Prólogo
Serena abría los ojos con somnolencia, aún después de haber dormido, excelente.
Sin embargo no era el mismo caso con Ash...
El pobre había sufrido su primera noche con su recién esposa...
Al voltear la pelimiel pudo ver el rostro de cansancio de su cónyuge, el cual adoraba.
Y sin esperar mucho se acercó a él y le plantó un beso apasionado en los labios, lo que lo hizo salir de su profundo sueño.
–Buenos días, amor– Saludó el recién despertado. A cambio, Serena se sonrojó
–Lamento lo que pasó– Dijo refiriéndose a su noche juntos
–Tranquila– Contestó –Siempre he dormido de alguna manera mal
Ambos sonrieron.
Empezaron su mañana con otro beso.
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Mientras tanto en un lugar ya algo lejano, cierta mujer ajena a cualquier tema político, específicamente matrimonial, tomaba de su vaso una malteada.
No se encontraba molesta, pero tampoco a gusto.
–¡Yo me opongo...!
–Lo lamento señorita, la boda ya terminó hace más de una hora
Dawn quedó en blanco, con una gota de sudor en la sien.
–Pe, pero si las invitaciones decían que a las cuatro– Refutó
–Pues discúlpame, por favor. La boda ya fue, y los novios se fueron muy felices– Le dijo el párroco de la iglesia.
Por ello estaba como estaba, porque al parecer no logró nada.
Sin embargo el pensamiento de la peli azul cambió rotundamente haciéndola apretar su vaso.
Aquél hombre tenía un gran significado.
Sin duda quería tomar venganza y millón y medio de represalias contra Serena, quien en algún momento pensó era su amiga.
Golpeó la mesa una vez, y fue ahí que el dueño del lugar le levantó queja
–¡Esto no es un bar, mujer!– Dijo tomándola por el hombro –Las penas no se arreglan así
Aquél hombre, de cabellera ×××× lo veía quizá con preocupación
–Le pediré que se retire, por favor– Dijo amablemente
–No entiende usted. ¡No entiende mi sufrimiento!– Reclamó Dawn parándose para irse como se le había dicho.
En ello se tocó el vientre.
–¿En serio, Ash?– Preguntó con brillo en los ojos.
La mano de su amado se colocó en su mejilla
–¿Crees que estaremos juntos siempre?
–¡Malditos recuerdos!– Dijo la peli azul entre dientes. –Aunque, siempre puede haber un pero...
Alguien no muy lejos la escuchó y vio lo hecho por ella, apretó los dientes mientras cerraba su mandíbula con tal fuerza que hasta dolía de ver
–¡Lo sabía!– Dijo aquél personaje –Estás embarazada...
Algún lugar en la ciudad guarda secretos, ¿es lo que tú quieres, aprovechar algo?, siempre te han debido alguna cosa que te corresponde por derecho...
¡Puedes venir!, aprovecha lo que suceda para to-do...
Aquella voz llamó la atención de Dawn, quien interesada en el anuncio se mantuvo de pie frente a aquella pantalla gigantesca, la cual presentaba a un personaje de cabellos morochos, con una gorra roja con lentes moviéndose mecánicamente, tal cual anuncio falás.
Sin embargo lo que llamaba la atención en la chica era que promocionaba un bar
Entonces la idea vino a su mente...
Mientras tanto, Ash pasaba por el lugar junto a su esposa.
La feliz pareja iba tomada de las manos mientras veían los alrededores.
–Es maravilloso, después de mucho tiempo que batallamos por fin poder ser marido y mujer– Comentó Serena empezando a abrazar el brazo del azabache, quien feliz le sonrió pasándose la mano por el cabello.
–Aunque el despistado era yo...– Le respondió recordando su relación.
–Ash... ¿Qué tal estás?– Preguntaba Serena con nervios en la voz, detrás de ella Verity, su amiga, la veía con emoción...
–Ehh, yo estoy bien, Serena, ¿y tú?– Preguntó alzando la mirada, logrando ver a la castaña detrás –¿Por qué no viene Verity?
Aquella pregunta desilusionó a la pelimiel
"¿Siempre serás así...?"
–Son dificultades que tuvimos que pasar, sin embargo pudimos con eso– Le dijo Serena volteándolo a ver. –Por cierto– Preguntó
–¿Mhm?
–¿Has pensado en... Tener... Hijos?– De inmediato el sonrojo surgió en su rostro mientras la incomodidad invadía a Ash sumado a la sensación del deja vu
–¿Tú quieres tener hijos, Ash...?
Le restó importancia y pensó mientras analizaba las palabras de su cónyuge...
–Pues...– Titubeó mientras ambos paraban el paso –... Contigo claro que me encantaría, mi amor– Sonrió.
Aunque la costumbre no se les daba aún, ambos trataban de llamarse por sobrenombres, porque, según sus madres:
Era normal.
Por otro lado, el hecho de que la respuesta fuera tan simple dio de qué pensar a Serena...
Por supuesto ella sabía a la perfección que no había sido la primera novia del azabache, pero sí la única esposa.
Ese pensamiento hizo que la pelimiel bajara la mirada algo incómoda en esa situación.
–¿Pasa algo?– Cuestionó Ash, obteniendo una sonrisa de la chica
–Nada– Respondió
La pareja siguió caminando, sin embargo, una persona los seguía confidencialmente.
