de ella tenía a Bill con el rostro serio y dedicándole una mirada de molestia a los presentes; Dipper estaba sentado de enfrente observando a su hermana. Ford estaba al igual sentado observando a los dos, mientras que Stan estaba parado en el marco de la puerta observando todos los movimientos que realizaban.
Por debajo de la mesa la castaña paso su mano tomando la del demonio con sumo miedo, antes de sentir su agarre tal como se lo había pedido al principio. Tratando de tomar coraje para enfrentar a su familia.
- Sabemos lo que sucedió anoche. - Dijo Ford tomando una larga inhalación antes de soltarlo. - Esto no sé, si decir, ¿si esto era una emergencia o no al invocar a cierto demonio maligno?
- Estaba en problemas, y sus amigos lo llamaron. - Dijo Dipper con una expresión de amargura. - Ya habíamos acordado.
- Mabel no te preguntare que te hicieron esos sujetos. - Viendo como su sobrina agachaba la mirada. - Pero me gustaría saber si este ser, te está haciendo daño. - No confiaba del todo en Bill. Tenía el arte de engañar a cualquier persona, para sus propósitos.
- ¿Crees que la tocaría? - Dijo Bill indignado lanzando una sonrisa sarcástica. - Vamos solo estaba cumpliendo parte del trato, traerla sana y salva. Como lo pidieron la bola de grasa y aquellas bolsas de carne.
- Ella estaba lastimada - Dijo Stan furioso - Lo vi claramente con mis ojos, luego nos apartaste de ella.
- Ella no quería verlos - Recalco el rubio. - Eso deberían entender mugres bolsas de carne parlantes. Claro aunque no reconozcan, cuando es el momento de hablar.
- ¿Qué le hiciste a mi hermana? - Dijo Dipper tratando de obtener respuestas al ver a su hermana intacta y sin ningún rasguño. - Mabel ¿él te hizo algo?
- Hermano él no me hizo daño... yo - Trato de hablar pero escucho que el demonio incitaba a provocar una discusión.
- Ahora es un crimen curar un humano - Rio en forma de burla. - ¿Qué quería que hiciera? ¿dejarla en su condición actual? Con gusto lo hago, pero no te gustara verla de esa forma o no Pino.
Dipper trago grueso al saber que él demonio podía cumplir su promesa, por lo que decidió guardar silencio, por el momento.
- Encontraron sangre en el lago del pueblo - Mostrando el periódico que saco Ford. - ¿Qué hiciste?
Mabel solo abrió los ojos como platos al ver la imagen del periódico con la nota, en cambio el demonio solo atino a disparar una llama en sus dedos, directo al periódico para terminar pulverizándolo y reduciéndolo en cenizas.
- Esos insectos se merecían morir. - Dijo con una sonrisa de orgullo. - En este momento mis amigos deben tener su festival de cadáveres en la otra dimensión. Nadie recordara a esos miserables humanos inferiores.
- Asesinaste - Dijo Stan.
- Nadie daña mis contratistas - Apretando la mano de la castaña. - Es como si tocaran algo que no les pertenece. Tú lo sabes muy bien. - Tornando su ojo en un color carmín. - Hacerle esa clase de cosas a Estrella fugaz, es una penitencia que se castiga con la muerte.
- Es extraño de ti Cipher, no es tu naturaleza, te conozco muy bien y sé qué pides algo a cambio. - Señalando con el dedo. - Y temo que la dañes.
- Seis dedos usted siempre tan paranoico. - Golpeando con sus dedos la mesa. - Debería alegrarse y quitarse un peso de encima, al ver que esta chica esta fuera de peligro.
- Sigo sin confiar del todo en usted, he estado mucho tiempo vagando dentro sus múltiples dimensiones y lo que he visto, no me ha agradado para nada. - Colocando un puño en la mesa. - Puedo comentar lo que he visto y créeme, que no le agradara saber qué clase de ser tan desagradable eres.
- Hágalo y le aseguro un boleto de regreso a esas dimensiones. - Amenazando con voz firme el rubio.
- Tío Ford - Hablo Mabel interviniendo. - Por favor, por esta vez déjalo, no es suficiente con todo esto, yo estoy bien. - Mostrando una débil sonrisa. - Él me salvo de esos sujetos, aunque desconozco lo que piense. - Mirando a Bill para ver que su mirada regresaba al color dorado. - Con esto es suficiente. - Soltando su mano. - Puedes irte. - Temía que su tío lo volviera a mantener encerrado, no se le hacía justo, más si lo provocaba.
- Sabes dónde encontrarme. - Antes de transformarse en su antigua forma de triángulo. - Tengo asuntos que atender y seres que atormentar.
- ¡Espera! - Dijo Dipper.
- ¿Qué quieres Pino? - Escupiendo su apodo de forma molesta.
