[11]-Mabel Pines
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Capítulo XI: Mabel Pines
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¿Dónde estoy?
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Es tan cálido estar en este lugar.
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Pero siento que estado aquí anteriormente.
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Un lugar creado para mí.
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Él me prometió un verano eterno sin preocupaciones.
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Él venía a visitarme y cumplir mis deseos.
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Era demasiado perfecto para ser verdad.
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Todo fue una ilusión.
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Una mera ilusión.
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Que egoísta fui.
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El no querer renunciar este sueño de fantasía.
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Despertar... duele.
Y afrontar la realidad, duele.
Unos rayos de sol se colaban por la ventana de su habitación compartida por su gemelo, sintiendo la brisa fresca de la mañana sobre su piel, abrió los ojos observando el techo dar un poco de vueltas. Un dolor en el estómago se hizo presente y la sensación quemante en su garganta al sentir el líquido de la bilis venirse, por su esófago la hizo recobrar las ganas de levantarse inmediatamente e ir a correr dentro del baño.
Lo primero que hizo fue levantar la tapa del retrete y vomitar el contenido de anoche, sintiendo el sabor amargo y el ardor en su garganta; Si señores, debía reconocer la adolescente que era su primera resaca de la mañana, y en toda su vida. Cortesía del demonio triangular Bill Cipher; la castaña se llevó una mano a la frente masajeando suavemente con movimientos circulares, mientras soltaba un leve suspiro. Vacío el contenido girando la manija del retrete, y se prometió nunca volver a tomar una copa, menos de un demonio atractivo.
Su rostro se enrojeció recordando cómo le enseñaba tomar la bebida afrutada. Se dio unas cuantas palmaditas en las mejillas y se acercó al lavabo a enjuagarse la boca, para quitarse el sabor a bilis. Escucho unos golpes en la puerta antes de escuchar la voz preocupada de su hermano.
- Mabel, ¿te encuentras bien? – Pregunto Dipper a través de la puerta de madera. – Necesitas que llame al tío Stan o Melody.
La castaña se acercó a la puerta para responderle a su hermano e inventar una pequeña excusa, estaba segura que no podría decirle que había bebido mucho anoche y mucho menos con su enemigo jurado. – Perdón Dip, pero anoche creo que tome mucho de mi jugo especial Mabel, y comí demasiadas bolitas de queso.
- Otra vez, pensé que ya habías dejado de comer comida chatarra muy noche – Dijo Dipper. – Oye dejando de eso, ¿has visto a Bill?
- Bill... - Una sensación de preocupación le invadió al olvidarse de cómo le explicaría a su hermano de que él, había sido liberado de la prisión de Ford o mejor dicho que ella lo ayudo a escapar. – No... no lo sé hermanito, debe andar ocultándose – Riendo nerviosamente.
- Hombre debo agradecerle a ese estúpido nacho volador, tal vez sus consejos no sirvieron de mucho al principio, pero la ropa eso fue genial – Estando emocionado mientras se cambiaba el pijama, y se colocaba su ropa mientras seguía hablando a través de la puerta. – Tal vez no sabré nunca de donde saco el traje, pero eso ayudó mucho con mi cita con Pacifica. – Colocándose la gorra. – Bueno bajare a la cocina, a lo mejor está ahí, molestando al tío Ford.
- Si a lo mejor está ahí – Mirándose preocupada en el espejo. – Yo tomare un baño, adelántate. – Dijo a través de la puerta.
- Está bien – Tomando su diario para antes salir fuera de la habitación.
- Ahora Mabel tienes graves problemas – Se dijo a sí misma.
Primero que nada tenía que liberarse del terrible mareo y la sensación palpitante de su cabeza, que la hacían sentir como si fuera explotar en ese mismo instante. Eso sin olvidar la resequedad de su boca, y la terrible sed que su cuerpo pedía a gritos, de ser hidratado urgentemente. Recordando hace un tiempo cuando Wendy le platico que se sentía estar ebria, después de haber ingerido una cierta cantidad de alcohol, cuando ella y su hermano Dipper habían cumplido 14 años. Jamás se imaginó experimentar su primera emborrachada, y mucho menos a lado de un rubio jodidamente atractivo. Una mano viajo a su rostro para olvidarse la imagen de Bill.
- No lo pienses, no lo pienses, no lo pienses... - Se repitió la menor intentando alejar el pensamiento de culpabilidad.
Tomando un vaso y bebiendo del agua del grifo con necesidad, mitigo un poco la sensación de sed. Se empezó a desvestir para adentrarse a la ducha y abrir el agua caliente y fría, creando una combinación de temperatura tibia; empezando a humedecer su cuerpo y cabello, mientras limpiaba cada parte de su piel tomando una cantidad generosa de Champú con aroma florar para después masajear su cuero cabelludo.
Unas imágenes de anoche aparecieron como un recordatorio, de lo que vivió y la actitud que había prestado al demonio durante su conversación, un fuerte rubor le cubrió el rostro al recordar con suma vergüenza los acontecimientos de anoche. Enjuagándose su cabello se llevó las manos al rostro mientras exclamaba un chillido de vergüenza.
- ¡No puede ser que le haya contado mis penas y mis amores fallidos! – Su corazón empezó a martillar al recordar cuando la había ayudado con su lesión en el tobillo. – ¡Oh no! ¿y si vio mis bragas nuevamente?, a pesar de que él me dijo que no había visto nada. – La chica solo se hizo bolita sentándose en el piso de la regadera mientras seguía tallando su cuerpo. – Me dijo poco atractiva, ni siquiera lo vi sonrojarse ni sentir interés. – Se dio un leve golpe en la cabeza. – Mabel tonta, él no tiene interés. Es un demonio triangular. Un tipo cruel y malo.
