17. Gira

Alec POV

Alec estaba sentado detrás del escenario mientras escuchaba a Magnus cantar. La diferencia entre la forma que cantaba ahora y como cantaba cuando entró a la arena, era increíble. Antes había habido un dolor escondido en las notas que salían de su voz, pero ahora, se escuchaba su voz fuerte. No podía creer que no lo hubiera notado antes. Magnus estaba exaltado por su presencia y Alec no podía haber estado más equivocado al pensar que alguien como Magnus no podía llegar a querer a alguien como él. Simplemente había sido estúpido, despistado y miedoso.

Hoy, sin embargo, estaba orgulloso de si mismo, por venir hasta aquí y seguir a su corazón cuando la multitud le había alzado al escenario. Besar a Magnus en frente de tanta gente, y probablemente tantas cámaras, había sido lo más valiente que había hecho hasta ahora. Sin importar que pasara cuando Magnus se reuniera con él, no se arrepentía de nada de lo que había hecho. No era que estuviera esperando malas noticias cuando Magnus regresara, solo que no podía asumir que el hecho de que Magnus aceptara el beso en el escenario fuera a significar que todo estaba bien. Realmente herido a Magnus y ahora vivían en mundos completamente distintos. Aun había muchas cosas de las cuales hablar.

La música continuó y pude evitar deleitarse con ella. Escuchar el álbum grabado había sido demasiado emocional, pero escuchar a Magnus cantarlo con tanta energía era otra cosa. Alec se encontró en un hechizo, con los ojos cerrados, dejando que la música llenara sus sentidos. Rió cuando Magnus le habló a la gente disculpándose por cantar una canción triste con tan buen humor.

Cuando Alec escuchó que el concierto había terminado, supo que Magnus ya venía, y no pudo evitar ponerse nervioso. ¿Qué debería decir? ¿Por qué las palabras siempre le fallaban? Magnus vino hacía el corriendo con una gran sonrisa en su rostro y Alec sintió como esa sonrisa desvanecía sus nervios. Incluso aunque aun no supiera que le iba a decir, la expresión de felicidad de Magnus disminuyó su ansiedad.

– Magnus, – susurró Alec, levantándose de la silla. – Tu música... – quería decir tantas cosas. No tenía las palabras para explicarle a Magnus lo magnífica que era su música, y como le llegó al alma. Quizá era porque las canciones hablaban de su amor o quizá era el como Magnus capturaba su romance perfectamente en esas líneas. Aun así, en ese momento, todo lo que Alec quería hacer era decirle a Magnus lo exquisita que era su música. El sentimiento de jubilo que sentía en su pecho era difícil de describir y Magnus habló antes de que Alec pudiera decidir que decir después.

– Es para ti, – dijo Magnus suavemente, mientras ponía su mano en la de Alec y la otra en su mejilla. Alec ya lo había asumido, basándose en la letra, pero el escuchar que Magnus lo confirmaba le hizo sonreír. Cada movimiento que Magnus hacía le mostraba que no estaba enojado con él. Su lenguaje corporal era abierto y acogedor, pero aun así, necesitaba aclarar las cosas.

– Lo siento Magnus, – dijo Alec. – Nunca supe, quiero decir, yo no entendía...– De nuevo estaba frustrado de no poder encontrar las palabras. Magnus había escrito un álbum entero lleno de palabras significativas y Alec no podía formular una simple oración para explicar lo cobarde que había sido. ¿Por qué es más fácil escribir un poema que decirle a alguien de frente lo que sientes?

– Te debí haber dicho quien era, – replicó Magnus, claramente no entendiendo lo que Alec quería decir, pero estaba bien. – Solo estaba asustado de que al decírtelo te fuera a perder. –

– Que fue lo que paso, – masculló Alec. – Así que supongo que no te puedo culpar por ello, –

– Pero viniste esta noche, – replicó Magnus, Alec asintió, con el cambió de tema, supo que Magnus no quería hablar del pasado, así que lo dejo ir

– Si, – masculló Alec mirando a sus pies automáticamente. – Pero yo nunca hago cosas así. Simplemente me subí al coche y...– Magnus gentilmente levantó su rostro con un dedo bajo su barbilla e hizo que le mirara

– ¿Qué te hizo subirte al auto? – preguntó Magnus.

– Tu álbum, – replicó Alec, mirándole directamente a los ojos. – Te extrañé demasiado cuando te fuiste, pero me convencí a mi mismo que tu no me extrañabas, no había forma. Traté de no pensar en ello pero cuando mi papá me mostró tu álbum, me di cuenta que había captado todo mal. – Bien, finalmente había podido decir algo.

