[07]-¿Tienes una cita?
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Capítulo VI: ¿Tienes una cita?
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Dipper se encontraba trabajando hasta tarde escribiendo sobre su diario número 2, había recolectado una buena información sobre los Lilliputtians, después de que habían acordado no molestarlos más ante su accidente en el mini golf. Ellos seguirán resentidos por usarlos y manipularlos para ganar un partido. Pero desde los últimos 4 años casi ni se acordaban de ellos, lo cual era una suerte. Ahora estaba acomodando sus apuntes cuando de repente apareció Bill capturando una de las hojas sueltas del chico y leer la información.
- ¡Hey! Deja de hacer eso – Arrebatándole la hoja de sus manos. – Ve a molestar a otra parte.
- Es una lástima que no tengas los diarios – Soltando una carcajada. – Cenizas se hicieron.
- Es obvio que tú los quemaste, pero descuida... sé que regresaron. Me lo dijo el tío Ford, aunque los escondió bastante bien. – Organizando sus hojas mientras con su pluma presionaba la punta del botón retráctil cuando sentía que algo no encajaba o cuando quería buscar una respuesta a sus preguntas.
- Eres tan ansioso Pino, ahora veo porque Estrella fugaz te echo de la habitación – Dijo Bill.
- No me echo, solo tenemos un acuerdo de no molestarnos en nuestras actividades. – Recordando las horribles pijamadas que tenía con sus amigas durante el verano cuando tenían tan solo 12 años.
- Me agrada, privacida.
- Pues a mí no, ya que tengo que soportarte. – Volviendo a su investigación.
Dos semanas llevaban teniendo a Bill habitando en la cabaña desde que habían comenzado el verano; resumiendo que la primera semana fue una pelea y castigo para Mabel por haber liberado al maligno ser y destructivo en su mundo, y la segunda semana solo fue entre discusión y reconciliación con el demonio, así lo definía Dipper el comienzo de su verano junto con su hermana en Gravity Falls.
Unos pasos se hicieron presentes escuchándose a través de la escalera, cuando Mabel apareció dirigiéndose a la cocina. El demonio la observo de reojo dirigiéndose a molestar a su nueva víctima, se asomó al ver que la joven se sujetaba del mostrador para después impulsarse hacia arriba y subirse; tomaba de un estante una bolsa de patatas fritas, observando su inutilidad de subirse sobre el mostrador para alcanzar el lugar de la comida chatarra. Era cuestión de tiempo para que se cayera y se diera completamente contra el suelo.
Si algo tenia Bill era la capacidad de ver y predecir el futuro más cercano o próximo, la clarividencia era uno de sus poderes y estaba seguro de que ella se caería en tan solo un minuto, y obtendría un buen golpe y posiblemente una fractura oblicua de su brazo derecho en la parte del cubito, seguido de una luxación de la muñeca. Amaría verla sufrir por un buen rato.
Mabel coloco su pie sobre algo que estaba derramado sobre el mostrador, asustándola un poco y consiguiendo tropezar con su otro pie y resbalar, cerró los ojos soltando un gemido antes de sentir el frío suelo, sobre su rostro o cualquier parte de su cuerpo.
Pero fue todo lo contrario, unos brazos la atraparon en su pequeña y delineada figura de femenina; que cuando abrió los ojos se encontró con una figura masculina alta y el cabello rubio que lo delataba que era ese mismo demonio que discutió la semana pasada. Sujetándola a la altura de sus rostros en estilo nupcial.
- Espero una buena recompensa.
- Y-Yo... – Tartamudeando al verlo tan cerca admirando más próximo su rostro – G-Gracias B-Bill. – Musito la chica con un leve rosado en sus mejillas y una media sonrisa.
Bill tuvo tiempo de apreciar más de cerca sus facciones y la silueta de su cuerpo; se sentía un poco ligera, y sus muslos por debajo de sus brazos se sentían tan suaves a pesar de traer guantes; podía notar que su jersey tejido era bastante holgado pero ocultaba un pecho debajo de él, no sabría qué tamaño pero dejaba a la imaginación el tamaño de su escote. Podía seguir mirándola si no fuera que la chica empezaba a moverse para bajarse de sus brazos y alisarse la falda.
- Son bragas de color rosa y con estampas de gatos, ¿es enserio? – Soltando un bufido el rubio – Pensé que usarías algo más acorde a tu edad, eres muy infantil y poco atractiva, Mabel Pines.
Una cachetada se impactó y sonó en la habitación, mientras Mabel tomaba un bol y vaciaba las frituras.
- Te di las gracias, no que te fijaras en mi ropa interior, rubio oxigenado y pervertido – Saliendo de la habitación con el bol y una lata refresco.
