9. Time to break ties
TIEMPO DE ROMPER LAZOS
───⊱✿⊰───
Theodore Nott estaba frente a Emma Walk, y no se veía nada feliz de verla o, al menos, su rostro no reflejaba ni una gota de emoción al mirarla después de meses. Se mostraba más bien incómodo con su presencia y le había costado mirarla fijamente a los ojos.
—Veo que eres puntual, Emma —dijo, observando su reloj de muñeca—, pero sigues siendo igual de distraída que siempre.
—¿Por qué de repente te comportas como un verdadero idiota?
—Porque comprendí varias cosas —respondió con tranquilidad—. Una de ellas; no puedo estar enamorado de una traidora a la sangre y, mucho menos, si es la amada novia de Potter.
Emma lo observó impactada, sorprendida. No le cabía dentro de la cabeza como es que su amado amigo Theo era la persona que tenía enfrente en esos momentos. El Nott que conocía no hubiera sido así con ella ni por un segundo.
—Es momento de entrar, vamos —anunció el Slytherin, extendiendo su mano derecha a Emma, quién solo la miró sin hacer nada—. Por algo estoy fuera, Walk.
Que la llamara de esa forma se sintió como si hubieran estrujado su ya débil y roto corazón. Al parecer ya no había remedio como para intentar arreglar lo sucedido. Sin más rodeos Emma aceptó la mano de Theodore y juntos caminaron hasta entrar en un salón demasiado elegante para ser sincera.
Una mesa de madera pintada de color blanco era lo que más llamaba la atención en ese momento pues, para su tamaño, las dos sillas y los dos platos que la decoraban la hacían ver demasiado triste como para su belleza. Las dos solitarias sillas estaban cubiertas de terciopelo un tanto gris y negro y sobre la mesa yacía un candelabro de diamantes realmente hermoso.
—Derecha —indicó Nott, sin soltar la mano de su invitada—. Tu lugar es en la derecha.
Sin rechistar, fue Emma la que se soltó y camino lo más elegantemente posible hasta tomar asiento en su lugar, justo frente al nuevo Theodore Nott.
—Me supongo que sabes por qué estás aquí, ¿verdad? —cuestionó Nott, con frialdad.
Emma asintió sin emitir ningún sonido. Solo movió su cabeza de arriba a bajo.
—Aunque en realidad me sorprende —se atrevió a decir la castaña—. Creí que los últimos herederos de los Nott y los Walk habían solucionado sus problemas hace años.
—Veo que has estado equivocada todo este tiempo —dijo Nott en voz baja—. Todavía existen cosas de que hablar —El Slytherin tomó su copa con delicadeza y dió un sorbo. Emma imitó su acción—. El antes y el después del Baile de Navidad…
Emma dejó caer su copa con fuerza sobre la mesa, causando un ruido estridente—. Pensé que hablaríamos sobre los problemas de…
—Somos Nott y Walk, ¿no es así? —Theodore dejó su copa con delicadeza sobre la mesa—. Y ese fue un problema.
—Problemas de nuestros padres —aclaró Emma con desagrado.
—Lo que hayan hecho nuestros padres no va al caso, Walk.
Emma hizo un brusco movimiento para intentar ponerse en pie pero Nott no sé lo permitió.
—No me interesa hablar sobre ese día.
—Pues a mí sí, lo lamento.
Emma intentó moverse, pero algún tipo de fuerza no se lo permitía—. Déjame ir, no tengo nada que hacer aquí, y mucho menos contigo.
Nott se puso en pie, sin expresar ninguna emoción en su rostro, y se acercó lentamente hasta Emma. La castaña se alejó lo más que pudo, asqueada.
—En esa noche todo acabó —murmuró, alejándose de Emma.
—Fue tu culpa —aclaró Emma, logrando al fin ponerse en pie y encararlo—. Tu novia Parkinson y tú arruinaron esa noche.
—Luego de esa noche, Emma, entendí que no valias la pena. No eras lo que creí.
—¿Y tu novia lo es? —opuso Emma, enfandándose—. Si quieres hablar de una persona correcta, me parece que debes fijarte antes en ti. Me disculpas, pero no veo necesario quedarme mucho más tiempo aqui
—Tengo entendido que Potter te ha causado una… desgracia en tu vida, ¿verdad? —continuó Nott—. Entonces, dime, ¿quién es peor? ¿Pansy por arruinar un vestido o Potter que ha sido el causante de la muerte de tus padres?
