capítulo 3

Al día siguiente,

Taehyung ingresó a la mansión Jeon un poco más temprano de lo habitual.

Subió las escaleras y caminó hasta las habitaciones de las niñas para despertarlas, ya que ese día tenían clases un poco más temprano: Nadeli y Kira.

Llegó a las habitaciones respectivas de cada niña, las despertó y las dejó cambiándose, mientras él iba a pedir que prepararan el desayuno, confiado en que su jefe ya no estaría en casa como normalmente.

Taehyung venía bajando las escaleras cuando lo vio. Jungkook estaba entrando por la puerta principal y, a simple vista, deducía que venía de hacer su rutina de ejercicio.

“¿Cómo alguien puede verse tan malditamente sexy después de hacer ejercicio?”

Su cabello pegado a la frente, su camiseta húmeda y traslúcida...

Joder, Taehyung sentía cómo las piernas le temblaban ante la gran presencia de su jefe, tan varonil e intimidante a la vez.

—Buenos días, joven Kim —dijo mientras se quedaba parado, viendo cómo Taehyung bajaba las escaleras.


—Buenos días, señor Jeon —respondió Taehyung, pasando de largo, pero sintiendo la penetrante mirada del pelinegro aún sobre él. Eso era muy extraño, ya que Jungkook casi nunca estaba mientras él tenía su turno de trabajo. Siempre estaba metido en su trabajo, saludaba o al menos lo veía.

Taehyung entró a la cocina y pidió que prepararan el desayuno de las niñas. Después, volvió a subir a las habitaciones, donde tuvo que peinar a Kira y volver a despertar a Nadeli, quien había caído dormida nuevamente.

Cuando ambas estaban casi listas, Jungkook subió a las habitaciones de sus hijas a despedirse de ellas.

Primero ingresó a la habitación de la pequeña Nadeli, quien estaba sentada en la cama mientras Taehyung buscaba los zapatos de la pequeña.

—Ya me tengo que ir, princesa —dijo Jungkook antes de agacharse a la altura de su hija.

—Que te vaya bien, papi Kookie —le dio un beso tronado en ambas mejillas a Jungkook, quien solo besó su frente y se reincorporó, quedándose parado, viendo a alguien específicamente.

Taehyung volvió a sentir esa misma penetrante mirada que le erizó los bellos de todo su cuerpo. Así fue durante unos segundos, y luego apartó la mirada y fue a la habitación de Kira.

Taehyung suspiró cuando, por fin, encontró la caja de zapatos que buscaba entre todas las que había. Sacó los zapatos y se acercó a la niña, agachándose para ponérselos.

—Taetae, ¿por qué los niños de mi kinder tienen dos papás o un papi y una mami? ¿Por qué yo no solo tengo uno? — pregunto con vos levemente temblorosa y sus ojos brillosos

Taehyung terminó de ponerle los zapatos y la miró a los ojos.

—Cariño, tú no te sientas triste. No todas las familias tienen que tener dos papás o un papi y una mami. Tú tienes a tu papá, que te ama mucho.

—Taetae, ¿te puedo decir papi? —Taehyung se quedó pensativo. —Por favor —junto sus pequeñas manos e hizo un puchero.

—Está bien, pero frente a tu papá no lo hagas, porque se puede molestar —le besó la mejilla—. De acuerdo, cariño.

—De acuerdo —mostró una gran sonrisa mientras sus ojitos brillaban de emoción.

—Listo —se reincorporó y la ayudó a bajarse de la cama—. Vamos, seguro Kira ya está abajo desayunando.

Ambos salieron de la habitación y caminaron por el pasillo hasta dar con las escaleras.

Y Taehyung vio cómo Jungkook salía por la puerta principal con su maletín en la mano. La imagen de él sudado llegó a su mente.

Negó con la cabeza y siguió bajando con la pequeña a su lado.

[....]

Una semana después...

Taehyung se acostó y cerró los ojos. Inmediatamente, la imagen de su jefe sudado llegó a su mente, como lo había hecho durante toda la semana. Pero el timbre de su departamento sonó y tuvo que levantarse a regañadientes.

—¿Hobi?

—Hola, bonito —sonrió, y Taehyung se hizo a un lado dejándolo ingresar a su hogar.

—¿Quieres algo de tomar? —Hoseok negó y ambos caminaron hasta la sala del gran departamento y tomaron asiento.

—Así estoy bien —miró a Taehyung con una sonrisa que el mencionado conocía demasiado bien.

—¿Qué tienes en mente?

—Verás, mañana conozco a mi futuro prometido y quiero que se lleve una mala impresión de mí.

—¿Qué quieres hacer exactamente?

—Quiero divertirme, beber unas copas —dijo Hoseok—. Y como la reunión es mañana temprano, oleré a alcohol. Seguro pensará lo peor de mí y durará mucho menos ese estúpido matrimonio.

—No te entiendo —lo miró con cariño—, pero te apoyaré.

[....]

Jungkook había sido casi arrastrado por su hermana, Jennie, al club después de dejar a sus hijas en casa de su madre, Yejin, quien después de saber la razón aceptó y casi lo metió a empujones al auto. Razón por la cual, el humor de Jungkook era pésimo.

Ambos llegaron al club/bar, que era sumamente lujoso y moderno a la vez.

—No entiendo cómo te pueden gustar estos lugares cuando puedes tomar unos tragos tranquilamente en tu departamento —dijo un malhumorado Jungkook mientras inspeccionaba el lugar.

—Jeon Jungkook, eres hijo de Jeon Hyun Bin y Jeon Yejin —lo miró de manera burlesca—, y eres un aburrido de mierda que ni siquiera puede soportar algunos tragos.

Jungkook drásticamente cambió su expresión.

—¿Me estás retando, Jeon Jennie?

—¿Tienes alguna duda, hermanito?

Jungkook frunció el ceño y, con Jennie a un lado, caminaron hasta la barra, pidiendo unos shots para empezar.

[....]

Un hombre estaba de espaldas, mirando por la ventana, y la mujer mayor se acercó a él.

—Yo podría casarme contigo en vez del estúpido de mi hijo.

Una risa fría sonó por toda la oficina.

—No te compares con él... Porque no le llegas ni a la suela de su zapato. Él es una joya preciosa y tú eres una repugnante anciana decrépita.

—Soy mejor que él. Hasta las joyas más preciosas pierden su brillo, y estoy segura de que ese repugnante mocoso lo hará.

Seokjin enfureció dándose la vuelta y la tomó fuertemente de la mandíbula, apretando.

—Es que no entiendes que, si vuelves a hablar así de él, te cortaré la lengua.

—Si me haces daño, Hoseok jamás se casará contigo.

—O simplemente podrías desaparecer mágicamente.

—Eres un asco —sonrió con burla, a pesar de estar temblando de miedo—. Hoseok jamás te querrá, él solo lo hace para salvar al imbécil de su padre.

—Lo tengo presente —hizo una pausa—. Pero sé que lo hará. Ahora lárgate y prepara la reunión para mañana antes de que agotes mi paciencia. — Seokjin hizo una mueca de asco y la solto y la mujer no necesitó más palabras para darse la vuelta y salir rápidamente de ahí.

—Mi Hoseokie, yo te alejaré de esa bruja... Ella no te volverá a lastimar —sonrió—. Vieja decrépita, ¿quiere compararse con él?

[....]

—¿Hoseok, estás seguro?

—Sí... Todo sea porque el idiota ese tenga una mala impresión de mí —sonrió.

Taehyung asintió, no muy convencido, y ambos entraron al club/bar.

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