[02]-Bienvenida de Regreso a Gravity Falls

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Capítulo II: Bienvenida de Regreso a Gravity Falls

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El Autobús en donde viajaban en carretera ya iba entrando a Oregón, un letrero a la vista con el anuncio de los pocos kilómetros que faltaban había notificado a la gemela mayor que pronto estarían en la primera parada del bus. En unos minutos más arribarían al pueblo de Gravity Falls, donde se encontrarían nuevamente con sus viejos amigos y sus tíos abuelos que esperaban pacientemente por su regreso.

Los gemelos estaban mirando a través de la ventana del transporte a las criaturas del bosque, unos corriendo y otros que vieron el avistamiento del transporte y a los mismos chicos que iban dentro. Aquellas criaturas que una vez conocieron o fueron ayudados por ellos, los saludaban animadamente como gesto de bienvenida. Lo cual motivo mucho al par de gemelos.

- ¡Mira Dipper! – Señalando a través del vidrio de la ventana. - Nos vinieron a dar la bienvenida nuestros amigos. – Dirigiéndoles el saludo la castaña al abrir la escotilla de la ventana y alzar una mano como gesto de saludo, típico animadora fanática. – ¡Hola, volvimos! – Grito Mabel emocionada en su voz.

- Ten cuidado, una rama del árbol podría golpearte o dislocar tú cabeza. – Viendo a su gemela hacer un leve puchero en sus labios y cerrar la escotilla para volver a su lugar.

- Hace rato que no vamos a explorar por el bosque. – Viendo a su hermanito escribir en un libro de azul marino. Regalo de cumpleaños adelantado antes de que ella tropezara con una de las brechas multidimensionales que estaban abiertas por culpa del apocalipsis.

No negara que tenía miedo cuando cayó en diversos lugares, hasta topar con una dimensión de puras Mabel's. Soltó una risa al recordar cómo conoció una versión de su hermano pero femenino. La cual no dudo en pedirle que le diera uno de los diarios en blanco. Desde entonces su hermano gemelo ha estado escribiendo cada aventura o cosa que hacían. Pero últimamente estos dos años estuvieron algo distantes, y no sabía el motivo. Pensó que era por la escuela o por el hecho que pronto entrarían a segundo de preparatoria, más con la presión de que sus maestros y familia los obligaría a tomar la decisión de elegir una universidad o carrera.

Crecer la asustaba mucho, pero perder la amistad y el cariño de su gemelo era su mayor temor. Puesto que su hermano era su mejor amigo más cercano y el hecho que compartían una conexión especial como gemelos –Lo había leído en una revista de "Muy interesante" con el título llamativo, gemelos especial y sus dones"– pero cada vez notaba más el distanciamiento. Por lo que quería intentar convivir un poco más con él este verano, ya sea animándolo a una nueva aventura como los misteriomelos.

- Llegando te gustaría ir a explorar un poco, tal vez buscar el "siempre detrás" o ver si podemos hallar "el mercado negro paranormal", ese que visitaste junto a Pacifica. – Menciono ella haciendo un gesto con sus manos.

- Mabel cada que vez que vamos a explorar te metes en un lío enorme. – Dijo su hermano, aunque corrigió un poco lo que dijo. – Bueno esa vez tuvo la culpa Pacifica al querer invocar un demonio y hacer un trato por un rostro sin arrugas. – Comento lanzando un suspiro. – Aparte solo fue una vez que lo encontramos por accidente, desde entonces no lo he vuelto a encontrar.

- Pero Pacifica fue la que hizo la maldad. – Dijo ella. – Se disculpó y todavía sigue siendo nuestra amiga. Así que no veo nada de malo salir explorar un poco el bosque.

- Pero también te acuerdas que los gnomos te secuestraron para ser su reina, que me dices de Jeff, era muy insistente. O que hay de esa vez que nos persiguió el insecto gigante que parecía mosquito o el cambia formas que encontramos en bunker secreto del tío Ford. – Sonando impresionado de la cantidad de peligro que tuvieron. – Sin olvidar el monstruo en el lago.

- Ese fue accidente pensando que sería mi amor de verano, primer ataque de bienvenida, el bunker estaba viejo y no sabíamos quién era el autor de los diarios, lo otro es porque estaba oscuro esa vez. – Dijo Mabel tratando de justificar sus incidentes en el bosque. – Incluso deje a bebotas.

- ¡Uhhh! – Una sensación de escalofrió recorrió por la columna del adolescente, al recordar el títere feo de castor. – Que bueno que.... – Viendo su hermana fruncir el ceño. – Que mal que bebotas se perdiera.

- ¡Ves! Es muy poco el peligro.... Eso creo. – Dijo ella. – Hubo muchos problemas, accidentes y un ser muy loco que deseaba conquistar nuestro mundo.

- Lo sé. – Dijo Dipper. – Me alegra que siga encerrado. – Recordando la estatua de Bill Cipher. – Aparte este verano quiero terminar de recolectar información en este diario. – Mostrando un libro con la cubierta de un Pino que Dipper eligió como continuación a su anterior regalo.

- ¿Libro 2? – Dijo su hermana un poco confundida y viendo un poco la información que rescribía. – Estas rescribiendo los diarios de nuestro Tío Ford.

- Bueno es un buen pasatiempo, pero no es casi la misma información, recuerda que encontramos más información de las criaturas de aquí sin tanta presión. – Dijo. – Aparte desde que ese demonio quemo los diarios y no supimos nada de ellos. Pensé que sería buena idea reescribirlos, desde mi punto de vista. – Mientras seguía escribiendo en algunas hojas. – Es una lástima porque había buena información, aunque era muy peligroso mantenerlo en este pueblo.

- Tienes razón. – Viendo el libro. – Entonces ¿Por qué vuelves a escribir la información de ellos? No sería mejor... encontrar nuevas criaturas. – Pensando en el peligro que podría exponer a sus amigos, al volver escribir lo que son y sus debilidades.

