Capítulo 8

Capítulo 8

Intento mantenerme positiva en el trabajo, pero el ambiente es tan tóxico que no puedo concentrarme. Las personas me están acosando de ser la favorita de los jefes, la que supuestamente les echa el chisme, cuando ni hablo con ellos, yo solo cumplo con mi trabajo y ya. No entiendo por qué la gente se tiene que poner tan pesada y estar diciendo estupideces que no tienen sentido.

—No entiendo por qué te aprecian, si una tortuga es más rápida que tú —dice una cuando pasa por mi escritorio y tumba unos papeles.

—Ese chico debe estar ciego para salir contigo —otro comentario fuera de lugar—. Como se cree la víctima, entonces piensa que así puede conquistar a cualquiera, creyéndose la pobre.

—Es demasiado príncipe, para una estúpida plebeya. —Lo peor es que meten a Nick, y él y yo no somos nada aún, pero nada de eso viene al caso. Yo no estoy con él solo por ser guapo, ni porque tenga dinero.

—Y ni hablar de los jefes, ella cree que tiene el control sobre ellos. Es una cosa absurda.

Lo peor de todo es cuando hablan en el chat grupal, y comienza el acoso masivo. Estoy muy cansada, todos los días llegó a mi casa abrumada, con falta de todo, y puedo ser muy fuerte, pero estoy obstinada de la situación; eso me está afectando de sobremanera que ya ni sé qué solución tener. Conversé con mis amigas la otra noche, ellas me dieron consejos, y con mis papás igual, pero aunque aplique "la ley del hielo", ya lo que está ocurriendo es demasiado para mi y no tengo como defenderme. Con Nick, él sabe de mi situación, más no dejo que gaste su tiempo diciéndome que hacer; cuando él tiene sus problemas como todos.

Como es viernes, al fin podré ser feliz sin gente a mi alrededor que me quite mi buena energía. Antes de irme, una de las gerentes me llama a su oficina. Suspiro con temor a todo, capaz me despiden, y es el fin. Entro con miedo, pero no dejo que mi rostro se note, y hay varias personas sentadas.

—Puedes sentarte, Alex —me dice Sandra, la gerente general. Hago caso y escojo una silla en la esquina lejos de los demás—. Como podrán ver, esto se ha salido de control. Aquí ya somos adultos como para estar con niñerías, cosa que no va ajustada a nuestras políticas.

—Hemos estado trabajando duro y honestamente, ella se atrasa demasiado. Los clientes quieren tener todo a tiempo, tampoco podemos perderlos porque ella no sabe trabajar rápido. —Marie es una hija de su grandísima madre, ella sabe que le piso los talones y es una envidiosa de mierda—. Nosotros somos un equipo excelente, como para que venga ella y quiera lucirse.

—Renuncio —digo con voz ronca—. Solo espero, Marie, Wendy, Alicia, Tomás, que sigan envidiando gente, porque jamás van a llegar lejos. Y espero haberles entretenido con mis chismes, porque al menos no soy una prostituta barata como cierta gente.

Sandra quiere detenerme, pero ya es demasiado tarde. Así que me voy de ahí, previamente tomando mis cosas del escritorio. Si bien es una decisión bastante arriesgada, no voy a permitir que ninguna persona me falte el respeto, por lo que es mejor desligarse y comenzar desde cero. Aprovecho y voy hacia un café cercano para matar mi ira con dulce. Pido una tarta de fresas, un profiterol, agua y un jugo natural de naranja, ¿combinación rara? ¡Sí!, y soy muy feliz con eso. Me siento en la esquina, de pronto me salen lágrimas y agacho la cabeza para que nadie me vea, busco mi suéter con capucha y al tenerlo ya nadie puede verme, por lo que dejo que todo fluya.

—Estoy agotado, de verdad, necesito respirar aire fresco —oigo voces conocidas, al alzar la mirada observo que los hermanos de Nick andan en una mesa cercana y parecen disfrutar sus cafés y postres.

—¿Y cómo vas con Rosalie? —le pregunta Zack a Justin.

—Pues, no está mal, es solo que...no sé. Igual no estoy apresurado a nada...

Dejo de escuchar cuando mi cel suena y veo dos mensajes de Nick:

"Hola, ¿cómo estás?, te fui a buscar en la oficina, para cenar,

pero me dijeron que te habías ido y ya no estabas ahí como empleada"

"¿Pasó algo malo? ¿En dónde estás?"

