Epílogo

Bueno, hemos llegado al final de esta bonita historia y por ello quiero agradecerle a todos los que leyeron, votaron y comentaron, que me impulsaron a seguir. Un gran agradecimiento principalmente a los que comentan, realmente son los que más ganas dan de seguir escribiendo y un enorme gracias a:

Niall_Pajero_Shipper * LuisaConejo * VivianSanchez0 * ElizabethHernande381 * Ela_Ap * LastSunsetOfSummer * ErikaAnrique * akucintakamunery * PanicAtTheWinchester * Merciiich * SabryCarranza * MaryPlaza8 * ElGatoDeAlicia * MagnusNoizLightwood * AguamarinaTurqueza * FukaOzmafia * diana902603 * Lovelightwood008 * Montser257 * vancitylightwood * poKerFace_blue * ShamiiGnr * Lu2249 * bezariuz * Amihne * crisalecbloom * Nahirosa123 * RebeFernandez5 * noesisromy * sadimila * CarolinaMedina503 * Malec-Inmortal-21

Espero que la hayan disfrutado tanto como yo y que sigan leyendo y siguiendo mis otras historias y las nuevas por venir (al final resumen de la nueva historia)

Sin más que decir, disfruten el final ....


Magnus POV

Estar de gira con Alexander era maravilloso, pero como todas las cosas, eventualmente terminó. Magnus decidió que dado que Alec pasó las últimas semanas en su mundo, era su turno el volver al mundo de Alec de nuevo. Así que volvieron a Tofino y Magnus fue reintroducido a su familia en una cena, esta vez como el cantante pop internacional que era.

– Mucho gusto, Magnus Bane, – dijo Maryse, haciendo énfasis en su apellido mientras sacudía su mano.

– Ah si, lo siento, – replicó Magnus tímidamente.

– Yo pienso que fue algo divertido, – dijo Robert mientras les guiaba a la sala. – Quiero decir cuantas veces resulta que una estrella pop esta en tu sala. –

– ¡Al cual tu reconociste y no le dijiste a nadie! – gritó Izzy detrás de Alec.

– Okey, ¿quién te dijo? – demandó Robert.

– ¡No importa! – exclamó Izzy. El tema había salido durante el tour, pero estaba seguro que había sido Alec en que le había dicho a Izzy, aunque no tenía planes de infórmale eso a Robert. Robert suspiro.

– ¡Me burlaré de ello hasta el final! – declaró Izzy. Robert gruño, poniendo sus manos en su rostro.

– Lo hará papá, – dijo Alec interviniendo. – Ah estado burlándose de mi desde que llegó a Vancouver. Sin mencionar que ¡ha estado viendo como mil veces el estúpido beso! –

– ¡No fue estúpido! – dijo Magnus con un puchero. Alexander no sabía, pero a veces durante la gira, se escabullía para ver el "estúpido" beso con Izzy.

– ¡Está en youtube! – gritó Izzy. – El momento más loco de mi hermano y lo tengo en video. – Izzy suspiró feliz.

– Eso fue bastante valiente, tengo que confesar, – dijo Maryse sonriendo.

– ¡Tu no! – Alec gruñó, volteando para esconder su cara en el hombro de Magnus.

– Alexander, – dijo Maryse. – Fue un gesto bastante romántico, además, ¿qué pensabas que iba a pasar con tantas cámaras alrededor? –

– No estaba realmente pensando en ese momento, – masculló Alec contra su hombro. Robert rió y todos se le unieron, pero había un claro afecto en esa risa. Aun no se acostumbraba al sentimiento de calidez creado cuando una familia estaba junta. Amaba la forma tan unida que era la familia de Alec y como todos estaban dispuestos a incluirle. Lo que más quería era llegar a acostumbrarse a ese sentimiento.

– ¡La cena se servirá en diez minutos! – dijo Maryse mientras volvía a la cocina. – Hablen mientras tanto.

La conversación casual siguió, consistiendo principalmente en Izzy hablando de las cosas maravillosas que vio durante la gira, hasta que se sentaron a cenar la maravillosa comida de Maryse. Luego comenzaron las burlas hacía Izzy y su poca habilidad para la cocina. Después hablaron sobre la tienda de surf y como lo que llamaron "la fama de Magnus" estaba finalmente terminando.