Terminando de enjuagarse el cuerpo, salió de la ducha sintiéndose todavía cansada y con dolor de cabeza. Se envolvió con una toalla su cuerpo, mientras que con otra secaba su melena con rapidez. Saliendo del cuarto de baño asomo su cabeza por fuera para ver que no se encontrara su hermano presente, y así salir completamente del baño, se dirigió a colocar seguro a la puerta de la habitación y cambiarse rápidamente tomando de su armario; un suéter anaranjado con el dibujo de una nota musical, y una falda café oscuro, con unas calcetas bajas color beige y unas calzas oscuras.
Bajo por las escaleras pasando por la entrada y observando el marco dañado, donde estaban antes las runas y el cabello de unicornio, que contenían al demonio de ensueño. Llegando a la cocina Dipper había terminado su desayuno cuando llego Ford, con un pedazo de madera en su mano. Mabel trago grueso al saber que tendría que dar una buena excusa del porque un demonio que casi destruye completamente Gravity Falls, anda suelto nuevamente en el pueblo.
- Mabel... cariño puedes explicar esto – Señalo Ford el pedazo de madera en su mano, observando la expresión de culpa de la adolescente. – ¿Te obligo?
- No – Dije firmemente.
- ¿Te amenazo? – Volviendo a interrogar. – ¿Amenazo con dañar a la familia otra vez?
- No – Tomando del dobladillo de su blusa mientras miraba en el suelo de la cocina. – Es solo que...
- ¿Te torturo? – Volviendo a cuestionar al no obtener respuesta de su sobrina. – He visto que te estaba molestando y puede llegar hacer un ser sin sentido del tacto alguno, ni tener una pizca de sentimientos, no tiene límites y ni sabe reconocer cuando detenerse en sus burlas cuando ya aplicado el daño, no tiene respeto por la vida, por lo que me imagino que te hizo algo malo. Créeme he pasado por esto, te da su confianza e incluso te dice que es tu mejor amigo pero en realidad te engaña. Es un ser vil y cruel, sin tener un poco de humildad o bondad en su inexistente corazón. Por lo que necesito que me digas, ¿Qué sucedió?
- Bill no me hizo nada, no me manipulo ni me hizo daño, en realidad yo quise liberarlo – Dijo Mabel, confesando su complicidad mientras observaba la mirada sorprendida del tío Ford y su hermano gemelo. – Era lo justo, de todos modos se fue a su dimensión, él ya no regresara. – No podía con la tensión en ese ambiente.
Mabel salió corriendo fuera de la cabaña sin llegar a escuchar la respuesta de su tío Ford, solo quería estar sola un momento, adentrándose por el bosque emprendió su camino por aquellos senderos, hasta llegar a la casa de su amiga la pelirroja, Wendy.
Tocando la puerta fue recibida por la chica quien se encontraba en pijama todavía, acomodándose un mechón de pelo atrás de su oreja. Se sorprendió de ver a la castaña a esta hora, por lo que la invito a pasar.
- Wow chica no pensé verte temprano, son apenas las 9 de la mañana. – Observando la hora en su celular. – ¿Qué tú y Dipper no duermen hasta tarde? – Dijo riendo mientras se dirigía a la cocina a poner a calentar un poco de café. Mientras tomaba una galleta de la alacena.
- Wendy recuerdas que dijiste que si llegaba a probar un poco de alcohol, me ayudarías con eso que se llama "resaca" – Dijo con timidez. – Creo que lo tengo.
- La pelirroja solo escupió la galleta poniendo los ojos como plato, mientras se dirigía a la recamara asegurarse que su novio siguiera dormido, para cerrar la puerta y después ir al baño a tomar del botiquín una tira de Aspirina y una tira anticonceptiva. – No te creí capaz Mabel, consensuado o forzado. – Entregándole las pastillas. – Tomate dos Aspirinas para el dolor de cabeza y tomate una de esa para evitar un embarazo no deseado, a tu edad. – Entregándole un vaso de agua.
- ¡No tuve sexo! – Mostrándose las mejillas arder.
- Está bien, te creo nada de sexo. – Poniendo en duda a lo que decía su amiga, pero observando que le decía la verdad. – Y ¿quién te dio a tomar?, o tú y Dipper están en la fase rebelde de ir a las fiestas. – Mostrando una sonrisa divertida por la expresión de la castaña.
- No salimos de fiesta, más bien no lo sabe Dipper. – Bebiendo el vaso de agua con rapidez. – Dios necesitaba agua, ¡Más! - Alzando el vaso.
- Espera te daré jugo, lo necesitaras para no llegar a vomitar – Dijo Wendy mientras se dirigía a la cocina a servirle un poco de jugo de naranja. – Créeme se siente horrible tener resaca y nada de comida en el estómago.
- Creo que estoy empezando a sentirlo, pero no quería estar un minuto más con la tensión que hay en la cabaña. – Hundiéndose en el sillón mientras recibía el vaso de jugo. – Perdón por molestarte, pero pensé que tu podrías ayudarme.
- ¡Hey! yo siempre estaré aquí para ayudarte a ti y tu hermano. – Acariciando su cabeza. – Bueno y ¿Por qué la tensión en la cabaña? Al fin ese estúpido triangulo le termino de sacar las canas que le faltaban al Sr. Pines.
- En realidad... están molestos mi tío Ford y mi tío Stan supongo. – Sorbiendo de su jugo.
- ¿Y eso? – Pregunto intrigada la pelirroja.
- Tal vez porque Bill se fue - Encogiéndose de hombros.
- ¡¿Qué?! – Sorprendiéndose por segunda vez Wendy en el día. – ¿Pudo con la prisión del señor Ford?
- Tal vez yo lo libere – Confeso la chica con timidez. – No me obligo ni me amenazo, si es lo que piensas.
