01 | Grandfather letter

.:. CHAPTER ONE .:.
(CARTA DE EL ABUELO )

No existían palabras suficientes para describir las vacaciones de Emma. Pero tal vez ella usaría la palabra «malas».

Sus padres habían dejado de insistir al ver lo destrozada que estaba su hija. Emma no se quería ir. No estaba lista para ver el cuerpo sin vida de su abuelo, no estaba lista para aceptarlo, y sobre todo, no estaba lista para dejar a sus mejores amigos.

Al llegar a casa después de retirar a Emma de la estación de tren, Amelia y Thomas le entregaron una carta que su abuelo había querido que le dieran a la castaña, y además, pidió que nadie más la leyera.

Entre lágrimas, Emma tomó la carta y la abrió.

Querida Emma

Cuando estés leyendo esto probablemente yo ya no esté en este mundo, al menos no en cuerpo, porque te aseguro que siempre estaré a tu lado.

Mi pequeña no te deprimas por esto (aunque sea bastante difícil no hacerlo porque todos me aman), yo siento que ya es mi momento de partir. Pero ese no es el punto de esta carta. Tienes que saber la verdad.

Tus padres no son quienes dicen ser. Bueno, sí son Amelia y Thomas, pero no son quienes crees. No te diré exactamente que, porque tengo la sensación de que alguien va a leer esto además de ti, pero busca a los nombres de Alhena Miller y Joseph Walk.

Aliviando el ambiente, juro que si te veo triste te voy a jalar de las patas en medio de la noche. Quedas avisada. Dime, ¿cómo están las cosas con los chicos? Sí, me refiero a Harry, ¿han dado el siguiente paso?  Recuerda mi promesa: una lágrima tuya a causa de ese ser y no vivirá en paz nunca más.

En fin, si mis suposiciones son correctas, se que ese chico te quiere mucho, al igual que tu a él. Emma, si él te hace feliz, y sobre todo, si te trata bien, se que el es el indicado.

Te quiere
El mejor abuelo del mundo.

Emma rió mientras lágrimas resbalaban por sus mejillas. Su abuelo siempre fue un bromista, y ni siquiera en sus últimos momentos perdió su alegría.

Ella cumpliría lo último que había querido su abuelo, la primera; no estar triste por su partida, y la segunda; investigar sobre Alhena y Joseph.







( . . . )










EL VERANO DE EMMA FUE BASTANTE PARTICULAR. Había estado distrayendo su mente para no pensar en la partida de su abuelo, y de a poco lo estaba logrando, aunque no podía evitar en la noche soltar unas pocas lágrimas y desahogarse con su almohada.

Su "distracción" la había llevado a cometer muchas locuras consigo misma. Cortar su cabello un poco más abajo de los hombros fue una de ellas, y recurrir a los libres fue otra, últimamente su habitación era un verdaderos llena de libros por todos lados.

La castaña estaba en su habitación, escuchando y cantando una canción que se reproducía en su walkman: Billie Jean.

Billie Jean is not my lover
She's just a girl who claims that I am the one
But the kid is not my son
She says I am the one, but the kid is not my son cantó Emma mientras balanceaba sus pierna adelante y atrás, pasando con delicadeza la página de su libro.

Escuchó unos golpecitos en la puerta de su habitación y bajó un poco el volúmen. Emma se acercó y abrió la puerta. Lolen había sido la que golpeó la puerta.

—Hola, Lu —saludó la castaña quitándose algunos pelos de la cara.

—Señorita, sus padres quieren que baje —dijo Lolen

—De acuerdo —dijo Emma. Se acercó para apagar su walkman y bajó corriendo las escaleras, como siempre.

—Llegaron cartas —anunció su padre, extendiéndole las cartas a la castaña.

Emma se sentó en una silla del comedor y tomó las cartas que acababa de recibir.

La primera que abrió fue la de Hermione.

Querida Emma

Hola, Emma, ¿cómo estás? Te ví en la estación y en serio me preocupe mucho.

¿Te enteraste de lo que hizo Ron? No puedo creer que haya hecho eso.

¿Saliste de vacaciones? ¡Yo sí! Estoy en Francia y todo me parece muy interesante e importante.

Por ahora no tengo mucho que contarte, así que lo dejo hasta aquí. Espero que estés bien y estés cumpliendo con las tareas.

