Darren

El sexy castaño me visita en mi casa y me invita al paraíso de las enciclopedias paranormales. Se desmonta de su motocicleta, sacándose el casco, y yo bajo del coche de Seyn, mi querido conductor rubio me acompaña también. Al entrar y llegar a aquella biblioteca de los cazadores, es enorme, siento que voy a babear.

—Es hermoso —expreso mirando tantos libros y uno mis manos —me quedaría a vivir aquí.

Max se ríe.

—La sección de brujas está por aquí.

—Buscamos voces, no brujas —acota Seyn molesto.

Con su malhumor de siempre, pero no lo culpo, es que no es muy sociable mi chico.

—De hecho, hay solo un libro sobre esas que nombras, y está en la sección de brujas, lo siento —Se ríe.

El sexy castaño se acerca a un librero y encuentra lo que busca.

—Aquí está "Aquelarre Edda" —Abre el libro y pasa las páginas rápido —por aquí leí restaurador —dice intentando encontrar el número de hoja —¡Ajá, aquí! —Señala una página y me le acerco.

—¿Qué dice? —pregunto mirando las imágenes viejas, entonces alzo una ceja —Que raro ¿Por qué mi profesora de gimnasia está ahí? —expreso visualizando una fotografía muy antigua.

Seyn se ríe.

—¿Tu profesora de gimnasia?

—No creo que sea ella —Sonríe Max —esta mujer esta muerta hace muchísimos años, es la bruja que creo el hechizo, Agatha Bernal, la mujer del primer restaurador, Ragnak, y quién creó a las voces con su odio hacia él. Dicen que la mataron, otros que se suicidó haciendo aquel conjuro, y que su amado sigue buscando su alma, además de que sus descendientes sufrirán desgracias con la magia negra —Se ríe —. En resumen, una historia de amor que terminó en tragedia.

—¿Y eso en qué nos ayuda? —Se cruza de brazos Seyn.

—No sé, me gusta la historia —Vuelve a reír.

—A mí sí me ayuda —Me lo pienso —tengo dos opciones, o la bruja renació o las voces usan su rostro, me quedo con la segunda —Sonrío de manera amplia.

Rein

Fui sincero con Emmet. Estoy pensativo tirado en la cama en mi forma de chico, mirando hacia el techo. Me duele la cabeza por ser sincero. Malditas buenas acciones, me dan jaqueca. Le dije lo que sentía porque tuve la necesidad de hacerlo. Tener tiempo sin las voces me hace estúpido y pienso demás, por eso simplemente le hable.

Estúpidas voces, las extraño ¿Dónde están?

"¿Nos extrañas? Que lindo".

Escucho en mi mente.

—¡Ay! —chillo y me sobresalto, luego las veo en su forma de mujer sentadas en la ventana —¿Telepatía? —pregunto confundido.

—Algo así —contestan y bajan de la ventana, caminan para tirarse a acostarse a mi lado, entonces me sonríen —¿Qué pasa? ¿No estás contento? Ya vinimos —dicen ya que las miro de mala manera.

—¿Dónde han estado?

—Formulando nuestra venganza contra Darren —Alzan una mano mientras siguen recostadas observándome.

—Ya, olvidense de Darren, me estresan —Bufo.

—Darren debe pagar por rechazarnos y por ser descendiente de Ragnak.

—¿Quién es ese con un nombre tan raro? —Me río.

—El primer restaurador, todos los restauradores descienden de él —Se miran las uñas —no es casualidad que Aradia haya hechizado a Darren, es el destino, era su destino —se corrigen —por eso antes de ser restaurador era un cretino, porque Ragnak era un cretino —aclaran.

—Que aburrida historia —opino.

—No era tu destino convertirte en restaurador —me dicen y me sobresalto —tú no tienes nada que ver con Ragnak —Se giran a mirarme y tocan mi mejilla —eres un hechizo equivocado, de hecho el primero —Se acercan a mi rostro —pero no nos molesta, de hecho nos agrada, estamos cansadas, ya era hora de que la historia cambiara.