Capítulo 3: Hasta en las fiestas la muerte es una invitada

«Los monstruos y los fantasmas son reales, viven dentro de nosotros y a veces ellos ganan». - Stephen King

«En los tiempos de crisis interna, los hombres de buena voluntad y generosidad deben ser capaces de festejar».—John Kennedy

28 de enero del 2022, unidad lago, casa 20. Temperatura 24 grados centígrados.

Connor

Tiempo, el mejor y peor amigo del hombre. ¿Por qué? Cuando disfrutamos con nuestros seres queridos son preciosos, las alegrías ni se cuentan, las largas conversaciones de reflexión. Nadie se detiene a ver el reloj, ya que son momentos que no nos aburre, pero cuando la noche cae si nos damos cuenta de que el tiempo no espera nada, se va rápido el instante y se repite pocas veces. Por eso agradecemos que los minutos existan y nos enojamos porque no somos eternos.

Han pasado los días y apenas tendré la cita con Uxía. Me da nervios dar una mala impresión por mis nervios. Admito que es mi primera cita en estos 16 años de vida, en la película se ve muy sencillo, pero estoy seguro que alguna estupidez va a arruinar la noche. Además, que necesito un poco de información. La radio y el noticiero dicen que no se ha encontrado la identidad del sospechoso o del posible culpable. Si hoy dan una noticia sería un milagro.

Bajo a desayunar, esta vez mamá y papá entran tarde a su empresa. Vicente trabaja en una empresa que ha exportado carne de res, de cerdo a otros lados del mundo. Y Paola es abogada. Les va muy bien. Esta vez me toca preparar el desayuno, aprendí a hacer unos huevos enteros con queso derretido y un poco de tocineta, con unos panes cakes. Tenía el antojo desde que me levante, Emma me saluda con un beso en la mejilla y me dice que, si necesito ayuda, niego y ella saca un pedazo de pan.

Termino de hacer el desayuno y llamo a la mesa. Emma me despeina, me rio. Aún pienso en lo que me dijo sigue sin convencer la idea de que sigue con Leonardo porque se aman. Hay manipulación de por medio. Paola nos saluda con un hola a todos, ni siquiera abraza a Emma, Vicente si es más humano con nosotros.

–¿Qué dicen las noticias, de ese sujeto que murió? –Paola dice para que haya tema de conversación. El silencio es molesto en ocasiones. Bebo del café y miro a Emma, que ella tampoco sabe que responder.

–Qué lo encontraron muerto en el bosque, eso es todo. Mamá –digo y ella sonríe, pero no es esa sonrisa de felicidad absoluta, solo enseña los dientes con rapidez y es como si quería otra respuesta.

–Te quedo rico el desayuno, deberías seguir preparando –Mamá dice, mientras prueba un poco de los pan cakes.

–Gracias.

La comida es tranquila, me termino de organizar para ir colegio. Salgo del dormitorio y Emma que esta recostada en la pared que se conecta con los pasillos. Sonriendo de lado, con las manos detrás de su chaqueta y tiene algo para decir.

–¿Sucede algo?

–¿Quieres ir a comprar un granizado de café? –Nadie se niega a los granizados de Madero, asiento varias veces Emma ríe y nos vamos directo a comprarlos. Las clases ya no me interesan tanto cuando se menciona el famoso granizado de ese local.

–No diré la respuesta porque es obvia. –Antes de ir, entro de nuevo al dormitorio a revisar que no se me quede nada. Sobre todo, las pastillas de TDAH. Estaban debajo de la almohada ¿cómo llegaron ahí? En fin, las agarro y listo para emprender una escapada a lo cotidiano.

Llegamos al local, hay tres mesas llenas. Algunos en sus computadores listos para el trabajo. Siempre que entro aquí lo que me fascina es el mural de una persona campesina, trasmite ese sentimiento de cosechar el grano de café y su olor amargo tan característico. Veo que colocaron una nueva colección de termos, son para las bebidas calientes y con variedad de colores. A Emma le fascinan los termos, aquellos que tienen dibujos y los que solo representan el tono. Saco uno y se lo enseño, esta decorado con unas flores y pequeños granos de café en el centro. Ella suelta un grito sin ser tan escandaloso.

