13. Fiesta
Darren
Continúo intentando echar a Leik del salón, pero es imposible convencerlo. Viendo que me altera y me afecta más de la cuenta, Seyn intercede por mí.
—Nadie te invitó —aclara el rubio poniéndose delante de mi cuerpito femenino —no hay razón para que permanezcas aquí, mejor lárgate antes de que te saquemos a patadas —amenaza.
Ace se pone una mano en la mejilla.
—Ay no a la violencia.
Leik se ríe mientras continúa sentado sobre la mesa.
—¿Ustedes? —Alza una ceja —¿Contra mí? No lo creo, puedo volver tranquilamente, aunque este grandote me lanzará como aquella vez —Señala a Emmet con su pulgar que vuelve del baño con Rein.
—Ace puede meterte en tus peores pensamientos —le aclaro.
—Ay que horror —expresa el adivino.
—Es cierto —Veo a Tarik trayendo las botellas para poner en la heladera —eso le hizo a Eustacio —recuerda.
—Bueno, es que estaba enojado —explica el adivino —estoy seguro de que hay mejores soluciones, las que sugieren me hacen doler la cabeza —Se toca el cabello —. Aunque todavía siento bastante tensión por aquí —Saca una carta —mejor aclaro mis ideas.
De repente un agujero negro se abre debajo de Leik, haciendo que Ace guarde el naipe, y retroceda, entonces el demonio cae por este, pero al parecer no regresa, entonces reacciono mirando a Rein.
—¡Gracias! —Corro y lo abrazo.
—¿Eh? —expresa confundido —yo no... —Mira un segundo a un costado y cambia lo que va a decir —. Digo, sí, es que ya me estaba molestando —Me empuja —¡Pero deja de tocarme! Ya tuve suficientes manos por un día.
—Darren —Se acerca Arien hasta mí —ya me voy —avisa.
Miro para todos lados.
—¿Viste algo? —expreso porque no debe ver nada sobrenatural al no estar enterado de la magia.
—No sé de qué hablas —Sonríe.
—Bueno, pero no te vayas —Alzo las manos —¡Hay que festejar!
—Yo no —dice Rein que no para de ver a mi compañero de universidad —ya me quiero largar.
—¡Hay ponche! —grita Crash.
—No ese ya me lo tomé —expresa Tarik avergonzado.
—Nadie se vaya —expresa Xia —al menos no, hasta que brindemos —Nos guiña.
—¡Ay pero me quiero ir! —se queja Rein y mira a su hermano —¡¿Tú también te vas a quedar?!
—¿Por qué no? —Maik alza una ceja.
—Porque no quiero beber, quiero comida —Se cruza de brazos —. Además... —Mira a Arien otra vez —además... —Se gira hasta Emmet —¡Dame comida!
—Te conseguiré algo —expresa mi guardaespaldas sin expresión como siempre.
—Bueno, todo solucionado —Levanto el puño —¡Fiesta! —Agarro una copa de la mesa y se la doy a Arien —Toma, para ti —Me acerco hasta Seyn —¡¡A emborracharse!!
Es entonces cuando todos nos servimos alcohol, menos Aradia porque está embarazada, así que le doy juguito de naranja.
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