- Sí, lo sé pero... recuerda que no podemos ir a donde hay anomalías. Aparte sobre esto... - Viendo las hojas escritas. – Porque son interesantes, y me gusta saber de ellos son nuestros amigo y digamos es un respaldo en caso de que pierdan el control. – Dejando de escribir para soltar un suspiro, guardando la pluma y el grueso libro en su mochila. – Este verano pasare mi tiempo con el Tío Ford, me enseñara algunas cosas de gran importancia que posiblemente me ayuden en mi educación. – Sonando decidido. - Sí aprovechare para aumentar mi conocimiento, nadie me detendrá este verano.

- ¿Ni si quiera Pacifica Noroeste? – Dijo con deje de burla la gemela al ver como su hermano se ponía de un color rojizo como el tomate maduro por la mención de la ex riquilla de la familia Noroeste. – Oh~ Dipper te delataste tú mismo, a mí se me hace que habrá ¡Romance este verano! - Sonando animada. - ¿Quieres ayuda?

- ¡Mabel! Basta por favor. - Hablo Dipper un poco alterado en su voz, para después carraspear su garganta y sacar su celular para verificar el tiempo. – Pacifica y yo solo somos buenos amigos. No hay nada entre nosotros.

- Oso, oso mentiroso – Mostrando una sonrisa de oreja a oreja la menor. – Apuesto que no esperas por ir a abrazarla y darle sus besitos en sus mejillas o labios.

- ¡MABEL! – Exclamo ruborizado hasta las orejas y tirando humo.

- Jeje, tranquilo Dip-Dip – Sonriendo. – Si fueran novios me lo dirías, o al menos la persona que te gusta.

- Claro que sí. – Menciono apenado y ladeando la mirada lejos de su hermana. – Eres mi hermana.

- Gracias Dipper. – Embozando una sonrisa tranquila. – Me alegra ser de confianza.

30 minutos más de camino y vieron el avistamiento de la primera parada, antes de llegar a la central de buses. Llegando al pueblo de Gravity Falls se encontraban sus tíos abuelos esperándolos, junto con Soos que se notaba con menos panza y un poco más alto, a su lado estaba Wendy con el cabello un poco más recortado al nivel de los hombros y su camisa de franela verde con las mangas remangadas y unos jeans de mezclilla azul marino.

Al bajar del autobús Mabel fue recibida por un chillido de un cerdo que se acercaba deprisa con sus rechonchas patitas para saltar a los brazos de su dueña, la cual termino tirándola al suelo.

- ¡Pato, ven aquí pequeñito! –Dijo Mabel contenta de ver a su cerdo mascota abrazándolo con fuerza en sus brazos a pesar de que el animal pesaba como 12 kilos alrededor. – Has aumentado un poco de peso. – Rió ante los mimos y cariñitos que le daba a su cerdo sobre su rostro. – Incluso te veo más cachetudo. – Estirando sus regordetes cachetes. – Eres tan lindo.

- Qué bueno que llegaron niños. – Dijo Stanley – Y Mabel angelito que bueno que estas aquí, este cerdo ya me anda sacando canas.

- Stanley, recuerda que ya no son niños. – Dijo Ford. – Son chicos.

- ¡Bah! – haciendo un gesto el mayor. – Ellos seguirán siendo mis niños. – Abrazando del cuello a Dipper y revolviendo sus cabellos.

- Lo siento tío Stan, no podía llevármelo a California la vez pasada – Dijo la castaña en modo de excusa por los inconvenientes de su mascota. – Pero gracias por cuidar a Pato por mí. Eres mi tio numero uno por rescatarlo de un temible dinosaurio.

- ¿Dinosaurio? – Dijo Ford interesado. - ¿Dónde?

- Ahm... no te gustara saber eso. – Dijo Stan.

- Jeje. – Acariciando el lomo del cerdito y levantándose para sacudir su ropa. – Sí que Pato creció más.

La pelirroja se acercó a Dipper para quitarle su sombrero y regresarle su gorra azul con la imagen de pino, solo que notaba al chico un poco más alto que ella. Mientras efectuaban su propio saludo de mejores amigos.

- ¡Hey Dipper! – Observando a su amigo un poco más alto que ella, casi unos 10 centímetros. – ¿Qué acaso te dieron hormonas de crecimiento? Ya me rebasaste por diez centímetros. – colocándose a su lado donde casi le llegaba por encima del hombro.

- No me lo recuerdes Wendy, él me ha rebasado de estatura, bastante a decir verdad. – Haciendo un leve puchero con sus labios fruncidos de lado y los brazos cruzados, recordando cuando tenían tan solo 13 años ella era la gemela alfa por tan solo 1 milímetro de estatura.

Wendy se rio del comentario de la chica mientras acariciaba su cabeza dándole una reconfortante palmada a su amiga. – ¿Pero eso que tiene?, te diré algo chica "las mejores cosas viene en empaques pequeños". – Dijo la pelirroja guiñándole el ojo y dejando a la adolescente divagando un poco confundida en lo que dijo. – ¿Y qué? Planeas buscar tú romance épico de verano, estoy muy segura que atraparas a muchos hombres. – Menciono la pelirroja dando una mirada rápida a la chica, quien cambio mucho en su apariencia.

- Eso ya veremos – Dijo Mabel con una sonrisita. – Planeo conocer a lo mejor un romance bueno y mi posible alma gemela. Aunque dudo que sea posible jeje, pero lo intentare. – Sonando confiada. – Nadie se resistiría a esta linda chica de aquí.

- ¡Esa es la actitud chica! – Animando a la gemela Pines. – Autoestima siempre aquí. – Haciendo una alusión en su brazo para elevarlo.