"¡ALEX!, ¿en dónde estás?"

"No es nada, ando en un café. No te preocupes" -le escribo.

"Pásame la dirección"

Le envío la dirección de Google Maps, y guardo el cel en el suéter. Sigo comiendo el postre, sin prestarle atención a la conversación de nadie. Si bien mi decisión fue demasiado precipitada, siento que no puedo estar en un sitio donde no pertenezco, qué me costara encontrar algo por las fechas, es cierto; no me daré por vencida por nada del mundo y veré como hago para conseguir dinero, ahorrar y buscar productoras por ahí. Ni siquiera le he dicho a mis papás porque capaz me van a regañar y preocuparse a la vez, así que prefiero mantenerlo en secreto hasta que se me pase la ira y el odio.

Nick llega a los cinco minutos, y va directo hacia la mesa donde estoy.

—¿Por qué lo hiciste? ¿Y ahora qué harás? —pregunta preocupado.

Rápidamente, le echo el cuento completo, me escucha atento mientras voy relatando los hechos, no sé si va a comprenderme o no, pero de solo contarlo; explotar todo lo que tengo en la mente, obviamente en una voz más baja, porque la gente aunque no le importes, igual si uno grita o algo, pueden pensar cosas que no van al caso.

—Si bien, no es algo recomendable, porque nadie es más que tú, ni tú eres mejor que nadie. ¿Pudiste hablar con tu supervisor?

—Sandra puede hacer algo, igual tiene mucho trabajo y es cierto que me retrase. Pero yo también cometí errores y si me retrase, pero no era para que me acosaran, el ambiente era demasiado tóxico.

—Comprendo, y a nadie le deseo que pasen por eso. ¿Hay manera de buscar en esta fecha? ¿Así sea online? Tengo contactos, pero no sé si están en la búsqueda.

—Voy a tener que hacer otras cosas, tengo experiencia en otras áreas, puedo probar en restaurantes, pastelerías, vender mis dibujos, no sé. Ya no sé ni que pensar de nada.

—Okey, buscaremos la solución, ¿sí?

—Gracias.

—Bien, ¿qué quieres hacer?

—Comer helado, ver una peli, llamar a mis papás, deben saberlo.

—Muy bien. ¡Vamos!

Pido para llevar otros postres, necesito mucho dulce para animarme. Dicen que volver a comenzar también es importante, así aprendemos de los errores y corregimos algunos.

—Hermano de la vida —Los chicos ven a su hermano—, por cierto, ¿irás a la casa hoy? Liam y Benjamín llegaron hoy.

—No, me iré a mi departamento, mañana será que los veré. Hoy no estoy disponible.

¿Cómo que ir al departamento de Nick? ¿O son ideas mías? ¿O estoy pensando cosas que no debería?

Sus hermanos me miran y alzan la ceja como pensando lo que pudiese ocurrir, pero no dicen nada. Sus risas se escuchan cuando salimos del local.

—¿Podemos ir al super?, necesito comprar algunas cosas —le digo con voz suave, cosa que nunca pasa.

—No es necesario, iremos a mi departamento. Tengo helado de sobra.

—¿Cómo?, Nick, apenas nos conocemos, eso es ir demasiado rápido, ¿no crees? —le digo en modo serio—. Necesitamos, no sé, conocernos más.

—¿Qué más te voy a conocer?, hemos ido lo más pausado posible y ya conozco varias cosas, es verdad que nunca terminas de conocer a alguien, pero quiero estar contigo y hablo muy en serio. Quiero merecerte, consentirte, apreciarte; estar contigo en las buenas, en las malas, en todo —dice con voz gruesa, de esa que me eriza la piel por completo—. Y no seas pervertida, no haremos nada de lo que no te sientas cómoda. Lo que sí quiero es conocer esos labios tuyos.

Trago saliva ante lo que dice. Entre la renuncia, sentirme mal, Nick con sus comentarios, y ni siquiera son las nueve de la noche. Aun falta día, y honestamente no sé cómo será.

Pasamos por mi casa para buscar ropa, obviamente él se queda abajo esperándome, mi casa está hecha un desastre, de tantas cosas en la cabeza, no me ha dado tiempo de limpiar como se debe. Paso todo a mi mochila, ingresó ropa deportiva, interior, una pijama, y un jeans y una blusa. Cierro el departamento y bajo. 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top