Wendy estaba sorprendida por lo que dijo la chica Pines, escucho el chillido de la cafetera y la apago antes de servirse en dos tazas y acercarse a lado de su amiga. Analizando un poco la situación antes de responder, debatiéndose entre regañarla o dejar pasar esta situación.
- ¿Por qué? – Soltando un suspiro.
- Sentí que era lo justo. - Admitiendo mientras veía la bebida caliente que había sido depositada en la mesita. – No sentía que estaba cumpliendo con la parte del trato, él nunca se quejó. Yo ya lo sabía. – Mostrando una débil sonrisa. – Él quería regresar a su dimensión, sentí que no era justo que permaneciera encerrado. Nuestra relación era siempre discutir por cosas tontas.
- Está bien – Dijo la mujer antes de fijar su mirada verde en la taza que estaba en sus manos. – Si piensas que es correcto, pues te apoyo. – Soltando un largo suspiro recargándose en el sofá. – Oh cielos no llevamos ni la mitad del verano y esto ya es una montaña rusa de preocupaciones. – Riendo un poco de la situación. – Tus tíos deben estar hechos una furia, lo que pasó, paso y ya nada puede cambiarlo.
- Y respecto a la bebida, Bill... - Tornándose un rubor rosado – Me dio a beber alcohol. Porque quería celebrar su libertad conmigo, pero no le digas a Dipper, por favor.
- Oh cielos – Llevándose una mano a la frente – ¿Y te gusto? – Levantando las cejas.
- ¡Wendy! – Exclamando avergonzada Mabel.
- ¡Vamos Mabel! esa forma de triángulo paso de ser figura geométrica a un apuesto y jodidamente endemoniado atractivo rubio - Dándole un pequeño codazo a la chica. – Ya ni en la preparatoria que asistía existía esos tipos de hombres. De milagro un extranjero.
- Debo admitir que es atractivo – Mostrando una sonrisa tonta al recordar la primera vez que lo vio. – Pero es un idiota oxigenado. Me decía poco atractiva, se burlaba de mí. Y siempre me decía niña despistada o tonta. Fue una semana en que me molestaba o a veces me evitaba pasando tiempo con mi hermano.
Wendy solo atino a soltar una carcajada al saber la razón detrás de lo que decía la chica. – ¿Enserio poco atractiva?, yo diría que lo estabas provocando niña.
- ¿Provocar? – Mostrándose confundida. – Me decía infantil y poco atractiva, y se burlaba de mis... bragas, ese estúpido pervertido.
- Oh hombre esto es bueno, ha de haber suplicado al mismísimo infierno de salir cuanto antes de la prisión de Ford. – Aun riendo mientras trataba de calmar su risa sobándose el estómago. – Lo has deber llevado a un cierto límite, aunque debo admitir que si no llevaras esos suéteres salvavidas de seguro de que él Sr. Pines lo hubiera amarrado y tirado al fondo del bosque.
- Pues parecía que empezábamos a llevarnos bien, ayudo a Dipper en su cita con Pacifica – Sacando su móvil para enseñar una foto que tomo a escondidas como iba vestido. – Mira, incluso le iba agradecer, al parecer le fue bien, se veía atractivo anoche.
Wendy vio la foto de Dipper sintiendo sus mejillas enrojecer furiosamente – No pues se ve bien, yo también le doy. – Mostrando un pulgar hacia arriba. – Yo también le daría las gracias a ese Dorito illuminati, hizo un excelente trabajo.
Las dos chicas estaban animadas riéndose de su conversación, hasta que apareció el novio de Wendy pasando un brazo por su cuello y dándole un pequeño beso en la mejilla, antes de saludar a Mabel.
- ¡Oh! pero si es la chica de tus sueños – Diciendo en especie de broma a la frase que utilizaba Mabel para ligar a los chicos que le gustaba, cuando tenía 12. – ¿Qué haces tan temprano?
- Hola Robbie – Devolviéndole el saludo. – Venia por ayuda de Wendy. Tú sabes consejos de chicas.
- Vuelve a dormir – Empujando a su novio. – Esto es privado.
- Mabel libera a mi novia – Sacando unos boletos – Y te doy esto.
- ¡Wow! son para el concierto del reencuentro Se'vral Timez junto con la aparición de la banda musical Love Sentence*. – Dijo Emocionada mientras veía sus dos bandas musicales favoritas.
- Exacto – entregándole los boletos. – Resulta que tengo acceso a esta clase de concierto por parte de mi jefe. Así que ve con tu hermano y tus amigos y diviértanse, a condición de que me dejes a solas con mi novia esta mañana.
- Robbie – Dijo Wendy dedicándole una mirada.
- Bueno de todos modos se los iba entregar como regalo adelantado de cumpleaños. – Dijo el chico gótico.
- Muchas gracias – Dándole un abrazo a la pareja – Bueno Wendy luego platicamos, ya estoy mucho mejor.
- Oye divierte – Dijo la pelirroja. – Y felicidades por tu primera peda. – Levantando los pulgares.
- ¡Wendy! – Gritándole a la pelirroja.
- Oh se me olvidaba – Acercándose a Mabel para salir fuera de la vivienda. – Algún día me lo agradecerás, sé que estas en la edad, descuida yo también fui alocada en su momento y lo sigo siendo. – Entregándole una tira con dos pastillas – Solo en caso de una noche alocada tú sabes en el concierto.
- Pero... - Ruborizándose hasta el cuello, teniendo la cara roja. – Yo no creo... aaw ¡Wendy! – Poniéndose nerviosa tratando de ocultar su sonrojo que empezaba esparcirse hasta sus orejas.
- Mabel – Dijo de forma graciosa la pelirroja – Me lo agradecerás. Y es protección.