- Wendy por favor, mi Calabaza tiene 16 años. – Dijo Stan sonando sobreprotector con su sobrina nieta. – No le consigan todavía novio.

- ¡Vamos Sr. Pines! – Dijo Wendy. – Mabel y Dipper ya no son niños, ellos también tendrán novio y novia. O lo contrario.

- Uff... será mejor que traiga la escopeta. – Dijo Stan no estando de acuerdo de que su pequeña calabaza tuviera a un chico detrás de ella y se aprovechara de su inocencia.

- Tranquilo Stanley. – Hablo su hermano. – Es verano, déjalos respirar y ser cool. – Revisando su libreta para asegurarse de que dijo bien la palabra "Cool". – Sí eso cool.

- Para eso Poindexter – Burlándose de su hermano. – Y deja de comprar esos libros de "Dummies ¿cómo ser adolescente?".

- Yo no los compro. – Sonrojándose de la vergüenza.

Emprendiendo su viaje de regreso a la cabaña del misterio, los gemelos se acercaron con curiosidad con Soos para conversar y sacar la noticia del día; en este caso el nuevo miembro de la familia Ramírez.

- ¡Soos amigo! Que tal tú vida de casado – Dijo Dipper dando un codazo a su amigo y viendo como este sonreía contento. – Me entere que tienes un hijo.

- Bebé exactamente, es la cosa más adorable y sensacional que veras en el mundo entero, aparte de la Comic Con de San Diego. – Dijo Soos muy feliz de dar la noticia a sus amigos, al no aguantar la emoción de que llegaran a conocerlo. – Cuando lo vean se sorprenderán de lo radiante y hermoso que puede ser ese niño.

- Debe ser lindo tener un bebé. – Dijo Mabel contenta de pensar en sostener al bebé. – Hasta ya me siento como la hermana mayor que debe proteger al más pequeño. – Sonrosándose de sus mejillas. – Por cierto yo le hice un suéter, aunque no sabía si era muy pequeño o grande, por eso hice dos suéteres. ¡Y mira tiene el bordado de un dibujo de un pollito y un patito! De seguro se verá adorable.

Stanley acaricio la cabeza de su sobrina al ver su entusiasmo mientras reía. – Los dos están bien Calabaza, al pequeño dormilón y chillón le gustara tanto tus suéteres.

- Gracias Mabel. – Dijo Soos viendo los diseños. – De seguro le gustaran mucho a mi esposa e hijo.

Llegando a la cabaña fueron recibidos por Melody, quien se encontraba parada frente al mostrador y aun lado se encontraba la carriola con el bebé adentro.

- ¡Hola Mel! – Dijo Mabel contenta abrazando a su amiga. – ¡Mira esto! Traje un suéter para él bebé.

- Son hermosos Mabel. – Viendo la ropita desde lo lejos como la castaña lo agitaba como bandera.

La castaña iba corriendo hasta que fue detenida por Dipper que le hizo una señal de silencio. La adolescente se reprimió por su comportamiento escandaloso, tanto que había olvidado lo sensible que podría ser un bebé. Ambos gemelos fueron acercándose a la carriola para ver un niño con los mechones color café claro y las mejillas regordetas y con los chapetes de un color rosado como los duraznos.

- ¡Woow!, Soos es un niño muy bonito – Dijo Dipper sorprendido de ver al pequeño tan delicado como un querubín o los niños que aparecen en la portada de los frascos Gerber.

- Gracias Dipper – Menciono con orgullo de su hijo. – Aun no puedo creer que tenga una cosa tan adorable y tierna.

- Chicos sé que vienen cansados de su viaje, no quisieran subir a refrescarse y dejar sus maletas.

- Sí – Respondieron ambos chicos.

Melody se acercó a los adolescentes mientras los conducía a su antigua habitación en el desván del ático. La cabaña tenía sus modificaciones, pero seguía siendo el mismo lugar en donde pasaban cada verano sus vacaciones.

- Chicos – Les llamo la mujer en un tono sereno. – Yo sé que los tiempos cambian y todos crecemos, y quería saber si este verano compartirán la misma habitación de la azotea o... - Dijo Melody viendo a Mabel y a Dipper ladear el rostro y colocar una media sonrisa.

- Descuida Mel, Dipper y yo podemos compartirla no hay problema. – Hablo Mabel dejando su maleta a lado de su cama correspondiente. – Aparte tenemos ya un baño extra y sabemos tocar la puerta.

- Aparte respetamos la privacidad de cada quien – Aclarando el otro gemelo mientras depositaba su maleta al otro lado de la habitación y sus cosas en el escritorio, en donde se encontraba su cama. – Así que no se preocupen por el espacio.

- De acuerdo – Dijo aun con duda en su voz. - ¿Están seguros?

- Mel, estamos bien solo es otro verano. – Comento Mabel con una sonrisa. – Descuida, Dipper y yo jamás pelearíamos.

- Está bien. – Dijo ella. – Bueno los dejo solos para que terminen de desempacar sus cosas y decoren un poco la habitación.

- Sí. – Respondieron ambos.

Con esto último Melody se despidió dejando a los gemelos solos para que pudieran acomodar sus cosas. Mabel empezó a tapizar la pared con sus poster de Boys Band actual; Love Sentence, Big Bang, BTS, 2NE1, Sev'ral Timez, entre una serie de luces de colores con forma de estrellas que se había comprado anteriormente en el centro comercial de su ciudad antes de venir al pueblo, casi no le gustaba estar a oscuras; entre colocar una alfombra de color violeta en su lado de la habitación y algunos peluches que trajo de casa. Solo unos cinco peluches, no mucho. Y su típico calendario donde llevaba a cuenta sus días de vacaciones.

