Capítulo 5: Ni en tu casa, estás a salvo
«He oído tu voz y ha sido como si un puñal me atravesara el pecho» - Paula Hawkins
05 de febrero del 2022, unidad lago, casa 20, 15 grados centígrados, 60 % posibilidades de lluvia.
Connor
Querida muerte, ¿cuándo te vas a detener? ¿Cuándo será el día en que no llegas con tu hacha a quitarle la vida a las personas a temprana edad? La muerte llega a sorprendernos, a no darnos el tiempo suficiente. No importa si te mataron con una bala, si fue un accidente, veneno o un cáncer. Ella no consuela para darte otra oportunidad. Si sobrevives es porque la vida aún te necesita o eres demasiado apegado a la vida. Somos aferrados tanto a esta que negamos la existencia de la muerta hasta estar en condiciones espantosa o una edad ya adulta. ¿Quién será la próxima víctima de Monte Blanco?
Respiro hondo, al recordar a la chica con vidrios incrustados en su pecho, parecía un animal recién cazado, el desconocido es un a acechador y ya tiene a su presa. Su vestido era rojo por la cantidad de sangre que perdió. Esos ojos son los que muestran que no estamos a salvo, que el peligro nos rodea, como el vidrio alrededor de su cuello y en los labios. Está es la muerte en una de sus presentaciones más macabras.
Su identidad es anónima, al igual que la primera persona asesinada. Las noticias no han anunciado nada. Sé que una de las víctimas se llama Camilo, gracias a una chica. ¿Camilo se merecía la muerte? ¿Tenía algo que ocultar? Uxía no me contando todos los detalles
Los sábados son los días de paz y tiempo de familia, solemos desayunar en casa o salimos, vemos películas y vemos fotografías nuestra infancia. Es mi parte favorita, ver todo el recorrido que hemos durante esta vida.
Organizo el dormitorio, hay algunos libros tirados debajo de la mesa de estudio. Es de madera y con el tamaño suficiente para solo colocar el computador, los recojo, colocándolos en la estantería flotante hexagonal. Les he dicho a mis padres que la amplíen, pero me ignoran por completo. Sacan la excusa de que he comprado demasiados libros que deje mi obsesión, lo intento, pero es difícil despejarse de las letras que crean mundos mágicos.
Le coloco el tendido azul, junto con las dos almohadas que no tienen vida, junto con los peluches. Falta más decoración a esta pieza, como un mural o algo parecido, no tengo idea de que, pero lo haré. Salgo del dormitorio, lo primero que veo es a Emma bostezando y con el cabello hecho telarañas.
-Buenos días, hermanito. -Se acerca para volver un desastre mi cabello, arrugo la frente y rio.
-Buenos días, Emma. ¿Cómo estás?
-Bien, hasta el momento no hay nada que anime mi sábado. ¿Hoy vamos a desayunar en la casa? -Encojo los hombros, no tengo ni idea. El dormitorio de mis padres está vacío. Creo que si es salida ellos nos levantarían más temprano.
-No están en su cuarto.
-Eso es raro, bajemos a la cocina. - Hago caso y estás escaleras me traen tantos recuerdos, recuerdos a velas de canela y aquellos que tu lengua siente desagradable. Desagradable como... miedo
Nadie en la cocina, los platos están organizados en el lavaplatos. Es raro que salgan sin nosotros los sábados. Emma se sienta en el comedor jugando con la planta de hojas rojas, sus dedos se deslizan con delicadeza, es un movimiento lento y seguro para el ser vivo. Una conexión para ambas.
Reviso la nevera, la misma comida, ninguna señal de que nos dejaron algo novedoso. Le escribo a mamá, le llegan los mensajes, pero no recibo respuesta. Le pregunto a Emma si desea café, ella suelta un sí que terminó siendo un grito. Lo preparo, cuatro cucharadas y agua.
