07
07- huevos de dragón
Levanté mi cabeza para ver la sonrisa brillosa de mi madre. Ella era mi lugar seguro y cómo logró calmar mi ataque de ansiedad que parecía comerme viva.
——Mamá.
Mi madre solo me calló con un suave sonido de sus labios, para abrazarme hacia ella y sentir su caricia en mi cabeza mientras aspiraba su aroma y me lo guardaba como un recuerdo sagrado de ella. Sabía que algún día deberé enfrentar mis ataques, pero por ahora quiero dejar de tener miedo, como cuando mi madre me abraza y esparce cada monstruo con una sola caricia.
——Está bien, mi niña. Mamá ya está aquí ——Su voz era como la mejor caricia para mí alma—— Lo hiciste muy bien. Estoy muy orgullosa de tí.
——No puedo controlarlo.
——No lo controles ——Tomo mi rostro entre sus manos para que la mirara a los ojos—— Es tu dragón interior queriendo salir, no lo retengas.
——Pero duele…
——Toda transformación duele. Pero si retienes lo que eres, dolerá más.
Soltó mi rostro para envolverme nuevamente entre sus brazos y consolarme. Escuché los pasos de papá, lo reconozco por su aroma peculiar a eucalipto.
——Estaremos ahí cuando suceda ——Dijo papá con una voz firme pero suave—— No te dejaremos sola en esto.
Me separé de mi madre para ver a mi padre, pero más detrás de él, estaba Riker con sus amigos mirándonos desde lejos. Por un momento me sentí vulnerable ante su mirada y vergüenza a que viera lo débil que podía llegar a ser. Negué con la cabeza para querer irme.
——Puedo sola ——Me aparte de ellos, caminando hacia la academia.
——Xylara cree que no eres un dragón. Te dice híbrida ——Hablo Dacary llegando a mi lado en su versión humana—— Yo creo que ella se equivoca y necesita un trasplante de cerebro. .
——Que hablé todo lo que quiera ese lagarto gris ——Comente ajustando mis muñequeras de cuero—— Se nota que nunca se pondrá en los zapatos de alguien más para entender.
——Cada día me agradas más.
Nos adentramos a la academia, teniendo la mirada de algunos sobre nosotros por lo sucedido anoche con el espectro sombra. Levanté mi frente para no sentirme intimidada, mientras cruzamos el gran comedor para ir a las escaleras y subirlas hasta la habitación.
Al llegar a la habitación, invite a Dacary entrar y tener que ver a una Lyanna agarrándose su estómago y quejándose de dolor.
——¿Qué le sucede? ——Le pregunté a Roz.
——Le vino ——dijo mientras calentaba una bolsa de semillas en sus manos—— Los días que toda mujer odia.
——Creí que a los dragones no les venía.
Lyanna levantó la cabeza.
——¡Ojala Laverna te escuchará! ¡Es odioso largar sangre! ——Se quejó mientras Roz le daba la bolsa de semillas caliente.
——Ponte esto y quédate aquí. Iré con Ivy a ver a mi futuro hermano.
——¿Y yo qué hago? ——Pregunto Dacary sentada en mi cama.
——Cuida a la dragona verde que no queme la habitación como la última vez ——Comento Roz mientras Lyanna le gruñía—— Sin gruñir, Lya ——Me dió una mirada—— Vamos antes de que nos muerdan.
Lyanna le tiró una almohada que le aterrizó en la nuca. Roz tomó mi mano entre risas para irnos hasta el volcán Megmara.
Era impresionante el volcán cuando llegamos a su entrada, personas entraban y salían, rezando a algunas de las estatuas de los dioses que rodeaban el centro desde adentro del Megmara, dónde un lago de lava había y algunos huevos del tamaño de un estómago de embarazo, flotaban en el fuego.
Notaba personas con trajes especiales como herreros que trabajan con el fuego y hacen artesanías de metales. Pero ellos sacan los huevos de la lava con guantes o arpones. Miré a Roz que saludaba a uno de ellos.
——Ahí está Cassian. Es uno de los que eclosiona los huevos. Ven conmigo ——Tomo mi mano para tirar de ella y seguirla hacia un lado del volcán donde habían huevos en incubadoras y algunos bebés durmiendo, era muy surreal—— Hola Cass, te presento a mi mejor amiga, Ivy.
Cassian, un chico que aparentaba diecinueve años, de pelo negro y alborotada, con ojos avellanas y mirada de cascarrabias. Sostenía un bebé con alas.
——Roz no puedes estar aquí.
——En teoría si puedo porque quiero ver a mi hermano nacer ——Se cruzó de brazos—— ¿Ese es mi hermano?
——No, Roz. El tuyo ni siquiera sale de la lava ——La mirada de Cassian cayó sobre mi—— Te me haces conocida ¿Te eclosione yo? ¿Quienes son tus padres?
——Lavinia y Arden.
Cassian abrió los ojos asombrado para después negar y levantar los hombros sin importancia.
——No, no me acuerdo ——Dijo con desinterés. Para ver al bebé que tenía en sus brazos y como le lanzó fuego a la cara—— Pequeña bestia, no se hace eso ——Se quitó las llamas de sus cejas quemadas para reírse—— Son horribles, pero así son los bebés.
——¿Cómo?...
