capítulo 4
Jungkook observaba a su hermana Jennie mientras ella tomaba su shot de tequila de un solo trago.
—¿Qué pasó con Lisa? —preguntó con cautela, aunque ya intuía la respuesta.
Jennie soltó un suspiro de exasperación y rodó los ojos.
—Por Dios... ¿Por qué todos me mencionan a esa traidora?
—Porque es tu esposa, Jennie. La mujer por la que desafiaste a nuestros padres, rompiste tu compromiso y te casaste con ella. —Jungkook la miró con seriedad, intentando transmitirle su preocupación—. Jennie, soy tu hermano mayor, y aunque no lo digo a menudo, te quiero y me preocupas.
—¡Wácala! Te pones sentimental y cariñoso... —Jennie intentó desviar la conversación, pero la seriedad en los ojos de Jungkook la hizo suspirar—. Bien, te lo contaré. Me traicionó... Me apuñaló por la espalda.
—Sin rodeos, Jennie. ¿Qué hizo exactamente? —Jungkook la instó, queriendo llegar al fondo del asunto.
—Creo que me estaba engañando... Cuando llegué a nuestra casa, la encontré con otra mujer. Estaban demasiado cerca... —Jennie hizo una pausa, su voz temblando ligeramente al recordar el momento.
Jungkook casi escupe el trago de whisky que acababa de tomar, sorprendido por la revelación.
—¿Estás segura? —preguntó, su voz cargada de incredulidad.
—Creo que sí... Aunque no escuché sus explicaciones. Solo tomé mis cosas y salí de esa maldita casa. Y ahora, solo quiero destruirla —confesó Jennie, su voz llena de amargura.
Jungkook suspiró profundamente, tomando la mano de su hermana entre las suyas para captar completamente su atención.
—Jennie, escúchame. No estoy sobrio, pero esto te lo diré solo una vez. No desperdicies tu vida en rencores. Escúchala. Tal vez no sea nada de lo que piensas y, si la pierdes, podrías arrepentirte después.
Jennie esbozó una sonrisa triste, sacudiendo la cabeza.
—Creo que es demasiado tarde... Lisa me detesta porque dije algunas cosas que eran importantes para ella. Pero bueno, ya no hablemos de eso, o me pondré a llorar. —Jennie miró al barman y levantó la mano—. ¡Otra ronda y dos whiskies dobles!
Mientras el barman preparaba las bebidas, Jungkook se quedó mirando a su hermana, deseando poder hacer más por ella. Sabía que la relación de Jennie con Lisa era complicada, pero también sabía cuánto significaba Lisa para Jennie.
—¿Y tú? —preguntó Jennie, intentando cambiar el foco de la conversación—. ¿Qué hay de tu vida amorosa, Jungkook? ¿Cuando te volveras a dar una oportunidad con alguien?
Jungkook soltó una risa seca.
—Esa es una historia para otro día, Jennie. Por ahora, solo intentemos disfrutar de la noche.
(...)
Ambos donceles, Taehyung y Hoseok, habían llegado al club/bar hace un par de horas, tiempo en el cual se habían sumergido en una noche de desenfreno. Entre risas, bailes y copas, la noche había transcurrido rápidamente, sumiendo sus sentidos en una agradable neblina de alcohol.
Sentados en una mesa en el rincón del fondo, los dos amigos seguían bebiendo como si el mañana no existiera. Las carcajadas brotaban de sus labios ante cualquier comentario, sus mentes nubladas por el efecto del licor.
—Un brindis por la miserable mujer que me tocó por madre —exclamó Hoseok, levantando su copa antes de beberla de un solo trago. El líquido ardiente bajó por su garganta, provocando una sensación abrasadora que apenas registró.—Iré al baño —avisó Hoseok, tambaleándose mientras se levantaba.
Taehyung asintió distraídamente, sin prestar mucha atención, perdido en su propio estado de ebriedad.
Pocos minutos después de que Hoseok se dirigiera al sanitario, una voz resonó frente a Taehyung, atrayendo su atención.
—¿Qué hace alguien tan lindo solo? —dijo la voz, familiar y desconocida al mismo tiempo.
