Los besos aumentaron, la intensidad pasaba de los simples ósculos a unos desesperados ejemplares del tipo francés, llenos de lujuria y satisfacción para ambos jóvenes.

–¿E, en qué... Se basan... Los delitos... Capitales?– Preguntó la peliazul para probar esa nueva forma, pausando y entrecortando por seguir besando al chico

–¿E, en los pecados... Capitales?– Respondió dudoso y de la misma forma. No queriendo parar

No hubo respuesta de Dawn, tan sólo volvió empezar un beso intenso, en el cual empezó a usar su lengua para introducirla en la boca de Ash con tal pasión que colocó sus manos en el pecho del chico, él torpemente quiso usar también su lengua para atrapar la de su amante y empezar un baile en sus bocas, donde extrañamente ambos seguían una coreografía similar.

El movimiento de sus labios los hizo cerrar los ojos, y era tan solo por segundos donde ambos se separaban para recuperar un poco de oxígeno y seguir ésa placentera labor

–¿Qué pasa... Cuando alguien... Comete un... Delito capital?– Preguntó

El azabache no contestó, estando sumido en la excitación que la chica le propuso.

Pero ella paró.

–¿Qué pasa cuando alguien comete un delito capital?– Preguntó ahora más seria, sorprendiendo a Ash

–En algunos países... Aún hay pena de muerte por el hecho, y en muchos países se castiga con varios años en prisión– Contestó.

Ella aplaudió porque era correcto, y él le sonrió queriendo seguir aquella sesión de besos, sin embargo no sabía cómo.

–Ahora– Dijo tomando unos papeles y viéndolos.

No podía negar que dentro de ella también existía la misma tentación de volverlo a besar, pero no podía por varios motivos.

Aunque él se notaba excitado y nervioso...

–¿Qué pasa cuando los hombres son menores de edad?– Cuestionó

–Cárcel de menores o preventiva– Respondió.

Ella se acercó lentamente y lo volvió a besar.

–Es correcto– Le dijo haciendo que se sintiera más excitado y dándole un beso más.

La tarde fue pasando así, el día del examen estaba Ash fuera de la universidad, completamente nervioso por aquella prueba.

Dio un paso al frente, pero antes que entrara la voz de Dawn lo detuvo

–¡Espera Ash!

El azabache la vió aún nervioso, se dió cuenta que sus piernas temblaban, pero era quizá la sensación de estar jugándose el todo por el todo en la universidad.

–Quería desearte suerte– Dijo sonriendo cuando llegó.

Su rostro se notaba carmesí, y eso enterneció a Ash impulsándolo a abrazarla

–Gracias por tu ayuda... Espero no decepcionarte

–Nunca lo harás, porque ya lo eres todo para mí

Aquellas palabras hicieron que Ash la viera a los ojos, buscando una respuesta pronta en ello.

–Aquí afuera te espera tu novia, ¡así que ve y pasa ése examen!– Exclamó para abalanzarse sobre él, sabiendo que no se negaría

Sin dudar comenzaron un beso corto, el cual fue señal de aceptación.

–Claro, entonces te buscaré cuando salga, novia mía...

Con ese pensamiento el azabache caminaba por las calles, buscando una manera lógica de explicar cómo o por qué ella lo llamaba a un encuentro

Las posibilidades rondaban su mente, y luego vino su ruptura

Tampoco era tan malo, o eso creía en esos momentos.

Con algo de dudas finalmente llegó al lugar, uno de buena fachada y excelente vista exterior.

Él entró y procedió a sentarse en una mesa para cuatro personas que estaba pegada a la ventana que dejaba ver la calle.

Tomó el menú de la mesa y posó su vista en una bebida en especial, a los pocos minutos el mesero fue con él.

–¿Qué ordenará?

–Quisiera un vino bukana con un par de limones y sal

El hombre, en un año había decidido sobre sus gustos; y si bien el hecho no ameritaba esa elección, simplemente sentía el antojo de beber esa tarde.

–En un momento se lo traemos

–Que sean dos, por favor.

Se sentía extraño, era como revivir en él su primera cita, o la primera vez que salió con Serena...

Serena...

Era cierto que se sentía en cierta forma mal, después de todo estaba yendo con alguien más que no era su esposa.

Pero todo pensamiento desapareció cuando una mano tocó su hombro haciéndolo voltear.

Aquella chica peliazul lo veía, llevaba una blusa azul y un chaleco turquesa que combinaba con su atuendo.

–¡Hola, Ash!– Saludó amablemente y sentándose

–Ho, hola Dawn– Respondió incómodo el hombre.

Ambos se vieron sin saber realmente lo que quería Dawn, porque inclusive ella se veía avergonzada por el descuido.