-¿Conocías a la chica que murió en casa de Dani...? -Emma deja de jugar con la planta, se voltea para mirar, en el instante que Emma va a responder, la puerta principal se abre son Paola y Vicente, nos entrega a todos en una caja de cartón unos wafles con huevos encima, tomate picado y queso asado.
-¿Cómo qué se dice? -Me acerco a darle un abrazo, ella corresponde de manera rápida.
-Gracias, para ambos. -Sonrío, Emma se levanta para darle la gracia a ambos con un abrazo.
-Bueno, a disfrutar de este desayuno -dice Vicente, nos sentamos en el comedor a probar del desayuno, les entrego sus cafés y un tarro de leche.
Nadie habla, estamos concentrados en la comida. Es en verdad deliciosa, es un sabor extraño en los wafles, como de buñuelo. Observo a Emma, aún tengo la curiosidad activa para averiguar quién es.
-Escuche que mataron a una tal Isabella ¡Qué horror tantas muertes y pobre familia! -Estamos de acuerdo, ya no estamos libres de ella -. ¿La conocieron?
Emma casi se atraganta con un trozo de waffle, bebe un poco de agua. No me quiso recibir el café. Está muy extraña.
-Estudiaba conmigo, no hablamos mucho. Era buena chica.
Nunca me enteré de su presencia. Me imagino que hubiera ocurrido sin en el pasado, hubiéramos cruzado miradas. Amigos, tal vez. Conocería sus gustos. Ya solo son hipótesis, porque aunque intenté a hacer memoria de recordarla, no regresará.
-Que lamentable. - Paola le agarra el hombro, ella no dice nada. Sigue comiendo.
-Ya es raro que no tengan a un sospechoso -dice Vicente, se tapa la boca y después se organiza las gafas casi transparentes.
-Hay que darles tiempo. La oficial Pereira sabe lo que hace. -Paola sostiene la mano de Vicente, ambos entrecruzan los dedos. Apoyo, amor, lo justo y necesario.
Emma cambia el tema, es sobre las pruebas del saber. Antes de esos exámenes hay unas clases de preparación, a pesar de que ella sea inteligente, le gusta estudiar de mas y estar segura de que le ira bien.
El desayuno finaliza, los hijos lavan los platos, es aburrido. Pero, nada que la música no pueda mejorar. Después, los dos subimos a nuestros dormitorios. ¿Qué sigue ahora? ¿Ver el techo? ¿Leer? ¿Videojuegos? Papá y mamá se quedaron conversando de negocios. Reviso el cuaderno para saber si tengo tareas, en realidad tengo dos. Así que me quedo viendo televisión un rato, dura pocos minutos porque recibo mensajes de mis amigos que están próximos a llegar a mi casa. Respiro hondo, no me choca que me visiten. Pero, hubiera sido grandioso que avisaran con tiempo. Ya perdí mi espacio de soledad, mierda.
El timbre suena, con un resoplido de enojo levanto mi cuerpo aferrado a la cama y la almohada que te dice que te quedes más rato. Bajo y abro la puerta, no es el rostro que deseas ver en tu día de descanso. Ojos azules, piercing de una cruz en la oreja. "Un estilo muy original" el cabello castaño revuelto en un caos y la sonrisa que es reconocible de superioridad. Leonardo, apoya su mano en la puerta.
-Hola parcero, ¿vas a quedarte mirando como un bobo o vas a dejarme pasar?
-Prefiero que te quedes afuera, pero como Emma "te adora", te dejaré entrar. -Hago énfasis a la palabra adorar, porque es pura mierda.
-Tan lindo. Deja la puerta abierta, vienen más personas. -Me sorprende que detrás de él este, Mirt, Dylan, Aitana y Magdalena. La nueva estudiante de Monte. Saluda con una amplia sonrisa, los pasan de lado.
Antes de cerrar la puerta llega mi combo, Daniel, Uxia, Vainilla, Roma, Vega y de seguro obligaron a Elías a venir. Daniel me abraza, para después sacudir el paquete de mecato. Supongo que veremos alguna película, los saludos con estrechón de manos o con un fuerte abrazo. Uxía cierra la puerta, mientras todos suben nos quedamos nosotros dos.
