28. Tóxicos
Darren
Tomo el brazo de Arien y lo guío hasta mis amigos, Seyn me mira se mala manera.
—¿Hace falta que lo agarres? —expresa irritado el rubio.
—Solo es el brazo —digo con la cabeza en alto.
Aradia se ríe mientras se encuentra sentada sobre la manta que está en el pasto.
—Darren y Seyn siempre tan graciosos.
Arien se suelta de mí y observa hacia un costado, hasta bufa.
—Uh cuánta tensión —opina Ace —masaje de días necesita —Emmet lo mira mal así que se defiende por las dudas —. Yo no hice nada —Se ríe —¿Y el vampirito dónde está? —insiste con esa pregunta.
Veo que Rein alza la vista, mientras se come un sándwich y se mantiene sentado en el suelo.
—Necesito un consejo —Se levanta —¡Me voy a buscar a Max! —Se va corriendo y Emmet rueda los ojos.
—¿No detienes a tu chico? —bromeo y sobreactuo —¡Se fue con otro hombre! —Alzo la voz.
—Se fue con su amigo —me corrige.
—Ah cierto, tu rival en el amor es un monstruo enorme con millones de caras.
No sé por qué, pero siento que alguien me está mirando de mala manera. Me giro y Arien me sonríe. Oh Dios que guapo es. Concéntrate. Giro mi vista hacia Emmet.
—¿Te dije que las voces están vivas? —le pregunto.
—Lo supuse —me aclara —el comportamiento de Rein era obvio.
—¡¿Te dije que usa el rostro de mi profesora de gimnasia que a su vez es parecida a la bruja que creó el hechizo del restaurador?! —Alzo la voz para se note impactante.
—No, pero dejaste de ir a gimnasia hace rato, me hubieras avisado antes, así hubiera averiguado.
—No tuve tiempo —Bufo y luego levanto un dedo —las buenas nuevas es que ya descubrí como curar a Blake, no por completo pero sí que su cuerpo se restaure mejor.
—¿Cómo?
—Necesitamos a Xia —Giro mi vista hacia Ace que se fue a tomar una siesta bajo el árbol —¡Eh, no te duermas, esto es importante! —me quejo y bufo —No me escucha.
—Te escucha, pero no soporta el sol, tiene muy poco de vampiro para andar aguantando y hablando de eso —Emmet se pone un gorro —. Me estoy muriendo aquí.
—Siento que los gorros no te quedan —Me río —, con esa cara seria no.
—Mariposa —Me abraza Seyn por detrás —deja de jugar con los demás y prestame atención a mí.
—Está reunión no es para que te andes apoyando —Le pego un codazo —. Estoy aquí para ayudar a mi amigo, que por cierto, ¿dónde está? —Me rasco la cabeza —¡Arien! —Salgo a buscarlo.
—¡Mariposa, no me ignores!
Camino por varias partes de la plaza hasta que lo encuentro con las manos en los bolsillos mirando la fuente central del lugar silvestre.
—Aquí estás —Sonrío y bufa —. No me hagas esos gestos —lo reprendo —¿Por qué te fuiste?
—Me aburro.
—Siento si te ignoré, somos muchos —Me río.
—Ni tanto —Sonríe también.
—Sonríe más, por favor —le pido y su sonrisa se borra —. Antes estabas alegre todo el tiempo, no puedes dejar que ese ex te afecte tanto, piensa en ti, ya te lo dije.
—Lo hago, pero no me concentro, estoy deliberando cosas, nada más, no me apresures.
—¿Y qué es lo que te planteas?
—¿Por qué una chica tan bonita no tiene pensamientos tóxicos?
Me río.
—Los tuve, pero pude tomar la decisión correcta y seguir adelante.
—¿Tú crees? —pregunta tranquilo.
—Sí ¿Por qué no? Estoy muy bien ahora —Alzo una ceja.
Se gira y observo a dónde se encuentra viendo.
—¿Y él? —cuestiona sobre Seyn que me está buscando.
—Pues... —Hago una pausa —él tiene un largo camino por recorrer todavía —Sonrío —pero sé que lo logrará, como tú, tú también conseguirás la paz que buscas.
—No creo que me conozcas para asegurar eso, como tampoco pienso que lo conozcas a él.
—Bueno, uno no termina de conocer a las personas realmente.
—Ni a uno mismo —agrega.
—Exacto —Asiento.
—Mariposa —Se acerca Seyn hasta nosotros cuando nos ve, luego observa a Arien de mala manera —. Me caes bien, pero no andes con mi pareja a solas —le aclara.
—Seyn... —voy a decir algo pero Arien me interrumpe.
—Una de las cosas más tóxicas en una pareja, son los celos, ¿sabías? Sobre todo el control que traen estos —ataca sus inseguridades y me sobresalto —. Yo que tú me calmo —le aclara.
—Yo... —mi pareja no sabe que decir y ni yo tampoco.
Pero es que tiene razón, aunque fue muy brusco y directo. Bueno, supongo que alguien se lo tenía que decir, sin embargo no de esa manera. De algún modo me siento avergonzado, por no detener el asunto y llegar a este extremo, de que un desconocido sea el que se lo tenga que aclarar.
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