– Recuérdame agradecerle a Robert, – se rió Magnus. No estaba seguro de que debía decir ahora, pero antes de que pudiera pensar en algo, el dedo de Magnus pasó por sus labios. Alec estaba mirando la boca de Magnus y lo siguiente que supo es que se estaban besando de nuevo. Alec cerró los ojos y enrolló sus brazos alrededor de Magnus, respondiendo el beso.

– Te amo, Alexander Lightwood, – susurró Magnus en su oído mientras rompían el beso. Alec jadeó de pura sorpresa. A penas había comprendido que Magnus encontraba su tiempo juntos igual de significativo que él, pero escuchar eso, dicho con tanta convicción, hizo girar su cabeza. Sintió un ligero beso en su mejilla antes de escuchar la gentil voz de Magnus agregar. – Solo pensé que deberías saberlo. –

Ahora Alec estaba viendo directamente a los ojos de Magnus, sus naturales ojos color avellana con puntos verdes. La expresión de su rostro le hizo creerle completamente, sobre las palabras antes dichas. Abrumado por el agradecimiento de que no solo le había perdonado tan fácilmente, si no también por amarle aun después de tantos meses separados, le llegó, e hizo que le jalara y le besara más profundamente. Moviendo sus labios con los de Magnus y sosteniéndolo cerca, traje alegría a su corazón, pero sabía que le debía a Magnus más que un simple beso en respuesta.

– No tengo idea de que fue lo que hiciste conmigo, – dijo suavemente al terminar el beso. – Pero no quiero estar lejos de mi. No quiero dejarte ir nunca más. –

– Oh, en eso estamos de acuerdo, – dijo Magnus mientras enrollaba sus brazos alrededor de Alexander, sosteniéndolo fuertemente. Alec se relajó en sus brazos. Incluso sino lo había dicho de vuelta en ese momento, Magnus seguía ahí. Alec sabía que ahí era a donde pertenecía, tener a Magnus en sus brazos le hacía sentir completo, pero era demasiado en tan poco tiempo. Quería detener un poco las cosas. Solo justo esta mañana, se había levantado de su cama soltero y tratando de olvidar al hombre que había puesto de cabeza su vida, y ahora estaba ahí, en los brazos de ese mismo hombre a varios cientos de kilómetros de casa.

– Con el puro interés de no dejarte ir, – habló Magnus después de un momento. – Tengo una idea, – Alec esperó a que Magnus continuara. – Mira, mañana me tengo que ir a Londres. –

– Lo se, – dijo Alec. – Es por eso que me apresuré a venir hasta aa. Sabía que si me perdía este concierto, no te abría podido encontrar tan fácilmente. –

– Me preguntaste si yo te estaba esperando esta noche, – dijo Magnus. – Y tengo que confesar que en cierta forma si. La proximidad de Vancouver contigo es la razón por la que escogí esta ciudad para mi primer concierto. –

– Esperanza, – replicó Alec con un tono de entendimiento.

– Si, tenía esperanza, es verdad. – Magnus sonrió. Besó suavemente a Alec y luego agregó. – Lo que resulto no ser en vano, pero Alexander, ¿te gustaría venir al conmigo al tour? –

Alec solo pestañó varias veces como si Magnus le hubiera hablado en griego. Alec no había pensado mucho en lo que pasaría después. Magnus pareció tomar su silencio como algo malo porque agregó.

– No tendrías que estar en el escenario, al menos que quieras, el beso fue realmente un muy bonito momento pero de todas formas...– Magnus ahora estaba balbuceando. – Solo tendrías que viajar con el personal y conmigo. Podrás ver un montón de lugares interesantes y no tendríamos que despedirnos, – Magnus pausó de nuevo pero continuó al ver que Alec no decía nada. – Invita a Jace y a Izzy a que vengan también si quieres. Incluso a Robert. Quizá tu mamá pueda contratar a gente fuera de la familia para que se haga cargo del negocio, – se rió nerviosamente asustado por la falta de respuesta.

Alec sabía que debía decir algo, pero por el momento, no podía.