Con cariño
Hermione

Cuando Emma terminó de leer se sintió muy feliz por su mejor amiga. La castaña se intrigó sobre lo que había hecho Ron, y para su suerte, la siguiente carta resolvió su duda.

¡Hola Emma!

¿Te enteraste del premio que ganó mi padre? No, ya lo recuerdo, no lees El Profeta. En fin, mi padre ganó un premio y en este momento estamos en Egipto. ¿Puedes creerlo? ¿Tú has visitado Egipto?

Por cierto, debo contarte algo. Llamé a Harry a su casa, y pues como no sabía como usar el feletonó hablé un poquito alto y creo que su tío se enojó.

¿Cómo estás? Te ví en la estación y me asuste un poco. Nunca te había visto llorar, supongo que pasó algo grave.

Le envié a Harry y Hermione una carta proponiendo algo, ¿y si nos vemos el 31 de agosto en el caldero chorreante? Tengo muchas cosas que enseñarles.

Un saludo
Ron.

Emma estaba feliz por Ron. Se alegraba de que estuviera disfrutando de sus vacaciones. Pero lo de la llamada la tenía preocupada. Los tíos de Harry eran verdaderos mounstros.

Querida Emma

(Me estoy arriesgando al enviar esto pero lo que sea por ti)

¡Perdón! Te dije que te enviaría una carta todos los días pero mis tíos me dejaron sacar a Hedwig de su jaula con la condición de no enviar cartas, pero necesitaba escribirte.

¿Cómo estás? Te vi llorando y… estoy preocupado por eso. ¿Sabes que cuentas conmigo, verdad? Dai, espero que nada malo este pasando y estés disfrutando de las vacaciones junto a tu familia.

Por cierto, gracias por el regalo de cumpleaños.

Te quiere
Harry

Emma guardó las cartas en el bolsillo de su suéter, y tomó el último sobre que quedaba, uno que la castaña reconocía perfectamente.

Estimada señorita Williams:

Le rogamos que no olvide que el próximo curso dará comienzo el 1 de septiembre. El expreso de Hogwarts partirá a las once en punto de la mañana de la estación de King’s Cross, anden nueve y tres cuartos.

A los alumnos de tercer curso se les permite visitar determinados
fines de semana el pueblo de Hogsmeade. Le rogamos que entregue a sus padres o tutores el documento de autorización adjunto para que lo firmen.

También se adjunta la lista de libros del próximo curso.

Atentamente,
Profesora M. McGonagall
Subdirector

Hogsmeade. Emma había leído mucho sobre ese pueblo, y le emocionaba demasiado poder visitarlo.

—¿Pueden firmar? —les pidió Emma a sus padres con ilusión.

—¿Qué es? —preguntó Amelia, quitándole la pluma a su esposo—. Thomas, debes saber que firmas antes de hacerlo.

—Es un permiso para visitar un pueblo cerca del colegio —explicó la castaña con una sonrisa en grande—. ¿Si podré ir, verdad?

—Por supuesto, princesa —respondió su padre, firmando de inmediato—. ¿Me podrías traer algo de ese pueblo?

—¿Dulces está bien? —propuso Emma—. Creo que es lo más factible.

—Más que bien —dijo Thomas chocando las palmas con su hija—. ¿Quieren ver algo en el televisor?

—Una película —dijeron ambas mujeres al mismo tiempo.

—De misterio.

—De acción.

—De terror —pidió Emma—. Eran más favoritas del abuelo.

Amelia, Thomas y Emma se abalanzaron a intentar alcanzar un cd, y por un microsegundo, Emma ganó, y decidió ver una película de terror. Pero en cuanto encendió el televisor, las caras de Amelia y Thomas cambiaron.

«Tenemos que advertir a los telespectadores de que Black va armado y es muy peligroso. Se ha puesto a disposición del público un teléfono con línea directa para que cualquiera que lo vea pueda denunciarlo.»

Su madre se apresuró a poner el cd, mientras que Thomas cambiaba el canal de la tv.

—¿Black? —preguntó Emma—. ¿Habían escuchado de él antes?

—N-no —dijo su madre, dirigiéndose a ka cocina—. Emma, cariño, ¿puedes traer una manta? Hace demasiado frío.

—Claro —respondió la castaña poniéndose de pie. Sus padres actuaban extraño, y ella averiguaría por qué.

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