-Hola, lamento no avisarte -dice ella sin ser muy expresiva con sus dientes, labios rectos al igual que una calle. La veo y las imágenes de lo hermoso, caótico llegan a mí-
-Descuida, no molestan. ¿Estás bien? Es impactante ver la muerte de...
-¿Tan seguido y qué no me espante? -la respuesta es rápida que me sorprende. En cierta parte está ese sabor a que puede ser verdad, aunque el tema como la muerte son impactantes. Dormir en los brazos de ella es peligroso.
-yo...
-Es broma, para ser honesta, si me sorprende, pero cuando vives bajo la sombra de alguien como mi madre, te adaptas. -Ojalá mi mamá me hubiera enseñado a temprana edad a la costumbre de ese tema.
-Tú mamá es una berraca (persona valiente). No aguantaría medio día en ese trabajo.
-No creas, hay noches en las que no duerme por pensar en los homicidios y en robos.
La conversación queda ahí porque Daniel nos llama para que veamos una película. Ambos subimos y cada vez quedo con una sensación de soltar una pregunta nueva. Me detengo en el pasillo donde está la sala de estudio, con botellas de güisqui y que embriagan a la distancia, del mismo modo. La biblia habita en nuestra mente con sólo verla en la estantería. El dormitorio de Emma está cerrado. ¿Cómo son sus amigos? ¿La trataran bien? Una voz me hace caer en cuenta que no es mi problema.
Pasamos gran parte de la mañana viendo películas de romance juvenil, que por lo general no me gustan tanto.
-Admito que es buen negocio la venta de besos. - Daniel coloca las manos a su lado, las palmas hacia arriba como si sostiene un ladrillo. Encoje los hombros, mi humilde opinión es qué... No lo haría.
-Contraer gérmenes -responde Elías acomodándose las gafas, le da un escalofrío de solo pensarlo.
-Pero consigues dinero.
-Prefiero la venta de empanadas que haré con Roma. -Roma y Vega estrechan los brazos, para soltar una gran carcajada que estalla las ventanas de mi dormitorio.
-En fin. ¿Salimos? -Me cansa demasiado estar sentando por más de dos horas. Necesito caminar.
-Puede ser más tarde, quiero seguir viendo películas. -Roma sonríe, asiento sin refutar. Entonces salgo al balcón a respirar un poco de aire fresco.
Desde el balcón se puede tocar el agua que esconde secretos debajo de su reflejo. Es seguro que no solo existe los patos que nadan, las flores de loto navegando sin rumbo alguno. Lo que veo solo es un pequeño pedazo de lo que hay en el lago, como... un cadáver. Parpadeo y respiro hondo. Nadie ha muerto acá, tranquilo.
Al rato veo que alguien más se une al balcón, es Uxía. Recuesta el mentón la barandilla. No digo nada, recuerdo ese día en mi casa. Todo tan rápido, rápido. Sin embargo, con ganas de probar una sensación nueva-
-Estar acá es tan tranquilo ¿No crees? -La miro, juega con un insecto que camina por el barandal.
-Ya no más. -Año nuevo, caos nuevo.
-Pienso en la persona responsable de las muertes, y... no sé me ocurre nadie. -Sus uñas se quedan quietas, el insecto es libre.
-Un desconocido, es probable -es una respuesta lógica, ¿por qué alguien que conocemos se atrevería a matarnos? Aunque... puede ocurrir.
-Sí, un desconocido que será conocido. Muy pronto se le acabará el juego. -sus ojos similares al cielo se fijan en el inmenso árbol que rodea el lago, son serías sus palabras. Desea que este infierno termine. ¿Quién no?
-Eso espero. -Apoyo el mentón en el barandal, sin importar si está lleno de suciedad. No sé qué tema de conversación colocar a la mesa. Uxía resopla y mira el cielo. Justo cuando se me ocurre algo llega Mirt.
