¡Planes Fallidos...! Gary, El Abogado Detective
Un hombre puede tener tantas alegrías, como ver un partido de fútbol donde gane el equipo favorito, o encontrar llegando a casa una cerveza bien fría que disfrutar, pero para Ash era distinto el caso de alegría.
Había pasado tan solo una hora desde que la noticia se le dió, y la imagen de su esposa diciéndole que iba a ser papá no se le borraba de la mente; tal y como su rostro no borraba una sonrisa de oreja a oreja.
No paraba de alzar a su cónyuge por la cintura, diciéndole lo alegre y confundido que estaba con el suceso en sí, y es que era indescriptible.
Simplemente era la más grande de las noticias buenas que quisiera recibir en su vida...
Mientras tanto, siendo las 7 de la tarde, en un departamento del centro de la ciudad, una chica peli azul se recogía el cabello con una sonrisa en el rostro...
¿No pasaría mucho para que su amado le hablara para rogarle?
Aunque bien sabía que se tomaría un tiempo para reflexionar, le sería obvio el momento en que "la embarazó".
O podía ser que no lo leyera...
Su corazón saltó.
¡Habían más de mil formas de que la carta no llegara a él!
Pero... ¿Acaso era posible?
Tratando de guardar la postura, se dirigió a su refrigerador para tomar un jugo de uva.
Su pensamiento se calmó a los minutos, esbozando una sonrisa de triunfo, pues todo a final de cuentas valdría la pena cuando tuviera a Ash para ella.
Pobre, pensarán ustedes...
Desde otro punto de la ciudad a esa misma hora, un sobre azul pasaba volando, empapado de algún líquido y manchado con colores ajenos a su originalidad. Éste se encontraba atrapado en una rama de árbol que se movía con el viento de manera errática y continua...
Debajo de la poca sombra del mismo árbol, se habría de estar bebiendo un café un hombre de cabellos negros.
Calem estaba curioso por lo que sucedería, ¿cuál sería la primera reacción de Serena al enterarse que Ash le había sido infiel?
-¡Perdóname, Calem, no sabía la clase de persona que Ash era en realidad!
-No te preocupes preciosa, siempre estaré para ti, ¡No como ese mujeriego de Ketchum!
No podía evitar reír internamente por lo que sus fantasías algo machistas le presentaban, sin pensarlo mucho creía saber que ella correría con él de inmediato, ya que pues, siempre le demostró estar para ella...
Los cielos de la región soplaron con fuerza en ese instante, esto causó que el periódico que Calem leía se le fuera a la cara tapándole la vista.
Una pequeña lucha y riña infantil lo hizo gritar, pero otro papel le vino al rostro volviendo a obstruir su vista.
-¡¿Es que hoy es el día de "molesta a Calem"?!- Se quejó mientras removía ese papel húmedo.
Y lo miró como si con ello fuese a encontrar al responsable de lo que le había pasado, y se sorprendió por el nombre grabado en ese sobre.
Para: Ash Ketchum
Procedió a abrirlo con delicadeza, pues lo podía romper, y con cada centímetro que iba sacando, una corazonada muy mala para su persona surgía...
"Laboratorio Amigos De Kalos - Prueba de embarazo
Paciente: Dawn"
Aquél sobre estaba intacto, obviamente para el hombre, nadie antes lo había abierto, pues el sobre que además venía dentro, donde solo se mostraban los datos de la paciente y el estudio hecho, no estaba tampoco abierto, y una carta arrugada obviaba lo mismo...
-¡MAL-DI-CIOOOON....!
Y por rematar, otro papel más voló a su rostro.
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La curiosidad de Ash por saber todo de cómo tendría que tratar a Serena lo había llevado rápidamente por los caminos de la ciudad hasta el primer hospital que encontró, donde ansioso hizo que le hicieran un chequeo médico a la peli miel de pies a cabeza.
Ahora mismo, era acompañado por su mamá y por su suegra en la sala de espera.
Ambas platicaban entusiasmadas cosas en relación con el próximo bebé que llegaría a sus vidas, como buenas abuelas que serían.
Y Ash de intermedio tenía que oír todo, lo cual había servido de alguna manera para bajarle aquellas ansias que hacía momentos tenía dentro de sí.