– Tuvimos que contratar a gente que nos ayudara cuando se fueron, – explicó Maryse. – Y se están adaptando bastante bien. –

– ¿Eso significa que ya puedo tener mi vida? – preguntó Izzy bromeando. – ¿No más medios turnos? –

– Nunca te asigné un medio turno que tu no pidieras, – le dijo Maryse.

– ¿Es mi culpa que el salón de belleza no tuviera otro horario? – se quejó Izzy. Todos rieron y la conversación siguió. Paso otro cuarto de hora hasta que Robert habló.

– ¿Y dónde está Jace? – preguntó Robert. – Usualmente aparece cuando hay comida. –

– Nuestro Jace se encuentra en una relación a distancia, – explicó Alec. – Y ahora esta en skype con Clary. –

– ¿Quién es Clary? –preguntó Maryse.

– Mi maquillista, – explicó Magnus. – Se conocieron en la gira. –

– Oh, que lindo, – dijo Maryse. – Aunque con Jace, siempre pierdo la pista, lo siento. –

– Parece más determinado de lo normal mamá. – dijo Alec. – Tengo el presentimiento de que esta vez será diferente. –

La conversación fluyó fácilmente mientras comían. Hubo un momento en que se burlaron de Jace, dado que no estaba ahí para defenderse. Mientras todos terminaban de comer, se encontraron demasiado llenos para seguir hablando.

– ¡Estoy tan llena! – dijo Izzy, apartando su plato.

– ¿Demasiado llena para el postre? – preguntó su madre.

– ¡Nunca para el postre! – dijo ella.

– Lo suponía, – replicó Maryse antes de levantarse y dirigirse a la cocina. Regresó con un pay casero. Nadie habló mientras se inhalaba el delicioso olor del postre. Cuando terminaron, todos le dieron cumplidos a Maryse y se dirigieron a la sala. Magnus se sentó con Alec en el sillón, con su novio descansando su cabeza en su hombro.

– Comí demasiado, – masculló Alec mientras se acurrucaba más cerca de él.

– Yo también, – concordó Magnus. Hubo una ligera conversación mientras la comida hacía digestión. El cielo se oscureció y ya era bastante tarde cuando Alec y Magnus se dieron cuenta de la hora.

– ¿Te quedarás en la casa de Alec? – preguntó Maryse mientras se preparaban para marcharse.

– Si, – respondió Magnus.

– ¿Por cuánto tiempo? – preguntó Maryse.

– ¿Preocupada de que secuestre a tu hijo de nuevo? – preguntó Magnus.

Maryse se rió. – Quizá. –

Magnus se acercó a Maryse y le susurró para que Alec no escuchara. – Por el tiempo que Alec me quiera. – Ella le sonrió y le besó en la mejilla.

– Gracias, – le dijo ella.

– ¿Por qué? – susurró Magnus de vuelta.

– ¿Quieres una lista? – le dijo sonriendo. – Has enriquecido la vida de mis hijos. –

– Cualquier cosa por Alexander, – susurró Magnus de vuelta volteándose rápidamente antes de que ella pudiera responder. Estaba un poco avergonzado de tener su corazón en la mano con los padres de Alec, pero no se arrepentía de nada.

Después de muchos abrazos y promesas de regresar a cenar pronto, se fueron, caminando de la mano al auto de Alec. El camino de regreso fue corto. Magnus encontró extraño el vivir en un lugar donde tomara tan poco tiempo viajar de un lado a otro, pero en una buena forma. ¿Quién quiere gastar el tiempo en tránsito de todas formas?

Cuando entraron a la casa de Alec, vieron a Jace sentado con su computadora en sus rodillas. Magnus le dijo hola a Clary en la pantalla y caminó hacía la habitación de Alec. Ambos estaban cansados y después de cambiarse rápidamente se fueron a la cama, con Alec a su lado.

– Magnus, – susurró Alec en la oscuridad.

– Si, – susurró Magnus de vuelta.

– Yo...– Alec inició pero se detuvo. Magnus podía sentir el latido de su novio y su sonrojo y se preguntó que sería lo que Alec le intentaba decir.