Mabel se encamino de regreso a la cabaña con los boletos en la mano y la pequeña tira que se podía ocultar fácilmente en la palma de su mano, se encontró con Dipper esperándola con el diario en la mano. Por un momento pensó que estaría enojado con ella, por no decirle que había liberado a Bill, pero en vez de eso soltó un suspiro y le dedico una leve sonrisa.
- Hermanita ya estamos un poco grandecitos como para tomar decisiones, no preguntare como él tío Ford, pero... - Dijo haciendo una pausa para después soltar un bufido y frotarse la cabeza. – Me hubiera gustado darle las gracias al estúpido nacho volador.
- Quizás en otro momento, trate de volver hacernos una oferta – Dijo Mabel, devolviéndole la sonrisa. – Adivina ¿Qué?
- ¿Qué? – Pregunto Dipper observando como su hermana le mostraba los boletos para el concierto.
- Robbie y Wendy me dieron esto, parece que tu bolsillo siempre no sangrara – Dijo la castaña.
- Eso es genial. – Dijo Dipper. – Te dio bastantes.
- Dijo que era regalo adelantado de nuestro cumpleaños.
- Pero eso falta un mes y medio, sí que fue muy adelantado.
- Ya ves miel y abejas – Menciono la chica despreocupada.
- ¿Eh? ¿Cómo que miel y abejas? – Dijo extrañado el otro gemelo. – Mabel tus frases no tienen coherencia.
La gemela se dirigió a la habitación acercándose a la mesita de noche aguardar la tira que le había dado la pelirroja en la mañana. Tal vez la utilizaría en su momento. Pero volver a experimentar una horrible resaca después de tomar alcohol, eso no lo volvería hacer.
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La semana había pasado rápido y no había señal de Bill por ninguna parte del pueblo, sus sueños seguían libres de pesadillas, y sus tíos dejaron de preocuparse de que volviera aparecer, aunque Ford seguía siendo precavido en caso de que atacara el pueblo nuevamente. No quería admitirlo pero empezaba extrañarlo. Se dio unas cuantas palmadas en el rostro antes de cambiar su estado de ánimo.
Hoy sería el concierto que disfrutaría junto con su hermano y junto a sus amigas. Mabel se despertó sacando debajo de su cama, un álbum de fotografías de sus antiguos veranos que pasaba en Gravity Falls junto con su hermano Dipper. Pasando las hojas del álbum llego a la sección de "Romances fallidos del verano". Una mano paso por la foto de todos los chicos que había conocido en su momento, se detuvo en la fotografía de Gabe, recordando la razón por la que había fallado en su enamoramiento.
[ F ]
Mabel se encontraba en los vestidores del camerino, arreglándose para la siguiente escena de su obra de teatro de ópera de calcetines, que había hecho para conquistar a Gabe el marionetista. Hasta que recibió la visita de su hermano gemelo Dipper pero en forma de calcetín, al principio se había asustado por verlo de esa forma, hasta que le explico que Bill había tomado posesión de su cuerpo, por un mal trato. Ofreciéndole su apoyo para ayudar a su hermano, evitando que Bill se apodere de su diario. Se dirigió hacia el pastel que se encontraba arriba, tomando el diario y cayendo por inercia hacia dentro del pastel de utilería, pensando por un momento que iría a salir lastimada por la caída. Pero su sorpresa fue que iba ascendiendo para encontrarse cara a cara con Bill, en el cuerpo de Dipper.
- Bipper – Apodándolo de esa forma.
- Oye, querida hermana – Dijo Bipper.- Podrías darme esto. – Tratando de quitarle el diario de sus manos.
- ¡No! Nunca te lo daré, sal del cuerpo de mi hermano – Sujetando con fuerza el diario.
- Es una lástima que sigas las ordenes de tu hermano, cuando está a punto de conseguir lo que quieres. – Señalando al rubio con los dos títeres en sus manos. – Solo tienes que entregármelo, él no haría esto por ti.
- Te equivocas, Dipper si lo haría – Jalando del diario para atraerlo hacia ella, teniendo un pequeño accidente al caer dentro del pastel mientras descendían, y fue cuando sintió los labios plantándose con fuerza sobre los suyos, haciendo que Bipper besara accidentalmente a la niña. Pero la caída hizo que rebotara y se separaran.
- Maldición – Maldijo el castaño al sentir el golpe y el labio partido.
- Sal del cuerpo de mi hermano – Dijo con un ligero rosado en sus mejillas al igual con el labio partido. Bill se dio cuenta de esto antes de lanzar una pequeña lamida por el pequeño rastro de sangre del labio de su hermano gemelo.
- Nuestro primer beso, Estrella fugaz – Dijo riéndose. – Oh mejor dicho entre tu hermano y tú.
- Cállate.
- La próxima vez podría ser mejor, sin Pino de por medio.
Después de esa noche de haber derrotado a Bill y de que Dipper había recuperado su cuerpo, le daba vergüenza mirarlo nuevamente sin llegar a sonrojarse, o sentirse apenada por tal acto. Pensando que se desvanecería este incidente con el tiempo.
Estaba confundida en ese momento porque no sabía si sentía así por su hermano gemelo, aunque era imposible o porque ese demonio triangular se había atrevido a burlarse de ella, sin llegar a saber si lo hacía por interés o meramente diversión.
[ FF ]
Sacudió su cabeza para desvanecer el recuerdo, se estaba sintiendo rara recordando su pequeño incidente. Aunque por un momento pensó, solo lo pensó, y era el cómo sería recibir un beso de Bill ahora con su cuerpo actual. Se rio un poco y se sintió tonta por tener esa clase de pensamientos. Pero esta vez estaba decidida empezar de nuevo, se daría una oportunidad este verano con el amor, pasando la hoja del álbum se encontró movida una fotografía que se encontraba en la parte de atrás, no había colocado título a la imagen, pero era claramente la foto de su hermano gemelo a la edad de 15 años.