Finalmente, un médico salió de la sala donde antes habían ingresado a Serena, consigo llevaba una tablilla y procedió a dar llamada.
-¿Familiares de Serena Yvonne de Ketchum?
Ante ello, Ash se puso de pie llendo con el doctor tan a prisa como sus piernas y el reglamento del hospital le permitían.
-Aquí, ¿todo bien?- Preguntó
-Señor Ketchum, usted trajo muy a prisa a su esposa. ¡Ella todavía no presenta riesgos!, ¡está sana!- Rió ligeramente el prestador de servicios.
-¡Qué bien!
En ese instante, tras el doctor, Serena salía vestida normalmente.
Ya en el auto de la familia Ketchum, una plática amena se llevaba a cabo mientras Ash conducía.
Pero sus pensamientos no iban exactamente por el rumbo que las mujeres a su lado y tras él llevaban, sino que un temor era lo que lo mantenía al margen del pensamiento crítico...
¿Y si... Terminas siendo... Papá?
¿Qué harías si yo tuviera un hijo tuyo?, después de todo lo hicimos...
Ahora lo pensaba.
Sí en la primera vez que lo hizo con Serena, hubo un resultado positivo para que quedara embarazada, ¿entonces qué probabilidad había de que Dawn también estuviese en la misma situación ahora, o en ese preciso momento?
Sería terrible.
Serena en ese instante solo lo veía con cariño, después de todo, él era el papá del bebé que esperaba ahora, no había nada mejor que saber que los sueños que años antes había dicho quería cumplir, se estaban realizando justo como esperaba...
Lo veía con un gran amor, ese glotón y juguetón hombre seguramente sería el mejor de los padres.
Tras recorrer en calma las calles, el auto de la familia llegó a su destino.
Ash con rapidez fue y abrió la puerta de donde Serena bajaría, esto para ella fue algo poco incómodo, pero ya se acostumbraría...
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El pastel de la última vez se encontraba de nuevo en la mesa.
Sin embargo, un enunciado fue decorado sobre la primera capa por las progenitoras de ambos esposos, para demostrarles que ellas estarían cuando les necesitaran y para todo.
-¡Muchas felicidades, Serena, tú también yernito!- Exclamó Grace sonriendo junto a Delia
-¡Coman!- Dijo la peli castaña viendo a su nuera...
"Felicidades por ser papás"
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En un suburbio como ciudad Lumious, las personas acostumbran circular constantemente debido a las clásicas ocupaciones laborales, tal era el caso de un hombre castaño, atrapado por su suerte en una hora pico de mañana.
El clima de su auto y el sonido del estéreo incorporado eran sus únicos acompañantes, ahora que seguro volvería a llegar tarde a la oficina.
Necesitaba trabajo pronto, pues este había acabado con su último cliente encontrado culpable...
"¡Maldito abogado de pacotilla...!" Era el grito recordado de aquel hombre gritando mientras lo llevaban a marchas forzadas...
Después de eso perdió los estribos unos días, rematando con el hecho de que por perder ese juicio las personas decidieron simplemente no pagarle, y él no sintió el ánimo de ir a cobrar...
Era ahí que por obra del destino, una hoja chocó en contra de su parabrisas.
Él en cualquier otro caso tan solo hubiese activado el limpiaparabrisas para deshacerse del papel, pero unas letras llamaron su atención:
"Para Ash Ketchum:
¡Muchas felicidades, mi amor...! ¡Seremos padres!"
-Así que... Ashy-boy será papá... ¡Lo llamaré!- Dijo feliz. ¡Al fin una buena noticia!
Y entonces otra hoja pegó al vidrio
"Paciente: Dawn"
¿Aquella chica...? ¿Serena no era la actual esposa del hombre?
-¡Ven acá, maldita hoja...!- Escuchó a través del vidrio, por supuesto polarizado.
Calem caminó hasta el coche de Gary, y tomó las hojas con una cara de pocos amigos, la cual cambiaria para ver el vidrio, cual sabía que se podía ver por dentro.
-¡Lamento muchísimo el incidente, amigo!
Y
así como vino se fue...
-Ketchum, tienes abogado nuevo.- Dijo llevándose la mano a la barbilla con una sonrisa de satisfacción.