– ¿Si Alec? – Magnus le animó. – Sabes que me puedes decir cualquier cosa. –

– Lo se, – dijo Alec. – Es solo que es algo que tuve que haberte dicho hace mucho tiempo. –

– Oh, – inquirió Magnus. – ¿Y que es, amor? –

– Bueno es eso, – replicó Alec. – Es... amor. Te amo Magnus. Creo ya lo hago desde hace un tiempo. – Magnus sintió una calidez en su corazón y apretó al hombre en sus brazos.

– Lo se, – susurró Magnus de vuelta. – Tus acciones hablan más fuerte que tus palabras, cariño. Supe que me amabas en el momento en que me besaste en ese escenario. –

– ¿De verdad? – preguntó Alec. Magnus podía sentir la sonrisa en su voz.

– Si, – dijo Magnus dulcemente, besándole la cabeza a Alec. – Y yo también te amo. –

Alec rió. – Lo supiste primero que yo, entonces. – Magnus chasqueó. No había nada más que decir mientras se acurrucaban y dormían en brazos del otro.

Magnus se quedó en Tofino después de todo. Vivía con un malhumorado Jace que extrañaba a cierta pelirroja, y su perfecto novio que compensaba por el molesto compañero. Despertar con Alec cada mañana era como un sueño hecho realidad. Había hecho dos giras en menos de un año, así que se merecía un descanso. Ragnor tendría que lidiar con ello.

Después de todo, Magnus era feliz viviendo con Alec, o bueno, eso fue hasta que Jace anunció que el y Clary estaban hartos de la distancia y que ella vendría a quedarse con él. Eso se sintió como una señal. Magnus y Alec habían estado viviendo en Tofino por casi siete meses cuando Clary apareció en la puerta con su sombra, Simon Lewis. Eso fue algo que aparentemente Jace no esperó. Para su buena suerte, Izzy estaba más que feliz distrayendo a Simon cuando Jace quería tiempo con Clary.

La casa de Alec de repente se sentía demasiado llena y Magnus se dio cuenta que no podía ignorar sus responsabilidades por siempre.

Alec accedió a que era tiempo de un cambio y se fueron a vivir juntos a Londres. La primera impresión de Alec sobre su departamento fue que era demasiado lujoso y caro. Magnus podía sentir que Alec estaba menos cómodo ahí que en Tofino. A pesar de que Alec se veía determinado a acostumbrarse a ello, lo cual encontró demasiado dulce. Le tomó un tiempo pero al final Alec se acostumbro a la vida lujosa.

Ragnor estaba más que feliz de que hubiera vuelto a casa e inmediatamente comenzó a planear apariciones públicas para hablar sobre nuevas ideas para el álbum. Aunque Magnus no tenía prisa. Disfrutaba de ver Londres a través de los ojos de Alexander. Le presentó a Will y a Tessa y se ganó inmediatamente a los sobrinos de Magnus, James y Lucie.

Eventualmente, Ragnor logró que se pusiera a trabajar en otro álbum, así que él y Alec pasaban varias horas juntas en el cuarto de música. Alec era bueno tanto para darle inspiración como para aportar ideas. También le ayudaba con las letras o a escribirlas. Magnus amaba trabajar con Alec en su música y se tomaron su tiempo para crear el álbum perfecto. Magnus no tenía prisa por terminarlo. Compartir su pasión con el hombre que amaba era su idea de paraiso.

En vez de dedicarle el nuevo álbum a Alexander, el álbum fue escrito en parte por él. Dado que el hashtag "Malec on stage" se volvió trending topic en twitter, Alec sucumbió a la presión e hizo su aparición en el escenario durante el nuevo tour. Para su sorpresa, lo encontró realmente divertido aunque ya no volvió a besarle de nuevo en el escenario.

Clary invitó a su novio a ir con ella al tour. Las cosas con Alec habían sido nuevas y extrañas durante la primer gira, por eso fue que invito a Izzy y a Jace, pero ahora Alec se sentía más cómodo, confesaba que ahora hubiera preferido que el rubio se quedara en casa. Solo agradecía que el mejor amigo de Clary, Simon, no tuviera un trabajo en su personal o de otra manera probablemente Izzy también estaría aquí. Lo que nunca sabría es que rayos hizo un nerd como Simon para enamorar a una mujer como Izzy.