–Ahorre unos veinte mil pesos, con eso me alcanza para dártelo. Porque eres mi hermana y te quiero. –Ella se lanza sobre mi para darme un abrazo, correspondo. Ya necesitaba la energía alegre de Emma.

–Eres muy amable. No tenías que hacerlo. –Tuerce los labios para un lado, niego para que entiende que la intención es buena.

–Te lo mereces.

Compramos el granizado nos sentamos en los Pof. Le cuento a Emma que tendré una cita con Uxia, casi escupe su bebida de café en mi cara. ¿Tan extraño que yo salga con alguien? Sé que no soy el tipo de persona que salga por un interés romántico. Espera, ni siquiera llevamos un mes hablando y ya le puse el título. Emma confiesa que estaba esperando a que confesará mis sentimientos por Daniel, eso hizo que gruñera. Nos mantenemos juntos jugando y hay veces en los descansos, eso no significa que me atraiga. También Emma hace una confesión, que pertenece a la comunidad LGTBQ+, pero dejo en sospecha su orientación sexual.

Ya son las 9:30, hora para llegar al descanso. Disfrute mucho hablar con mi hermana, los temas fueron de series, citas, de los viajes a la playa y el estudio. Extrañaba compartir más con Emma. Entramos como si nada al colegio, ya después hablamos con los profesores. Vamos en búsqueda de nuestro grupo y desde el salón de música se escucha la carcajada de Roma y Vega.

Llegamos y Leonardo se levanta de inmediato a coger la cintura de Emma, le da un beso y es como si la pelea nunca hubiera pasado. Se acarician las mejillas, aguanto las ganas de hacer un escándalo. Leonardo se voltea y tiene una pequeña cicatriz en la nariz, algo inflamada. Con solo su mirada se siente la amenaza, donde estuviéramos solo lo mas probable es que saliera con las patas entre el rabo.

Me alejo y me acerco a Roma que esta calmando su risa, Elías no emite gesto de gracia, Daniel lo hace.

–¿Me perdí algo importante?

–Que vamos a ser monjas después de graduarnos. –Eso me parece sorprendente y me burlo, más fácil se va Elías a hacer cura que ellas dos.

–En otra vida, es probable. –Rio, unas lágrimas se me salen de imaginarlas rezando y después salir de fiestas a escondidas.

–Espero que me visites cada domingo, Connor. –Roma toca mi nariz, asiento aun con la risa.

–A mi si me veras los domingos –Daniel responde, Roma se le acerca para besar su mejilla y otra cosa que me toma por sorpresa, ellos dos no es que sean tan amigos, pero últimamente en las conversaciones con Daniel la menciona. Es una chica que a muchos les agrada.

Volteo para mirar y Uxía está sentada junto a Dylan. Hoy es el día y de solo pensarlo me dan náuseas.

–¿Alguien quiere chocolates? –dice Vainilla, son galletas con mantequilla de maní mis favoritas. Alzo la mano, pero Aitana es mas rápida y se las quita.

–Gracias, linda. –Le lanza un beso a Vainilla, Vainilla gruñe por lo bajo. Se nota la buena relación que tienen ambas. Aitana la comparte con Leonardo y Emma. Emma no las recibe, pero Leonardo es feliz con sus dos galletas.

Antes de que toquen el timbre, Daniel se para en la mesa y finge tener un megáfono.

–¡Estás todos invitados a mi fiesta! Roma me ayudo a organizarla, no es un chiste.

–Dónde hay fiesta, yo voy –dice Dylan, por algo le dirán el rey de los tragos.

Se baja y el timbre suena para entrar de nuevo a clase. En ese instante llega Mirt, se le acerca a Roma, le susurra algo, pero mientras lo hacía miraba a otro lado. Me impacta la cicatriz que tiene desde la ceja hasta debajo del ojo. Esta claro, que tiene algo de peligroso. De manera disimulada volteo a mirar a su dirección y es por dónde esta Leonardo. Creo que son amigos, yo nunca he hablado con él. Deja de hablar con Roma y me mira con cara de extrañado, una expresión intacta. Eso si fue raro.