–Dos vinos con sal y limón– Llegó el mesero dejando los vasos sobre la mesa –Disfruten

–Gracias

N.A: La verdad no sé de bebidas, esto lo tomo de referencia porque lo vi en algún programa [?], y pues recomendaciones o correcciones por favor

–Linda tarde la de hoy, ¿no?– Dijo Ash tratando de romper el hielo

–Claro, es linda

Ella volteó viendo la ventana y suspirando

–Supe que te casaste– Dijo ella tranquila, tomo la copa y le dio un muy pequeño sorbo.

–Sí– Respondió el dándole un trago a su bebida, la chica lo vio recordando las aventuras juveniles que ambos habían tenido.

Pero estaba segura de que él iba a ser sólo para ella, y por eso mismo tenía que ser fuerte con respecto al momento...

–¿Recuerdas cuando tuvimos nuestra primera cita?– Preguntó sonriente. Ocultando su tristeza bajo el semblante alegre

Ash la vió enternecido

Asintió y bajó la mirada con aquello que recordó, sonriendo por la experiencia que había sido...

Estar enamorado de alguien era una experiencia... Linda... Extraña pero buena

¿Sí era realmente amor lo que sentía?

Al voltear a su lado vió a Dawn sonriente, tomaba de una malteada y era visiblemente alegre...

–¿Pasa algo?, ¿por qué me ves así?– Preguntó la peliazul al notar la mirada de su novio

Quizá se vezaría¹ a ésas situaciones, sólo necesitaba tiempo...

–No es nada, pero nunca había tenido una cita– Dijo pensativo el chico

–No es necesario que sepas cómo es una cita– Aclaró Dawn –Lo importante es que estamos en la cita

El mesero llegó y los atendió

–Fue algo... Bueno– Contestó volteando

–¿Estás bien?– Cuestionó Dawn notando el gesto de incomodidad.

Ash la volvió a ver

–Lamento no haberte dicho que me casaba– El rostro de Dawn se entristeció evidentemente

Se mantuvo en silencio por mucho tiempo, los segundos necesarios para que Ash la volviera a ver incómodo

Él decidió tomar de su bebida, para lo cual dejó su atención por su interlocutora en silencio

Silencio...

–Iré al baño– Anunció el peli negro poniéndose de pie.

Esa era la señal...

En cuanto Ash se puso de pie, la chica sacó un sobre con polvos dentro, el cual vació sobre su bebida muy disimuladamente para luego cambiarla por la de su ex novio.

Mientras tanto, la víctima del próximo atraco se lavaba las manos y se echó agua en el rostro.

–¿Por qué siento culpa?– Se preguntó sigilosamente –Por algo terminamos...

La mente del hombre en ese momento estaba algo confusa, al punto de no saber lo que decía o su coherencia en el instante.

Por ello mismo echarse agua.

Al salir pudo ver a la persona que lo había citado viendo la ventana, entonces su recuerdo llegó como una bala...

Una chica entraba en un restaurante, en ese momento se topó con una cabellera negra que chocó su frente.

El muchacho se sobresaltó y ayudó a pararse a la chica apenado, disculpándose con esta...

–¿Estás bien?, iba muy distraído

–Sí sí, también iba distraída

Ambos se vieron con una sonrisa divertida, de aquellas que solo se daban con amigos incondicionales

–¡Más cuidado!, ¿lastimaste a Serena?– Una chica peli negra se les interpuso levantando queja de lo que había pasado

–¿Te llamas Serena?– Cuestionó el chico recibiendo un movimiento afirmativo de cabeza de la chica

–Tranquila, Verity. Iba descuidada– Le dijo a su amiga

–Okey, vamos– Respondió la chica entrando al restaurante.

–Lo siento y adiós...

–Ash, me llamo Ash

–Bueno, adiós, Ash...

Así conoció a su actual esposa, justo en un accidente como cualquier día...

–¿Qué es... Lo que me da mala espina...?– Se inquirió él mismo "Es una locura, ¿qué podría hacerme Dawn?

La ironía en su voz dejó además escapar un resoplido que indicaba locura por lo que sentía

Así de confiado se dirigió una vez más a donde la peli azul lo esperaba.

–Oye Ash– Llamó ella una vez el peli azabache se sentó frente suyo, llamando su atención

–¿Qué pasa?

–¿Podrías acompañarme a mi casa?, quisiera pasar más tiempo contigo...

Dawn estaba inquiriendo en la privacidad de Ash de una manera confiada; el hombre se sintió aún más extrañado y con un perfil que debería estar a la defensiva, pero su mente seguía lo último.

" ¿Qué me podría hacer Dawn?"

–Está bien, no creo que Serena se moleste– Respondió luego de pensarlo por algunos segundos

Así dió un sorbo a su copa, la ex novia sonrió para sí misma mientras pensaba lo que haría de ahí en adelante...

~Continuará~

Después de un tiempo de descanso he actualizado esto.

Sabrán lo que sucede, y vendrán más cosas en el siguiente capítulo que ahora mismo estoy pensando.