5. Cansado

Seyn

Regreso a casa luego de trabajar, se me hizo muy tarde porque el maldito aparato de sonido, que le instalé al cliente se le rompió ¿Quién lo manda a comprar tecnología barata? Le expliqué claramente que marca debía comprar, hay gente que no escucha, maldita sea.

Abro la puerta y veo a Darren en su forma de chico durmiendo boca abajo en nuestro nuevo colchón. Lo que me parece raro, ya que prefiere dormir siendo mujer, porque dice que tiene más espacio.

Me acerco a la cama, voy gateando hasta subirme encima de él.

—Mariposa —susurro rozando su oreja, su punto débil.

Así que se estremece y abre los ojos, me ve entonces sonríe.

—Que tramposo —Se muerde el labio inferior —¿Te estás apoyando?

—No ¿Quién dice? —Chuponeo su nuca mientras desabrocho su camisa —¿Por qué estás vestido?

—¿Querías que te espere desnudo?

Me río.

—Me agrada la idea, pero solo deseaba saber por qué no te cambiaste.

—Tengo sueño —Bosteza y cierra los ojos —es como si se me hubiera ido toda la energía —Se abraza a la almohada —. Así que si quieres hacerlo, te dejo todo el trabajo a ti, sé que te encanta —Se ríe.

—Que raro ese repentino cansancio —opino mientras le saco la chaqueta —. Tú siempre estás muy enérgico ¿No te estarás enfermando? —pregunto preocupado.

—No creo, no me siento mal, solo con sueño —Se estira.

Desato su pantalón y luego se lo bajo, me ahorró el trabajo de quitarle las zapatillas, porque no las tiene, debió habérselas sacado cuando se acostó. Miro su espalda con el tatuaje de una mariposa y lo recorro con mi dedo, su piel se estremece así que sonrío.

—Eres tan lindo, Mariposa —Le doy varios besos allí.

—Obvio, soy la perfección.

Me muerdo el labio inferior. Me inclino para abrir el cajón de la mesita de luz, donde hay varios preservativos y muchos frascos de lubricantes. Agarro uno de cada uno y los apoyo en la cama, para luego abrir mi cremallera.

—¿Ya nos parecemos a Ace? ¿Piensas que si tenemos niños habrá que cambiar esto de lugar? —formulo pensativo y él se ríe.

—Cállate y fóllame, tonto.

—Te tengo demasiado idealizado en tu forma de hombre, que cuando hago esto, me pones nervioso —Me muerdo el labio inferior.

Abre los ojos.

—El nene está emocionado —se burla y lo miro de mala manera.

—Eres malo —Me apego a su cuerpo y tiro de su bóxer.

—Ay que macho —Se muerde el labio, sintiendo mi cercanía —. Hazme despertar.

Agarro el lubricante y se lo pongo, luego de utilizarlo, me coloco el preservativo antes de que me reprenda, segundos después me uno a él. Es entonces cuando la cama comienza a hacer ruido, y yo que pensaba que era nuevita, o quizás estoy demasiado desesperado. Darren se agarra fuerte de las sábanas mientras disfrutamos de la sensación. Ahora sí que lo desperté del todo, hice bien mi trabajo. Los sonidos se sienten por completo en la habitación.

—Mi turno —expresa cuando me aparto para respirar, entonces me empuja, ahora él es quién está encima de mí y une sus labios con los míos, al yo estar boca arriba —. Te aseguro que en esto te gano también —Se muerde el labio inferior y agarra el lubricante, para ponérmelo a mí, luego busca un preservativo nuevo.

Después de ponerse el condón, nos unimos y me agarro fuerte de su espalda. Juntos somos explosión de éxtasis. Aunque extrañamente Darren esta vez no me gana. Se detiene cansado y su respiración es confusa, me alejo un poco cuando se separa de mí, entonces agarro su hombro, mirándolo preocupado.

—¿Estás bien? No te había visto así de mal desde la vez que fuimos al aquelarre Osiris y las voces se metieron en tu cabeza —recuerdo.

—Estoy... bien —Se toca el cabello empapado por la transpiración —. Creo que no debí haber tenido sexo con sueño —Se ríe.

—No creo que sea eso —opino —. Muchas veces hemos hecho esto y nunca te has frenado así.

—¿Tú crees? —pregunta y asiento —Pero no me siento enfermo —aclara mirándose.

—Quizás te estás por engripar, no deberías salir mañana, tómate el día y descansa —ofrezco.

Bufa resignado.

—De acuerdo, lo admito, tu argumento es válido, no me gusta posponer cosas, pero cuando tienes razón, no la voy a negar.

Me río.

—Me haces sentir raro, te gané una vez y encima me das la razón, este debe ser el mundo al revés.

—Cállate y abrázame.

Bosteza, me rodea con sus brazos, entonces nos tiramos a dormir.

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