–¡¿Por qué carajo no aceptas?!, ¡prefieres a ese pobre mundano de quinta!
La chica que tenía frente a él lo observó desaprobatoriamente, con un sollozo le indicó el silencio por respeto.
Entonces habló.
–Tu riqueza no me importa– Runruneó¹ –Tampoco si eres guapo o tan siquiera llamativo. ¡Yo sólo lo amo a él!
El lugar se inundó de silencio, el pelinegro que quejaba a la chica se veía con el ceño fruncido a modo de enojo con la más peligrosa mirada.
–¡Serena...!– Entre dientes el muchacho demostraba su estado.
Él, iracundo trató de abalanzarse sobre la pelimiel, pero ella rápidamente se echó a correr con aquél peligro inminente en la cabeza.
–No sé qué hacer porque tú me mires... Yo no quería que fuera así– Dijo, su gorra le teñía de negro los ojos y una bufanda oscura le cubría la boca.
–¡Esos malditos no se quedarán felices...!– Aquella voz llamó su atención.
Dawn estaba recargada en una pieza de mármol que sostenía un monumento.
Como él, la chica observaba discretamente a la pareja, quienes comían un helado juntos.
–Quién lo diría...– Dijo él –¿Me preguntó qué harás tú aquí, prosty...?
Él sacó su teléfono y tomó una foto suya, abrió su aplicación y mandó el contenido
–Bien, quiero que investigues todo sobre ella– Ordenó en un mensaje de voz
La chica de cabellos azules no tenía ni idea de lo que pasaba, al estar ella tan concentrada en ambos esposos.
Calem, mientras tanto la veía recordando un par de cosas...
Aquella noche, la voz ronroneante de una chica se hacía presente en gemidos dentro del cuarto.
Una risa traviesa se escuchó, y consecutivamente se oyó cómo el cuerpo de aquella fémina² caía en la cama de el pelinegro.
En medio de la oscuridad una silueta se identificó.
Aparentemente una chica rodeaba con sus piernas el cuerpo de un hombre, quien descaradamente tocaba sus muslos mientras le daba un beso apasionado.
En las sombras se vió cómo el sujetador de la chica salía despedido de su cuerpo, esto después de haber sido retirado anteriormente y con mucha anticipación su vestido...
Con poca preocupación cayó la braga de la mujer por un lado de la cama; después de esta el pantalón medio enredado con la prenda interior de aquél personaje, luego cayó su camisa...
Ambos completamente desnudos no cesaron.
Los movimientos empezaron violentamente haciendo sonar los resortes de la cama donde se encontraban, los besos que ambos se daban sonaban al momento de cesar para recuperar el oxígeno necesario, y justo abajo ya se notaba la erección del hombre, rozando su masculinidad en contra de la parte íntima de quien compartía el momento.
Lentamente el sonido de los ósculos³ desaparecieron para convertirse en sonidos de cómo él estimulaba su cuello, bajando con lentitud...
Era ahí que la fémina gemía con mucha fuerza, completamente dominada por su excitación y ebriedad...
Al no aguantar más, el hombre tuvo y aprovechó la situación para introducir sin piedad ni autorización su miembro dentro de la chica, haciendo que esta arqueara su espalda al sentir tal placer recorrer y erizar su cuerpo con velocidad...
Ahogada en el placer, la mujer lanzó demás gemidos mientras por acción instintiva rodeaba con los brazos a su penetrador, besando con desesperación sus labios.
–Anda– Le dijo al oído aún controlándose, sabiendo que la mujer, completamente ebria contestaría casi al instante –Di lo mucho que lo necesitas
Ella lo vió casi sin consciencia, con los ojos nublados ante la excitación y placer recibidos por el hombre. Era magnífico para ella en lo más profundo de su ser, puesto que reitero casi no tenía consciencia propia.
–Y, y, yo... Nece, necesi, to, mucho...– Susurró con dificultad. Su estado era terriblemente semejante al resultado de una hipnosis profunda
–¿Qué?, ¿qué dices que necesitas?– Y sintiéndose completamente excitado y estimulando eso mismo, él la veía estar casi dependiendo de él.
–¡Necesito tener sexo de una buena vez...!– Exclamó de un grito, complaciendo al hombre, quien al terminar de oírla empezó a penetrarla con su erecto pene...
–Aunque, quién diría que terminarías así – Dijo sonriente –Esperas un hijo mío...
~Continuará~
¹Ronroneo, además de la acción del felino, se puede describir como la acción o momento en el cual la voz de un ignoto hace "vibrato" o causa ondas en la voz al momento de emitirse.
²Fémina, es simplemente otra forma de nombrar a una persona del sexo femenino, llámese niña, joven o mujer.
³Ósculo, es sinónimo de beso, utilizado más científicamente.
Esta historia empieza el día de hoy, y la nombro en parte como mi primer Lemmon!
Es noche de gala señores y señoras, y espero tenga buena aceptación la idea aquí presente.
Agradezco a @valeriasadly por darme la idea para el fic, y espero te guste cómo quedó el prólogo, agradezco a @User23927853 o Dark Daniel por ayuda en las ediciones y a @Dito132 por la portada.
Sin más me despido esta noche agradeciendo que hayan llegado hasta aquí.
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