Bill rio observando como desaparecía la Estrella fugaz por el umbral de la cocina, tocándose la mejilla donde tenía el tortazo que le planto. Con su lengua azulada se relamió la sensación de sangre dentro de su mejilla. – Me gusta, quiero más. – Si algo le gustaba era la sensación de dolor que le causaba un placer inimaginable.
Mabel se sentó sobre el sofá con las piernas cruzadas teniendo a un lado Pato su cerdito mascota, que se unió en su rato de ver televisión. Tomando el control remoto para prender la televisión y colocarlo en su programa favorito, Patotective.
- Todavía siguen pasando ese programa – Dijo Dipper.
- Ya van en 5 temporadas, es demasiado bueno para cancelarlo – Exclamo emocionada la chica.
Bill iba entrando a la estancia cuando fue recibido por la mirada de extrañez de Dipper, mientras que este miraba su mejilla y después a su gemela. Una mirada de muerte por parte de Mabel, le dedicaba al demonio.
- ¿Otra vez se pelearon? – Pregunto el castaño.
- No – Dijeron al mismo tiempo.
- ¿Cómo te hiciste eso? – Le pregunto a Bill.
- Pregúntaselo a la gatita rosada – Inquiriendo con tono de burla.
Otra cachetada sonó nuevamente por la casa ese mismo día.
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- Ya llegue... - Dijo el mayor entrado a la estancia.
Ford miraba la escena de los chicos que estaban sobre el sofá viendo el programa de patotective, y a Bill que estaba del otro extremo del sofá con dos mejillas rojizas retachadas con la figura de una mano, en cada lado.
- Veo que la están pasando bien – Haciendo burla al demonio. – Bien Bill supongo que has estado quieto estas últimas dos semanas. Me impresiona y a la vez me enorgullece que te hayas calmado un poco.
- Estoy planeando una fiesta – Haciendo la señal de un bang en su dedo. – Sera algo alocado, tiraremos esta pocilga de cabeza.
- Como quieras, de todos modos no puedes salir de aquí. – Soltando una risa el mayor.
- Para que salir si puedo molestar a los Pines – Mostrando un humor alegre.
- Eres sumamente molesto, peor que los infomerciales de la tele. – Dijo Dipper, recordando el comercial del vaso que no se derrama sobre la mesa.
- Debe haber algo en que coincidamos, los tres – Dijo Mabel. – No podemos pasar todo el verano discutiendo, quien molesta a quien.
- Podríamos divertirnos quemando algunas cosas – Respondió Bill. – Oh que me dicen de explorar el bosque. Tengo la ubicación de un tesoro y ruinas de este lugar. – Tentando al hermano de la chica.
- Suena interesante - Levantándose Dipper de su asiento. – Iré por mis cosas.
- Dip es una trampa para que lo dejes salir. – Dijo Mabel.
- ¡Rayos! – Cruzándose de brazos. - Es cierto, sucio traidor.
- Yo solo decía. – Viendo a la castaña. – Oh tal vez podríamos acechar unos cuantos sujetos y pedir algunos tratos, en especial los modelos que acaban de llegar a un centro comercial. – Dijo Bill, ahora tentando a la gemela del chico.
- ¡Sí! Conocer chicos – Levantándose de su asiento. – Voy por mi bolso.
- Mabel es una trampa – Dijo Dipper con la mirada entrecerrada y una sonrisa, sabiendo que su hermana era debil. – Es para que lo liberes.
- ¿A quién le importa? Son chicos lindos.
- Me agrada esa actitud Estrella fugaz – Ansiado por quitaran los sellos de contención. – Ahora si tan solo borraran la marca en la puerta.
- Ni lo sueñes – Dijo Ford – Trabaje duro para mantenerte aislado de Gravity Falls.
- Aguas fiestas – Mostrando un rostro de fastidio.
Él celular de Dipper sonó haciendo que se levantara mientras salía fuera de la cabaña, haciendo que Ford se retirada al sótano, no sin antes advertirle a Bill que dejara de tentar a los gemelos con sus propuestas o le pondría una mordaza. Dejando a Mabel y a Bill solos en la estancia de la cabaña.
- Humanos – Suspiro cansado. – No tienen sentido de la diversión.
Mabel miraba intrigada a su hermano que había salido afuera de la cabaña, sabía muy bien, que quien llamaba era Pacifica. Y que su relación no iba del todo bien después de su último incidente y cuando Dipper le comento el motivo. Miro a Bill que estaba solo invocando unas llamas azules mientras las hacia danzar en la palma de su mano. Se acercó a él antes de llamar su nombre.
- Oye, Bill. – Viendo al demonio y esperando que volteara a verla.
- Mmm... - Es lo único que pronuncio sin apartar su mirada sobre las llamas.