[ F ]
El verano en que habían celebrado sus 15 años se encontraba, Mabel junto con Dipper disfrutando de la fiesta de cumpleaños, estaban abriendo los regalos de sus amigos, hasta que llego su tío Ford abrazando a los gemelos y tocándole el hombro a Dipper para que lo siguiera. Mabel se alejó un momento de la fiesta para seguir en secreto a su hermano y a su tío hasta el sótano. Escuchando a través de la puerta su conversación.
- Dipper pronto entraras a preparatoria el próximo año y sé que has estado postergando esto – Dijo Ford – Quería preguntarte si quieres ser mi aprendiz, te ofrezco la posibilidad de extender tu conocimiento.
- Tío Ford es un honor ser su aprendiz, pero... - Dijo Dipper dudando de su decisión. – Seria dejar sola a Mabel, más cuando ella me necesita. Es mi hermana.
- Lo se muchacho, pero es una gran oportunidad. Solo piénsalo es importante para tu conocimiento. – convenciendo al gemelo – Todos pasamos por lo mismo, pero es algo ella deberá afrontarlo algún día sola.
- De acuerdo lo pensare. – Confirmando a su tío.
Mabel al escuchar estas palabras se regresó a la fiesta con el rostro triste; una parte sentía culpa por causarle tantos problemas a Dipper al pedirle que se quedara con ella, sabiendo que un día tendría que separarse. Por otra parte era celosa de que su tío Ford solo lo considerada a él, como su único aprendiz y por su inteligencia. Ella se había resignado a las investigaciones y el tratar de seguir los pasos de su hermano y tío. Solo anhelaba estar a su lado, y que siguieran sus propias aventuras como los gemelos misterios.
- "Un día tendré que dejarte ir hermanito" – Pensó esto último la chica mientras se disponía a mostrar una sonrisa falsa y ocultar sus lágrimas cuando estuviera sola.
[ FF ]
Mabel tomo un plumón y escribió en la parte superior de la página, para después colocar nuevamente la foto con un poco de cinta, manteniéndola en su lugar.
"El día que tome una decisión"
Cerrando el álbum se dispuso a dejarlo en su lugar, apurándose arreglarse para la noche del concierto, donde estarían todos sus amigos que había invitado. Entonando una canción favorita del grupo Love Sentence* en el cuarto de baño mientras se maquillaba, su hermano llego uniéndose también al ritmo de la canción, mientras recogía sus cosas para cambiarse.
- Cantando sin mí eso no se vale hermanita. – Observando como bailaba alegremente su hermana al verla contenta.
- And now we will... Just friend~ – Cantando al ritmo de la letra mientras tomaba el lápiz labial.
- We will be, just friends~ Be just friends – Cantando ambos mientras bailaban, hasta que escucharon al Tío Stan gritar desde las escaleras por ellos.
- Debe ser Stan algo debe de querer. – Cambiándose la playera por la remera roja. – Mejor me adelanto.
- De acuerdo – Dijo Mabel antes de ver que se iba su hermano, estaba feliz porque pasaría un concierto al lado de su hermano y sus amigas, sin olvidar a su novia Pacifica Noroeste. – Es nuestra segunda canción favorita, sin olvidar la canción de reinas de la noche.
Acercándose al armario se dispuso a sacar; una blusa suelta de tirante color verde pastel, un short corto azul con remaches de bolitas y estrellas color dorado, unas calcetas altas color pastel amarillo que llegaban por encima de su rodilla, tomando unos tenis. Se peinó su cabello castaño atándolo en una coleta alta, arreglándose su fleco; tomo unos aretes de estrella dorada. Dipper toco la puerta antes de aparecer con una remera de color roja y unos pantalones azules, y su tenis.
- ¿Estas lista?, nos esperan abajo – Llevándose una mano detrás del cuello, y colocando una expresión incomoda. – Grenda nos quiere hacer llevar algo incómodo, es tu amiga.
- Ya llegaron – Dijo emocionada.
Bajando por las escaleras observo a sus amigas junto con Pacifica, que por cierto traía una cara de mal humor, ya que la habían obligado utilizar una camiseta personalizada del concierto. Mabel chillo emocionada al tomar sus brazos y darle una vuelta para admirar la camiseta.
- Es hermoso y viene el nombre de los dos grupos – Admirando el color blanco y los corazones con los brillos, y el nombre de las dos bandas.
- Esto es vergonzoso – Dijo Pacifica.
- Tenemos una para ti Mabel y otra para Dipper – Dijo Candy.
- Esperen, esperen yo no... a mí no me entrara – Retrocediendo al ver como Grenda se acercaba a ponerle la camisa, pero Pacifica lo sujeto por detrás de la cintura. – ¡Espera no!
- Venganza querido – Dijo la rubia antes de que le colocaran la camisa a Dipper. – Te queda bien.
- No puedo respirar – Dijo el castaño mientras intentaba acomodarse la camisa – ¿Qué talla es?
- Chica – Dijo Grenda
Mabel se colocó la suya admirando su camiseta, hasta que escucho la risa de su hermano y su novia, el verlos tan románticos los dos juntos. Por un momento no le quiso prestar importancia, por lo que apuro a las chicas a irse junto con su gemelo, a ir al concierto lo más pronto posible.
Una vez llegando al recinto del lugar del concierto en el centro cívico, se sentaron en sus lugares, encontrándose con Gideon quien saludaba animado. Mabel solo soltó un bufido mientras se acercaban a donde se encontraba el albino.
- ¡Hey! Un momento por que traen camisetas diferentes de esta – Señalando la camiseta de color rosa que portaba.
- Grenda y Candy las mandaron hacer – Dijo Pacifica.