Ahora ya iniciamos con los primeros trabajos, ya para biología hacer una maqueta de un virus animal y exponerlo. Programación, y preparaciones de ejercicios de lógica. Salimos de las clases, espero a Uxía con Emma. Solo me molesta diciendo que ya estoy grande, cada vez me coloco rojo. Estamos en la portería, sentados en las mismas bancas dónde Emma se peleo con Leonardo. Sangre, oxidado, odio. Palabras para recordar ese momento. Mi demonio interior salió a dar una vuelta ese día

Uxía llega y ya el corazón me está latiendo a mil. Le doy un abrazo y ni siquiera soy capaz de pronunciar un "Hola" sin que gaguear. Emma también le da un abrazo, y un hola cordial.

No hablamos en todo el camino, solo escuchamos la emisora. Llegamos, de inmediato le enseño todos los espacios de la casa a Uxía. Al principio hay un espejo inmenso, decorado con macramé, unas plantas colgadas organizadas con el mismo material, las escaleras al lado, al fondo el sofá que son dos muebles vino tino, con una mesa de vidrio amplia donde se colocan revistar y muñecos de decoración que adora colocar Paola. Nos dirigimos al siguiente piso, el cuarto de Emma esta con seguro, que es el primero a mano derecha, el estudio con colecciones de tragos y el computador para estudiar, dormitorio de mis padres y por último mi cuarto. Que la verdad es sencilla lo raro es que tengo algunos peluches que conservo desde la niñez en mi cama, una que otra planta y ya. Elementos básicos para que el cuarto tenga un poco de vida.

–Bienvenida a mi dulce hogar.

–Tú madre es amante de las plantas. Sabes... es extraño que vivamos en la misma unidad.

–¿En serio? ¿Cuál casa? –Ni siquiera había visto su rostro por estos lugares, aunque los vecinos no son de salir mucho a darle una vuelta a la unidad. Me fascina recorrerla porque rodean al inmenso lago y al árbol que les permite vivienda a todos los animales de la unidad. Es un lugar lleno de naturaleza.

–Casa treinta, llevamos casi dos años viviendo por aquí. –Se sienta en el borde de la cama y juega con un lobo que me regalo Emma, justo el día que nací.

–Gracias por la información, la tendré en cuenta –sonó algo acosador, me tapo el rostro. Uxía va a suponer que la visitare todos los días. Ella no dice nada, no le gusto mi comentario.

–Tranquilo, tampoco es que hayas dicho algo horrible. –Ya vuelvo a respirar, me siento a un lado de la cama. El peluche está boca abajo. No sé que temas de conversación poner.

–Vemos una película. –Ella asiente, busco el control del televisor y antes de prenderlo la miro –¿Quieres golosinas?

–Unas crispetas. Por favor.

Nos quedamos viendo una película de suspenso, pensé varias veces los escenarios de la película con la del hombre asesinado. Que lo arrojaron al bosque y tiene el tiempo de su vida contabilizado, corre entre las ramas, intentando no tropezar con nada, la noche llega y pierde mas fácil la visibilidad. Un insecto le cae de la boca y es probable que sea un grillo, sigue corriendo hasta llegar al río, ve la esperanza, pero... no hay salida en el bosque. Una vieja cabaña y nadar sobre el frío. Demasiado tarde, el asesino ya lo apuñalado tres veces mientras hacia un análisis de sus opciones de vivir. La terminamos y de una lanzo la pregunta.

–¿Sabes sobre el señor muerto? –Uxia respira hondo, sabía que lo iba a recordar.

–Camilo, Camilo Jaramillo. Ese era el nombre del señor que mataron. –Grabare ese nombre, puede ser útil –. Arma blanca, aún se desconoce el por qué del asesinato, pero suponen que tenían un vínculo, ya que este estaba relacionado en una vida delictiva, deudas es lo más probable.

–Gracias –suena honesta toda la información.

–Iremos a la fiesta de Roma y Daniel, me gustan mucho. –Asiento, creía que la cita iba a hacer solo nosotros dos. En fin, me da un respiro más saber que no quedare en ridículo.

Antes de responder, ella se arrima más a mí a dar un beso, justo en los labios. No correspondo por la sorpresa, me suelta y está atenta a una respuesta. Mi primer beso, en la primera cita. Es gracioso no tomarse tanto el tiempo, para ir a la segunda etapa. Le devuelvo el beso, pero de una manera correcta por miedo a arruinarlo, ya lo hice. Uxia se ríe.

–Te enseñare como se hace, deja que mis labios guíen a los tuyos. Cuando las cosas fluyen, salen mejor. –Se vuelve a acercar, las mejillas cada vez más rojas, toca mi labio con el dedo pulgar. El hijo de perra de Leonardo tiene toda la razón, le atraigo. Los abro con lentitud para el beso.