Taehyung levantó su mirada de la copa y trató de enfocar su vista en la persona que le había hablado. La borrosidad causada por el alcohol dificultaba distinguir detalles, pero pudo percibir unos hombros anchos y un cabello negro azabache.
—¿Quién...? —balbuceó Taehyung, tratando de aclarar su visión. Su mente se esforzaba por recordar de dónde podría conocer esa voz.
El hombre frente a él esbozó una sonrisa, inclinándose ligeramente hacia Taehyung
— Tan hermoso y perfecto — susurro suavemente con vos ronca
—yo... —empezó Taehyung, pero las palabras se le atoraron en la garganta.
Jungkook se acercó un poco más, sus ojos fijos en los de Taehyung, llenos de una intensidad que lo dejó sin aliento.
—Sí, tú —dijo Jungkook suavemente, sus labios curvándose en una sonrisa enigmática—. ¿Puedo sentarme?
Taehyung lo miro fijamente unos segundos y asintió, olvidanse por completo de que Hoseok no había regresado
(....)
Seokjin, quien también estaba en el club, disfrutaba de la noche en compañía de algunos amigos y socios con la que había estado conversando sobre algunos proyectos se permitio relajarse sonriendo al imaginar su futura boda. Su sonrisa se desvaneció abruptamente al ver una figura conocida tambaleándose visiblemente ebria en la pista de baile así que rapidez se levanto y camino hacia hoseok. Hoseok, el doncel destinado a ser su prometido, estaba a punto de caer al suelo cuando alguien lo sostuvo por la cintura.
—Creo que has tomado suficiente alcohol por hoy, precioso —susurró una voz firme y serena, impidiendo que Hoseok se desplomara.
—Yo cleo que no —respondió Hoseok con una carcajada fuerte y despreocupada.
—No fue una pregunta ni una sugerencia —dijo Seokjin al mismo tiempo que levantaba a un mareado Hoseok en sus brazos.
Hoseok, con los ojos medio cerrados y una sonrisa bobalicona, miró a Seokjin directamente a los ojos.
—Eres muy guapo —le dijo entre risas.
Seokjin, sorprendido por el comentario, se quedó sin habla por un momento. Su expresión cambió a una mezcla de sorpresa y admiración.
—Supongo que gracias, aunque tú eres más hermoso que en las fotos —respondió Seokjin, con un tono más suave.
—¿Eh? —balbuceó Hoseok, confundido.
—Olvídalo —murmuró Seokjin, tratando de restar importancia a su comentario.
—¿Y cómo te llamas, desconocido bonito? —inquirió Hoseok, su voz arrastrándose mientras salian del cub y era conducido a la camioneta negra de Seokjin.
Seokjin sonrió de medio lado, divertido por la pregunta.
—No te lo diré —contestó, viendo cómo Hoseok fruncía el ceño, visiblemente molesto por la falta de respuesta.
—¿Por qué no? —protestó Hoseok, con un puchero infantil.
—Porque no creo que me recuerdes —dijo Seokjin, ayudando a Hoseok a acomodarse en el asiento—. Y si lo haces, no te preocupes, pronto lo sabrás.
Hoseok bostezó y se recostó en el hombro de Seokjin, su energía agotada por el alcohol y la emoción de la noche. En cuestión de segundos, se quedó completamente dormido, su respiración volviéndose lenta y rítmica.
Seokjin lo observó por un momento, su expresión suave mientras se permitía un pequeño suspiro. A pesar del caos de la noche, había algo en Hoseok que despertaba en él una sensación de protección y cuidado.
—Duerme bien, Hoseok —murmuró Seokjin, con una leve sonrisa, mientras el vehículo se alejaba del bullicio del club, llevándolos a un lugar más tranquilo.
(....)
Los labios del pelinegro besaban lentamente el cuello del doncel mientras sus manos apresaban la delgada cintura
Taehyung no sabe como termino en esa habitación de hotel besandose con aquel pelinegro y como las ropas iban desapareciendo poco a poco pero ahora realmente no le importaba nada mas que disfrutar de los besos húmedos del pelinegro
Continúara...
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