—Él no ha causado nada —repuso Emma con frialdad.
—Cuando yo confieso que te amo está mal, pero si él logra que maten a tus padres está bien, funciona así.
—Tienes que dejar de decir estupideces —soltó Emma con furia—. Tu novia arruinó la noche del baile y luego has salido para intentar besarme cuando sabes que tengo novio. Mientras tanto, Harry nunca se ha buscado todo lo que la pasado, y mucho menos ha indicado que atacaran a mi familia.
—Me alegra haber encontrado una persona que no me despreciara —confesó Nott de repente, logrando que ese sentimiento punzante en el pecho de Emma hiciera colisión.
—Yo te quise, y mucho, por si nunca lo notaste. Sempre te agradecí por todo. ¿En verdad crees que te desprecie? ¿Acaso conoces verdaderamente a una persona despreciable? —Emma no lloraría más, y mucho menos si se trataba de hacerlo frente a Nott—. Yo no te odio, Theodore Nott, pero ten algo en claro: no quiero volver a cruzar palabra contigo a menos de que sea necesario. Por favor, alejate de mi.
Sin emitir ningún sonido más, la castaña giró sobre sus talones y caminó con cuidado hasta la entrada. Mirando unos segundos al suelo, Emma cerró sus ojos y tocó ligeramente la manija de la puerta; por supuesto que le dolía terminar una relación de amistad como esa, pero en aquel momento ya no veía esperanza de salvarla de ninguna forma.
Sin esperar nada, giró la manija y salió del lugar. Los tacones ya no eran molestos, pero trataba de caminar con cuidado por el asfalto mientras una, tan sola una silenciosa lágrima resbalaba por su delicada mejilla. Rápidamente la limpió con su dedo y se dirigió directamente hasta donde Tonks la estaba esperando.
—Emma, ¿qué ha sucedido? —le preguntó preocupada, tomándola de la mano.
—Alguien más fuera de mi vida —explicó con la voz entrecortada, aferrándose a la mano de Tonks—. A veces creo que he hecho algo malo en esta vida. Probablemente me merezca perder a todos los que quiero… en este momento, lo único que faltaría sería perder a James…
—Escúchame —Tonks guío la atención de Emma hacia ella—: jamás, en verdad, jamás perderás a Harry. Se aman demasiado, sería imposible perderlo. Ahora tú no te preocupes por Nott, las personas van a vienen, encontrarás a alguien mejor que él, es más, ya tienes a alguien mejor que él. Sonríe, al menos un poquito, ¿si?
Emma ladeó levemente su cabeza, más no le sonrió.
—Vamos, Harry volverá pronto, de seguro te querrá ver.
En cuanto Emma estuvo de nuevo entre las cuatro paredes de la habitación que tenía en Grimmund Place se sacó rápidamente sus tacones y se tiró boca arriba sobre su cama. No entendía realmente qué cosa había hecho para perder cada vez a alguien que quería. No comprendía en qué momento todo se había ido a la basura con Theodore: bueno, la verdad sí lo sabía; desde el baile de Navidad las cosas habían tomado un nuevo rumbo para ellos.
—Tú no me vas a dejar sola, ¿verdad? —le preguntó la castaña a su gato en el momento en que lo había rodeado con sus brazos.
El animal colocó su patita sobre el pecho de su dueña y se acomodó junto a ella. Emma lo abrazó con más fuerza (sin lastimarlo, claro) y se acurrucó junto a él.
( . . . )
—¡Lo sabía! —gritó Ron lanzando puñetazos al aire—. ¡Siempre te libras de todo!
—Estaba clarísimo que tendrían que absolverte —dijo Hermione, que cuando Harry entró en la cocina parecía a punto de desmayarse de la ansiedad , y que en ese instante se tapaba los ojos con una mano temblorosa—. No podían acusarte de nada.
—Te lo dije, te dije que regresarías a Hogwarts —sonrió Emma mientras abrazaba a Harry con tanta fuerza que parecía no querer soltarlo, pero por supuesto que tuvo que hacerlo para dejar un beso en sus labios—. Me alegro mucho, Harry.