El castaño estaba un poco molesto, por no saber más de lo que sucedió anoche cuando se quedó a solas con su hermana, pero también debía admitir algo. Había sido reemplazado, ya no sería más el protector de su gemelo, porque ahora ella había depositado su confianza en él. Su mayor enemigo. - Debo agradecerte por ayudar a Mabel. Si no, ella no estaría aquí.
- Muy inteligente de tu parte Pino, al menos alguien se tragó su orgullo. Y no como otros. - Menciono refiriéndose a sus tíos abuelos que estaban molestos.
- No tientes tu suerte estúpido triangulo isósceles - Cruzando los brazos Dipper.
- Como usted diga. - Una luz apareció detrás de él - Y ¡Recuerden! La realidad es una ilusión y el universo un holograma, compren oro, ¡adiós! - Despareciendo de la vista de todos.
- Eso que tiene que ver - Dijo Stan.
- Nunca lo entendí de él - Dijo Ford, llevándose una mano a su rostro para tomar sus lentes y empezar a limpiarlos para después colocárselos nuevamente, y ver a su sobrina. - Mabel debo disculparme contigo nuevamente, sé que actué otra vez imprudente. Pero debes entender que aún no confió de todo en él. - Pasándose una mano por el cuello.
- Lo entiendo tío Ford. - Mostrando una expresión triste. - Pero Bill no me hizo nada. El me protegió.
- De acuerdo - Soltando un suspiro frustrado - Solo avísame si llega hacerte daño. - Acariciando su cabeza. - Yo una vez fui su amigo, pero me traiciono por sus deseos egoístas, fui engañado una vez, por lo que no me gustaría que te sucediera lo mismo.
- Okey - Asintiendo levemente la cabeza ante la advertencia de su tío.
- Bueno, si ese triángulo infernal no le hizo daño a mi calabaza, entonces no hay que cazarlo para golpearlo. - Acercándose para abrazar a su sobrina. - Me alegra que estés bien mi angelito.
- Gracias tío Stan - Devolviendo el abrazo. - Lo siento por preocuparlos.
Separándose de su tío observo que su hermano se acercaba a ella temeroso, hasta que recibió un abrazo de parte de ella. Correspondió al gesto fue devolviendo el abrazo, mientras se daban una palmada en la espalda. Como una forma de decir "abrazo incomodo de hermanos" cuando eran niños. A pesar de que anoche habían vivido y experimentado una noche de terror entre los dos; ella casi por ser abusada por unos sujetos desconocidos, y haber presenciado una masacre censurada, sin olvidar el malestar de su cuerpo bajo los efectos de una droga y los sentimientos confusos; y él por encontrar a su hermana en los brazos de un demonio, sumamente molesto, herida físicamente y sin la oportunidad de acercarse a ella, auxiliarla o ver como se encontraba. Se había sentido como si no tuviera el derecho de acercarse a su hermana.
- Perdóname Mabel, debí haber estado ahí - Escapando unas lágrimas en sus ojos mientras sorbía un poco su nariz. - Esa tonta discusión, yo tuve la culpa.
- No, fue mi culpa por ser tan egoísta y algo celosa de su relación. - Dijo la castaña entre lágrimas. - Eres mi hermano y aunque me duela admitirlo, el hecho de que tienes que avanzar y ya no pueda seguirte, el retenerte aquí conmigo cada verano. Solo me hace pensar que no pueda madurar y no pueda separarme de ti. Eso me hizo pensar que dependía mucho de ti, incluso cuando te quitaba tiempo de hacer lo que tú querías. - Dedicándole una mirada segura mientras se limpia las lágrimas - Dipper si quieres ser aprendiz de Ford, adelante no te detengo, yo estoy bien. Aparte no signifique que no te volveré a ver, siempre tendré a mi hermano gemelo. Ya no tengo más pesadillas - Diciendo con orgullo y con una sonrisa.
- Mabel - Limpiándose sus lágrimas con el dorso de su mano. - Tú siempre serás la mejor hermana, y siempre seremos los gemelos misterio. Siempre te querré aunque seas algo molesta y me metas en problemas.
- Oye es parte de crecer. - Golpeando con un codo a su gemelo. - Incluso tal vez cuando regrese a california, pueda convertir tu habitación en mi estudio para hacer suéteres y aprender diseño de moda.
- Deja de pensar en mi cuarto como estudio, no me estoy marchando completamente de la casa. - Advirtiéndole a su hermana, que se estaba empezando a planificar. - Hablo enserio Mabel, deja de pensar en redecorar mi cuarto.
- Bueno tengo el resto del verano para convencerte con mis diseños y planes. - Sacando un cuaderno rosa. - ¿Qué dices?
- Sigo diciendo que no - Dijo Dipper, mientras cruzaba los brazos formando una "X" como forma de rechazo. - ¿Dónde demonios está el dorito iluminati? para hacer un trato, cuando se le necesita. - Diciendo en forma de broma.
- Oye planeas eliminarme. - Poniendo una expresión molesta.
- Tal vez - Riendo mientras caminaban para la sala.
- Dipper eres un malvado - Golpeándolo con su cuaderno.
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Continua
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