——Los eclosionadores tenemos una crema protectora que nos impide tener alguna quemadura de estas bestias ¿Verdad, bestia? ——Llevo su dedo a los labios del bebé y le mordió, para sacarlo rápidamente—— ¡Auch! Problemas de ser partero.
——Eres muy joven para ser partero ——Dije con curiosidad.
Cassian largó una risa.
——Tengo ciento cincuenta años y me veo de diecinueve.
——Las edades aquí me confunden ——Comente mirando a Roz que hacía una mueca—— ¿Qué edad tendría yo aquí?
——Si tienes diecisiete, tenés noventa y siete años ——Abrí mis ojos sorprendida a lo que dijo Roz—— Yo tengo noventa y seis.
——Si, realmente me confunden y me marea.
El bebé de los brazos de Cassian salió volando hasta los brazos para que después Cass lo tomará nuevamente.
——No se duermen pero son bonitos ¡Verdad, preciosura! ——Cassian lo alzó para hacerle pucheros, pero un pequeño chorro de orina comenzó a salir del bebé hacia el pecho de Cass. Roz soltó una risa para ver la mirada de enojo del chico—— Odio a los bebés dragones.
——¿Cómo nacen? ——Pregunte viendo a los bebés en la incursión.
Cassian se secó para tomar uno de los huevos de las incubadoras, uno del tamaño del estómago de una embarazada de siete meses, notando sus escamas de oro y un color marrón rodeando todo el caparazón.
——Este es un huevo de nueve meses ——Cassian tomó unos pequeños martillos para golpear la cáscara con cuidado y comenzar a ver el huevo moverse, quebrándose para mostrar el líquido amniótico salir y después ver a un bebé humano con pequeños cuernos rojo—— Tenemos un dragón de fuego.
——Sin dudas no me acostumbro a esto ——Suspire para ver la hora en una de las paredes de mármol—— ¡Carajo! Mi clase con los jinetes.
——Tu ve, mis padres todavía no llegan ——Dijo Roz—— Te mostraré fotos de mi hermano.
——Gracias Roz ——Me acerque a la salida—— Adiós Cassian.
——¡Adiós chica que me olvidé su nombre!
Salí del volcán Megmara, corriendo hacia la academia para comenzar a bajar unas escaleras a dónde estaban las salas de entrenamiento de los jinetes. Un salón enorme me recibió, con colchonetas negras, armas de todo tipo en paredes grises y algunos jinetes haciendo combate entre ellos.
——Tarde Monroe ——Un hombre de cabello grisáceo con un porte firme y usando la misma vestimenta de los jinetes, se me acercó con una fría mirada—— Soy el capitán Abissus y entrenador de combate.
——Ivonne Monroe ——Me presente con timidez.
——Eres hija del capitán Arden ——Se cruzó de brazos contra su pecho—— Esperemos que seas igual de buena que él.
Se dió media vuelta para ordenar formación a los jinetes. Corrí hacia las filas, para sentir que alguien tomaba mi antebrazo y me ponía a su lado. Levanté la mirada para ver a Riker con su típica mirada fría.
——¡Grupos de cinco! ——Ordenó Abissus con un grito de orden—— Calientes antes del combate con varas.
——¿Varas dijo? ——Murmure despacio.
——¿Asustada, Monroe?
Mire a Riker con ofensa pero escondiendo el temor de pelear combate con varas cuando todavía no se tener equilibrio en mis propios pies.
Un silbato se escuchó, iniciando el calentamiento de correr alrededor de la sala para entrar en calor. En todo momento, Riker y sus amigos me mantenían cerca de ellos, como si me unieran a su grupo, o solo me mantenían cerca porque ellos sabían algo que yo no.
...
Laverna se giraba para separarse del gran ventanal del volcán, teniendo una sonrisa en su rostro y satisfecha con la situación que tenía Ivonne en su mundo. Camino hacia la mesa de ónix para sentarse en la punta de esta y ver a sus hijos conversar entre ellos.
——¿Saben algo de los dragones rebeldes? ——Pregunto a sus hijos.
——Los reinos Silvorys y Thailassia están al tanto de las rebeliones y los espectros sombras ——Declaró Kirios—— Somos la capital de los reinos que más tenemos enfrentamiento de espectros sombras.
——Mytharion y Umbrael estarán atentos si hay rebeliones entre sus tropas de guerreros, pero no han tenido ningún inconveniente con los espectros sombras ——Expresó Niamh con suavidad y firmeza—— Estamos a salvó.
——Por ahora… ——Comentó Zorvath con sospecha—— Esa chica es causante del caos que se aproxima y no podemos evitarlo.
——No podemos entrometernos en el destino de Emery ——Expresó Laverna con tranquilidad—— Será un caos cuando Xaranth despierte y proclame lo que los reyes le sacaron.
——¿No podemos retrasarlo? ——Pregunto Niamh.
Kirios, el dios del tiempo, se negó ante las palabras de su hermana.
——No podemos deshacer la línea del destino, o cambiar su curso ——La imagen de Ivonne se mostró frente a los dioses—— La sangre de fuego ya eligió a su candidata.
Laverna se llevó una mano a su pecho con una preocupación y miedo al ver a su legado siendo marcada por un destino que Xaranth creo por una venganza que los reyes crearon al arrebatarle lo que más amaba.
Todo por una venganza sangrienta y un destino ya escrito.
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