Uxía se arrima, es dulce el tacto como el de una fresa bañada en chocolate. Su lengua busca a la mía e intento seguir el juego, al igual que los movimientos de un lado a otros de los labios. No es rápido, pero se siente grandioso. Ya el asco de las salivas es lo de menos. Cierro los ojos como lo hace ella, ella coge mis brazos y se lo pone en sus nalgas. Tardo segundo en captar que desea que las apriete con fuerza. Lo hago, suelta un jadeo entre mi boca. Dios mío, esto cada vez se apresura más. Subo mis manos, para quitarle la camisa, veo que la boca está hinchada. Con una sonrisa de cómplice, evito mirar sus pechos. Me quita la camisa del uniforme, en total evidencia los tatuajes. Muy pocos los conoces, vuelve a besarme, desciendo de nuevo hasta sus glúteos. Ella se mueve hasta mi entrepierna, de adelante hacia atrás. Me gusta bastante, pero...

–Desde el primer piso se escuchan los gemidos –dice Leonardo, de inmediato Uxia se baja de mis piernas.

–¿Nos vamos? –Emma cambia el tema, Uxía entra al baño para cambiarse.

–Sí, en cinco minutos bajamos.

–Cinco minutos, no se demoren veinte minutos cogiendo. –Emma le pega un codazo, cierran la puerta. Justo él tenía que vernos, lo estaba disfrutando, sin embargo, me parece que el tiempo es necesario para conocer al otro.

Uxía sale con una camisa roja de flecos, jeans rotos y el cabello recogido en una cola alta. Se me muy bonito, yo saco una camisa de botones azul, con vaqueros y el cabello castaño desorganizado. Bajamos, Emma nos espera en su carro. Nos hacemos atrás, Emma lleva una chaqueta roja ancha, y con maquillaje. Leonardo una camisa sencilla de oscura con unas palabras estampadas y unos jeans, con una loción que tapa las fosas nasales. No había notado que tiene un piercing en la oreja.

–Que niños tan juiciosos. –Leonardo toca mi cabello como a un perrito, no digo nada al respecto. Solo Emma lo miro con seriedad, una advertencia.

–Gracias por llevarnos –le dice Uxía a mi hermana. Emma voltea con un gran sonrisa sin mostrar los dientes, resalta más su heterocromía.

–Es un placer, dime. ¿Qué te gusta hacer? – Le pregunta, mientras prende el carro y decide arrancar.

Uxía nos cuenta que es gimnasta, entrena con su mamá a manejar la pistola y que hay veces dibuja en su dormitorio. Dotes ocultos, Emma le conto que también adora el arte, que es adicta a las series y que le gusta salir con sus amigos. Yo no cuento nada, la verdad no hay nada interesante en mi vida, Leonardo tampoco es que este animado para entrar a la conversación, se queda viendo el paisaje de Monte Blanco.

La casa de Daniel esta repleta de carros. ¿Si le pidió permiso a su madre? No lo sé, su mamá ha sido mas reservada con las celebraciones. Nos bajamos del carro, la música aturde es reggaetón. Es mi música favorita, que no me aprendo la letra. Una casita de madera donde sirven los tragos, la piscina en la que nos quedábamos hablando por horas. Ahora es un lugar para que naden un motón de personas. Son como plagas, cada vez hay más personas. Y no es la piscina más grande. El jardín está a punto de colapsar con las caminando por encima de las orquídeas o besándose. Es una casa de dos pisos cuadrada, con un balcón que rodea casi todos los dormitorios.

Dos Bernés de la montaña nos saluda con un lengüetazo en la cara. Son Toby y Raya, son de lo mas cariñosos. Las cucarachas son más bravas que ellos dos. Entramos a la casa, Emma toma su rumbo con Leonardo, la casa si que esta llena y con olor a licor, hasta entra el aroma por los ojos. Me tropiezo con varias personas, hasta que veo a mi grupo. Y con un nuevo integrante, que es Mirt.

–Hola, ¿cómo va la fiesta?