Después de su último concierto de la gira, Magnus y Alec se retiraron al tráiler. Alec se veía aliviado y cansado, algo que él también sentía, pero había algo más en la expresión de Alec.

– ¿Qué pasa, Alexander? –preguntó Magnus.

– Es solo que, – dijo Alec mordiendo su labio. – Extraño un poco casa. –

– ¿Por qué no volvemos mañana a Tofino? – sugirió Magnus.

– Si, pero Clary y Jace también estarán de camino, – se quejó Alec. – No quiero volver a vivir con ellos. –

– Yo tampoco, – bufó Magnus. – ¿Por qué no buscamos un lugar para nosotros? –

– ¿Juntos? – preguntó Alec y Magnus asintió. – Pero no he trabajado en mucho tiempo, – argumentó Alec. – Quiero decir, ha pasado casi un año desde que vivimos en Londres, escribiendo el álbum y la gira. ¡Ni siquiera estoy seguro de que tenga un trabajo volviendo a casa! –

– Tu mamá es la jefa, – le recordó Magnus. –Créeme, tu trabajo estará ahí cuando lo quieras. –

– Si pero mamá no se puede permitir contratarme a por delante de su nuevo personal, – dijo Alec. – Y necesitaría más de un trabajo para poder permitirme uno de los lugares que tu rentas. –

– Alec, – le susurró Magnus, sonriéndole a su novio por su bonita ignorancia. – Tu has estado trabajando estos últimos meses. Eres coescritor del álbum y fuiste parte del tour. –

– Pero eso fue por diversión, – dijo Alec. – Eso no cuenta. –

– Al menos que tu mamá te pague con monedas de oro, – le explicó Magnus. – Estoy seguro que tu diversión te hará ganar mucho más dinero del que tu trabajo alguna vez te dio. –

– ¿Qué? – preguntó Alec sorprendido.

– ¿No te diste cuenta que trabajar en el álbum te iba a dar regalías? – Alec negó con la cabeza, con la boca un poco abierta. – ¿Creíste que aceptaría tu ayuda sin darte nada a cambio? –

– Yo solo nunca pensé en eso, – dijo Alec.

– Y esa es una de las muchas razones por las que te amo, – dijo Magnus riendo. Desde que su relación había comenzado, sabía que Alec no estaba con él por su dinero, pero cada vez que Alec hacía algo como eso, se lo recordaba aun más. Alec había estado ayudándole y no había pensado en el valor monetario que eso pudiera tener.

– Yo también te amo, – respondió Magnus. – Y no estaba pensando en rentar un lugar en Tofino, – continuó. – Estaba pensando más en comprar uno, contigo. –

– ¿Comprar una casa juntos? – preguntó Alec.

– Si es lo que tu quieres, – replicó, asustado de haber ido demasiado lejos.

– Lo es, – respondió Alec rápidamente. Magnus sonrió y beso a su novio apasionadamente en el sofá de brillos.

Al siguiente día volaron hacía Tofino y fueron recibidos por los felices Lightwoods. Robert y Maryse había extrañado a su hijo y querían escuchar todo sobre su viaje. Magnus caminó detrás de ellos mientras los brazos de su novio eran ocupados por sus padres. Magnus decidió que era lo justo ya que él había tenido a Alec para el solito por casi un año.

Condujeron a la casa de los padres de Alec, aun con sus padres en modo interrogatorio. Alec no paró de hablar desde que se subieron ya que no paraban de hacerle preguntas. Cuando llegaron, Max estaba emocionado de ver a Alec. La felicidad de Alec al ver a su hermano pequeño le hizo darse cuenta que no debería mantener alejado a Alec de su hogar por tanto tiempo. Se prometió a si mismo no volverlo a hacer. Alexander era su hogar ahora; y no le preocupaba donde vivieran, mientras estuvieran juntos.

Durmieron en la casa de los padres de Alec esa noche, después de que Alec les dijera a sus padres sus planes de comprar una casa. Magnus le había mensajeado a una agente de vienes el día anterior que llegaran a Tofino, y se iban a reunir con ella mañana en la mañana.