- Si no estás tan molesto. – Tragando saliva y medio ruborizándose de la pena. – Quiero hacer un trato.
El demonio lanzo una mirada dorada y afilada de sumo interés en la chica, disolviendo las llamas de su mano.
- Te escucho, mi Estrella fugaz – Mostrando su sonrisa de dientes afilados.
Sabía que no podrían hacer un trato en la estancia, por lo que la castaña tomo su mano enguantada levantándolo del sofá, se impresiono mucho de lo alto que era. Casi le llegaba por el abdomen, se sentía tan pequeña a su lado. Interrumpió su mirada mientras lo guiaba hasta las escaleras que conducen a su habitación en el ático. Bill se detuvo un momento al reír observando el marco de la entrada a la escalera y parte del barandal.
- Creo que tú plan fallo si querías que te acompañara hasta arriba – Mostrando las marcas de la puerta y pared.
- Espera aquí – Se dirigió a la cocina por un cuchillo a romper un pedazo de madera del marco de la puerta, dañando solo una runa que dibujo su tío. – Listo, inténtalo.
Él rubio paso una mano por la escalera al no sentir ningún rebote, ensancho una sonrisa al saber que ya tenía otro acceso a la cabaña, que no fuera el sótano, el baño, la cocina o la estancia.
Mabel volvió a tomar su mano guiándolo hacia el interior del desván hasta conducirlo a la habitación, cerrando la puerta tras de ellos.
- Estrella fugaz no te conocía que fueras tan rebelde de traer un demonio a tu habitación – Manteniendo su sonrisa para posarse cerca del escritorio y ver ambas camas. – ¿En tú cama o la de Pino? Incluso puede ser en ambas.
- ¿Qué? – Viendo a lo que se refería el rubio al notar la situación. – Estúpido no, yo... ¡ahg! No es lo que piensas. – Soltando un gemido de frustración y ocultando su sonrojo. – Solo te pedí un trato.
- Mira tú cara, eres del color de la granada, pensaste que te haría esa clase de cosas – Burlándose de ella – Vaya pequeña pervertida. – Cruzando los brazos. – Muy bien escucho, ¿Qué es lo que quieres?
- Me siento culpable porque arruine la relación de Dipper y Pacifica – Frotándose un brazo con nerviosismo.
- Es lo que querías, no veo nada malo. – Ladeando un poco el rostro. – Yo lo veo como benefició porque cumplí algo que salió el segundo de a gratis.
- No yo no quería eso. – Respondió angustiada. – Bueno estaba celosa al principio por que él estaba disfrutando de un amor de verano. Y yo inútilmente no podía conseguir uno – Soltó un suspiro - Era lo mismo cada año. Pero yo no pedí que arruinaran lo suyo.
- Tal vez si dejaras de usar esos suéteres holgados que dejan poca vista a la imaginación, y esas bragas de estampado de gatos. – Haciendo un hincapié a su vestimenta. – Tal vez consigas más de un chico.
- Bill te estas ganando otro golpe. – Mostrando el puño.
- Continua – No le importaba otro golpe en su rostro, era una sensación agradablemente placentera el dolor físico.
- Quiero que esos dos se reconcilien y vuelvan a ser lo que eran. – Menciono. – Tal vez eran novios o yo que sé, pero no puede terminar así. Quiero que olviden sus peleas y se junten.
- Otro simple trato, mmm... - Llevándose una mano a la barbilla para después frotar contra su piel. – Dame tus ojos y cerramos el trato.
- ¿Qué estás loco? – Menciono exaltada por la petición del rubio.
Bill soltó una carcajada antes de dirigirse nuevamente a la chica. – Es divertido molestarte, definitivamente.
- Se serio en esto, ¿eres un demonio de los sueños? Así que toma mi petición enserio. – Inflando sus cachetes del enojo.
- Bueno, ya que andamos en condiciones mortal. Yo también pediré el costo de esto. – Aclaro. - Dame libertad.
- ¿Otra vez? – Mostrándose confundida en su petición.
- Libertad de salir; estar aquí con Seis Dedos amenazándome con una pistola todo el tiempo y no dejarme hacer tratos o torturar algunos humanos, no hace más que matar mi tiempo.
- De acuerdo lo intentare – Cruzándose los brazos en forma de imitación. – Sé que no es nadie del pueblo, así que estoy segura. – Bill se sorprendió de que esta vez no pusiera pretexto la castaña o lo interrogara.
- Entonces ¿es un trato? – Extendiendo su mano envuelto en llamas azules.
- Solo no lastimes a alguien del pueblo – Tomando su mano para estrecharla.
- Es lo justo.
Cerrando el trato con el demonio, miro su mano que las llamas que estaban envueltas hace un momento, se extinguían sin llegar a dañar su piel.