-¿Quieren un porro? -Tiene un cigarrillo en las manos, la verdad el aroma mata a los animales. Niego con la cabeza.
-No, gracias. -Uxia sonríe con falsedad - ¿Qué haces aquí?
Gira su espalda hacia atrás sintiendo el frío de la baranda y con la mirada al cielo, el humo sale entre los labios. Hoy lleva una camisa azul y una chaqueta avellana oscura, cambio la ropa negra.
-Me fastidia ver a los típicos juegos románticos de adolescentes. «Todo lo que se hace por amor, se hace más allá del bien y mal» Friedrich Nietzche. Apliquen esa frase a sus vidas, pequeños saltamontes. -Mirt me pega con su dedo en la frente. Qué raro.
-¿Qué es el amor para ti? Y ¿Has amado a alguien? -me da curiosidad su pensar, es filosófico.
-El amor en muchas ocasiones se basa en esta frase. Un equilibrio que buscan dos individuos, para garantizar tranquilidad, compañía, confianza. Características buenas, pero, hay otro lado de la moneda-. Le da una calada al cigarrillo y ese olor regresa a la nariz - El daño en las parejas, donde uno de ellos decide consumir el veneno, saben que está mal. De igual manera, lo sigue bebiendo, aunque queden heridas internas. Eso sigue siendo amor, es una lastima que lo sientan de esa forma
-No lo sé, es complicado porque no he encontrado un intermedio entre el bien y el mal. Sin embargo, siento que mi concepto de amor va ligado con el negativo, he dejado que esa persona se arrastre por sus prejuicios y al igual que acompañarla. ¿Cuáles son sus apreciaciones del bien y mal? Los dejo con esa pregunta -Con eso el chico finaliza su monólogo, lo cual es particular que responda esto con total firmeza y sinceridad.
Quedo con la cabeza echa una burbuja. Ya estoy reflexionado si en realidad sé que es amar, amar a un familiar, a un amigo e inclusive a una pareja. ¿De qué estás hablando Connor? Si ni siquiera tienes una pareja, bueno... miro a Uxía, que se vuelve a recostar en el tubo con los ojos fijos en el gran árbol que rodea la laguna. Trago saliva y tomo la valentina suficiente para preguntarle lo siguiente.
-¿Salimos? Es decir... una cita, una cita no... Espera. ¿Me entiendes? -mis mejillas se colocan rojas, ya siento que el clima cambio. Dios, que vergüenza. Uxía se burla de lo torpe que soy, se acerca para tocar mi frente.
-Estás sudando demasiado. Te diré que si por pesar. -Se ríe, la veo muy contenta. ¿Es malo? La estoy embarrando más.
-¿De verdad?
-Salgamos, a los bolos en el centro comercial "Orquídea". -Asiento, nuestra primera cita oficial. Esta vez di el primer paso. Casi colapso, ni que fuera a hablarle al presidente.
Veo a Daniel con Emma, nos dicen que si quieren dar una caminata por la unidad. Aceptamos, Por fin. Les aviso a mis padres, que están acostados viendo novelas. Ellos no se quejan, además que es acá adentro. Nada malo va a suceder, a menos de qué... Olvídalo, Connor. El día es grandioso, vas a salir con una chica que te atrae.
La vía está llena de niños corriendo, montando bicicletas o patines, al igual que algunas aves acompañándonos hasta el parque. Para ser honesta, es el lugar que menos visitan los niños. Prefieren a hacer otras cosas, mi niño interior le hubiera encantado treparse a un pasa manos y hacer el famoso vampirito; colocas los pies en el cilindro, vas soltando tus manos, hasta que solo tus pies queden en el objeto. No es sano quedarse tanto tiempo, porque se baja la sangre y las caídas.
