Especial 5 : 04:00 AM

Jungkook entró a la habitación junto a Jimin, lo ayudó a cambiarse y lo arropó en su cama. Le quitó el cuaderno morado porque sí, solía dormir con él.

—Lo dejaré aquí en tu mesita de noche —Enseñó Jungkook y Jimin asintió —¿Quieres que me quede aquí un ratito hasta que te duermas?

—No quiero molestar —Murmuró el pequeño apretando las mantas con sus manos.

Jungkook negó con la cabeza y se acostó junto a su hijo, abrazándolo y pegándolo a su pecho para acariciar sus brazos. Jimin se movió sobre la cama para acercarse más y Jungkook sonrió al notarlo.

—Te amo —Musitó Jungkook, lo hacía, Jimin robó toda su atención y parte de su corazón le pertenecía.

Con los días había cambiado su relación para mejor, el pequeño aún tenía algunas inseguridades con él o con la casa pero a medida que iban saliendo, lo iban conversando y le iba asegurando que él pertenecía a esa familia y que por ninguna razón se iría de ahí.

—¿Como a mi papá Taehyung?

—Claro —Abrigó a su hijo acomodando las mantas —Un amor así de fuerte pero diferente.

—¿Cómo diferente?

—Por ti siento un amor puro, hagas lo que hagas, digas lo que digas siempre estaré para ti y te apoyaré en cada paso que quieras dar, un amor incondicional e ilimitado —Tomó la mano de Jimin y el pequeño la apretó con sus dedos —A Taehyung lo amo, tanto que quiero estar mi vida junto a él pero si se muy porta mal, me enojaré mucho.

—¿Se porta muy mal?

—No, se porta muy bien —Obviamente se refería a infidelidades o mentiras grandes pero no se lo diría aún a Jimin, con el tiempo se daría cuenta a qué se refería con portarse mal.

—¿Y si se separan? —Jimin se sentó en la cama —¿Yo dónde quedaría? ¿Me devolverían?

—¿Qué es esa pregunta? —Preguntó Taehyung desde el marco de la puerta —¿Nuestro hijo nos está divorciando y se quiere ir de la casa?

Jimin rió y negó con la cabeza —¡No, papi Tae!

—Y a ti no te devolveremos a ningún lado —Se acercó al pequeño con una sonrisa traviesa subiendo sus manos para asustarlo y Jimin se corrió al otro extremo de la cama —¿Sabes por qué?

—No —Contestó con una sonrisa.

—Te tendremos encerrado en la casa por siempre.

—¡No! —Abrió su boquita y miró a Jungkook haciéndose el sorprendido.

No se dio cuenta cuando Taehyung lo tomó en brazos acostándolo en la cama para hacerle cosquillas.

—¡Papi Jungkook, ayúdame! —Exclamó retorciéndose de la risa.

Jimin terminó encima de Jungkook, sentado en sus piernas y con la respiración agitada después del ataque de cosquillas de Taehyung.

—Papi malo —Regañó Jimin abrazando a Jungkook. Ahí encontraba un refugio, donde era cuidado y amado.

Taehyung los miró con una sonrisa cuando Jungkook besó la frente el pequeño y Jimin cerró sus ojos apoyándose en su pecho, finalmente se habían hecho cercanos, creando un vínculo irrompible.

Jimin comenzó a ser parte de sus viajes, fueron a las cabañas junto a su hijo para enseñarle la cascada y ese bello pueblo donde terminaron de enamorarse completamente.

Muchas veces Taehyung lo llevó al estudio fotográfico e incluso lo llevó al hospital aunque Jungkook terminaba regañándolo porque no era hora para que un niño pequeño estuviese aún despierto.

Jimin se estaba volviendo un niño más sociable y feliz, ya no llevaba todo el tiempo su cuaderno morado, sus brazos y manos siempre estaban siendo ocupadas sosteniendo la de sus padres y rodeándolos con ellas.

—No hagas mucho ruido al entrar —Dijo Taehyung sosteniendo un pastel en sus manos, Jimin abrió la puerta de la habitación principal y caminó hacia la cama donde dormía Jungkook.