– Solo no quiero estar lejos de ti y no puedo cancelar mi gira en tan poco tiempo, – y Alec pudo ver que el cancelar el tour realmente había pasado por la mente de Magnus. Sonrió. ¿Cómo no había podido ver la forma en que este hombre le amaba? Luego pensó sobre realmente viajar a Europa. Ir a Inglaterra mañana. Sus ojos se abrieron. Eso sería una aventura completamente diferente que el solo subirse a su auto y tomar un ferri. Nunca se había subido a un avión. De hecho, hoy era lo más lejos que había viajado de su hogar. Pero, de nuevo, ¿qué había esperado cuando había decidido venir? Ya sabía que Magnus se iría mañana. Había estado tan enfocado en ver de nuevo a Magnus y reparar lo que había arruinado, que la idea de un mañana no se le había pasado por la mente ni una vez. Este plan era tan maravilloso y tan loco al mismo tiempo. – Se que te estoy pidiendo demasiado, – susurró Magnus. – Y que puede que estés ocupado, pero por favor di algo. –

– Oh, – dijo Alec, cuando se dio cuenta del tiempo que se había quedado en silencio. – N-no recuerdo si renové mi pasaporte. –

– Oh, – dijo Magnus tristemente y Alec se dio cuenta que eso sonó como si estuviera poniendo escusas.

– ¿Puedo ir aun si mi pasaporte ha expirado? – preguntó Alec. Okey, eso estaba un poco mejor.

Magnus tomó una profunda respiración antes de decir. – Alexander, antes de que me vuelva loco, por favor, solo dime ¿si quieres venir conmigo o no? – Había un ruego en la mirada de Magnus. Alec ya había decidido ir y había brincado al siguiente problema sin siquiera decirle su decisión.

– Lo siento, – masculló Alec, tratando de redimirse. Alec puso una de sus manos en la mejilla de Magnus, acariciándola suavemente antes de decir. – Me encantaría ir a la gira contigo, – La expresión ansiosa de Magnus desapareció, siendo remplazada por una sonrisa de alegría. Cargó a Alec en sus brazos y dio vueltas con el antes de besarle de nuevo. Magnus estaba riendo, casi gritando de emoción. – Tengo que avisar a casa, – dijo Alec rápidamente cuando Magnus le bajo. Buscó en su bolsillo su teléfono con Magnus siendo incapaz de soltarlo.

– Claro, – dijo Magnus, aun sonriendo. – Invítales si quieres. – se detuvo cuando Alec desbloqueó el teléfono. – Pero antes de que llames ¿deberíamos movernos de lugar? – dijo señalando un lugar y la personal que parecía entrar listos para comenzar a limpiar.

– Okey, – dijo Alec, pero antes de guardar su teléfono y seguir a Magnus, le mando un mensaje a Jace.

"Jace, gracias por la charla, la necesitaba. Magnus me invitó a su gira y también a Izzy y a ti si quieren. Voy a llamar a mamá y papá".

Alec cerró su teléfono y miró a Magnus que esperaba por el con su mano extendida, la cual tomó y le siguió. Caminaron tomados de las manos, pasando a su personal, equipo de sonido, y un montón de luces; Alec estaba seguro de que necesitaba otro par de ojos para poder ver todo. Magnus se detuvo en frente de un tráiler con su nombre escrito con brillo en la puerta.

– ¿Te gusta mucho el brillo, verdad? – dijo Alec, mirando al brillante nombre. Ya lo había leído en la página de Wikipedia de Magnus, pero aun no había sido capaz de verlo con sus propios ojos.

– Me encanta, – dijo Magnus sonriendo. Entraron a través de la pequeña puerta, que Magnus cerró tras él. Dentro había un sillón para dos personas con brillo, también un tocador, lo que supuso que era para quitarse el maquillaje, ya que tenía un pequeño lavabo. Había una puerta junto el baño, lo que Magnus le dijo, llevaba al baño.

– Es aun difícil para mi el pensar así de ti, – dijo Alec sacudiendo la cabeza. – Pero tu sillón parece darte la razón. –

– Me conociste sin una gota de maquillaje o brillo, así que tiene sentido. – dijo sonriendo. – Pero mi tiempo en Tofino fue el más largo de mi vida sin usar brillo. –

– Me acostumbraré, – replicó Alec, sin querer que Magnus pensara que algo tan superficial le importara. La idea de que Magnus con y sin brillo eran dos personas distintas había sido ridículo. Alec sabía ahora que solo había sido otro pretexto para sus sentimientos en conflicto. No quería unir al Magnus que conoció con el Magnus que googleo en una misma persona así que los dividió en dos.

Magnus se sentó en su sillón con brillos y gentilmente jaló a Alec con él. – Es aun un sillón para dos aunque tenga brillo, – dijo besándole dulcemente como agradeciéndole por aceptar su obsesión. Cuando se separaron había una extraña admiración en los ojos de Magnus. Estaba mirándole, pero claramente su mente estaba en otra parte.

