43. Someterse

Darren

La universidad parece normal, pero no lo está, se siente la presión de la energía negativa, más que en el galpón. Observo hacia el ventanal, el cielo está nublado, con nubes oscuras, pareciera que va a tormentar y no es así. No tengo idea por qué, pero el ambiente de afuera también se ve lúgubre.

—¿Ya te diste cuenta? —Oígo esa voz tan conocida para mí.

Giro mi vista a ver a Arien.

—¿Qué está pasando?

—Es el fin, perdiste.

Alzo una ceja.

—¿Disculpa?

—Ay Darren, caíste en cada trampa y pensar que creí que eras inteligente.

—¿De qué estás hablando?

—Ah me disculpo, aún estoy hablando en singular.

Me sorprendo al darme cuenta.

—¿Las voces? No puede ser.

—Voces, magia negra, Arien, Neira ¿Cuál es la diferencia? Podemos tener un montón de nombres —Se ríen —pero solo hay un perdedor.

Bajo la vista, presionando el puño, estando indignado.

—Debí suponerlo —expreso frustrado.

—Que triste, ¿no? Pierdes a tu novio, tu amigo es tu peor enemigo, sufres de pesadillas, dejas de ver a la mariposa, tu naturaleza está al borde del colapso y el mundo se va a acabar ¡Que divertido!

Las vuelvo a observar.

—Eso nunca va a pasar —digo desafiante.

—Oh ingenuo Darren Wein, ya pasó, mientras perdías tus poderes, nosotras tomamos la ciudad y sin que te dieras cuenta.

—Hay cazadores, no permitirán que hagan esto.

Se ríen.

—Los cazadores no saben ni que existimos, solo conocen al tierno y santo restaurador, de alma pura y bondadosa ¡Oh la dicha!

—¡Se van a dar cuenta de que tomaron la ciudad! —grito.

Caminan hacia mí y retrocedo.

—Cuando eso pasé, será demasiado tarde, ya no solo tendremos la ciudad. Todo lo que esté en nuestro territorio, es nuestro, nadie puede salir ni entrar sin nuestro consentimiento. Solo les queda someterse o morir.

—¡Ja! —me burlo a pesar de tener escalofríos por tanta energía negativa —¿Quién hará eso? Nadie.

Agarran mi hombro, me sobresalto, unas garras se clavan en este y me lanzan contra la pared, mi espalda choca adolorida, entonces me estremezco cuando acercan el rostro a centímetros del mío.

—Tú vas a tener que someterte de forma obligatoria, porque no te vamos a matar tan rápido —Esas afiladas garras tocan mi mejilla y trago saliva nervioso, porque no puedo apartarlas con la poca energía que tengo, menos sin la mariposa —. Admite que perdiste —Se relamen los labios.

—No les tengo miedo —Frunzo el ceño.

—Conocemos tus miedos —Me clavan las uñas puntiagudas despacio en la cara.

—Que estuvieran en mi mente, no significa nada.

—Recordamos tu frustración en el galpón de la pandilla, y vimos como Leik se aprovechó de ti en tu pesadilla, Darren.

—Todo eso está superado.

—No mientras estés vulnerable ¿Qué tal si recordamos viejos tiempos? —Agarran mi rostro con ambas garras y de repente comienzo a cambiar a mi forma femenina, pero no a voluntad —Que fácil era cambiarte antes, ¿no?

Se apartan de mí y observo mis pequeñas manos, la ropa me queda enorme, pero no puedo volver a cambiar. No me molesta ser una chica, pero perder la habilidad de elegir cuando ser o no ser una, es como perder mi naturaleza.

—¿Qué hicieron? —digo frustrado.

—Tranquilo, si sobrevives, recuperas tu energía positiva, también a la mariposa y además salvas el mundo, seguro regresas a ser quién eras, fácil, ¿no? —se burlan.

Las miro enfadado.

—¡¡Voy a restaurar todo lo que han hecho!!

—Solo si tu fuerza de voluntad queda intacta y tu autoestima no está por el suelo —Apoyan su mano en mi cabeza y me mandan un montón de recuerdos frustrantes, como tantas veces han hecho. Es la horrible sensación de que te hablan mientras te envían pensamientos negativos y duele como si quisieras morir. De mis ojos salen lágrimas, me cubro la cara agachándome en el suelo, aunque no me sueltan y se ríen —. Resiste Darren, no hemos terminado con tu cabeza, atacamos tu pasado, pero también podemos traer frustración a tu presente, sométete ahora y pensaremos en sí mereces misericordia.

—No —digo con la poca lucidez que me queda.

Me levantan y me agarran desde la cintura, acercándome a su cuerpo de hombre.

—Después no digas que no te avisamos, te vamos a violar.

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