Harry besó una vez más a Emma antes de tomar la palabra—. Pues están todos muy aliviados teniendo en cuenta de que creían que me absolverían.
La señora Weasley se secaba las lágrimas con el delantal, y Fred, George y Ginny se habían puesto a bailar una especie de danza de guerra que Emma les había ayudado a armar en la tarde, al son de una canción que decía:
—¡Se ha librado! ¡Se ha librado! ¡Se ha librado!
—¡Basta! ¡Cálmense! —gritó el señor Weasley, aunque él también sonreía—. Oye, Sirius, hemos visto a Lucius Malfoy en el Ministerio…
—¿Qué? —saltó Sirius.
—¡Se ha librado! ¡Se ha librado! ¡Se ha librado!
—¡Cállense, ustedes tres! Sí. Lo hemos visto hablando con Fudge en la novena planta; luego han subido juntos al despacho de Fudge. Dumbledore debería saberlo.
—Desde luego —coincidió Sirius—. Se lo diremos, no te preocupes.
—Bueno, tengo que irme, hay un inodoro que vomita esperándome en Bethnal Green. Molly, llegaré tarde, debo cubrir a Tonks, pero quizá Kingsley venga a cenar…
—Se ha librado, se ha librado, se ha librado…
—¡Basta! ¡Fred, George, Ginny! —chilló la señora Weasley cuando su marido salió de la cocina—. Harry, Emma, vengan y tomen asiento, coman algo, que apenas han desayunado. Emma, cielo, no quiero un no por respuesta.
Emma y Harry se sentaron al lado del otro mientras que Ron y Hermione tomaban asiento frente a ellos. En todo el tiempo que llevaban en Grimmund Place jamás habían visto a sus amigos así de sonrientes,
—Claro, cuando Dumbledore se puso de tu lado, no había forma de que te condenaran —observó Ron alegremente mientras servía enormes cucharadas de puré de patatas en los platos.
—Sí, Dumbledore me echó una mano —afirmó Harry.
De repente Emma notó como Harry se tapaba la cicatriz de la frente con la mano.
—¿Pasa algo? —preguntó, preocupada.
—La cicatriz —murmuró Harry—. Pero no es nada… Ahora me pasa con mucha frecuencia.
Los demás no se habían dado cuenta, pues se servían comida mientras seguían saboreando la absolución de Harry. Fred, George y Ginny seguían cantando, Emma estaba preocupada y Hermione muy nerviosa, pero antes de que pudieran decir algo, Ron se les adelantó:
—Seguro que Dumbledore vendrá está noche para celebrarlo con nosotros.
—No creo que pueda venir, Ron —intervino la señora Weasley al mismo tiempo que ponía un inmenso plato de pollo delante de Harry y Emma—. Ahora está muy ocupado.
—Se ha librado, se ha librado, se ha librado…
—¡Cállense! —rugió la señora Weasley.
( . . . )
—¿Y bien? —preguntó una Hermione impaciente esa misma noche después de que todos se hubieran ido a dormir.
—Resulta que el único hijo de los Nott había solicitado una charla conmigo —explicó Emma con cansancio—. Me sorprende lo mucho que a cambiado en este tiempo.
—¿Y qué quería?
—¿Qué crees? —repuso Emma—. Hablar sobre el baile de Navidad. Resulta que al parecer yo soy una persona despreciable después de todo
—Esto es raro —comentó Hermione, pensativa—. No lo veía así, parecía ser mejor persona. Algo aquí no está bien.
—No, Her, este es el nuevo Nott —la cortó Emma—. Él ya no es mi amigo, ahora solo es una persona conocida. Me ha dejado bastante claro que lo he decepcionado.
Hermione suspiró antes de ponerse en pie y, después de darle las buenas noches a Emma, salir de la habitación. Ella sentía que algo no andaba bien: por supuesto que el cambio de Nott no había sido de la noche a la mañana, pero si era raro el que de repente se mostrara tan frío con su mejor amiga.
.・。.・゜✭・.・✫・゜・。.
Author's Note | Mel
¡Aquí otro capítulo!
No tengo mucho que decir más que tengan un lindo 14 de febrero ❤️
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top