Estoy conversando con Daniel, Uxía y Vainilla de sus películas favoritas, misterio, de acción, violencia y las de comedia. Aunque Vainilla asume que necesita un poco de romance para entretenerse, en ocasiones es bueno consumirlo. Daniel saca la lengua para fastidiarla y ella le golpea el hombro. Una actitud de niños pequeños, así somos.
Adelante está el grupo de Emma, ella muy pegada a Leonardo. ¿Cómo hago para qué se borre esa imagen? Traumado de por vida. ¿Él se daría cuenta? Le besa la mejilla, rodeando su hombro. Mirt, Dylan, Roma y Vega están hablando. Aunque Mirt muy entretenido en quien sabe que, ni siquiera les habla. Magdalena y Aitana están en la misma tónica, Magdalena se voltea para guiñarme el ojo. ¿Qué está ocurriendo?
Llegamos al puente y Roma le grita a Daniel, que lance una roca a un pato. Este, como siempre aceptando los retos mas bobos. Lo hace, coge una roca. Vainilla está a punto de protestarle, pero él la arroja y cae en una hoja de loto. Dylan y leonardo se ríen. "tan simpáticos". Mirt al ver tan fracaso, agarra una roca, esta vez si tumba al pato. Sale disparado con sus alas cafés y el chico de cabello negro ni se inmuta en lo que hizo. De acuerdo.
Uxía me detiene, los demás siguen para el parque. Espero que no dañen un columpio o nos reportan por mala conducta.
-¿Sucede algo? -arrugo mi nariz, Uxía se inclina para besar mis labios. Vaya, no lo esperaba tan pronto.
-¿Se permite dar besos antes de la cita? -mis ojos se abren cada vez más.
-Supongo... -Ella se acerca más, vuelve a lanzarse sobre mis labios, está vez correspondo. Del susto de dañarla, decido que mis manos se queden quietas. Uxía coloca las suyas sobre mi cuello, es un calor agradable. Con mis dedos tembloroso, me aferro a su cintura un poco fuerte, está se queja -. Lo siento.
-No hay problema, solo me hiciste un moretón. -Ambos reímos, la respiración es tan cercana que apenas lo noto. Justo cuando iba a seguir, un sonido fuerte hace que nos separemos. A los segundos, llegan Aitana y Magdalena.
-¿Interrumpimos algo? -dice Aitana, actuando como si no hubiera visto a nada. Niego con la cabeza.
-Vaya, ese beso se ve tan provocativo. ¿Puedo ser su invitada? -Magdalena sonríe e inclina su cabeza de lado. Ella me guiño hace unos momentos. Al parecer esa es su actitud normal.
-¿Disculpa? -Uxía responde en un tono serio. No le es simpático la broma.
-Sus problemas los pueden resolver después, Mirt y Vainilla están heridos.
Vamos al parque, ya tengo miles de imágenes horribles. Sangre o tal vez estaban jugando en el columpio y... Espera, Mirt no es le gusta esa clase de diversión. Entonces, es peor. Llegamos, sangre en el césped, que forman un sendero que nos guía. Vainilla está tirada en el suelo, con los ojos lloroso. Tiene dos huecos en su brazo derecho. Emma le intente hacer presión en el brazo, con un pañuelo. Vega está en el teléfono, seguro comunicándose con la ambulancia. Al otro lado está Mirt, también con unos orificios llenos del líquido rojo y este gruñe por lo bajo. Dylan y Roma son los encargados de darle la calma. Este los insulta, el dolor debe ser impresionante. Hasta en casa me siento inseguro. Trago saliva, toco el hombro de Aitana.
-¿Qué fue lo que sucedió exactamente?
-Unas balas, no entendemos cómo llegaron hasta acá, si ni siquiera se logró ver a una persona apuntando. -Balas, eso significa que el asesino nos esta persiguiendo. Debo cambiar mi actitud, los pensamientos negativos se están volviendo realidad. Nadie quiere vivir más esto, camino en círculo desesperado. Me acerco a Vega, está cuelga e indica que ya la ambulancia ya viene.