Besó su mejilla y se colocó el gorro de cumpleaños que sostenía en sus manos, se inclinó dando otro beso y Jungkook abrió los ojos.

—Feliz cumpleaños papi Jungkook—Dijo Jimin con una tierna sonrisa.

Jungkook se estiró en la cama para luego sentarse y admirar la escena preciosa que tenía frente a él, las dos personas que más amaba aparte de sus padres. Se levantó y tomó a Jimin en brazos, Taehyung le ofreció el pastel con las velas encendidas esperando a que las apagara.

—Tres deseos, papi Jungkook —Le recordó Jimin.

No tenía que pedir mucho, Taehyung llegó dándole un drástico giro a su vida pero él tomó la decisión de mantenerla ahí, en ese punto, porque le gustaba pero junto a Jimin.

Cerró los ojos y apagó las velas.

—¿Qué has pedido? —Preguntó curioso Jimin.

—Muchos besos tuyos —Contestó sorprendiendo a su hijo.

—Depende de ti cumplir su deseo ahora —Le dijo Taehyung al pequeño.

Jimin comenzó a repartir besos en las mejillas de Jungkook mientras reía por las cosquillas que Taehyung le hacía en su espalda.

—Espera, espera —Habló Taehyung haciendo que Jimin se detuviera —¿De mí no has pedido ningún beso? —Reclamó mirando a Jungkook.

—Que celoso eres —Dijo Jungkook —Jimin ¿Le das permiso para que me bese?

El menor asintió porque sabía qué significaba eso, ellos se querían tanto que lo demostraban con besos como los que él les daba.

Pero estaba un poco lejos de la realidad.

Jungkook bajó a Jimin y el pequeño se cubrió los ojos con sus manos.

—Feliz cumpleaños, bebé —Dijo Taehyung subiendo sus manos a las mejillas del menor para rozar sus labios y probar el sabor de su respiración —Más te vale pasar todos tus cumpleaños junto a nosotros.

Jungkook sonrió y terminó por unir sus labios en un tierno beso lleno de amor, cerró los ojos y acarició los brazos de su esposo, Jimin sentía refugio cuando lo abrazaba pero él aún sentía esa protección y seguridad en los brazos de Taehyung.

Se separaron y miraron a su hijo cubriéndose los ojos aun, Taehyung se agachó dándole la espalda al pequeño —Vamos cosito, a desayunar pastel.

Jimin abrió los ojos y se subió a la espalda de su papá para comenzar una buena mañana familiar.

Pero no todo podía ser perfecto en el cumpleaños de Jungkook, por más qué quiso cambiar su turno con otro enfermero, le fue imposible y a las ocho ya estaba trabajando en el hospital.

Fue difícil despedirse de Jimin cuando el pequeño quería tenerlo todo el día de su cumpleaños en casa.

Había quedado de acuerdo con Taehyung que lo llamara si ocurría algo, por más pequeño que fuera saldría corriendo del trabajo.

—El otro día que fuimos con Mark a su casa —Comentó Jackson viendo cómo Jungkook terminaba de ajustar las máquinas de oxígeno —Me quedé hablando con Jimin.

—¿Ajá?

—Le pregunté qué quería ser de grande y me contestó que enfermero como tú —Sonrió cuando Jungkook se volteó a verlo.

—¿Me estás molestando?

—No, él mismo lo dijo. Es un chico adorable.

—Sí —Miró la hora en su celular e imagino que podría estar haciendo en ese momento.

Probablemente cenando con Taehyung la comida que les dejó preparada antes de irse.

Estaría ya con su pijama morada, tuvieron que comprarles todos del mismo color, estaría ensuciándose la boca con el espagueti y Taehyung ocuparía su servilleta para limpiarlo.

Bebería de su jugo y se caería un poco manchando su pijama, ahí Taehyung reiría para después tomarlo y llevarlo a la habitación para cambiarlo y decirle que tuviera más cuidado.