- ¿Cuándo comenzarías? – cuestiono la castaña.
- Ahora – Tronando sus dedos.
Unos pasos que subían por las escaleras se hicieron presentes, entrando de golpe el chico Pines, llamando a su hermana. Aunque se quedó en silencio cuando vio al rubio ahí presente en su habitación a solas con su hermana.
- Solo era cuestión de tiempo para aprovecharte de ella – Menciono molesto Dipper. – Quieres manipularla como un títere y lastimarla, pero no te lo permitiré.
- Relájate Pino – Invocando sus brazos oscuros para mantenerlo sujeto. – Solo conversábamos.
- En realidad tiene la razón – Dijo Mabel.
- Lo vez Pino, solo es una simple conversación casual entre amigos.
- ¡Ja!, y esperas que me lo crea – Tratando de zafarse de sus ataduras.
- Vamos Dip, ahorita no está haciendo nada malo – Volteando ver al rubio que asentía solo con la cabeza, estando de acuerdo a lo que decía. – Ves nada malo.
- Mabel eres la persona más buena y generosa, y aceptas casi a todos con todo y defectos. – Dijo Dipper – Pero se te olvida que me tiene atado este lunático de tres lados, aunque ahorita anda en esa apariencia de filántropo demonio playboy.
Bill solo silbó ignorando ese comentario, antes de tronar nuevamente sus dedos y hacer desaparecer sus brazos. – No tienes que exagerar Pino.
- Ves de lo que hablo – Acercándose a su hermana. – No es de confiar.
- Esta loquito porque tiene sueño – Menciono Mabel.
- Mabel él no duerme, no lo he visto dormir en ningún maldito día, y es un demonio del sueño.
- Dormir es para los mortales al igual que sus necesidades físicas. – Comento mientras levitaba por la habitación - Pero se mucho de ustedes, tengo más experiencia que todos los que están en este miserable pueblo. – Diciendo con orgullo.
- Bueno, ignóralo que querías decirme – Dirigiéndose a su hermano.
- Quisiera hablarte en privado – Observando por el hombro de su hermana a Bill que se había acercado a ellos para escuchar. – Sin él.
- Yo no podría escuchar su conversación – Con una mano elimino sus oídos. – Mucho mejor. Continúen.
- Ven – Tomando de la mano a su hermana.
Saliendo de la habitación se dirigieron fuera de la cabaña, adentrándose al bosque. Con la posibilidad de que estuvieran fuera del campo de visión del demonio, a pesar de estar atrapado dentro de la cabaña. Dipper agradecería a Ford por haber utilizado esos sellos de protección unicornio invertido.
- Bueno estamos solos, sin ese loco – Quitándose la gorra para pasarse una mano limpiando el sudor de su frente. – Mabel te acuerdas que te hable sobre mi relación con Pacifica.
- Si – Mostrándose un poco nerviosa – Mencionaste que iban mal.
- Pues eso parecía hasta entonces.
- Quieres decir – Observando sorprendida ante lo que había dicho.
- Hablamos y creo que decidimos salir – Riendo nerviosamente mientras se rascaba el puente de la nariz – Pero ella no dijo a qué lugar.
- Dipper es una ¡CITA! – Lanzando un chillido de emoción – Ella quiere que la lleves a cualquier lugar.
- ¿Qué? Woow no sabía – Poniéndose sonrojado de tan solo pensar que sería su primera cita oficial. – Pensé que todo este tiempo que salía con ella, eran citas.
- Hermanito ¿Cómo van a ser citas? tus salidas a explorar cuevas y el bosque – Golpeando su hombro de la emoción – Eso déjalo para los gemelos misterios, esto es una cita.
- Bueno creo necesitare de tu ayuda – Dijo su hermano. – Eres la chica romántica del verano, tú sabes de eso.
- Te ayudare – Tomando de los hombros a su gemelo mientas con una mano alzada dibujaba una línea curva – Haremos de tu cita la mejor, déjalo a Cupido Mabel. – Se detuvo antes de llegar a preguntar a su gemelo. – ¿Cuándo es la supuesta cita?
- En dos días...
- Podremos hacerlo.
Riéndose los gemelos emprendieron su camino de regreso a la cabaña.
- Mabel ¿rompiste el sello de seguridad de nuestro cuarto? – Menciono Dipper a ver a su hermana con cara de culpa.
- Bill dudo que nos manipule mientras dormimos.
- No lo hará, pero estará molestándonos.
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Continua
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Glosario de palabras
Clarividencia: La clarividencia o canalización espiritual es una capacidad de percepción extrasensorial que permitiría a algunas personas recibir información de acontecimientos futuros o pasados pero desconocidos por ellas mismas, obtener información de personas o lugares que no conocen, o ver la hipotética dimensión espiritual.
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