Mientras que Dipper había empezado a colocar en su lado de la pared; un mapa donde señalaba algunos sitios de Gravity Falls que había explorado, algunas fotografías de las criaturas y seres paranormales; Notas y recordatorios, entre un calendario de un gato llamado Mortymer colgando de un árbol (cortesía de su gemela). En su mesita había colocado los dos diarios que había hecho en sus anteriores vacaciones. El primero regalo de Mabel y el segundo el que creo basándose en el encuadernado y la pasta del libro.

- ¿Dónde colocaras tú ropa? – Pregunto el chico.

- Armario. – Señalo la castaña. – Aun hay espacio.

- Okey. – Colocando sus cambios de ropa en una de las repisas que construyo su tío Ford. – Mabel dejare en el escritorio unas cosas, ¿te molesta?

- Solo déjame los gabinetes de mi lado. – Menciono ella.

- De acuerdo.

Era tarde casi alrededor de las tres cuando habían terminado de desempacar. Dipper le ofreció a Mabel salir y despejarse un poco, de tanto estar acomodando y para ventilar un poco la habitación del polvo que respiraron en la azotea al sacudir los muebles.

La castaña se acomodó un poco su ropa y su cabello, al igual que su hermano. Avisaron a sus tíos que volverían antes de la cena. Los gemelos Pines recorrían las calles del pueblo viendo algunos cambios, como nuevas tiendas, un letrero que decía: "Tad Strange bienes raíces" y una remodelación a la plaza. Les había dado tiempo para dar una vuelta rápida al pueblo.

- ¡Hey Bro Bro! me prestas tú celular para enviarle un mensaje rápido a Candy y a Grenda. Te aseguro que no espiare nada de tus contactos. – Pidió su hermana mientras le hacía ojos de cachorro lastimado.

Arqueo una ceja extrañado el chico al preguntar por su teléfono – ¿Y el tuyo? – Entregando su móvil.

- Tuvo una catástrofe de accidente anoche. – Escribiendo un mensaje de texto – Y se rompió de la pantalla.

- Te dormiste con el celular en las manos, otra vez. – Dijo con un tono de reproche y los brazos cruzados. – Te dije que no durmieras a lado del aparato.

- Tuve un mal sueño – Enviando el mensaje texto y regresándole el teléfono.

- ¿Otra pesadilla? – Pregunto preocupado por su hermana. – Mabel...

Sabía que su gemelo estaba enterado de sus pesadillas, ya que él también las tenía; pero él aprendió afrontar sus miedos y controlar algunos temores. Ella no había podido combatirlos aun, temiendo a que fueran reales o que estuviera todavía dentro del Raromagedón, pensando que todo lo que estuviera viviendo fuera una mera ilusión.

- Descuida hermano estoy bien. – Mostrando una sonrisa alegre mientras se dirigía al parque. – Aparte solo es un sueño. Te juro que no he tenido más. – Mentía pero no quería preocupar a su gemelo.

- De acuerdo... pero avísame si sucede de nuevo.

- Okey. – Asintiendo levemente.

Dipper empezó a visualizar a sus amigos a lo lejos. Era una rutina que había empezado desde el verano cuando paso el problema en el pueblo, era como una especie de autoayuda y de no estar muy alejados para evitar que la ansiedad los consumiera. Reunirse con sus amigos y aquellas personas que vivieron en carne propia el Raromagedón del demonio triangular. Entre esas personas se encontraba Candy, Grenda, Gideón y Pacifica.

- ¡Hola chicas! – Saludo Mabel acercándose a sus amigas a abrazarlas de manera fuerte. – Las extrañe mucho, enserio como me gustaría que me visitaran a Piedmont.

- Nosotras te extrañamos Mabel. – Dijo Candy.

- Sí, que íbamos a hacer si nuestra tercer mosquetera. – Dijo Grenda sonriente.

- Pedacito de bombón me extrañaste – Dijo Gideon con una de sus típicas frases para ligar chicas. El chico había cambiado en apariencia, era un poco más alto y un poco más delgado pero aún conservaba sus leves cachetes voluminosos.

- Ehm.... Sí, claro. – Girando los ojos al escuchar cada sobrenombre que le ponía el albino. – Pero Gideon, por favor no me llames así.

- De acuerdo chiquita. – Haciendo una pose y señalándola con sus dedos.

- Eso fue terrible. – Dijo Mabel entre risas.

- Poco a poco iré practicando, Mabel. – Menciono el albino uniéndose al grupo.

- ¿Cómo has estado Pacifica? – Dijo Dipper abrazando a la rubia.

- Bien – Adquiriendo un color rosado en sus mejillas – ¿No ibas a pasar la tarde con tú gran tío? – Dando una sonrisa sincera.

- ¡No! – Respondió Mabel colocándose en medio de ellos. – No digas eso o lo volverás obsesivo compulsivo con su trabajo, él está aquí para distraerse y divertirse.

- Mabel, no estoy siendo obsesivo, es un pasatiempo – Dijo Dipper.

- Mabel – Dirigiéndose a la castaña. – Candy y yo íbamos a dar una vuelta al centro comercial ahí buenos descuentos en ropa ¿vienes? – Dijo Grenda.

- ¿Puedo? – Dirigiéndose a su hermano gemelo, quien soltó un pequeño suspiro de cansancio.

- De acuerdo – Respondiendo ante la súplica de su hermana. – Pero recuerda llegar a casa temprano, hasta que te compre el tío Stan otro celular. Me preocupa que no tengas con que comunicarte.

- Descuida Dipper. – Dijo Candy. – Nosotras la cuidaremos.

- Bien, pero no tan tarde Mabel. – Dijo su gemelo.

- Okey, Dopper. – Haciendo un típico saludo de capitán la chica.

- ¿Vienes con nosotros Gideon? – Pregunto Dipper al ver como su hermana se marchaba con sus amigas.

- ¿Eh? – El chico analizo la situación; una pareja enfrente de él, y él solo, solón, solin siendo mal tercio en lo que podría ser una cita para Dipper y Pacifica. – Yo... iré con ellas, recordé que debo comprar una corbata. – Alejándose de la situación incómoda.

