15.- Soulmate

La enfermedad de las flores. Afecta a las personas que viven un amor unilateral. Ramas, flores y hojas crecen desde el interior de los pulmones de la víctima, cuando son tocidas hieren su tráquea y la asfixian poco a poco. Sólo existen dos forma de sanar esta enfermedad. Extraer la raíz con cirugía, perder cualquier capacidad de volver a ser feliz o ser correspondido por tu amor.

No era una enfermedad común en Arendelle, pero existían los conocimientos necesarios para atender a cualquier víctima.

Desgraciadamente, ese conocimiento no existía en el bosque encantado, y alguien había caído presa de la enfermedad. Honeymaren.

Tosió con fuerza y sintió su garganta rasgarse cuando escupió las flores de cerezo manchadas con sangre.

Las pisoteo. No podía permitir que nadie se diera cuenta. Lo único que sabían de la enfermedad de las flores en la tribu era lo básico "te crecen flores dentro del cuerpo y morirás poco después". La tribu no tenía las herramientas ni la capacidad para realizar la cirugía y dudaba de que su amor fuera correspondido y decidió quedarse callada esperando con angustia su final.

Pero de alguna forma Elsa, la persona más importante en su vida se había enterado.

— ¡¿La enfermedad de las flores?! ¡¿Por qué no dijiste nada?! Aún podemos ayudarte ¿Quién es la persona de la que estás enamorada? Seguro que si le explicas lo que sucede...

— No tiene caso, ha dejado muy en claro sus deseos - recordó la docena de veces en que la platinada le habló de cómo no esperaba casarse y que tampoco se sentía interesada en las relaciones.

Elsa apretó los puños del coraje e hizo una mueca.

— ¿Cómo se atreve? Realmente eres una persona maravillosa, ni siquiera me puedo creer lo que dices.

— Mis días están contados.

— ¡No digas eso! En Arendelle... - contuvo las ganas de llorar —. Hay un doctor, sabe remover la enfermedad.

— ¿De verdad? ¿Podemos ir? - la ojiazul la interrumpió.

— Podemos ir. Pero, para remover la enfermedad también se remueven todos los sentimientos. Seguirás viva, pero no sentirás nada nunca más. Tienes que hablar con la persona que amas.

— Una vida vacía - considero la oferta, la rechazo —. No la quiero. Prefiero morir.

— ¡¿Cómo dices eso?! - sintió su cuerpo arder del enojo, no, no era enojo. Reprimió la necesidad de toser y fracaso dejando en el suelo un par de flores y goteando sangre de su barbilla.

— ¿Tú... También? - Elsa negó con la cabeza, reteniendo el dolor —. Elsa, también estás enferma.

— ¿Acaso te importa si estoy o no enferma?

— Me importa mucho. ¿Quién es la persona? Es imposible que alguien como tú sufra algo así, eres la chica ideal para cualquier persona.

Elsa se limpio con la manga del vestido la sangre que resbala de sus labios. Con una mirada fría y amenazante se acercó a Honeymaren.

— Tú - le acaricio el rostro gentilmente con apenas un hilo de voz.

Abrió los ojos sorprendida, increíblemente sus sentimientos sí eran correspondidos.

— ¿Qué? ¡Tú eres quien amo!

Ahora la sorprendida era Elsa. Ambas se sintieron como unas idiotas.

— Oh, ya veo - por un minuto, cuando sus mejillas se tiñeron de rojo intenso y brillante no se dijeron nada y nisuquiera se miraron a los ojos — ¿Quieres que vayamos a comer algo?

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