Buscar casa con Alexander fue una experiencia bastante extraña. Primero, porque Alexander estaba impresionado por los presupuestos, aun sabiendo que gran parte de ello era de Alec por las regalías del disco. Luego, porque todas las casas hacían que Alec abriera los ojos en shock. En Tofino se podía conseguir mucho más con un millón de dólares que en Londres. Las casas que Magnus quería ver tenían albercas y patios y las casas que Alec quería ver solo tenían dos baños.

Dándose cuenta de que la búsqueda tomaría más de lo que había planeado, consiguieron una habitación de hotel para quedarse mientras seguían buscando. Era la compra más complicada de propiedades que había hecho Magnus, pero finalmente consiguieron una casa lo suficientemente lujosa para él y hogareña para Alec. Magnus sugirió poner la casa a nombre de Alec, pero este no estuvo de acuerdo, diciendo que los beneficios para los primeros compradores realmente no importaban dado que la casa no era tan cara como las otras.

– Quiero que tenga nuestros nombres, – Alec sentenció.

– Si insistes, – replicó Magnus. – Pero solo intentaba pensar en formas que la casa saliera más barata, dado que el precio te preocupa demasiado, – Alec le enseñó la lengua y Magnus aprovecho la oportunidad para jalar a Alec a un beso, explorando su boca y su linda lengua. – Tengo que admitir que me gusta la idea de nuestros nombres en una casa, – Magnus ronroneó en la oreja de Alec.

Eso había terminado con ambos perdiendo la ropa y olvidando llamar a la agente de vienes raíces para comunicarle lo que habían decidido.

Cuando finalmente se mudaron, ahora tocaba decorar la casa. Este era el primer lugar que les pertenecía ambos. Técnicamente habían pasado toda su relación viviendo juntos, pero uno siempre había sido el invitado o ambos habían sido invitados, cuando se quedaban en hoteles. Aquí, ambos podían agregar elementos de su propio gusto al hogar. Magnus amaba el brillo y Alec amaba el océano. Magnus tenía un cuarto de música y Alec tenía un cuarto que aun tenía que darle nombre. Por el momento, Magnus le llamaba oficina de Alec, pero la única decoración que tenía era su tabla de surfear y un montón de cajas, la cual ninguna contenía muebles. Había una cancha de basquetbol detrás y Max venía seguido a jugar. Sospechó que esa era la principal razón por la que Alec había querido esa casa.

Magnus había vivido en tantos lugares pero su hogar en Tofino rápidamente se volvió su favorito en todo el mundo.

– Sabes, – le dijo Magnus a Alec una mañana durante el desayuno. – Esto podría sonar bastante radical, pero creo que necesitamos una mascota. –

– Pero nunca has tenido una mascota, – le recordó Alec.

– Eso era solo porque siempre estaba viajando y no era capaz de cuidar a una, – le explicó Magnus. – Pero ahora ya me siento con ganas de echar raíces. –

– Oh así que comprar una casa no es echar raíces, – Alec se rió. – ¿Pero comprar una mascota si? –

– Exactamente, – confirmó Magnus. Se levantó de su silla y jaló a su novio para besarle. – Creo que un gato nos vendría bastante bien. ¡Podríamos llamarle Presidente Miau! ¡Oh el Gran Catsby! –

– Idiota, – dijo Alec riendo.

– Tu idiota, – le corrigió Magnus.

Ya habían pasado tres años desde que Magnus Bane había sido besado en el escenario públicamente por Alexander Lightwood y esos tres años, habían sido los mejores de sus vidas.







Nueva historia!!

Se que les llevo prometiendo la sinopsis desde hace rato, pero les dejaré en si un pequeño resumen de lo que trata (sinopsis no oficial). Esta historia es de almas gemelas:

Alexander Lightwood es un chico rico que vive en la aristocracia (casi como nobleza), mientras que Magnus Bane es como parte de la plebe. Alexander tiene un secreto, es gay. Y lo que más teme es que a la edad de 18 años le saldrá su marca de alma gemela, las cuales son las iniciales de tu destinado, y teme que sean las de un hombre. Y ps ya se imaginarán cuales son las iniciales. Así que ambos tendrán que pasar por varias pruebas, aprender lo que es amar y convencer a todos que lo que tienen es amor. 

Mañana publico la primera parte (:

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