- ¿Qué le pasa a Gideon? – Dijo Dipper extrañado por el comportamiento del chico.

- Mm... yo creo que entendió. – Dijo Pacifica sonriente.

- ¿Entendió qué?

- Esto. – Señalando sus manos entrelazadas.

- Oh... - Sonrojándose el castaño. – Cierto.

Caminando rumbo al centro comercial llego Gideon detrás del grupo de las chicas, gritando mientras corría para alcanzarlas.

- ¡Espérenme! – Dijo jadeando el albino.

- ¡Gideon! – Dijo Mabel – ¿No estarías con Dipper y Pacifica?

- Estas loca melocotoncito – Dibujando con sus manos un corazón en el aire – Se respira y se siente el amor en esos dos.

- ¡¿Dipper y Pacifica juntos?! – Sorprendiéndose las amigas de Mabel.

- Bueno es algo que tenía que saberse – Menciono la castaña encogiéndose de hombros, antes de ingresar al lugar. – ¿No es obvio? Ellos dos actúan raro cuando están juntos.

- No nos dijiste un chisme tan grande Mabel – Dijo Grenda. – Cuéntanos.

- Cuenta con detalles – Dijo Candy emocionada.

- Solo puedo decir que ellos apenas van a iniciar su relación este verano – Menciono. – Supongo eso.

Sus amigas soltaron un chillido de emoción mientras seguían conversando, entre viendo los aparadores de ropa y comprando entre dulces y malteadas. Claro en compañía de Gideon quien no paraba de probarse cada accesorio de caballero y posar para las chicas, creyéndose la gran diva. En cambio Mabel de momentos pensaba en lo que dijo Gideon; acaso su hermano no le había dicho que ya tenía novia o estaba saliendo con su amiga Pacifica. Se sentía como si no tuviera confianza en ella otra vez.

•| ⊱★⊰ |•

Después de pasar la mitad de la tarde en el centro comercial, la castaña pregunto por la hora antes de decidir que era tiempo de marcharse de regreso a casa. Estaba la puesta de sol cuando salieron del centro comercial. Los rayos del sol de verano se escondían entre los pinos y árboles de cedro que se encontraban a un lado del estacionamiento, y daba con esto la entrada a uno de los extremos del bosque Gravity Falls. Los chicos vieron el panorama un momento antes de despedirse.

- Chicas me debo de ir – Dijo Mabel. – Fue agradable verlas y salir un rato, quizás mañana podríamos salir igual.

- Cierto, deberíamos ir a la piscina o al lago. – Menciono Candy. – Hay mucho de qué hablar.

- Tenemos que contarte como nos fue este semestre. – Dijo Grenda. – Y de los chicos lindos que vimos.

- Puedo unirme a ustedes mañana. – Dijo el albino esperanzado. – Es que últimamente los chicos andan un poco ocupados con sus rodadas de motocicletas. Ojos blancos me dijo que a la mitad del verano regresarían.

- Bueno igual, un chico en el grupo no pasa nada.

- Bien chicas, ya me debo de ir o mi tío se preocupara.

- Nos vemos terroncito de azúcar – Dijo Gideon.

- ¡Ahg!... Gideon ya lo hablamos – Dijo un poco molesta – No terroncito de azúcar, no melocotón, no mi bomboncito, entre otros sobrenombres que empiecen con fruta o dulces pegajosos.

- Acaso te molestan mí... - Pero fue interrumpido por un dedo puesto en sus labios.

- Sí – Dijo como respuesta seca, para retirar su dedo. – Mira eres lindo, y no digo que estas un poquito más alto que yo, aparte de que yo soy mayor por dos años. Encontraras una chica que sea más bonita y agradable que yo; pero por el momento somos solo únicamente amigos, ¿entiendes?

- Significa que... - Dijo el chico muy pensativo, antes de saltar emocionado - ¡Que tengo una oportunidad contigo!

- ¡Aww maldita sea! – Gimió frustrada al ver que el chico no había entendido su explicación – Tal vez, posiblemente sí. – Dijo rendida al ver que no funcionaba con explicarle nuevamente a su amigo.

- Descuida Mabel ya lo entenderá – Dijo Candy. – En su momento.

- Eso espero.

Mabel se despido con un saludo mientras corría adentrándose por el camino del bosque, que conducía a la Cabaña del Misterio. Había tomado por esta ruta los últimos cuatro años, recordando cada lugar y dirección que tomaba dentro del bosque; que lugares no debía adentrarse a estas horas y con qué criaturas debe tener mucho cuidado.

Estaba a punto de llegar por la entrada que conecta al bosque y al espacio del terreno grande del pórtico de la cabaña hasta que se detuvo a solo unos pasos, escondiéndose detrás de un árbol frondoso de cedro, intento calmar su respiración y cubriéndose la boca para evitar emitir sonidos de agitación, y observar un poco la escena frente a sus ojos. Se encontraba su hermano Dipper y su amiga Pacifica sentados compartiendo un beso íntimo entre ellos dos.

Mabel con las mejillas arremolinadas de un color cereza de la timidez y un poco sorprendida de ver a su gemelo dar ese tipo de afectos a su amiga, jamás se imaginaria encontrarlos en un momento tan íntimo. Ahora entendía porque Gideon los dejo solos, el chico sabia cuando retirarse y en qué momento. Entendiendo en ese preciso momento lo cual inmadura era ella, por seguir tratándolos como si no fueran una pareja o burlándose de su hermano, al no mostrar indicios de que tuviera novia.