Recién ahí le cambiaría el vaso normal que estaba usando por uno que traía una bombilla incluida, se lo habían comprado hace un mes y a Taehyung aún se le olvidaba pasárselo.

Se irían a lavar los dientes juntos, Taehyung haría caras divertidas para hacerlo reír.

Entrarían a la habitación de Jimin y Taehyung le cantaría suavemente hasta dormir, lo había visto haciéndolo y se enamoró de ese momento.

Taehyung dejaría una pequeña luz encendida en la habitación, besaría la mejilla de Jimin y cerraría la puerta con cuidado.

Llegaría a la habitación principal, levantaría las mantas, se deslizaría al lado que solía usar él y cerraría los ojos un momento, extrañándolo.

Miraría las fotos en su celular y dudaría si enviarle un mensaje, estaba en horas de trabajo por lo que decidiría no hacerlo.

Entonces ahí Jimin entraría a la habitación sosteniendo su manta favorita, porque sabía que Jungkook no estaba en casa y sabía que su papá Taehyung lo extrañaba tanto como él lo hacía.

Así que lo acompañaría.

Ahí se quedarían dormidos hasta el día siguiente y cuando él llegara a casa, se encontraría con sus dos amores en la cama para terminar uniéndose a ellos.

Continuó su turno sin ninguna complicación, no tenía ningún mensaje de Taehyung por lo que seguramente las cosas en casa iban bien.

—Jungkook —Llegó Jackson a su lado con una expresión preocupada mientras él terminaba de dar unas indicaciones —Jimin y Taehyung están en el box siete.

—¿Qué? —No podía haber pasado nada malo, Taehyung debía haberle avisado si algo malo ocurría.

Pero después de ver tantos accidentes en urgencias, con cosas tan simples como un lápiz, cualquier cosa podía ocurrir.

—Ve a verlos rápido, te necesitan ahí —Dijo Jackson —Yo me encargó aquí.

Jungkook prácticamente corrió por el pasillo, llegó al box siete y corrió la cortina.

—¡Sorpresa! —Exclamó Jimin levantando sus manos y agitando sus pies que colgaban en la camilla.

—Mataré a Jackson —Sintió como su alma regresó a su cuerpo después de verlos bien.

—Yo solo le dije que te trajera hasta acá —Taehyung tomó su mano mientras Jimin miraba cada una de las cosas del lugar.

—Le ha puesto un poco más de acción al asunto —Besó los labios de Taehyung y miró el reloj de la pared.

Las cuatro de la madrugada.

—Taehyung, Jimin debería estar durmiendo —Tomó a su hijo y el pequeño lo abrazó.

—Él quería venir a verte un momento, además ya estás en tu hora de descanso.

Comieron algo en la cafetería mientras Jimin jugaba con el gafete de Jungkook y con todos sus lápices.

Despidió a ambos en el estacionamiento y volvió a terminar su turno.

En cuatro horas más regresó a casa, revisó la habitación de su hijo y lo encontró dormido, lo tomó en brazos y lo llevó a su habitación, necesitaba sentirlo cerca.

No se dio cuenta en qué momento se quedó dormido junto a Taehyung y al pequeño.

Jimin se levantó de la cama y tomó la cámara instantánea de la mesita de noche de Jungkook, les sacó una foto y la imagen salió, dejó la cámara en el suelo sin hacer ruido. Fue a buscar su cuaderno morado y la guardó como su nuevo tesoro.

Ya sabía lo que significaba, no tenían que explicárselo, ellos eran sus padres.

Su familia.

Volvió a la cama y Jungkook lo abrazó cuando sintió su pequeño cuerpo cerca, Jimin tomó una mano de Taehyung y otra de Jungkook para llevarlas a su pecho y cerrar sus ojos.

Sintiendo esa protección y amor que ambos le brindaban.

Y estaba bien porque nunca se separaría de ellos.

Ese era su hogar, el único lugar donde la felicidad no tenía un límite.

Nota:
Y el cumple de mi bebé antes de terminar el año 🥺

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