–¡Bien, Roma ya esta algo prenda y quiere que Elías baile con ella! –grita Vega por el ruido, volteo a revisar. En efecto, ella le jala el brazo, pero Elías no quiere. Se vistió similar a mí, Roma lleva unas gafas negras de sol, con una falda blanca hasta las rodillas y un crop top plateado. Elías niega tantas veces, pero Roma cuando quiere conseguir algo, no hay nadie que la detenga. Así que a la final si salen a bailar.

–¡Pobre niño! ¿¡Daniel!? –grito, Vega me señala una mesa donde él esta bailando con un vaso de cerveza. Con un montón de personas que desconoce.

–¡Es el rey de la fiesta! ¡ya le saqué un video!

–¡Tienes que mandarlo! ¿Bailamos? –Vega asiente, es tradición bailar de formas extrañas con cualquier canción. Esta vez es reggaetón, brincamos, rodeamos nuestros codos y bailamos en círculo. Acercándonos al estilo del lejano oeste, me rio hasta que el estomago me duela.

Vega me ofrece un brownie, de seguro esta lleno de marihuana. Es mi amiga y conozco sus locuras. No me gustan las drogas, le insisto en que las deje de consumir, nunca me escucha. Aunque agradezco que no lo hace tan seguido. Me da miedo que algún día se exceda con las drogas y le de una sobredosis. Solo de pensarlo, alerta mis sentidos. Ella hace unos pucheros, rogando en que le de una probada. Asiento, pero solo muerdo el borde y si esta con un sabor diferente.

–¡Te quería decir, que ya estoy viviendo sola! ¡Es una chimba! –Grita, sigue brincando a ambos lados. Vega lleva el cabello suelto, es un castaño casi dorado, tez canela, ojos marrones y mide 1.70m, es alta. Desde que la conozco ha tenido problemas con su madre, no se llevan bien, son peleas tras peleas. Me llama llorando que la acepte en mí casa, lo haría, pero a Paola le disgusta tener a desconocidos en casa.

–¿¡sí!? Que chévere, Vega. ¿En un apartamento?

–Sí, se llaman Ave de paraíso. Tiene dos habitaciones, dos baños y la cocina. ¡Por fin me escape de esa víbora! ­–Ella ríe, alza sus manos al aire y sigue bailando descoordinada.

La abrazo, me alegra demasiado que por fin este alcanzo su felicidad. Ya no más heridas, que apaguen tu felicidad, Vega. Uxía llega, le hace gestos a Vega que, si me puedo despegar de ella por un momento, asiente y busca a otro compañero de baile. Nos sentamos donde están Mirt y Vainilla. Uxía me pide que le traiga un poco de cerveza, me levanto y voy a la cocina. Agradezco que hay pocas personas, solo una chica con el cabello negro con mechones rojos, medias veladas, una minifalda, gargantilla plateada una camisa del mismo tono de los mechones. Se esta sirviendo, espero con las manos entre los bolsillos.

–Ya estoy que termino. –Coloca la botella en su lugar –. Listo, adiós.

–Adiós. –Saco un vaso rojo, estoy sirviendo el trago cuando.

–Me disculpo por interrumpir, pero. ¿Estudias en Monte?

–Sí, ¿Vas a ingresar? –Tapo la botella, ella mueve la cabeza hacia adelante varias veces mientras reposa su cuerpo en la mesa de la cocina.

–La semana que viene, voy al grado once. Lo siento, por mis modales. Me llamo Magdalena. –Estira la mano, para que la estrechemos.

–Connor. –Las juntamos –¿Quieres sentarte conmigo y mis amigos?

–Por supuesto. –Guiña el ojo, nos dirigimos al mueble que esta en casi toda la pista de baila, es donde estamos sentados.

–Chicos, ella es Magdalena. –Ella sonríe y la presentación de Mirt, es poco agradable.

–Bienvenida al pueblo donde torturan a lo niños. Me llamo Mirt. –Ella se ríe, es un humor poco simpático –. Por ejemplo, el chico que está contigo. Su mamá jugaba a la pelota con él y por eso es un bobo.

–Muy gracioso, Mirt. –Mirt saca un cigarrillo y fuma delante de nosotros. Que considerado de su parte.

–Como sea. –Se sienta de nuevo, yo me ubico al lado de Uxía. Vainilla esta pegada a su celular, tampoco es que le agrade mucho las fiestas. Roma sigue bailando con Elías, que tiene más movimiento un tronco. Me burlo en silencio, Uxía agradece por la bebida y le presento a Magdalena, ambas se saludan.