"Una señal de darle su espacio y privacidad, aunque odiaba hacerlo"

Observo con curiosidad la muestra de afecto de aquella pareja; Dipper tenía sujetando las manos de Pacifica con un poco de fuerza, mientras que ella tenía los ojos cerrados manteniendo el contacto de sus labios con los suyos, en un roce lento y suave, ambos soltaron un suspiro y soltaron una pequeña risa compartida entre ellos. El chico recorrió sus brazos hacía su cintura para abrazarla y acercarla más a su cuerpo.

- Me gustas – Besando su frente con suavidad. – Te extrañe, Paz.

- Ya van varias veces que lo dices Dipper. – Sonriendo la rubia.

- Solo que lamento si no pude hablar contigo más tiempo durante la escuela, pero... - Viendo a la chica colocar un dedo en sus labios.

- Entiendo... tú hermana dices que ha estado teniendo pesadillas. – Comento. – Pero dices que ya no ha tenido desde hace 3 años, porque has estado ayudándola a olvidar el incidente del Raromagedón. – Soltando un bufido de cansancio. – Pero creo que esta vez no fue una pesadilla lo que nos distancio, ¿Qué sucede?

- Supongo que estoy nervioso, el hecho que... ella espera que pasemos otro verano lleno de aventuras. – Dijo. – Y no miento que deseo hacerlo, pero también... pues no puedo descuidar lo nuestro, sin olvidar que él tío Ford me quiere decir algo. Pero sé que puede ser algo que cambie mucho este verano.

- Dipper. – Dijo Pacifica calmando al chico. – Tranquilo solo estas preocupado y lo entiendo. Lo que diga tú tío o lo que sucede con Mabel, lo entiendo. – Menciono.

- Paz, prometí no dejarte de lado. – Dijo. – No es lo que hacen eso los novios. – Aclaro.

- Bueno si tú lo dices... Trata de no evitarme esta vez, Dipper Pines – Dijo en una suave sonrisa. – No pongas excusas para justificar tu ausencia como pésimo novio.

- Sabes que no lo soy. – Soltando una risa nerviosa.

- Sí – Picando su nariz.

- ¿Puedo volverte a besarte? – Observando como la rubia asentía con la cabeza, juntándose nuevamente en otro beso íntimo.

Mabel sintió un momento su corazón ir un poco rápido, hasta sentir un dolor en el pecho. Alejándose del lugar se dirigió tomando otra dirección mientras corría sin sentido alguno en su camino, tenía las mejillas encendidas y unas lágrimas recorrían por su rostro. Sin llegar a prestar atención en el camino se resbalo con el musgo y el lodo del bosque, cayendo de espaldas al suelo cubierto de hierba y tierra. La luz que se colaba entre los arboles de pinos y abetos le daban indicio de que acababa la tarde, para que abriera paso a la noche, observando el cielo estrellado que tanto añoraba.

- Yo no estoy llorando – Dijo Mabel en un leve susurro – Solo me he dado cuenta de lo inmadura y egoísta que soy.

Las pesadillas que tenía cada noche, eran pruebas suficientes y el ver a su hermano que avanzaba con su relación con Pacifica. Le hizo entender que se quedaba atrás, al no llegar a comprender de todo lo que sucedía a su alrededor. El distanciamiento y que su hermano hubiera encontrado el amor antes que ella y sin problemas. Solo eran celos, únicamente celos de gemelos porque su hermano empezaba por ver un futuro sin su hermana. Odiaba los cambios y el crecer.

[ F ]

- Dipper – Mencionando Mabel desde la dirección de su cama dejando de hacer su suéter a medio terminar. – Siempre seremos hermanos, ¿verdad?

- Sí, Mabel – Respondiendo un poco confundido por la actitud de su hermana gemela. – Tú y yo seremos los gemelos misterio por siempre, ¿acaso no lo recuerdas? Somos hermanos de aventuras, incluso luchamos contra criaturas y un demonio.

- Eso ya lo sé, Dip tonto – Mencionando algo molesta mientras tomaba un peluche y lo abrazaba contra su pecho.

- ¿Qué sucede? ¿Mabel estás enojada? – Acercándose a su hermana – Si es porque te quite los dulces de sonrisa dulce y los escondí, créeme que lo hacía por tu propio bien.

- No es eso – Mostrando una mirada triste. – Oye... ¿podrías darme un abrazo incómodo de hermano?

- Uhm...Claro - Recorriendo sus brazos atrás de su espalda para acercarla hacia él, sintiendo unas lágrimas que humedecían sus hombros. – Oye ¿estás bien?

- Estamos a salvo ¿verdad? - Menciono con una voz quebrada y temblando.

- Sí, si estamos a salvo. – Respondió.

Hace unas semanas habían regresado de Gravity Falls a su casa en Piedmont, California. Habían pasado su cumpleaños número 13 tratando de olvidar un momento el caos que vivieron en su última semana de vacaciones. También habían comenzado el periodo escolar, pero su hermana y él tenían las pesadillas acerca de Raromagedón y de Bill Cipher.

Ahora se encontraba ahí consolando a su hermana, preguntándose si permanecerían juntos siempre o si serian hermanos gemelos unidos para siempre. Era un habitó que habían creado hace poco, para saber si era real o no. Preguntar si aún mantenían las pesadillas y contarse todos sus secretos y no mentirle el uno al otro.

[ FF ]

Levantándose del suelo se sacudió lo más que pudo de los restos del lodo en su falda y suéter. Sabía muy bien que su tío Ford le iba preguntar qué estaba haciendo tan tarde, por su apariencia toda sucia. Si algo sabía es que había reglas que había predeterminado su tío Ford junto con su tío Stan, mientras estuvieran pasando su verano en Gravity Falls; y una de ellas es, "no adentrarse al bosque de noche". Puesto no sabían si las brechas multidimensionales seguían activas, recordando cerrarlas todas. Pero igual no falta que estuviera una abierta.