- ¿Me hicieron una? – Poniendo ojos de cachorro.
- Tenemos está pero es talla chica – Colocándolo en la cabeza de Gideon quedando en su cuello.
- Bueno me conformo que quede como bufanda – Dijo el chico antes de dirigirse a Mabel. – Gracias por el boleto.
- De nada. – Prendiendo una varita de luz.
El concierto había empezado tocando primero el viejo grupo Varias veces, en lo que Mabel y sus amigas no dejaban de entonar cada letra de la canción que tocaba, casi Dipper no había cantado al ser un grupo que no escuchaba hace tiempo, como cuando tenían 12 años. En algunas ocasiones Gideon trato de seguir el ritmo pero debía admitir que no era fanático de ese grupo. En el momento que hubo un intermedio para que se preparada el grupo Love Sentence*, un grupo de chicos que estaban detrás de las chicas, llamaron la atención de Mabel y a sus amigas.
- Oigan se mueven bien al ritmo de la canción – Dijo un joven de cabello oscuro y ojos cafés, dedicándole una sonrisa coqueta. – Ya no puedo esperar por el siguiente grupo.
- Cierto, ya estoy esperando su aparición. – Mostrando un leve rubor en sus mejillas.
- Vamos a ver que también bailan preciosas – Dijo el otro chico de cabello anaranjado liso y ojos verdes.
Candy y Grenda rieron nerviosas igualmente con las mejillas sonrojadas, mientras se miraban entre sí. La chica de lentes le susurro a su amiga, teniendo una idea.
- Esos chicos son atractivos, no han parado de mirarnos, en especial a Mabel – Comento Candy en voz baja. – Deberíamos salir con ellos, también así Mabel conseguiría un novio y olvidaría sus amores fallidos de verano.
- Tienes razón – Respondió Grenda. – Ella necesita un romance de verano.
El segundo tiempo había empezado pero Dipper notaba a su hermana un poco distraía de lo normal. No era como la de esta mañana, hasta que noto a los sujetos de atrás. Puso una mano en su hombro mientras le daba una palmada segura.
- Oye si te sientes incomoda, yo mismo los haré callar – Dijo su hermano animando a la chica.
- Gracias Dip-Dip, pero no te preocupes, aparte no han hecho nada para molestarme. – Mostrando una sonrisa. – Ya no soy la típica niña enamoradiza.
- Tienes razón.
El sonido de la música electrónica y la entonación del grupo Love Sentence se hizo presente en el escenario, empezando a sonar la canción de Just Friends, la que esta misma mañana estaban escuchando los gemelos.
- ¡Nuestra segunda canción favorita! – Dijeron ambos emocionados.
Mabel sentía que nada podría ruinar este momento con su hermano. Hasta que Dipper sintió el leve tirón de la mano de Pacifica entrelazándose con la suya mientras bailaba al ritmo de la música.
- Mi canción favorita – Dijo la rubia mientras le dedicaba una sonrisa coqueta a su novio. – Baila conmigo Dipper.
El chico Pines seguía el ritmo de la música mientras movía las caderas junto a su novia, hasta que sintió la mano de su hermana tomar su mano, mostrando una sonrisa alegre en el momento. A Dipper no le importó este acto, ya que estaban disfrutando de la diversión del momento. Mientras cantaba con su hermana y a la vez con Pacifica.
- It was secret –Entonando una voz suave y cantarina, Dipper. - The way that we feel
- Our love is so pure – Siguiendo la parte de la letra, Mabel.
- Our love is so real. You showed me your world, and it felt like a sign, but you acted too slow – Aprentando la mano de su hermana con emoción mientras alzaba la voz. - And you run out of time!
- And now we'll be – Cantando los dos juntos - Just friends, we will be, Just friends; and now we'll be, Just friends... Be just friends!~
- I didn't mean to hurt you – Mabel movía sus manos imitando al vocalista de la banda, siguiendo sus pasos según la canción.
- You didn't have a clue – Dipper también imito al igual que su hermana
- So you went out and got busy – Cantando la siguiente parte con emoción. - And found somebody new
(New, new)
- And now we'll be – Uniéndose pacifica a los dos hermanos mientras bailaban al ritmo de la música, aun con las manos tomadas. - Just friends... ¡Oh! We will be, just friends, and now we'll be, just friends, be just friends!
La música de fondo del concierto, las luces que adornaban alrededor y el humo de colores, creaban el ambiente perfecto para todas esas personas que estaban disfrutando del momento, con sus amigos y parejas. Mabel volteo a ver a las parejas de enfrente dedicándose un momento íntimo, un beso compartido. Cuando giro para ver a su lado a su gemelo besando a Pacifica, haciendo que soltara de inmediato su mano; como si hubiera tocado una barra caliente de acero, retrocediendo su mano mientras observaba sorprendida y un poco dolida.
- Eso fue genial – Dijo Dipper separándose de la rubia.
No era la primera vez que lo veía darse un beso en público o privado, pero en ese momento, el solo hecho de verlos mostrándose ese afecto, la hacían sentir incomoda... y celosa. Fue una mezcla de enormes emociones que se hicieron presentes; fue cuando se dio cuenta, el saber que sería su último verano con el que pasaría junto a su hermano gemelo, la pregunta de su tío Ford que amenazaba por separarlos; los celos que trataba de ocultar cuando Pacifica tomaba la atención de su hermano; el sentirse engañada por liberar a Bill y formar un trato, el estar enojada por que Bill tenía un poco de razón en sus palabras, y el no haber experimentado un amor de verano como lo hacía su hermano.
Necesitaba salir de ahí en ese momento y que todo terminara de una vez, busco con la mirada a sus amigas y de Gideon que seguían disfrutando del concierto. Se sentía como una estúpida el tratar de ignorar estos sentimientos y solo llegar a disfrazarlos, tratando de disfrutar el concierto todo lo que podía. ¿A quién estaba engañando?, actuaba como inmadura y egoísta.