– ¿Por qué me estás viendo así? – preguntó Alec.

– Oh, por nada, – dijo Magnus. – Solo pensado en las maravillas del universo, – Alec alzó una ceja y Magnus le dio su mejor mirada escéptica. – Oh, bien, – continuo Magnus. – Solo estaba recordando el inicio de mi último tour. En Londres me senté en mi tráiler y hablé con Ragnor sobre lo poco que sabía del tema del que tanto cantaba. Y ahora estoy aquí, sentado contigo, la persona que me enseñó de lo que estaba cantando. –

– Aun me cuesta creerlo, – dijo Alec. La idea de que Magnus le amara aun no la procesaba del todo su cerebro. Magnus supuso de lo que hablaba y le dejó terminar. – Que yo sea el que te haya enseñado eso. –

– Es verdad, – dijo Magnus. – He tenido más parejas, pero Alexander, lo que me haces sentir es nuevo. – Magnus pausó y continuo. – Por la forma en la que nos conocimos, se que estás aquí solo por mi, y no por nada más. – Y Alec tenía que admitir que entendía que salir con alguien mientras la prensa te sigue por todos lados debía ser algo difícil y encontrar a alguien que te viera, y no solo a la fama y lo que representabas, debía ser algo difícil.

– ¿Pero que hay de antes de que fueras famoso? – preguntó Alec. – Me dijiste que habías trabajado en una farmacia. –

Magnus chasqueó la lengua. – ¿Qué tan viejo crees que soy? –

– Yo... – Alec se detuvo. Con toda su búsqueda ese pedacito de información no lo había leído, o quizá no le había dado importancia.

– Trabajé en una farmacia cuando estaba en la secundaria, – explicó Magnus.

– Oh, – dijo Alec, riéndose de si mismo. – Bueno, mi hermana salió con varios chicos en la secundaria. –

– Bueno si, Izzy es un poco más fabulosa que yo, – dijo Magnus. – Yo era el chico pobre sin un papá y que no tenía amigos. Tener citas realmente no era algo a lo que le diera importancia. –

– Y tu mamá, – dijo suavemente. – Dijiste que estuvo enferma mientras estuviste en la secundaria. –

– Lo recuerdas, – susurró Magnus. Alec asintió. Claro que lo recordaba. Se quedaron viéndose a los ojos por un momento. Alec amaba los ojos naturales de Magnus y su piel. Aun tenía un poco de maquillaje en el rostro, pero no el suficiente como para que Alec no pudiera ver la perfecta piel. Magnus le veía de vuelta con la misma expresión de adoración que Alec estaba seguro también tenia. De repente, el sonido del teléfono les hizo brincar.

– Hola, – dijo Alec un poco frenético, al contestar tan rápido que ni vio quien llamaba.

– ¡¿Qué clase de mensaje es ese?! – le gritó Jace por el teléfono.

– Lo siento Jace, – dijo Alec.

– Y no has llamado a Maryse, – dijo Jace.

– Estaba a punto de hacerlo, – dijo Alec, bajando la voz. Se había olvidado completamente de llamar a sus padres.

– ¡A punto! – dijo Jace. – Entonces ¿cuándo podemos Izzy y yo unirnos a la gira? –

– Pronto, – contestó Alec. – Nos vamos mañana a Londres. – Luego cubrió el micrófono con su mano y le susurró a Magnus. – Jace está demasiado animado en unírsenos. –

– Le diré a Clary, – Magnus rió. Alec quitó la mano y trató de captar lo que Jace le estaba diciendo.

– ... Al momento que recibí el mensaje. – continuó Jace. – ¡Fui directamente a decirle a todos! Izzy está realmente emocionada. Hizo un sonido que no estoy del todo seguro que una persona normal pueda hacer. –

– Wow, – suspiró Alec.

– ¡Lo se!, Oh y después de que terminara de romper mis tímpanos dijo que quería saber ¡todo! – dijo Jace riendo. – Dijo que te iba torturar por los detalles. –

– Genial, – gruñó Alec, preguntándose si quizá debería desinvitarlos, pero ya era muy tarde.

–¡Vamos a rentar un auto! – dijo Jace. – ¡Izzy y yo vamos a llegar tan pronto como podamos! –

– Oh, pero ¿quién se va a quedar a manejar la tienda? – preguntó Alec, de repente dándose cuenta de que se estaba robando a todos los trabajadores de sus papás.

– Tus padres dijeron que fuéramos y que no nos preocupáramos, – contestó Jace. – Dijeron que las oportunidades como esas no pasaban siempre y que ellos se las arreglarían. –

– Entonces parece que iremos a Londres, – dijo Alec aun sorprendido.