¡Trabajo para él! 😀
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Ash estornudó.
Una sensación de alguien hablando sobre él lo recorrió al instante mientras Serena lanzaba al aire un "salud", a lo que él agradecería.
-Has estado algo mal desde ayer... ¿te sientes bien?- Preguntó la peli miel tocando la frente de su esposo con cierta preocupación en ello, una ida tan rápida al baño, náuseas, y ahora un estornudo eran sospechosos.
-Me siento muy bien, Serena- Aclaró él.
La mujer asintió con algo de preocupación todavía, levantándose para llevar los platos donde antes habían comido al fregadero.
El peli azabache decidió quedarse un momento en la mesa para reflexionar una vez más sobre aquella mujer que había sido su novia, y a la que le debía que hoy pudiese mantener una familia.
No tenía recuerdo alguno de aquel día, específicamente de los momentos posteriores a la salida al bar y la llegada al departamento de Dawn, y por consiguiente algún contacto sexual con la mujer peli azul.
Significaba que... ¿Lo habría hecho de verdad?
El pensamiento del peor de los casos venía junto a los pensamientos de cómo Serena lo tomaría, y no era tan grato lo que imaginaba.
Recuerdo...
Gary Oak estaba junto a Ash sentado en la mesa de un bar, ambos llenos hasta la coronilla de alegría rebosante por quién sabe qué, tal cuales borrachos...
-¡Es hermosa tu vieja, hermano!- Exclamaba un desorientado Ash a su amigo, quien estúpidamente abrazaba a un muro de concreto que quedaba a su lado como parte de la construcción
-¡Ni... Que lo digas, Ashy-boy...!- Respondió el hombre peli naranja ebrio mientras besaba a su 'amante'
En ese momento, una chica peli miel entró en el sitio de mala fama donde éste par de hombres degustaban el sabor de las embriagantes bebidas, para dirigirse con Ash, quien al verla, fué tambaleante a su encuentro, sin saber el suicidio que cometía...
-¡Hola... Amorcito... ¿Qué hacer tú... Por acá...? ¡hip!- Preguntó mientras su mano izquierda se posaba en su hombro derecho, y su otra mano caía desviada hacia su pecho, en su pecho...
Lo siguiente que el Ash cuerdo recordaba, era el estrepitoso choque de la mano suave y delicada de su novia en contra de su mejilla, dejando en el aire un sonido que aún en recuerdos era más que bien vivido...
Un cachetadón que logró llamar la atención de todos, y que al azabache logró devolver los 5 sentidos en un segundo.
-¡ERES UN ESTÚPIDO, ASH...!- Fue el último grito que recordó, antes de caer inconsciente tras otro golpe sentido en el cuello...
Fin del recuerdo...
Una noche loca después de todo, pues el hombre tras la barra le había ayudado a reconstruir el escenario para que lo mismo no se repitiera en un futuro, y así, dejara más que moretones...
Esa mujer tan dulce y bella, podía ser una bestia muy bien camuflada cuando se enojaba, pero tenía un límite que nunca había querido rebasar, uno al que por supuesto no había llegado... Como alguien más...
Y un golpe a la mesa lo espantó a la vez que lo sacaba de sus pensamientos.
Serena le sonreía, y de la nada lo besó con pasión mientras susurraba
-Tengo ganas... Amorcito...
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Calem tomaba camino al centro de la ciudad, esperando encontrar a Dawn y reclamarle por el fallido de entrega.
Su motocicleta iba en la quinta velocidad mientras rebasaba los diversos coches que se le atravesaban, y los recuerdos de Serena invadían su mente con rabia de conocer bien a esa mujer...
Conocía desde el límite de su enojo, hasta el punto donde era completamente indefensa ante él.
Si aquello que Dawn quería no resultaba, tendría que tomar más cartas en el asunto, puesto que quería evitar derramar más sangre en su historial...
Gary mientras tanto se dirigía a la casa del azabache(en un mal momento...), en busca de esclarecer los hechos de los que le acusaba, tal cual detective, como su tarjeta de presentación en el portavasos del auto decía, pero...
Aún se encontraba estancado en el tráfico.
~Continuará...~
He estado demasiado tiempo sin escribir, y siendo sincero, poca ha sido mi inspiración...
Espero les guste :D
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