No sé cuanto tardo, pero se sintió una eternidad. Emma, Roma y yo nos montamos como acompañantes, los otros se van con Dylan y Leonardo que son los únicos que tienen carro. Estamos en el hospital, no nos dejan entrar porque van a ir a cirugía. Que es posible que sea una fractura, nos quedamos en la sala de espera. Ninguno intenta poner un tema de conversación. No soy el mejor amigo de Vainilla. Sin importar eso, estaré para apoyarla.
Dylan y Leonardo llegan con los demás, traen comida. Unos palitos de queso y tazas de café grandes para compartir en pareja. Aitana rueda los ojos al ver que no tiene con quien compartir.
-Seré tu acompañante por esta noche. -Dylan le entrega el vaso, la rodea en sus hombros, hasta acá veo las mejillas sonrojadas de Aitana, se inclina en su hombro.
Uxía me entrega el café, es un delicioso capuchino de canela. Estoy tan pensativo que olvide por completo el palito de queso. Muerdo un pedazo, lo dejo en la servilleta y con la cabeza inclinada hacia adelante, los pies inquietos. Uxía me calma, con su mano en mi hombro.
-Van a estar bien.
-Si tan solo no hubieran venido...
-Calma, no es tu culpa. Hay alguien afuera lastimando persona.
-Me siento mal. -No sé porque la abrazo, ella me da una palmada en la espalda. Me aferro con fuerza a la suya. Como niño pequeño, después la suelto.
-Ay que lindo es el amor -Leonardo hace una voz chillona, es tan fastidioso.
-Mejor cierras la boca.
-Deje pues la guevonada, era solo una broma. -Emma frunce la frente y le susurra algo. Las peleas no son su fuerte.
Daniel y Roma están muy juntos, dándose de comer mutuamente, con risas. Es bastante sospechoso, aunque Roma es cariñosa con muchas personas. Nadie habla de nuevo, Emma se queda dormida en el regazo de Leonardo, él le acaricia su cabello. Cualquier lo ve a simple vista y pensarán que son una pareja sana de adolescente, pero es un espejo lleno de mentiras. Uxía se queda en el celular, jugando cualquier juego, yo la molesto haciendo que pierda la partida, no se enoja. Me mira fijamente y eso es peor que un regaño.
No se cuantas horas o minutos llevamos, pero nada de noticias. Ya anocheció y mis Paola me ha enviado varios mensajes. Aitana está hablando con Dylan, esta estira los brazos contando sus anécdotas y él le presta atención, con la mano apoyada en el mentón. Mi hermana sigue dormida, su novio en el celular, Daniel y Roma están viendo videos graciosos. Elías le explica a Magdalena la importancia de los números en la vida, ella asiente a todo. Enserio admira las matemáticas.
Alzo la vista, para ver si algún enfermero o medico pasa para avisarnos como van con la operación. Todos pasan derecho, con caminadas largas, sus uniformes azules agitados al igual que ellos. Respiro hondo, la paciencia se me está agotando. Vainilla...
-Los familiares de Vainilla Agudelo y Mirt Ayáx -La voz femenina, hace que nos desviemos de las de nuestros entretenimientos. Nos levantamos.
-Somos amigos. ¿Cómo se encuentran?
-Ya salieron de operación, están sedados. Los doctores les colocaron tornillos quirúrgicos en los brazos. Las balas lograron dañar gran parte del hueso, por eso tendrán que permanecer con los yesos más de un mes para que los huesos se unifiquen de nuevo.
-¿En qué sale están? -Emma pregunta.
-Vainilla en la habitación 304, y Mirt en la 310.
Nos volvemos a dividir, pensé que Emma me iba a acompañar, pero escoge el lado izquierdo. O sea, habitación del chico. Abro la puerta y un viento casi nos empuja, camilla con tendido verde, un televisor colgado en la pared, una pequeña nevera y muebles que incomodan las nalgas. Vainilla está recostada en la camilla, con los cerrados y ya tiene el yeso. De seguro sigue dopada por la anestesia. Daniel, Uxía, Elías, Magdalena y Vega nos sentamos a esperar a que reaccione, no queremos molestarla. El monitor es el único sonido en la habitación. Mi mejor amigo comienza a silbar, le digo que le merme tres rayas de volúmenes.