Se sentó en la banca suspirando mientras veía la varita en la mano y con el rostro desanimado. Hasta que uno de los chicos que estaban atrás de ella la llamo, haciendo que volteara a ver al chico de cabello oscuro.
- Oye ¿Qué paso con el ánimo, estrellita? – Dijo el joven recargándose en el barandal. Mientras miraba sus aretes. – Te aburriste tan pronto.
- Un poco – Dijo Mabel mostrando una leve sonrisa.
- Chicas que dicen nos acompañan a tomar algo en la fuente de sodas y comer algo – Dijo un castaño oscuro de ojos negros. – ustedes son muy divertidas, tal vez cantemos algunas canciones en el camino.
- Suena bien – Dijo Candy – ¡Vamos Mabel! Será divertido.
- Con que te llamas Mabel linda estrellita – Dedicándole una mirada a la castaña. – Acompáñanos.
- Sería una buena oportunidad – Dijo Grenda en un susurro a su amiga. – Son demasiado lindos.
- Dejaremos que lo piensen un momento, estaremos afuera – Dijo el pelirrojo, saliendo con sus amigos. – No tarden.
- En un momento iremos – Dijeron ambas chicas ilusionadas.
Una vez que los chicos no estuvieran a la vista de ellos, el primero en soltar la palabra fue él albino.
- No creo que sea buena idea – Hablo Gideon desconfiado de las intenciones de esos sujetos. – No me agrada esta idea.
- Por un momento deja de actuar sobreprotector, puedes venir con nosotros – Dijo Candy. – No les veo nada malo, ¿Qué dices Mabel?
- No lo sé chicas, son lindos pero... no sé si estar lista para un poco de romance. – Poniéndose un poco nerviosa.
- Solo será un momento, nada malo pasara, disfrutaremos de unas malteadas y cantaremos, como ellos dijeron – Dijo Grenda.
- Sigo negándome a esta idea – Dijo el chico albino.
- Solo estas celoso – Dijo Candy – No actúes amargado, aparte son atractivos. ¿Qué edad tendrán? ¿Serán de aquí?
- ¿Entonces vamos? – Dijo Grenda.
- Está bien, solo déjenme avisarle a Dip. – Tratando de animarse un poco, tenía que darse una oportunidad, es lo que se había prometido. Pero en realidad no estaba de ánimos.
- Sigo diciendo que es mala idea – Dijo Gideon molesto. – Iré también.
Mabel se acercó a su hermano quien conversaba con su novia, tocándole el hombro para llamar su atención. Disculpándose Dipper con Pacifica para hablar con su hermana un momento, mientras se dirigían al pasillo, donde pudieran hablar sin el ruido.
- El concierto esta asombroso, debo agradecerle a Robbie por primera vez. – Riendo mientras seguía emocionado por el momento. – Fue un buen regalo de cumpleaños genial, ¿No crees Mabel?
- Si... estuvo bueno – Levantando los pulgares. Mientras daba una sonrisa fingida.
- ¿Qué sucede? – Observando a su hermana un poco extraña en su actitud. - ¿Te sientes bien?
- Yo si... estoy bien solo, te avisaba que saldré con las chicas y Gideon a dar una vuelta – Dijo ella tratando de calmar su voz y no nerviosa.
- Sé que las invitaron y la respuesta es no – Dijo su hermano secamente.
- ¡¿Qué?! Vamos Dipper solo es una vuelta y tomar algo en la fuente de sodas – Dije molesta al ver que su gemelo se negaba. – Se cuidarme... - Siendo interrumpida por su hermano.
- Eres todavía ingenua Mabel, y te enamoras tan fácilmente de cualquier chico que conoces. No has aprendido nada, que ganas con ir a conocer a un perfecto desconocido. Que acabas de conocer hace una hora. ¡Espera! No olvides que fuiste terca cuando te dije que Gabe no era para ti. – Reclamándole a su gemela, observando que ponía una expresión triste, y sus ojos se humedecían. Haciendo que él volteara la cabeza evitando su mirada. Tomando un largo suspiro. – En una semana se te pasara, solo no vayas. Diablos a veces pienso que no estas lista para dejarte sola, pensé que estas semanas habías por fin... madurado y cambiado tu perspectiva.
- Tú eres el problema – Empujando a su hermano de lo molesta que se encontraba. – No tienes que preocuparte por mí, yo quería tener un último verano a tu lado una vez más, antes de que fueras el aprendiz del tío Ford.
- Tú sabias – Sintiéndose culpable.
- Sé que cada verano nuestro tío te pide que te conviertas en su aprendiz, tratando de convencerte, pero tú lo rechazas por mí. Todo porque te pedí que hicieras esa estúpida promesa y por culpa de mis pesadillas. – Estaba furiosa de decir esto, pero era la única forma que por una vez la escuchara, aunque tuviera que decir su secreto. – Pues ya no debes sentirte atado, porque el trato que hice con Bill el día que llegamos a Gravity Falls y lo libere accidentalmente, fue que me liberada de mis pesadillas. Un simple y pequeño acuerdo no lastimaría a nadie.
Dipper se quedó con los ojos abiertos al enterarse de lo que había dicho su hermana, no sabía que decir, se sentía estúpido en ese momento. – Mabel no... sabía.
- Si estuviera aquí de seguro estaría riéndose, por lo que dije. Oh me regañaría porque te lo dije. – Sintiendo las lágrimas recorrer sus mejillas. – Tal vez estúpidamente me ofrecería un trato, mientras dice que los humanos son unos tontos egoístas. – En estos momentos quería que estuviera él presente, para escucharla no importaba si terminara discutiendo con el demonio del sueño o la insultara. Solo quería olvidar todo esto, que sentía. – Bill tenía razón soy una inmadura y un tonto saco de carne. – Girándose para caminar a donde se encontraba sus amigos. Antes dedicarle una última mirada a su hermano. – No debes preocuparte por mí, de todos modos no iré, es mi decisión.