- Me van a regañar – Emprendiendo su paso por el sendero oscuro, escuchando el sonido de los búhos-vacas haciendo "Muuuhu" como eco por el bosque. – Soy tan tonta por correr de esa forma, que costaba haber pasado por ahí y decir "hola". – Refunfuñando. – Yo ya sabía dé su relación. Hasta dije una vez, pareja formada de broma. – Pero le dolía admitir que su amiga tuviera la atención de su hermano, o que tal vez en algún futuro cercano ya no tuvieran tiempo para ella. – Dipper y Pacifica son novios, es obvio ¿no? – Volvía a repetirse a sí misma. – Yo soy la que sobra en la relación, no debería estarlos molestando.

Caminando de regreso se topó con algo duro contra su estómago sacándole el aire, emitiendo un quejido de dolor débil. Por la oscuridad del bosque no había visto la enorme piedra que estaba delante de ella. La pateo molesta pero no consiguió moverla.

Acercándose no podía reconocer la forma de la roca dura, hasta que la luz de la luna dio vista a la silueta de una estatua cubierta de musgo que crecía a su alrededor. Sus ojos se abrieron de la impresión a ver la estatua del demonio triangular de un solo ojo con una mano extendida amigablemente invitándola a estrecharla.

- Bill... – Musito la joven.

Mabel salto del miedo pensando que hubiera ocasionado una grieta en la estatua de piedra, acerco débilmente su mano para sacudir un poco el polvo; viendo más de cerca una inscripción en el pie de la estatua de demonio del sueño. Removiendo el musgo que crecía observo una frase pronunciándolo suavemente "Triangulum, entangulum. Veneforis dominus ventium. Veneforis venetisarium" rio un poco por lo que había dicho, parecía un maldito trabalenguas. Hasta que su palma reboto en una especie de luz dorada, quemándola levemente en su piel. Y por un momento se quedó en silencio total, no había sonido de aves nocturnas o criaturas extrañas, a su alrededor se había tornado de una escala de color gris en el ambiente; como si el tiempo hubiera tenido su fin. Un escalofrió le recorrió por la columna de su cuerpo sintiendo la piel de gallina y sus cabellos erizarse hasta la punta de su cabeza, sabía que algo estaba mal y era algo muy, pero muy malo.

- ¿Qué hice? – retrocediendo de miedo, para mantenerse alejada de la estatua.

Un fuego azul apareció en sus pies dibujándose un círculo en forma de la rueda del zodiaco, una sensación eléctrica paso por su espalda tornando sus ojos azules; y como si algo la obligara a inclinarse y a medio arrodillarse, se acercó y a completo la última frase de su invocación.

- ¡Olugnairt, Olugnairt, Olugnairt, Olugnairt, Olugnairt! – Dijo con firmeza Mabel con la espalda erguida e intentando recuperar la fuerza de su cuerpo.

La castaña se sintió débil comenzando a temblar de las piernas, y una pesadez en sus ojos. Antes de caer su cuerpo completamente al suelo, fue sujetada por unos brazos oscuros que la mantuvieron con firmeza y el sonido de un cacareo burlesco se hizo presente haciendo eco por el bosque.

- Vaya, vaya, vaya – Mostrando una sonrisa con su único ojo. – Pero si es mi símbolo del zodiaco simpático y favorito, la Estrella Fugaz.

La chica trato de levantarse apartándose de los brazos del demonio triangular, hasta que cayó de rodillas nuevamente al suelo. Sus piernas no reaccionaban del todo, solo movimientos eran letárgicos y dolía a mares su cabeza.

- ¡Oh vamos! Pero que modales los míos – Invocando una silla y tomando del brazo a la adolescente para sentarla ahí. – No debo tratar a sí a mi pequeña invocadora, no, mejor dicho mi contratista porque haremos un trato, ¿Cierto? – Aplaudiendo. – Vaya, cuanto tiempo que no hago uno. – Chasqueando un fuego entre sus dedos. – Todavía tengo el toque.

- ¡Es un error! – Respondió aturdida y levemente mareada por el movimiento brusco que hizo. Respiro con calma e intento explicarle. – No quise...

- Shh... - Colocando un dedo para sellar sus delicados labios. – No es un error, es un maravilloso error – Riéndose como loco. – Espere lo suficiente para esto.

- Déjame ir – Dijo Mabel preocupada en su voz. – Por favor – »Si no llego se preocuparan por mi« Pensó Mabel entre lágrimas con los ojos humedecidos.

- No, no, lagrimitas no. Pequeña bolsa de carne. – Limpiando las gotas saladas de las mejillas de Mabel – Estrella Fugaz no se preocupe por esos viejos seniles, ni por Pino y tampoco por Signo de Interrogación. – Acercándose a la castaña – Puedo manipular el tiempo.

Tronando sus dedos hizo aparecer una tetera que levitaba con Té adentro y una taza delante de Mabel, indicándole que bebiera de su contenido.

- Vamos bebe un poco, relájate, tenemos el tiempo suficiente para matar el tiempo ¿entiendes? Matar el tiempo – Dijo riéndose de su propio chiste.

- Tú estabas muerto – Dijo calmada un poco, pero sin bajar la guardia.

- Ti istibis miirti – Arremedando a la joven sin emoción. – ¿Qué no puedes decir otra cosa? – Tirando la taza al suelo a punto de quebrarse sobre el pasto.

- ¡Es imposible que estés aquí!, el tío Ford borro la memoria del tío Stan junto contigo – Mirándolo con ojos desafiantes. – Yo lo vi y mi hermano también.

- ¡Vamos! tal vez desaparecí por un buen tiempo – Dando en su punto – Pero mis poderes me permitieron hacer un último hechizo de invocación. – Aclarando esto último – Claro que debo pagar un precio, querida.

- ¿Un precio?

- Sí, pero no es de tú incumbencia – Tronando los dedos nuevamente para hacer desaparecer los objetos anteriores – Ahora prosigamos con nuestro trato, ¿Qué deseas?