No hablamos por un rato, nos quedamos observando a los borrachos. Daniel está en el suelo riendo, Elías por fin se libra de Roma. Entonces busca a otra pesa, que es su primo. Obliga a Mirt a bailar, él rueda los ojos y van a la pista de baile. Se queda viendo como Roma hace el oso, se queda quieto con fumando. El ambiente es ahora un lugar perfecto para adolescente alcohólicos e incluyendo los vómitos.

Uxía quiere que bailemos, pero antes decido buscar a mi hermana. Es peligroso es Leonardo, más si ya esta pasado de tragos. En la cocina esta Dylan hablando su estúpido grupo de perritos falderos y Vega está fingiendo escuchar cuando ya en realidad, está en otro viaje. En las afuera, ningún rastro de Emma. Voy a la siguiente planta, algunos chicos están estorbando, estiro un pie para no tropezar con ellos. Esta casi desolada el segundo piso, el estudio dos parejas besándose y tocándose. La pieza de los padres de Daniel, esta vacía. Respiro hondo. No puede estar lejos. Me froto las manos en la cara, con desespero. Miro a mis lados y hay una puerta entreabierta, se escuchan unos gemidos de una chica. Me escondo detrás del objeto de madera, reviso por encima y era la escena que menos esperaba. Veo a mi hermana desnuda, con las manos entre la pared y Leonardo detrás de ella. Están teniendo sexo, me escondo de nuevo. Una imagen que no sacaré de mi cabeza.

–¿Vas a olvidarlo? –la voz de Leonardo es agitada, la curiosa invade de nuevo en mi interior.

Vuelvo a mirar, ya sus manos están en los senos de mi hermana. Creo que es capaz de golpearla en el acto. Emma tiene algunos moretones en las rodillas. Ella sigue con su ruido.

–¿Q-ué cosa Leonardo? ­­

–No te hagas, sabes a lo que me refiero. ­­–La mano de él desciende por la vagina para satisfacerla.

–No arruines el momento. Que lo estamos disfrutando. –Leonardo gira a Emma, y ella enrolla en su cintura. Se besan, se tocan el cuerpo y Emma lo empuja en la cama, esta encima de él, comenzando a mover su cintura con velocidad, haciendo que ambos giman con fuerza.

¿Olvidar qué cosa? ¿Será alguna pelea? Ni idea, pero quiero resolver ese secreto de Emma. Un ruido hace que regrese a la realidad, y gritos que vienen de afuera. ¿Qué será? Bajo, me encuentro con los demás. Salimos, muchas personas formando un círculo. Empujo a las personas, para poder ver el escándalo. Presiento que es una muerte, otra muerte. Desde que mataron a Camilo, he pensado que no será la única víctima. Trago saliva, respiro hondo para estar preparado. Cada vez hay más personas, por eso se hace eterno.

Una chica de cabello anaranjado, tirada en el suelo con vidrios rodeando su cuerpo. Giro hacia el balcón y nadie está ahí. Ningún rastro del culpable, sus ojos abiertos pidiendo ayuda, los labios entreabiertos con un vidrio perforando el labio, vestido negro y demasiada sangre.

Los policías llegan, los adolescentes toman fotos del cuerpo. Es increíble como un muerto se vuelve famoso en redes. Pienso en la pobre familia de la chica. ¿Qué le dirán? ¿Cuál será la reacción? Ver a un ser querido partir es dolor, pero es mas horrible que le hayan arrebatado la vida sin su permiso. Hay cosas que queremos decidir, como nuestra muerte. Somos humanos, no podemos elegir nuestro destino final.

La tapan con una bolsa negra y se la llevan en la camilla. Colocan una cita amarilla en esa zona, la fiesta termina con una muerte. La locura en Monte Blanco ha regresado, Uxía se me acerca. Le pregunto si esta bien y ella asiente, voy por mi hermana. Espero que ya no este con Leonardo. Veo a Daniel y le pregunto por ella, sin embargo, está tan ebrio que se confunde mi nombre. Emma está bajando, colocándose la sudadera. Leonardo, se separa de nosotros y me mira con fastidio. Si se enteró que los espíe, estoy muerto.

Secretos, dos muertos. Monte Blanco se esta quitando su máscara. ¿Qué nos prepara su futuro?

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