Dipper lanzo un golpe en la pared sintiéndose mal por la discusión entre él y su hermana. Mientras que Mabel se encaminaba de regreso con sus amigos, limpiándose las lágrimas. Antes de poner una sonrisa fingida y tratar de mantener su voz lo más posible normal, para que no se escuchara ronca y quebrada.
- Que creen, no se va poder, lo siento chicas. – Dijo Mabel sobándose el brazo.
- Descuida está bien – Dijo Grenda abrazando a su amiga.
- Al fin – Dijo Gideon aliviado. – Aparte no confiaba en ellos. Nadie le dice estrellita a mi terroncito.
Las chicas se rieron al escuchar el sobrenombre de Mabel, mientras se dirigían a salir del concierto.
- Bueno mejor nosotras vamos por esas malteadas – Dijo Grenda animadamente con sus puños alzados al aire.
- Cierto – Dijo Candy.
- Gracias – Dije antes de que mi vista fijara en los sujetos que estaban esperando en un carro rojo con la pintura vieja de la carrocería del vehículo. – Oh no, nos olvidamos de decirles.
- No pasara nada ellos entenderán. – Dijo Candy.
Uno de los chicos se acercó y hacia ellas actuando amigable sujetando el brazo de la chica de lentes, mientras tiraba suavemente.
- Tardaron demasiado preciosuras, ya pensábamos que se habían echado para atrás, ante nuestra oferta. – Dijo el pelirrojo. – Ok, vamos.
- En realidad no iremos – Hablo Candy soltándose del agarre del chico, pero el hombre era peor como un pulpo ya que no dejaba que la chica lo apartara. – Tenemos otros planes.
- Es una verdadera lástima, porque a mí no me importa – Tomándola del brazo esta vez con más fuerza. – Ustedes dijeron y aceptaron al principio, y diversión es lo que vamos a tener. – Cogiendo a la chica de la cintura mientras la alzaba, para llevarla. – Verdad muchachos, ayúdenme con las otras dos.
- ¡Suéltame! – Lanzando golpes y patadas. - ¡Mabel, Grenda ayuda! ¡Gideon!
Sus amigos fueron ayudarla pero los mismos sujetos que estaban en el concierto, se enfrentaron a Gideon y a Grenda, quienes propinaban uno que otro golpe, pero sin conseguir hacerles daño, terminaron siendo sujetados. Mabel logro escabullirse para acercarse al pelirrojo y saltar sobre él, tratando de forcejar el agarre que tenía sujetada a su amiga.
- ¡Oye suéltala grandísimo tonto! – Jalando de su chaqueta logrando rasgarla del hombro, pero sin llegar a que soltara a su amiga.
- Estúpida perra. – Tirando a Candy haciendo que cayera en el pavimento, y lanzando una mirada amenazadora a la castaña. – Mira lo que has hecho. – Propinándole una fuerte bofetada en el rostro, llegando a magullar su piel. Tumbándola al suelo, para después tomarla de la camiseta.
- ¡MABEL! – Gritaron Grenda y Gideon.
- Cambio de planes – Dijo el chico levantándola por el cuello. – Creo que nos divertiremos más con estrellita ¿no creen muchachos?
- Con una vasta – Dijo el de cabello castaño soltando a Gideon y propinándole un golpe en el estómago, dejándolo adolorido de la parte del abdomen. - Por eso me gustan las adolescentes, tan ingenuas y estúpidas.
- Mabel... - Tratando de levantarse pero el muchacho le propino una patada en el rostro, dejándole el ojo moreteado. - ¡Aaah! – Gritando de dolor mientras se cubría el ojo.
- Quédate ahí puerquito valiente, ven chicos no hizo "Oink, oink" – Burlándose del albino.
- Que mal perdimos la apuesta – Dijo el pelirrojo cambiando de posición y sujetando los brazos de la chica. – Oye me estoy aburriendo, vámonos.
- Hay que admitir que es linda – Dijo el otro chico de cabello oscuro mientras soltaba a Grenda empujándola entre el piso del pavimento, para después acercarse a la chica. – No quieres venir con nosotros.
- Si no me sueltas te la veras muy mal, con la caballería armada de Austria. – Dijo amenazadoramente a los chicos.
- Cierra el hocico perra – Tomándola del cabello y tirando hasta que la chica soltó un quejido de dolor. – Hablas mucho para amenazar a alguien como yo. – Tirándola en el suelo, colocando un pie en su rostro mientras lo restregaba. – Mejor quédate ahí en el suelo, es ahí donde perteneces las de tu clase.
- Vamos apúrate – Aun con Mabel sostenida en sus brazos.
- Mabel, Mabel, Mabel~...nos divertiremos mucho, pequeña estrellita. – Tocando uno de sus pendientes en forma de estrella. Mientras que ella miraba asustada al grupo, y a sus amigos que se encontraban heridos, unas lágrimas aparecieron en su rostro soltando un débil sollozo.
En ese momento el grupo de chicos entraron en el auto y secuestraron a Mabel. Aquella noche en el concierto se convirtió paso de ser de una magnifica y divertida salida con sus amigos, a una desastrosa y horrible noche. Deseaba que fuera una pesadilla de la cual pudiera despertar en su cama como siempre, estando en su habitación con su hermano consolándola. También deseaba que fuera pesadilla, para que Bill lo eliminara fácilmente, reemplazándolo por otro sueño. Pero este era la dura y cruel realidad de esa noche.
.
.
Continua
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