- Te digo que es un error, lo leí por accidente. – Levantándose de la silla. – A parte no desee realizar un trato contigo, son solo engaños tuyos tú mientes todo el tiempo. Todo el pueblo lo sabe.

- Primera tú curiosidad no es un accidente, y segunda mis tratos no son engaños, siempre cumplo con mi palabra. – Moviendo su mano con elegancia para regresar a Mabel a la silla con su telequinesis. – El hecho de que se pasen de listos con el contrato puede ocasionar terribles consecuencias, ejemplo: Gideon Gleeful y Stanford Pines, avaricia y codicia. Esos dos sujetos deberían platicar entre sí sobre sus asuntos egoístas.

- ¡Intestaste matarnos a mí y mi hermano! – Reclamándole con molestia – Llevaste Gravity Falls al borde de la destrucción y esclavizaste a la gente del pueblo, sin mencionar que tus molestos amigos nos atacaron y se comieron un gnomo, ¡un maldito gnomo!

- Lo ves, esa son las terribles consecuencias de un mal trato – Dijo Bill apareciendo su bastón y girándolo con su mano – Si no piensas en tus actos, al rato habrá consecuencias.

- Estúpido Dorito volador, no haré un trato contigo – Volviendo a levantarse del asiento para ser de vuelta por unas manos oscuras que emergieron de las sombras, sujetando sus brazos y piernas con fuerza. – ¡Suéltame maldito monstruo Isósceles de un solo ojo! - Tratando de zafarse de sus ataduras. - ¡Déjame ir!

- No escuchas ni piensas, Estrella Fugaz – Hablo Bill apoyando un codo en su cabeza – Solo puedo escuchar en tus pensamientos "quiero irme, mi familia estarán preocupados, y Dipper no me quiere más" – Esto último dejo al demonio impresionando sonriendo con su ojo curvado, emitiendo una risa siniestra.

Mabel solo se sonrojo furiosamente de la vergüenza al escuchar todo lo que había mencionado el demonio triangular; todo lo que había dicho era ciertamente la verdad de sus sentimientos.

- No puede ser – Acercándose a la chica mientras tronaba los dedos y hacía aparecer una cámara instantánea. – Estás celosa... esto amerita una celebración con fotografía – Juntándose al lado de la castaña mientras disparaba el flash de la cámara. – ¡Woow! la señorita Estrella Fugaz esta celosa, ¿y de quien más? – Entrando en sus pensamientos al encontrar la respuesta a sus incógnitas preguntas. – Mira nada más, sino de la chica con el signo de la Llama.

- Cállate, no te incumbe ese asunto estúpido nacho volador – Tratando de controlar sus pensamientos.

- Me pregunto qué clase de acción hizo Pino para despertar tus celos – Burlándose de la expresión de la chica. – Mero sentimientos humanos inmundos, solo ustedes bolsas de carne se matarían por tales emociones.

- Tú no sabes nada – Bramo molesta la chica antes de dirigirle una mirada llena de odio. – Eres un maldito demonio, un ser horrible feo y amarillo, una tonta cara amarilla.

- Mmm... tienes razón – Liberándola. – Entonces no me necesitas – Volteando a verla – Dime ¿Cómo sigues con esas pesadillas?, veo que no son problema para ti – Girando su bastón. – Pino ya no necesita consolarte, eso significa que ya hay control. – Tronando los nudillos. – Pero sé que esas pesadillas crecen... y se vuelven más insoportables. – Dijo. – Lo noto por tú rostro cansado y los desvelos.

Una mirada de sorpresa apareció en ella al mencionar sus malos sueños, una cosa sabia, podría ser que él fuera el causante de sus pesadillas en los últimos 3 años. Pero porque dejarla un momento sin pesadillas y al cabo de otro mes regresar siendo más intensas.

Por un momento se debatía entre dejarlo ir y olvidarse de lo que sucedió, y seguir con su vida de forma normal. Por otra parte era hacer un trato con él y arriesgarse de que no la engañara, como la última vez. Solo por esta vez quería un poco de control en su vida y tener sueños sin pesadillas, sonaba tentador.

Sin llegar a pedirle a Dipper que la consolara. Tal vez así se desharía fácilmente de esos sentimientos, que estaba empezando a desarrollar extrañamente por su hermano.

- B-Bill – Llamo su nombre con voz temblorosa.

- Escucho – Dijo el demonio contento en su voz al ver que la chica se había rendido ante su propuesta.

- Quiero hacer un trato contigo.

El demonio no podía estar más contento en este día de reencuentros. Se volteó y se acercó a la humana.

- Dime Estrella fugaz, ¿Qué clase de trato haremos? – Emitiendo un sonido triunfante.

Otra cosa si algo había dentro de las reglas del bosque durante la noche, y esa era que él tío Ford había establecido, "nunca acercarse a la estatua de Bill Cipher". Porque de alguna forma, él te atrapara y te engañara con sus trucos.

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Continua

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Referencia y Glosario de Palabras

Siempre Detrás – Hace referencia al capítulo "Dipper los guía a lo paranormal" cuando intenta atrapar a la criatura que se esconde en el bosque. Haciendo a la alusión de Sleenderman.

El Mercado Negro Paranormal – Es referencia al capítulo "Cara a Cara" de las Leyendas Perdidas de Gravity Falls, un Comic donde habla sobre un mercado negro oculto en el pueblo, el cual solo pueden acceder las criaturas mágicas y el cual Bill Cipher es vetado de ese lugar, me imagino por desmadroso.

Poindexter – Referencia al científico John Poindexter, en la serie de GF en idioma ingles Stan le menciona mucho a Ford, como un alias o apodo por ser científico loco.

Dummies – Es referencia a los libros para no tontos o que van aprendiendo; donde hablan de muchos temas desde cómo usar una computadora hasta temas de salud y como criar un bebé.

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