En esos segundos, Vainilla está desperezando. Ella alza una ceja al ver a tantas personas visitándola. Me acerco y le sostengo el brazo izquierdo.
-Me alegra que estes bien.
-¿Por qué tienes un sombrero? O ¿acaso estoy drogada? -efectos de la anestesia.
-Te sedaron. Tienes un yeso, por culpa de la bala. -Ella parpadea varias veces, confundida.
-Quiero irme a mi casa, también quiero un café. -Le pido el favor a Daniel, este asiente y le pide el favor al joven de gafas, que lo acompañe. Nos quedamos nosotros cinco en el dormitorio, es extraño el ambiente. Porque la chica nueva intenta a hablarle a Uxía y ella la ignora mirando el celular. Vega me acompaña con Vainilla.
-Pronto tendrás tu café. -Vega le acaricia el cabello. Ambas están empezando una bella amistad.
-¡Vega! ¿Me diste de tus famosos Brownies o por qué me siento así?
-La anestesia es otro tipo de droga -responde con una risa.
-Gracias por llamar a la ambulancia.
-Vega siempre lista para la acción. -Aplaude y estira los brazos, bostezando. Cansancio acumulado, es una persona que le toca sobrevivir por si sola y le gusta trasnocharse estudiando. Ya hasta tiene las ojeras de Daniel -. Además, es mi amiga. Lo haría por cualquiera de ustedes.
Me aferro a la mano de Vega, es una buena amiga. Aunque no hablemos los siete días de la semana. Daniel y Elías tienen el café de Vainilla. Le pregunto que cuanto le debo y dice que la casa invita hoy.
Mi teléfono recibe varias notificaciones Lo ignoro por completo, mientras me sitúo en las sillas de nuevo. Percibo unas manos en mis hombros, giro la cabeza y es Magdalena.
-Hola, Connor.
-Hola, ¿qué tal te ha parecido el colegio? -sonrió, ella gira la mano dos veces. Lo que significa "Regular".
-Me estresa la profesora de informática, lo bueno es que puedo ir con mis gargantillas y no me van a expulsar. -Se ríe, tiene un encanto que no es desagradable.
-Ella explica, cuando está de buen humor. -Uxía tose con fuerza, llamando un poco la atención. Eso son celos, ¿verdad?
-Quería disculparme por el comentario de ahorita. Me gusta ser sociable.
-No hay ningún problema. -Magdalena se apoya en mis hombros. Es extraño la confianza.
El teléfono sigue enviando notificaciones, va a estallar pronto. Retiro la cabeza de la chica sin lastimarla. Salgo, con los ojos fijos en la pantalla. "¿Número desconocido?" Tan raro. Unas imágenes están cargando. El móvil, casi se cae de mis manos. Imposible, fotos de mi unidad, en el parque, en el momento en que la bala los lastima. ¿Qué clase de broma pesada, es está?
-: ¿Quién demonios eres?
Número desconocido: -Esa no es la manera de saludar, que pocos modales.
-: No estoy para formalidades, ¿cómo tienes esas fotos?
Número desconocido: - Ay Connor, que ingenuo. Tu mismo tienes que descubrir las verdades de las personas que te rodean. En especial de tú hermana.
-: ¿De Emma?
Número desconocido: -Vives bajo un techo de mentiras. Bienvenido al juego Connor, serás el detective de la historia. No será sencillo descubrir mi identidad y las razones por las que matado a tantas personas. Nos hablamos pronto. Por cierto, como soy tan generoso te daré una pista.
-: ¿Cuál?
Número desconocido: -Mi inicial es con G. No intentes escapar de mí, porque siempre te estaré observando.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top