21.- Fight n apologize.

No era la primera vez que peleaban, pero sí era la primera vez que su discusión llegó tan lejos que su relación se balanceaba en un delgado hilo.

Fue una pelea irrelevante, ni siquiera recordaban porque inició dicha discusión pese a pasar solo un día. Elsa no recordaba si la culpa era suya o no, solo recordaba la ira que sentía y las palabras hirientes que dijo para contraatacar a Honeymaren.

La northuldra de piel morena vivía la misma situación. Recordaba que había algo que la molesto y por eso inició la pelea, pero no recordaba qué o porqué. Se arrepintió de las cosas feas e injustas que le grito a Elsa en medio de su discusión, sin embargo no hizo nada por silenciarse en su momento.

Quizá ambas eran culpables, tal vez eran inocentes, aunque realmente ya no importaba quien tuviera la culpa o no. Lo importante era disculparse, así que ¿quién se tragaría su orgullo primero?

Elsa con su porte elegante se encaminó hacía Honeymaren con la idea de pedir disculpas, sin embargo ¿cómo pediría perdón por algo que no recordaba? ¿Eso era una disculpa vacía? ¡Al diablo! Exclamó antes de tomar valor y dirigirse hacía el bosque para lamentarse por sus actos y palabras.

Honeymaren tomo un par de flores del suelo y las trato con delicadeza. No esperaba que dichas flores fueran un soborno de perdón, pero deseaba al menos fueran útiles para suavizar el ambiente entre ambas cuando se encontrarán nuevamente.

Se encontraron algunos minutos después. Se miraron de arriba para abajo y se mantuvieron firmes.

Ambas se miraron directamente a los ojos y aunque ambas deseaban pedir perdón, ninguna daba su brazo a torcer.

Honeymaren entrego las flores intentando no verse indiferente, sin embargo la tensión entre ambas seguía alta y el ambiente alrededor suyo se hizo pesado.

Elsa tomo aire y carraspeo su garganta. Habló sin titubeos, su voz claramente mostraba todavía su enfado, pero el tono suave cubrió la sensación.

— Deseo hablar contigo, Honeymaren ¿podemos hacerlo?

La morena asintió, también deseaba hablar con tranquilidad, pero simplemente había una rabia burbujeante en su pecho que ahogaba todos tus intentos por disculparse.

No hablaron por unos minutos, simplemente dejaron que el aire tenso se disolviera antes de abrir los labios.

— Yo me siento realmente apenada por lo que dije - confesó Elsa evitando mirar directamente a su dirección. Eso suavizó un poco el semblante de la northuldra —. Fui completamente inmadura, lo lamento mucho.

— Tranquila. Realmente yo también fui una tonta. Dije cosas crueles que realmente no creo. Perdóname, fue muy injusto lo que te dije.

Elsa reconoció para sí misma que esas palabras la habían lastimado, pero ya no quería recordar aquello.

— Lo que yo te respondí fue peor, nada justifica el modo tan grosero en que te hable.

El aire tenso se disolvió. Elsa relajo su cuerpo y se tiró a la hierba. Honeymaren hizo lo mismo, acercándose un poco más a ella y abrazándola.

— Conclusión: ambas fuimos muy tontas

La ojiazul se rió con suavidad y su sonrisa terminó por deshacer cualquier rastro de rabia en el corazón de Honeymaren.

— Sí, lo fuimos - Elsa miró los ojos oscuros y profundos de Honeymaren, por un segundo se olvidó por completo que había un mundo rodeándola, solo se pudo concentrar en el patrón floreado del iris de su pareja —. La próxima vez que peleemos así, la última en disculparse debería invitar la cena de la tribu.

— ¡Jaja, esta bien! - ambas rieron juntas por un momento y luego sellaron su acuerdo con un profundo beso en los labios de la otra. Observaron el cielo estrellado toda la noche hasta quedar dormidas.

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