– ¡Diablos si! – dijo Jace. – Me tengo que ir, – y después colgó.

– Ya están preparándose, – dijo Alec lentamente. – ¿Estás seguro que pueden venir? –

– Si, – dijo Magnus. – Agregar dos personas a la tripulación de nuestro tamaño no es un problema y más importante aun, tu estarás más cómodo con ellos ahí. – Alec le miró y vio en su rostro una sonrisa amable.

– Lo estaré, – confirmó Alec. Quería preguntarle como lo sabía, pero no lo hizo ya que se dio cuenta que la respuesta era simplemente que Magnus le conocía. Alec dejó salir un suspiro y se acurrucó cerca de Magnus, quien lo rodeó con un brazo.

– Estoy tan feliz de que estés aquí, – dijo Magnus besando su cabeza.

– Yo también, – replicó, y de verdad lo estaba.

A pesar de el hecho de que ahora estaba demasiado lejos de su zona de confort, estaba feliz de estar ahí. Era como si la presencia de Magnus le hiciera valiente, capaz de tratar nuevas cosas y expandir sus horizontes. Alec ya no había mandado sus papeles para la universidad e incluso si lo hubiera hecho, los hubiera cancelado, por que sabía que este era el lugar donde debía estar. Pasaron el resto de la tarde juntos en el tráiler de Magnus y por primera vez en mucho tiempo, Alec se quedó dormido en los brazos de Magnus.

Cuando despertó, parecía que había perdido el sentido de la realidad. Debía ser por el increíble sueño que tuvo en la noche. Mantuvo sus ojos cerrados intentando regresar a su sueño.

– Bueno días, – Era la voz de Magnus la cual significaba que seguía soñando. Sonrió pero no abrió los ojos. – Extrañaba esto, – susurró Magnus. – Duermo mucho mejor contigo a mi lado. –

Alec pensó que para ser un sueño, era demasiado real. Sacudió su cabeza y abrió los ojos, esperando que el sueño se desvaneciera, pero no lo hizo. Alec se encontró viendo el techo que estaba demasiado cerca como para ser el suyo. Mientras comenzaba a despertar apropiadamente, recordó que su sueño realmente había pasado ayer. Sonrió y jaló a Magnus para plantarle un beso en los labios.

– Mmm. – dijo Magnus radiante. – Estás muy feliz esta mañana. –

– ¡No fue un sueño! – dijo Alec triunfalmente mientras se sentaba y besaba de nuevo a Magnus.

– Tu eres mi sueño, – respondió Magnus dulcemente.

– Y tu sigues siendo cursi, – dijo Alec de vuelta. Magnus sonrió y enrolló sus brazos alrededor de Alec acostándose de nuevo en la cama. Magnus comenzó a besar su cuello y Alec no pudo evitar jadear.

– Te extrañé, – susurró Magnus contra su piel. – Te extrañé, te extrañé, te extrañé. – dijo acompañando cada palabra con un beso.

No pasó demasiado para que Alec se frustrara de que Magnus no fuera más allá, por lo que apresuró las cosas, haciendo que sus ropas rápidamente terminaran el en suelo. A diferencia de la vez anterior, Alec no se contuvo. Sabía que Magnus le amaba, con cada acción se lo había probado, y sabía que Magnus no se iba a desvanecer en la mañana. Alec no podía tener suficiente de Magnus y sabía que nadie más nunca sería capaz de hacerle sentir esos sentimientos.


Jaja ven que el cap pasado les dije que nada más eran 18 caps? ps les mentí😂 😂 Bueno realmente no les mentí, lo que pasa es que este cap estaba largísimo y decidí dividirlo en 2 partes porque no me dio tiempo de terminar de traducir y tengo un montón de cosas de la escuela. Pero no se preocupen... no les haré esperar 3 días, mañana les subo la parte 2 y bueno para el epílogo si será como siempre, después de tres días.

Así que nos vemos mañana con esta igual y ahora si oficialmente quedan dos capítulos de esta lindísima historia 😭 😭 que espero que les haya gustado tanto como a mi.



PD.... ya tengo una nueva historia para traducir pero esta es un poco más hot 😏 😏 😏 por que no se si se habrán dado cuenta pero tanto esta como la de quizá somos un cuento de hadas se salta esas partes, solo se sobreentiende,  y se que a muchos y muchas les gusta esooo jaja y la historia en si está bastante linda por eso me gustó.

Mañana les subo el cap con la sinopsis ... 



Hasta luegooo!!! 😊

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